Limita al norte con Egipto, al sur con la República Democrática del Congo, Uganda y Kenia, al este con el mar Rojo, Eritrea y Etiopía, y al oeste con Libia, Chad y República Centroafricana.

El clima es caluroso, con temperaturas muy poco atenuadas por la altitud. En la capital con frecuencia se registran máximas de 38 ºC.

Sudán, antes de la independencia de Sudán del Sur, era el país más grande de África. El noroeste está ocupado por un sector del desierto de Libia y el noreste por el desierto de Nubia, con un reborde montañoso, los montes de Atbay (Hamoyet, 2.780 m), junto al litoral del mar Rojo. En la franja central del país se extienden de oeste a este la cordillera Marra, la meseta de Kordofan y, más allá del Nilo (gran río que atraviesa buena parte del país), las primeras estribaciones de los macizos etiópicos. En el sur destaca el monte Kinyeti (3.187 m). Todos los cursos fluviales forman parte de la cuenca del Nilo (Nilo Azul, Nilo Blanco, Atbara, Sobat).

La economía sudanesa vive, a las puertas del s. XXI, una situación catastrófica. La guerra civil se ha encargado de destruir buena parte de sus recursos. Así, durante los años ochenta, el PIB por habitante descendió en un 25 %. La economía sudanesa está basada en el sector agropecuario. La agricultura ocupa cerca de las 3/4 partes de la población activa. Entre los cultivos para el autoconsumo destacan el mijo y el sorgo. El norte y este, recorrido por el Nilo, cuenta con fértiles áreas de regadío donde se cosecha algodón (que es el principal cultivo comercial, con un 40 % de las exportaciones) y caña de azúcar. Otros cultivos son el dátil, el cacahuete, los plátanos y el sésamo. En el centro del país tiene relevancia la obtención de goma arábiga a partir de ciertas especies de acacia. El papiro se cultiva en las marismas de Sudd. La ganadería es muy importante, con una riqueza que supera los 50 millones de cabezas de ganado (bovino, caprino y ovino). Los recursos mineros se reducen a pequeñas minas de cromito, hierro, manganeso y oro; salinas en Port Sudán. El sector industrial, paralizado por la guerra, está representado por las fábricas de derivados agropecuarios, ubicadas en el centro-N, y una modesta industria textil y del cemento.