Reciclar es un proceso que nos permite reutilizar aquellos materiales de desperdicio que día a día generamos.
Reciclar es un proceso que nos permite reutilizar aquellos materiales de desperdicio que día a día generamos. ¿Cuántas veces recibimos una publicidad en papel y luego de leerla la arrojamos al cesto? ¿Cuántas veces al día consumimos una golosina y tiramos el envoltorio a la basura?
Repasando nuestra rutina, podríamos detectar que hay cientos de materiales que arrojamos a la basura que podrían ser reciclados, es decir, reutilizados. Se estima que el 90% de la basura doméstica es reciclable, por eso es importante aprender a discernir cuáles son los materiales reciclables que podríamos separar para que sean reutilizados.
¿Cuáles son las ventajas de reciclar?
Papel y cartón: Estos materiales se elaboran a partir de la pasta de celulosa, que es el principal componente de los árboles. Si tomamos conciencia de esto y lo separamos para su posterior reciclaje evitaremos que muchos árboles se corten y contribuiremos al crecimiento de nuestros bosques. La única precaución que hay que tener para reciclar este material es que esté limpio y que no contenga cintas, plásticos, metales incrustados y demás.
Chatarra y metal: En este grupo de materiales se incluye el latón, el plomo, el cobre, el estaño y el aluminio que pueden refundirse para ser nuevamente empleados. El aluminio, luego del hierro y el acero, es el metal que más se utiliza en el mundo, y es uno de los que menos reciclamos.
Pilas y baterías: Varios instrumentos de la vida cotidiana como controles remotos, relojes y juguetes llevan pilas o baterías que, si no se reciclan correctamente, pueden ocasionar grandes perjuicios al medio ambiente ya que contienen residuos tóxicos que impactan severamente en el suelo y en el agua. Por este motivo, es importante separarlas de la basura común y recolectarlas para llevarlas a Instituciones que se ocupen de este residuo cuyo reciclaje es bastante complejo y varía significativamente según el tipo de pila.
Pinturas y aceite: Este es un tipo de residuo que posee materiales tóxicos y peligrosos, por lo tanto se aconseja no arrojar en la basura aerosoles, esmaltes, disolventes, tintes y protectores de madera. Un buen modo de reducir en casa la toxicidad de estas basuras es, sencillamente, ajustarse a comprar la cantidad que realmente vamos a necesitar.
Plásticos: Es fácil percibir que los desechos plásticos no son susceptibles de asimilarse de nuevo en la naturaleza. Por eso, el reciclaje de plásticos consiste básicamente en recolectarlos, limpiarlos, seleccionarlos por tipo de material y fundirlos de nuevo para usarlos como materia prima adicional, alternativa o sustituta para el moldeado de otros productos.
Vidrios: Como el vidrio es un material totalmente reciclable, no hay un límite en la cantidad de veces que puede ser reprocesado. De hecho, con su reciclaje no se pierden sus propiedades y se ahorra una gran cantidad de energía. Para este proceso se requiere eliminar del vidrio objetos tales como tapones, alambres y etiquetas.
Computadoras, celulares: La tecnología se encuentra en constante desarrollo y lo que hoy adquirimos como de “última generación” mañana es un “modelito viejo” que necesitamos cambiar para poder seguir en el sistema.
¿Saben cómo eran los primeros celulares? Eran enormes, la pantalla no tenía color y no imaginábamos poder enviar un correo electrónico o sacar una fotografía desde ese dispositivo. En menos de 10 años tanto las computadoras, como los celulares y otros dispositivos tecnológicos han ido superándose y en esta situación nos preguntamos ¿qué hacemos con aquel aparato que no usamos más? Algunos deciden regalarlo, otros guardarlo en un cajón como recuerdo y otros –más atrevidos- lo desechan a la basura como si fuese un envoltorio de caramelo. Son pocos los que tienen en cuenta que puede ser reciclado; muchas organizaciones se ocupan de desmontarlos para reutilizar ciertas piezas o repararlos para que sean utilizados por otros usuarios que no requieren prestaciones de última generación.
Materia orgánica: La materia orgánica de origen doméstico (restos de comida) y la de origen vegetal (césped, ramas, hojas) puede reciclarse y convertirse en material utilizable. Estos restos tienen un proceso natural de descomposición, por lo que rápidamente desaparecen para formar nuevamente parte del ciclo de la vida. A nivel doméstico, podemos utilizar material orgánico para el abono de la tierra y para la recuperación del suelo erosionado, desgastado o devastado por el fuego, el viento o las lluvias torrenciales. A nivel industrial el reciclaje orgánico se está empleando en la elaboración de biocombustibles, obtenido de semillas y fruta seca.
Investigadores de la University of Warwick, colaborando con personal de la empresa PVAXX Research & Development, han ideado una novedosa manera de reciclar teléfonos móviles, enterrándolos y permitiendo su transformación en una flor de nuestra elección.
El material del teléfono es un polímero biodegradable especial que tiene un acabado de alta calidad pero que se degrada fácilmente en el suelo. Para hacer más atractivo el uso de esta tecnología, los teléfonos móviles que la utilicen llevarán una pequeña ventana transparente en la carcasa, en la que se habrá incrustado una semilla. Dicha semilla será visible para el usuario, pero naturalmente no germinará hasta que la carcasa sea reciclada, es decir, enterrada en el suelo.
Así pues, transcurrido el tiempo de vida útil del aparato, su carcasa junto a la semilla, podrán ser depositados en nuestro propio jardín o en una maceta. Unas semanas después, la pieza se habrá desintegrado y en su lugar aparecerá una bonita flor.
En los primeros prototipos se han empleado semillas de girasol enano, pero ya se está trabajando para identificar otros tipos de flor que puedan actuar bien en esta situación y así permitir a los usuarios elegir aquella que más les guste.