Aspectos generales


Himno

Continente: Asia

Superficie: 2.149.690 km2

Población: 34.813.867 hab.

Población urbana: 84 %

Densidad: 16 hab./km2

División política: Se divide en 13 provincias

Capital: Riad

Idioma: Árabe

Moneda: Riyal saudí

Religión: Islam

Forma de gobierno: Monarquía absoluta

Jefe(a) de Estado: Salmán bin Abdulaziz

Príncipes: Mohamed bin Salmán

Ciudades principales (según último censo):

Riad (Cap.) - 5.188.286 hab.
Yeda - 3.430.697 hab.
La Meca - 1.534.731 hab.
Medina - 1.100.093 hab.
Dammam - 903.312 hab.
Hofuf - 660.788 hab.
Taif - 579.970 hab.
Tabuk - 512.629 hab.
Buraidá - 467.410 hab.
Jubail - 337.778 hab.


Límites:

Limita al norte con Jordania, Irak y Kuwait, al sur con Yemen, al este con el golfo Pérsico, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, al sureste con Omán y al oeste con el mar Rojo.


Clima:

El clima es cálido y desértico, y presenta temperaturas que pueden alcanzar frecuentemente los 50 ºC. El calor es sofocante desde fines de mayo a septiembre. Las lluvias, irregulares, se dan en invierno, cuando las depresiones de origen mediterráneo penetran por los pasillos marítimos.


Curiosidades:

Su origen etimológico está compuesto por la casa de Saúd, la dinastía más poderosa tras la unificación de 1932, y el término "Arabia", que hace referencia al pueblo árabe. Liechtenstein y Arabia Saudita son los dos únicos países en el mundo cuyo nombre está asociado con el de la familia regente.


Acerca de:

El territorio de Arabia Saudita, que ocupa aproximadamente el 75 % de la península arábiga, constituye una gran meseta circundada de cordilleras montañosas, cuya máxima altitud se sitúa en el litoral del mar Rojo, a 3.000 m.

Provincias

Nombre Abrev. ISO 31662 Población Sup. (km2) Bandera
Baha SA-11 412.520 9.921
Frontera del Norte SA-08 321.880 111.797
Yauf SA-12 439.160 100.212
Medina SA-03 1.781.733 151.990
Casim SA-05 1.219.184 58.046
Riad SA-01 6.792.776 404.240
Provincia Oriental SA-04 4.130.033 672.522
Asir SA-14 1.927.087 76.693
Hail SA-06 605.930 103.887
Jizán SA-09 1.374.845 11.671
La Meca SA-02 6.927.477 153.128
Najrán SA-10 507.106 149.511
Tabuk SA-07 796.425 146.072

Historia

Preislam

Desde hace miles de años, la península arábiga ha estado habitada por diferentes tribus nómadas. Varias oleadas migratorias hacia el noroeste y nordeste de la Península llevaron a muchos de estos pueblos a poblar regiones de Mesopotamia, Siria y Palestina, más favorables climáticamente, en diferentes períodos de la historia, dando origen a civilizaciones como la acadia, amorrea, nabatea, cananea, etc.

Los contactos entre estas civilizaciones de la península arábiga y Mesopotamia con la India ya eran frecuentes desde el año 5000 a. C., entre los que se llevaban a cabo intercambios comerciales a través del océano Índico y el golfo Pérsico. También se desarrolló el comercio a lo largo de la región costera del mar Rojo, formándose ciudades de caravanas que servían de paso a los comerciantes que atravesaban la región. Además del comercio, se desarrolló la agricultura en torno a los oasis y fuentes de agua, y el pastoreo, principalmente entre los nómadas, que viajaban por el desierto en busca de agua y tierras de pasto.

