Limita al oeste y al norte con el mar del Norte, al este con Alemania y al sur con Bélgica. Comprende también varias islas adyacentes, las cuales conforman el archipiélago de las Frisias occidentales.

El clima es oceánico, con temperaturas frescas y abundantes precipitaciones. Los vientos del oeste, especialmente en invierno, son fuertes, las lluvias copiosas y las temperaturas moderadas con granizo.

Como su nombre indica, el territorio del país está formado por tierras bajas de las que, aproximadamente, una tercera parte está situada al nivel del mar o por debajo de este. Con frecuencia es conocido con el nombre de su región histórica más influyente o relevante, Holanda, por lo que, por extensión, su idioma es conocido como holandés, aun cuando el nombre oficial de la lengua es neerlandés.

La estructura económica de los Países Bajos responde a la de un país de desarrollo consolidado. El sector primario, que da empleo a una mínima parte de la población activa (3,4 %), cuenta con una agricultura intensiva dedicada al cultivo de las hortalizas, los cereales, la remolacha azucarera, el lino y las flores (esta última, de renombre mundial). La actividad ganadera, con gran tradición, presenta una notable cabaña de ganado vacuno, así como porcino, equino y ovino. A pesar de la escasez de recursos energéticos, con algún yacimiento de hulla e hidrocarburos, ha desarrollado un potente sector industrial con empresas de implantación internacional en sectores claves de la economía: se destacan en el sector electrónico (Philips), petrolífero (Royal Dutch Shell), y químico y alimentario (Unilever). Otras industrias de interés son la de talla de diamantes, la construcción naval y la siderúrgica. El sector terciario se basa en un sólido sector financiero y, asimismo, en un activo comercio, que cuenta con una notable flota mercante y con puertos como el de Róterdam, considerado como uno de los más activos del todo el planeta.