Limita al norte y al noreste con Ucrania y Moldavia, al oeste con Hungría y Serbia, al sur con Bulgaria y al este con el mar Negro.

El clima es de tipo continental, especialmente rígido en las regiones montañosas del centro y el oeste, y más moderado en el litoral del mar Negro.

Es el séptimo país en la Unión Europea según su población, el noveno según su superficie y el segundo en Europa del Este. Tiene una situación geográfica privilegiada que favorece el comercio. El río Danubio forma parte de la frontera sur del país.

Las fértiles tierras conocidas como Chernozem (tierras negras) de las llanuras rumanas han favorecido la pervivencia de un sector agrícola fuerte, a pesar del impulso industrializador que recibió el país en la segunda mitad del siglo XX. Los principales cultivos son los cereales, las patatas, el tabaco, la vid, las frutas, el lino y la remolacha, mientras que en la ganadería se destacan las cabañas ovina, porcina y vacuna. La industria extractiva explota notables yacimientos petrolíferos y de gas natural, así como carbón, hierro, lignito, bauxita y plomo. Es también importante la producción de energía hidroeléctrica (presa de las Puertas de Hierro, compartida con Serbia). En la industria, que ha empezado a dar muestras de crisis, destaca la siderúrgica, la de transformados metálicos, la metalúrgica, la de refino de petróleo, la textil, la química y la alimentaria.