La domesticación del camello, aproximadamente en el siglo XII a. C., facilitó las travesías por el desierto transportando los productos entre los diferentes puntos de la Península y dio origen a una sociedad floreciente en Arabia, desarrollándose prósperas civilizaciones. Entre los pueblos del norte de la Península y la región costera del mar Rojo destacaron los dedanitas, lihyanitas y nabateos, entre el siglo IV a. C. hasta el I d. C., que ocuparon la región del Al Hijr en Arabia Saudí, principal camino para las caravanas. Los nabateos, nómadas y seminomádas establecieron su capital en Petra (Jordania) y se extendieron entre el golfo de Áqaba y el mar Muerto, incluyendo parte del norte de Hiyaz. En las ciudades saudíes de Madain Saleh, Al Ula y Al Khuraiba, entre otras, se han hallado gran cantidad de restos arqueológicos pertenecientes a estas tres civilizaciones, principalmente tumbas edificadas en las rocas, con inscripciones que indican que cada una pertenecía a una familia diferente, y también altares para los dioses.

Los romanos en el año 106 d. C. ocuparon una parte de la zona norte de la Península, decayendo el papel desempeñado por los nabateos en el control del comercio caravanero al ser ocupada Petra. Más tarde los bizantinos comenzaron a tener un importante intercambio con los puertos norteños del mar Rojo y Arabia Meridional, renunciando, sin embargo, sus ejércitos a intentar conquistar la Península por su inhospitalidad.

Arabia central tenía una estructura tribal, donde no se formaron reinos, con la excepción del reino de Kinda entre los siglos V y VI. Kinda era una federación de tribus originarias de Yemen, y su influencia se extendía por el sur y centro de la Península.

En la segunda mitad del siglo VI, La Meca era el principal mercado del Hiyaz. Aquí se celebraban ferias comerciales anuales, era paso de caravanas y se desarrollaban torneos de poesía, principal expresión cultural de la época. La tribu de Quraysh era responsable del control de la ciudad y de los templos sagrados.

Los sasánidas en este período se habían hecho dueños del comercio en el golfo Pérsico, aunque las ciudades del Hiyaz permanecieron independientes tanto de ellos como de los bizantinos.


Imagen de tumbas nabateas en Almaden Saleh talladas en la montaña.

La expansión del islam

El profeta Mahoma nació en el año 570 en La Meca. Empezó a predicar el islam en su ciudad natal, pero ante la oposición de sus habitantes tuvo que trasladarse junto con sus seguidores a Medina, en el año 622. Esta fecha del éxodo o Hégira del Profeta es la que corresponde al primer año de la era musulmana.

El Profeta volvería en el año 630 a La Meca, aceptando las tribus de la ciudad adherirse al islam.

El islam se expandió rápidamente por Oriente Próximo y por la Península, unificándose las tribus árabes bajo la misma religión.

A la muerte de Mahoma, sus discípulos continuaron con la difusión de la religión musulmana por Asia, África del Norte y Europa.

El califato, sucesión en la soberanía del Estado islámico (umma), se desplazó fuera del territorio de Arabia; se estableció primero en Damasco en el 660 con la dinastía omeya, y después en Bagdad con la dinastía abasí. Mientras tanto, el territorio de la Península estuvo gobernado por diferentes tribus árabes.

La Meca continuó atrayendo peregrinos musulmanes de todo el mundo, y se convirtió en un lugar de encuentro de teólogos y religiosos del islam.


Mezquita de Uqba (Gran Mezquita de Kairuán), fundada por el general de los omeyas, Uqba ibn Nafi, en 670 d. C.

Época otomana

En 1517, el Imperio otomano obtuvo el control de la mayor parte del Hiyaz, aunque no pudo extender su autoridad hacia el interior.

Las ciudades santas de La Meca y Medina, aunque bajo dominio otomano, siguieron siendo administradas con cierta autonomía por los jerifes o sharif (términos utilizados para referirse a una de las líneas de descendientes de Mahoma), y eran los responsables de la protección de las ciudades sagradas y de los peregrinos que acudían a ellas.

Hacia el año 1740, surge el movimiento teológico reformista de Mohamed ibn Abd al-Wahab (1703-1792) en Najd, que defendía el retorno a un islam más puritano en la sociedad. Este reformador sería perseguido en La Meca, por lo que recurriría a la familia Saúd para formar una alianza. En el año 1744 la dinastía Saúd funda el Gran Emirato de Diriyah, también conocido como Primer Estado saudita, y comienza a extender su autoridad por Najd, difundiendo la reforma religiosa y tratando de unificar a las tribus del país bajo su control. La integridad de este emirato duró hasta el año 1818, cuando se produjo la intervención de fuerzas otomanas en el país.

