Esta isla bordeada por el oceáno Atlántico se encuentra entre los territorios franceses de ultramar de Guadalupe al norte y Martinica al sur.

El clima de Dominica es cálido y húmedo, con temperaturas que rondan entre los 24 y 32 ºC, moderadas por los vientos del noreste y sus abundantes, como también fuertes, precipitaciones.

La isla se halla expuesta a la acción de los ciclones, debido a que se encuentra en lo que se conoce como la región de ciclones.

Cristóbal Colón, quien descubrió la isla el 3 de noviembre de 1492, la bautizó de acuerdo al día de la semana en que esta fue avistada, un domingo correspondiendo a dominica en latín.

Dominica es una isla constituida esencialmente por una estructura volcánica que deja un espacio limitado para las llanuras. El punto culminante es el Morne Diablotin, a 1.447 m de altitud. Los ríos son cortos y torrenciales, con presencia de lagunas y manantiales sulfurosos. El 75 % del suelo está cubierto de una densa selva típicamente tropical.

La agricultura es la principal actividad de la población. El cultivo del platanero, el más importante, se halla en manos de pequeños cultivadores y está localizado en el sector noroccidental de la isla; otros cultivos que cabe destacar son los agrios, el cacao, el pachulí, del que se extrae una esencia utilizada para la perfumería, y la vainilla. Para sus necesidades energéticas, el Estado consigue producir hidroelectricidad. Por otra parte, Dominica posee una incipiente industria, que se encuentra orientada sobre todo hacia los sectores textil y alimentario (como zumos de fruta y ron). Asimismo se está fomentando el turismo especializado.