Este Estado de Oceanía está bañado al norte por los mares de Timor y Arafura, al noreste por el mar de Coral, al este por el océano Pacífico, al sureste por el mar de Tasmania, y al oeste y sur por el océano Índico.

Debido a su latitud, Australia es en su mayor parte un país árido; solo las franjas costeras del norte (de clima tropical), este y sur (de clima mediterráneo) están a salvo de la sequía. Las lluvias son muy escasas (150 - 500 mm anuales) y solo en el litoral este, junto a la Gran Cordillera, y en la costa en torno a Perth (suroeste), cerca de la cordillera de Darling, se recogen 1.000 - 2.000 mm.

Aparte de su vasto sector continental, Australia comprende diversas islas, entre las que destaca Tasmania, separada al norte de aquel por el estrecho de Bass. Debido a su gran extensión territorial (más de 7,6 millones de km², es decir, las tres cuartas partes de Europa), Australia es considerada más como un subcontinente de Oceanía que una enorme isla.

La principal riqueza de Australia radica en sus explotaciones agropecuarias y mineras, cuyos respectivos productos proporcionan las tres cuartas partes de los ingresos por exportaciones. La ganadería desempeña un papel fundamental, puesto que este país cuenta con la cabaña ovina más extensa del planeta (en torno a 150 millones de cabezas de ganado), que proporciona la primera producción mundial de lana; de su también destacada cría vacuna (unos 20 millones de reses) se obtiene una gran producción cárnica. La agricultura constituye otra importante fuente de riqueza: se cultiva algodón, caña de azúcar, cereales (en especial, trigo), frutales, patatas y vid, entre otros. El subsuelo alberga una extensa variedad de minerales. Australia es el primer productor mundial de bauxita, plomo y titanio, y figura en los primeros lugares de carbón (hulla), cinc, cobre, estaño, hierro, manganeso, níquel, oro, plata y uranio, entre otras producciones. Posee asimismo notables yacimientos de hidrocarburos (gas natural y petróleo). Su reciente desarrollo económico es un claro ejemplo de industrialización basada en la explotación de los abundantes recursos minerales: siderurgia, mecánicas (construcción naval, automóviles y aeronáutica), papel, textil (algodón, lana y rayón), químicas, eléctricas y agroalimentarias, con estas últimas concentradas en la región del sureste. El peso del capital extranjero (sobre todo de origen japonés, pero también británico y estadounidense) en la economía es muy importante: se orienta preferentemente al sector servicios (turismo, finanzas, inmobiliarias, etc.), si bien también se deja sentir con gran fuerza en diversas ramas industriales: así, controla casi el 90 % de la industria del automóvil y el 80 % de la extracción de minerales e hidrocarburos. El turismo, favorecido por la benignidad del clima reinante en las zonas costeras, se halla en expansión.