En 1824 la dinastía Saúd forma el Segundo Estado, pero Mohamed bin Rashid, que gobernaba el emirato de Shammar, de la región de Hail, al norte de Arabia, se apodera de Riad, exiliándose la familia Saúd en Kuwait.


Palacio de los Saúd en Diriyah.

Período de unificación

En 1901, los Saúd regresan haciéndose con el control del Najd, Hasa y Casim.

En 1914 estalla la Primera Guerra Mundial, en la que hubo un levantamiento árabe contra la ocupación otomana liderado por el jerife Hussein de La Meca y sus cuatro hijos.

Al finalizar la guerra y, tras la conclusión del dominio turco, el Hiyaz se convirtió en un Estado independiente gobernado por el jerife Hussein hasta 1924, año en el que fue anexionado por los Banu Saúd.

Abdulaziz bin Saúd continuó unificando las diferentes tribus bajo su autoridad por otras regiones de la Península, formando el Tercer Estado saudita en 1932, y estableciéndose así el Reino de Arabia Saudita.

En 1932 se produce el descubrimiento de pozos petrolíferos, cuya prospección ya había empezado en 1923. Con este descubrimiento el país y toda la región del Golfo adquieren una importancia estratégica. Arabia Saudita intensificó sus relaciones con Estados Unidos durante el reinado de Abdulaziz y a nivel nacional se iniciaron planes de desarrollo para la modernización del país.


Soldados en el desierto de Arabia durante la rebelión árabe (1916-1918), llevando su bandera.

Época moderna

A la muerte del rey Abdulaziz en 1953 le sucede el rey Saúd, quien abdicaría en 1964, sucediéndole entonces el rey Fáisal.

Durante el reinado del rey Fáisal se llevaron a cabo reformas internas en el país, inversiones en planes de desarrollo nacional, planes de desarrollo industrial y una intensa actividad internacional.

En 1975 el rey Fáisal fue asesinado y le sucedió en el trono el rey Jálid, quien continuó el proceso de modernización del país. El príncipe heredero Fahd fue el responsable de la política internacional durante este reinado, y sucedería en el trono al rey Jálid a su muerte en 1982.

En 1986, el rey Fahd cambió su título de rey por el de Guardián de los Santos Lugares.

En el año 1992 se introducen reformas institucionales y se aprueba la Ley Básica.

En febrero de 2005 se celebraron las primeras elecciones municipales.

En agosto de 2005 fallece el rey Fahd y le sucede el rey Abdalá.

En el país se han ido introduciendo algunos cambios en la vida social, política y económica, tratando de mantener un equilibrio con sus tradiciones.

En el primer trimestre de 2011 se emitieron varios decretos reales tendentes a mejorar; principalmente, el estado de la educación, vivienda y empleo, así como otros servicios sociales y económicos.

Tras el fallecimiento del rey Abdalá en 2015, le sucedió al trono su hijo Salmán, quien nombró como príncipe heredero a su sobrino y exministro de Interior Mohamed bin Nayef; sin embargo, tras varias acusaciones de supuesta corrupción y conspiración, este fue destituido para entonces nombrar heredero en su lugar al hijo del rey Salmán, Mohamed bin Salmán.


Khaled (derecha) y Faisal (izquierda) luego de su visita a los Estados Unidos en calidad de invitados del gobierno.

