Limita al norte con Rumania, al sur con Grecia y Turquía, al este con el mar Negro, al oeste con Serbia y al suroeste con Macedonia.

El clima es continental en la mayor parte del territorio, y se convierte en clima de montaña en la región de Sofía y en clima mediterráneo en la cuenca del río Maritsa. Las temperaturas medias rondan los 13 °C y sus inviernos son muy rigurosos, mientras que los veranos son calurosos.

Diversas cordilleras balcánicas se entrecruzan, alcanzando el punto culminante en el macizo Rila-Ródope con el Musala (2.925 m). En el centro del país se eleva el macizo de los Balcanes, en el que se encuentra el pico Botev (2.376 m). El Danubio, que establece la frontera con Rumania, es el río más importante, junto con el Maritsa. Presenta numerosos lagos.

La actividad agropecuaria cuenta con notables producciones de cereales, tabaco, patatas, remolacha azucarera, y además con una nutrida cabaña de bovino, ovino y porcino. Merece especial mención el cultivo de rosas. Después de la Segunda Guerra Mundial, el régimen socialista impuso una fuerte industrialización de la economía búlgara, con especial relevancia en la industria siderúrgica, metalúrgica, química y de transformados metálicos. Asimismo se impulsó la explotación de las riquezas del subsuelo, tales como el petróleo, gas natural, lignito, plomo, cinc, hierro y uranio. Con posterioridad se desarrollaron industrias más modernas, como la electrónica, y adquirió importancia la rama alimentaria, entre las que se encuentran industrias conserveras del tabaco y del vino, destinadas principalmente a la exportación.