Limita al norte con el golfo de Adén y Djibuti, al sur y al este con el océano Índico, y al oeste con Etiopía y Kenia.

El clima es muy caluroso, a veces semidesértico, con una temperatura media anual de 26-27 ºC; la continua insolación determina una escasa oscilación térmica tanto estacional como diaria. La pluviosidad es muy escasa (menos de 250 mm anuales).

Somalia, tras una larga guerra civil, se encontró dividido en pequeños estados y facciones independientes, sin un poder que lo gobierne en su totalidad, aunque esto cambió en 2012 con la aprobación de una Constitución provisional que unificó a todo el país. Es considerado un Estado fallido por diversos medios de comunicación.

El territorio de este Estado de África Oriental está formado por llanuras y mesetas desérticas, sobre las cuales se eleva, al norte, una cadena de montañas que alcanza altitudes de más de 2.000 m (2.408 m en el Surud Ad). La llanura termina en una costa baja, rectilínea y poco propicia para la ubicación de puertos; las zonas más favorables para la instalación humana son los valles del Shebeli y el Yuba, ríos procedentes de Etiopía que atraviesan el país hasta desembocar en el Índico.

Somalia es uno de los países más pobres del mundo, con un PIB per cápita de alrededor de 300 dólares anuales. La guerra civil, los conflictos interétnicos y diversas catástrofes naturales (sequías, inundaciones) han llevado al país a la ruina. El sector agropecuario es el único con cierto interés. Los principales cultivos de subsistencia son el maíz y el sorgo; también se producen algodón, bananas, caña de azúcar, dátiles. La ganadería (bovinos y ovinos) ocupa un papel preponderante dentro del sector primario y representa un porcentaje destacado de las exportaciones. Los recursos mineros se reducen prácticamente a la extracción de hierro y de sal. Por otro lado, el sector industrial somalí está escasamente desarrollado.