Economía

PBI (Nominal): 700,12 miles de millones US$
PBI Per cápita: 20.110,32 US$
 
Resumen

La principal riqueza económica de Arabia Saudita es el petróleo, producto del cual este país es el primer exportador mundial y uno de los primeros productores del planeta, atesorando su subsuelo una cuarta parte de las reservas mundiales. Descubierto en 1937, en el litoral del golfo Pérsico (Dammam y Dhahran), el crudo representa más del 95 % del valor de las exportaciones y se ha erigido en el motor del proceso de industrialización árabe, que se ha basado en el desarrollo de grandes complejos petroquímicos (región de Hasa). El petróleo se exporta desde los puertos de Ras Tanura, en el golfo Pérsico, y Yanbu, en el mar Rojo. La industria, todavía poco diversificada, está representada, aparte del sector petrolero, por las acererías y fábricas de fertilizantes. La agricultura también se ha visto beneficiada por los ingresos aportados por el crudo: así, la extensión de modernos sistemas de regadío ha contribuido a alcanzar una situación de autoabastecimiento alimentario. Los cultivos (caña de azúcar, cereales, hortalizas y palmeras) se encuentran, al igual que la población, muy localizados en torno a los oasis. En los centros urbanos prolifera una rica artesanía dedicada fundamentalmente al trabajo textil y del cuero.

Cultura

Literatura

Ghazi al-Gosaibi

Literatura preislámica

La primera forma de literatura en Arabia Saudí es la poesía, que desde época preislámica y durante siglos se fue transmitiendo de forma oral, en un entorno generalmente nómada de los beduinos del desierto.

La poesía preislámica que se ha conservado procede principalmente de las regiones del Hijaz y Najd.

En la poesía beduina se reúne la cultura de estos pueblos y su sabiduría popular. A través de la poesía, los beduinos desarrollaron el arte de la descripción, principalmente de la naturaleza y de los animales. De sus poemas se conoce la existencia de una fauna de lobos, zorros y de especies ya desaparecidas en la Península como toros y vacas salvajes. De la naturaleza se describen las montañas, las rocas, los valles y los lugares donde había agua, algunos ya secos en la actualidad. Son frecuentes en los poemas las referencias a las estrellas, sus salidas y sus puestas, por las que se orientaban, y que también relacionaban con las lluvias y los vientos, todo ello de gran importancia por su dependencia del pasto necesario para el ganado y por el conocimiento de los vientos del norte necesario para protegerse del frío que ponía en peligro a las familias si no estaban cubiertas por sus tiendas del desierto.

El vocabulario que se empleaba en las descripciones era de una gran riqueza, llegándose a contar unos 35 nombres para describir las lluvias, 88 para las nubes y más de 6 para las dunas.

Los beduinos árabes trataban diferentes temas durante las reuniones que organizaban los miembros de la tribu al atardecer, y sus poetas recitaban las historias del pasado y los triunfos. La repetición de estas colecciones de poemas, conocidas como divanes, permitió la transmisión de generación en generación de estas producciones durante siglos. Los poetas de todas las tribus también participaban en las ferias y concursos que se organizaban en los principales mercados del país, como el de la ciudad de Ukaz. El ganador de este concurso veía grabado su poema en letras de oro y colgado para su exposición ante todo el mundo.

Esta literatura, que alcanzó un alto grado de perfección y cuya lectura se sigue apreciando hasta la actualidad, fue recopilada por escrito en época de los califatos omeya y abasí, destacando algunas importantes obras de recopilación como las Mu'allaqat o Poemas colgantes, siendo uno de los primeros recopiladores Hammad al-Rawiya hacia el año 694. Otras importantes obras son el Mufaddaliyat de al-Mufaddal del año 785, las recopilaciones conocidas como Hamasa realizadas por Abu Tammam y otra posterior con el mismo nombre producida por al-Buhturi, y la colección Kitab al-Aghani de al-Isfahani.

Entre los más prominentes poetas de época preislámica figuran: Imru' al-Qays (501-544), hijo del rey de Kinda de la región central de Arabia Saudita, en cuya familia hubo grandes poetas. Fue muy dado al vino y a las mujeres. En su poesía habla de la amada y de sus sentimientos por ella, y describe la naturaleza del desierto, el viento, la noche, las estrellas, los animales y la caza; Antarah ibn Shaddad (525-608), considerado un prototipo del "caballero" árabe, que sería popularizado en una novela de época fatimí que reflejaba sus hazañas, titulada Sirat Antar o Crónica de Antar. Su Mu'allaqat habla de su amor por su amada; otros poetas fueron Zuhayr bin Abi Sulma (520-609), al-Harith bin Hilliza (m. 580) y al-A'sha (570-629). Algunos poetas estuvieron en la corte del rey de Hira (en Hiyaz) o fueron protegidos por él como al-Nabigha (536-604).

