Japón es un Estado de Asia Oriental, ubicado en el océano Pacífico; está separado del litoral de Asia por el mar de Japón y se encuentra al este de China, Rusia y la península de Corea.

La situación extendida de Japón explica la gran diversidad climática existente. De este modo, se dan temperaturas medias de -3 ºC en el norte y de 25 ºC en el sur. Este país está incluido en una zona sísmicamente inestable y sometida a la acción de los ciclones.

Situado entre la isla de Sajalín y las Kuriles al norte, y Taiwán al sur, el archipiélago japonés está formado por cuatro islas mayores: Hokkaido, Honshu, Shikoku y Kyushu. En estas se cuentan hasta 1.042 islas que forman un arco de 4.000 km de longitud con una orientación de noreste a suroeste. Aparte de las islas mencionadas cabe destacar, en el extremo meridional del país, el archipiélago de las Ryu Kyu, grupo insular formado por unas setenta islas entre las cuales descuella la de Okinawa.

Japón es la nación con mayor cobertura tecnológica y la tercera mayor potencia económica, superada solamente por China y Estados Unidos, además de poseer una de las culturas más ricas y exóticas de todo el mundo.

Tardíamente incorporado al proceso industrializador, Japón se ha convertido, a lo largo del siglo XX, en una de las primeras potencias económicas del planeta, gracias a una extraordinaria capacidad de ahorro y a unas relaciones laborales que garantizan una enorme fidelidad a la empresa por parte de los trabajadores. La agricultura, altamente tecnificada, es muy productiva; ocupa sólo un 12 % de la superficie del país (sobre todo, en las llanuras litorales) y da empleo al 6 % de la población activa. El arroz es el cultivo más importante, seguido del trigo, la cebada, el azúcar, las hortalizas y las frutas. En el sector primario cabe destacar asimismo la explotación forestal (papel) y la pesca, una de las más activas del mundo. Japón cuenta con abundantes potencialidades hidroeléctricas, pero en cambio posee escasos yacimientos minerales. Su potente industria (42 % del PIB), en continuo desarrollo, necesita numerosas materias primas que tiene que importar, en especial metales y petróleo. Sin embargo, la potenciación de las energías alternativas a las tradicionales (incluida la nuclear) ha hecho reducir el volumen de importaciones. Actualmente, Japón es uno de los principales países productores de hierro y acero (Kitakyushu, Kamaishi), que abastecen su industria naval (Kobe, Nagasaki, Yokohama), de automóviles (la primera del mundo, con marcas como Honda, Nissan y Toyota) y de motocicletas (Yamaha, Honda). La industria electrónica nipona es la primera del mundo; destacan también los instrumentos ópticos, productos químicos (petroquímica) y tejidos. El sector industrial, sobre todo de forma más acentuada en sus ramas más dinámicas (como la del automóvil), aprovecha las ventajas comparativas que la inversión en el extranjero ofrece a las grandes multinacionales; los países con mayor implantación de empresas con capital de origen nipón son algunos de Asia (Corea del Sur es un buen ejemplo), Europa (Gran Bretaña) y Estados Unidos. Su moderno sector servicios (que aporta el 56 % del PIB) se apoya en una extraordinaria red de comunicaciones. Japón posee además una extraordinaria flota mercante, con puertos muy activos (Osaka, Yokohama).