Hubo también varias poetisas en época preislámica, destacando principalmente Al-Khansa (590-645) y Layla bint Lukaiz (m. 483), cuyos poemas han sido cantados por la cantante árabe Asmahan.

Además de la poesía se han recogido las leyendas y tradiciones del periodo preislámico, como Ayyam al-Arab, traducida como Los Días de los Árabes, y sus refranes y proverbios que recogían la sabiduría popular, conocidos como Amthal, tales como los recopilados por al-Mufaddal y al-Maidani, entre otros.

Literatura clásica en el periodo islámico

Con la llegada del islam hubo un periodo de decadencia de la poesía, ya que algunos poetas fueron desacreditados por el uso en la poesía de la sátira y la crítica, y su afición al vino y al erotismo. Pero volvió a resurgir después con nuevas temáticas.

En las épocas omeya y abasí destacaron varios poetas de la Península, permaneciendo muchos en Arabia, mientras que otros se trasladaban a las cortes de Damasco, Irak o Egipto. Los poetas beduinos siguieron describiendo la vida en el desierto, escribiendo elegías, panegíricos, poesía amorosa, platónica y otras veces libertina, satírica y también religiosa. La poesía de la península arábiga sería el modelo a seguir por los poetas clásicos árabes en toda la extensión del territorio gobernado por los califas.

Algunos de los poetas más destacados fueron Dhu al-Rummah (n. 697), que hizo poesía amorosa y descriptiva; Umar ibn Abi Rabi'ah (n. 644) que hizo poesía ibadí; Jamil ibn 'Abd Allah ibn Ma'mar al-'Udhri (660-701), quien hizo famosa su poesía dedicada a su amada Buthayna, a quien su familia obligó a casarse con otro hombre; el poeta Qays ibn al-Mulawwah (645-688), quien se enamoró de Layla y, que al igual que Buthayna, se casó con otro hombre; Jarir ibn Atiyah al-Khatfi Al-Tamimi (650-728), que hizo poesía satírica; Abu l-Hindi, que hizo poesía báquica; Abu al-Aswad al-Du'ali (603-689), que hizo poesía ascética (zuhdiyyat); y Muslim ibn al-Walid (753-823), que hizo poesía de elogio y amorosa.

En el siglo X, la tribu de los Banu Hilal migró desde el Najd en Arabia Saudí hasta África del Norte, y este largo viaje está recogido en un largo poema épico de 34 volúmenes (la Epopeya Hilalí), que durante siglos ha sido cantada en verso en todas las ocasiones, tanto en África como en Arabia Saudí.

Poesía contemporánea

La poesía contemporánea árabe ha ido adquiriendo otros estilos y formas, con un efecto de lo inmediato y urgente, que refleja sentimientos como el deseo, la angustia, la expectación y la rebelión; los versos son libres, y las imágenes son más simbólicas.

Gastronomía

Faláfel, comida típica saudita.

En Arabia Saudita la importación y el consumo de alcohol están estrictamente prohibidos debido a que son regidos por la ley del Corán. Se beben zumos de frutas, agua, café y té, el cual suele perfumarse con diferentes hierbas. El "champagne saudí" es un zumo de manzana con agua mineral gasificada.

En las grandes ciudades puede encontrarse toda la oferta de la gastronomía internacional en restaurantes y en los hoteles. Los cafés son desplazados poco a poco por las cadenas de comida rápida.

La comida principal es la del mediodía y la base de la misma es la carne de cordero, las especias y las verduras, como berenjenas, cebollas, pepinos, las ensaladas agridulces (verduras y frutas frescas y secas sazonadas con yogurt y limón), las sopas y los postres muy dulces y perfumados.

Uno de los platos típicos más representativos de Arabia Saudita son las croquetas hechas con judías y garbanzos, conocidas como faláfel. El pan tradicional, denominado khubz, está hecho de harina, agua, sal, azúcar y levadura, y sirve como acompañamiento en las principales comidas del día.

Música

Instrumentos musicales árabes.

Los términos "música árabe" designan a la música musulmana elaborada según ciertas normas comunes a los países del Próximo Oriente, Turquía e Irán. En los orígenes, hasta la llegada del islam, se cultivó una poesía lírica ligada al canto (ghina'), extraído del propio idioma y de la cadencia de las caravanas. Este canto beduino, repetitivo, era la melopeya del camellero. En paralelo, existía una forma musical utilizada de soporte a la danza religiosa, un canto silábico de ritmo vivo que aún hoy conserva esta forma.

La música culta se hizo más elaborada entre los siglos VIII y XIII; cultivada en las grandes ciudades de Bagdad, Damasco, El Cairo y Córdoba, se enriqueció con el sistema tonal y modal de Persia, así como por la influencia griega. Dos grandes nombres han perdurado: Ibrahim Al-Mausili (742-804) y su hijo Ishaq Al-Mausili, músicos de corte de los califas abasíes. El arte musical árabe está basado en el perfeccionamiento del canto vocal y en la elaboración de la escala de sonido e intervalos. La música árabe conoce más de cien modos clásicos, una tercera parte de los cuales todavía son vigentes.

Vestimenta

Las vestimentas árabes son muy simbólicas y representan la relación del hombre con la tierra, el pasado y el islam.

Los hombres utilizan una prenda de algodón o lana que los cubre hasta los tobillos, por lo general con mangas largas, similar a una túnica, y se la denomina thaub. Además suelen llevar envolviendo sus cabezas de diversos modos con la kufiyya, una especie de pañuelo utilizado para proteger dicha parte del cuerpo tando del frío como del sol. En ambientes desérticos también puede tener la función de proteger la boca y los ojos de la ventisca y la arena.

Las mujeres deben usar una capa larga negra llamada abaya, la cual cubre todo el cuerpo, pero dejando al descubierto la cara, las manos y los pies, y puede ser utilizada junto al nicab, un velo que cubre todo el rosto a excepción de los ojos.

Biografías

Abdalá bin Abdulaziz

Abdalá bin Abdulaziz al-Saúd, también conocido como 'Abd Allah o Abdullah, fue el sexto rey de Arabia Saudita y Guardián de los Santos Lugares desde el 1 de agosto de 2005 a los ochenta y un años de edad.

Hijo de uno de los 37 hijos del rey Abdulaziz bin Saúd, Abdalá nació el 1 de agosto de 1924 en la ciudad de Riad. Fue designado heredero desde 1995 debido a la imposibilidad del rey Fahd de cuidar los asuntos del Estado como consecuencia de un accidente cerebrovascular, y ascendió al trono tras la muerte de este último. El nuevo rey Abdalá juró oficialmente el 3 agosto de 2005, a pesar de que ya había heredado el título y los poderes soberanos inmediatamente después de la muerte de su predecesor.

Antes de convertirse en regente y heredero al trono, como miembro del círculo íntimo de los príncipes saudíes, ya era uno de los hombres más importantes del reino y uno de los más influyentes en las relaciones con los gobiernos y las empresas extranjeras, de quienes se ganó la confianza y el respeto debido a su accionar transparente y alejado de actos de corrupción, en los que, con frecuencia, se vieron involucrados otros miembros del Gobierno y la familia real.

Su primer cargo administrativo fue como alcalde de La Meca. En 1962 fue nombrado gobernador provincial de Riad, y en 1963 se convirtió en viceministro de Defensa y comandante de la Guardia Nacional.

A pesar de haber sido considerado por los analistas políticos internacionales como un regente más nacionalista que su predecesor, Abdalá trató de restablecer el equilibrio entre la tradición y la modernidad. Sin embargo, sus acciones más de una vez han parecido contradictorias y ha mostrado sensibilidad a los deseos de aquellos que se oponen a las demandas de reformas, especialmente en el ámbito político.

Abdulaziz bin Saúd

Nacido en Riad el 15 de enero de 1876, Abdulaziz bin Saúd es considerado el fundador de Arabia Saudita. Descendiente de una familia tradicional, los Saúd, expulsada del poder por los Rashid, creció en el exilio bajo el estricto cuidado de su padre, Abdul Rahman bin Fáisal, y bajo los fundamentos del islam.

Comenzó a mostrar un impresionante conjunto de cualidades y talentos, incluyendo astucia, coraje y equitación, y fue llevado para Kuwait en 1891. En los diez años posteriores, adquirió las cualidades necesarias para el liderazgo y diplomacia, y desarrolló una personalidad que cautivó a los líderes tribales y religiosos del país. Después de los 20 años de edad, decidió restablecer el poder de sus antepasados ante cualquier obstáculo; comenzó una campaña para reconquistar la península arábiga (1901) y dejó Kuwait para dirigirse hacia Riad, conduciendo un ejército pequeño de 60 hombres. En una osada acción, mató al gobernador de Riad y conquistó la ciudad (1902). Luego impuso su autoridad sobre la parte central de Arabia y derrotó a las tropas de ibn Rashid, que contaba con el apoyo de los turcos otomanos. Unificó las partes dispersadas y dividió a las tribus de la península arábiga. Sus éxitos militares aumentaron su prestigio entre los nómadas árabes, que reconocieron su liderazgo religioso y, por lo tanto, político. Anexó Casim (1904) y Hasa (1913), firmó un tratado con los británicos para luchar contra los turcos de Hasa (1915), conquistó Asir (1916) y tomó La Meca (1924), Yeda (1925) y Hiyaz (1926).

Organizó el Estado, desarrolló sistemas administrativos y organizativos, delegó las responsabilidades estatales, organizó un gobierno en Hiyaz, instituyó el Consejo de la Shura (1931), estableció varios ministros como una organización administrativa partiendo del sistema tradicional y finalmente consiguió unificar el reino (1932) que bautizó con el nombre de Arabia Saudita. Gobernó de manera teocrática y personalista y dio inicio a la explotación de yacimientos petrolíferos, pero no pudo llevar la prosperidad a toda la sociedad árabe.

Al proclamarse el reino de Arabia Saudita, bin Saúd puso todo su empeño en consolidar un linaje real que diera continuidad a su liderazgo. En primer lugar, marginó a los miembros de su misma generación, es decir, a sus hermanos y sobrinos. En segundo lugar consolidó su propia línea, los hijos varones, que acabó por convertirse en un grupo real diferenciado.

El 9 de noviembre de 1953 el monarca muere en su palacio en la región occidental de Taif, después de un ataque al corazón debido a la esclerosis que sufría. Fue enterrado en el cementerio de Al Oud. Deja como responsable del trono y del Imperio, que ya había adquirido un incalculable valor, a su hijo Saúd bin Abdulaziz. Este, despreocupado por la vida política y por mantener las relaciones petrolíferas con las empresas norteamericanas, se dedicó a derrochar la fortuna del Imperio. Tardó cinco años en conseguirlo.

El número exacto de hijos que tuvo el primer monarca es desconocido, pero fueron alrededor de 37, de 22 esposas.

Mohamed ibn Abd al-Wahab

Mohamed ibn Abd al-Wahab nació en 1703 en Najd, una importante ciudad en la historia de la moderna Hiyaz árabe. Allí pasó su infancia y luego estudió ciencias religiosas. Profundizó su conocimiento de la ciencia del Corán en Medina, La Meca, y varias otras ciudades importantes de la actual Arabia Saudita. En su período de estudio, Mohamed ibn Abd al-Wahab también visitó varios países, como Irán, donde observó las prácticas religiosas que consideraba desviadas de la verdadera enseñanza del islam.

Además de la entrega de los discursos religiosos a sus discípulos, él también escribió muchos libros; por ejemplo, Kitab al-Tawhid, que es la principal referencia para sus alumnos y discípulos, así como Al-Qawa'id al-Arba'ah, Tafsir Surah Al-Fatihah, Tafsir Kalimat al-Tawhid y Nasihat al-Muslimin. Sus obras tienen un importante matiz teológico y por lo tanto muchas personas lo consideran más como teólogo en lugar de un maestro de la jurisprudencia islámica o faqih, o maestro de la interpretación del Corán o mufassir. Todos sus escritos se relacionan con la actitud y el espíritu de Abd al-Wahab, en su afán de purificar la enseñanza islámica.

Su amor por el Corán y los hadiz lo llevó a promover estas principales fuentes del islam y ponerlas en práctica en la vida moderna de los musulmanes. A pesar de que nunca fue su intención crear una corriente separada del islam, es de su nombre de donde deriva la corriente política y religiosa conocida como wahabismo.

Luego de haber sido expulsado por los custodios de La Meca, quienes no podían tolerar su doctrina desviada, se refugió en Diriyah donde se reunió con el emir local, ibn Saúd —bisabuelo de Abdelaziz bin Saúd, el fundador de la moderna Arabia Saudita—, que buscaba una doctrina religiosa para dar legitimidad a sus conquistas guerreras. Ellos establecieron un pacto para difundir lo que más tarde fue llamado el wahabismo saudí para unificar los clanes de Arabia bajo una misma bandera. Como sello de esta alianza, ibn Abd al-Wahab dio una de sus hijas en matrimonio a un hijo de ibn Saúd. Este pacto es conocido como el pacto de Diriyah y es considerado como el evento fundacional del nuevo Emirato de Diriyah o Primer Estado saudita.

Fechas Patrias

23 de septiembre

Fundación del Reino de Arabia Saudita

Esta es la única celebración no religiosa del país, donde se conmemora el establecimiento del nuevo Estado, nombrado como al-Mamlaka al-ʿarabīya as-saʿūdīya (en árabe, المملكة العربية السعودية), a través del Real Decreto escrito por el fundador de este, el rey Abdulaziz bin Saúd, de la dinastía Al Saúd, la cual gobierna el país actualmente.



Abdulaziz bin Saúd, fundador de Arabia Saudita.
 
Al Jenadriyah

Se celebra este festival folclórico, uno de los más famosos de toda Arabia Saudita, durante dos semanas en Jenadriyah, a 45 km de Riad. Esta celebración cultural y del patrimonio se realiza desde el año 1985 y es festejada con eventos entre los que se destacan carreras de camellos, actuaciones de música local y artesanías, entre otros. Cada año en estas fechas, Jenadriyah es visitado por más de un millón de personas que se acercan a este evento reivindicando los elementos más tradicionales del país.



Hombres saudíes realizando la danza tradicional de ardah durante el festival de Jenadriyah en las afueras de la capital saudita.
 
Aíd al Fitr (Fiesta del Fin del Ayuno o fin del Ramadán)

Esta es una celebración religiosa de profunda trascendencia en la tradición islámica. Se celebra, entonces, el fin del Ramadán y abarca los tres primeros días del shawwal. Esta es la fiesta de la ruptura del ayuno y su significado literal es "banquete de caridad". Su festejo es similar a la celebración de la Navidad de los cristianos, donde los niños reciben regalos, se elaboran platos especiales y las personas visten ropa nueva, según un precepto del Corán que así lo indica.



Decenas de miles de peregrinos musulmanes orando dentro de la Gran Mezquita festejando el final del mes de ayuno del Ramadán en La Meca, Arabia Saudita.
 
Eid al-Ada (Fiesta del Sacrificio)

Esta es la festividad más grande de los musulmanes y tiene lugar 70 días después del Aíd al Fitr. Es la celebración del sacrificio y durante este mes se realiza la gran peregrinación a La Meca. Se conmemora la intención de Abraham de sacrificar a su hijo según mandato de Dios quien, luego de ver la sumisión del patriarca, releva a Abraham del cometido. Al igual que en los tiempos bíblicos, se sacrifican animales.



Millones de fieles musulmanes, provenientes de distintas partes del mundo, inundan la Gran Mezquita en La Meca para la celebración de esta fiesta.