Cada año, los incendios descontrolados sobre el territorio argentino hacen ver la necesidad de avanzar en nuevas políticas ambientales de protección que no solo ayuden a preservar los distintos ecosistemas sino también a todas las personas, flora y fauna que los habitan.
La mayoría de los incendios forestales son causados por el hombre y su rápida propagación se debe principalmente a factores como la sequía, las altas temperaturas, los bajos niveles hídricos y los fuertes vientos. La Argentina es propensa a estos siniestros, y hay un elevado riesgo de que ocurran según la época del año. El Servicio Nacional de Manejo del Fuego establece las temporadas altas de incendios por región:
Región |
Provincias |
Temporada |
NOA |
Jujuy, Salta, Catamarca, Tucumán |
Julio-diciembre |
Norte |
Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Santa Fe |
Junio-octubre |
NEA |
Misiones, Corrientes, Entre Ríos |
Enero-mayo y noviembre-diciembre |
Centro |
Córdoba, La Rioja, San Juan, San Luis |
Junio-noviembre |
Pampeana |
Mendoza, La Pampa, Buenos Aires |
Enero-abril y noviembre-diciembre |
Patagonia |
Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego |
Enero-abril y septiembre-diciembre |
Según el informe Los incendios forestales en Argentina, la situación en 2022 de Amnistía Internacional, entre enero y octubre de 2022 se registraron incendios en 23 de las 24 provincias, lo que representa más de 560 mil hectáreas destruidas por el fuego. Esto se traduce en una gran desertificación áreas y, por lo tanto, en la desaparición de especies, el desplazamientos de comunidades y la pérdida de alimentos.
Incendio de Corrientes
El informe también señala que hasta octubre de 2022 la provincia más perjudicada por los incendios forestales es Corrientes. Los devastadores focos ígneos que iniciaron en enero de 2022 consumieron casi 800.000 hectáreas, de las cuales, el 10 % pertenece a una superficie de bosques de muy alto valor de conservación. 272 animales se vieron afectados.
El impacto de un incendio forestal sobre un ecosistema es a largo plazo. Los árboles tardan años en regenerarse, cierta vegetación no rebrota, y muchos animales pierden su alimento y refugio.
El incendio en el Parque Nacional Los Alerces ocurrido en enero de 2024 se propagó rápidamente en la zona del lago Futalaufquen.
Greenpeace resalta con especial importancia la necesidad de conservar los bosques andinos patagónicos, ya que son una de las últimas reservas mundiales de bosques templados con poca alteración antrópica y valiosa biodiversidad; así que, en esta región, los incendios forestales generan mayor transformación.
Los datos oficiales señalan que entre 2001 y 2022, los incendios forestales causaron la pérdida de 106.308 hectáreas de bosques andinos patagónicos, mientras que de octubre de 2023 a marzo de 2024 fue de 7.747 hectáreas. Los eventos incendiarios más relevantes ocurridos entre octubre de 2023 y marzo de 2024 son los siguientes:
Esta emergencia climática y de biodiversidad requiere de grandes esfuerzos para la prevención y manejo temprano del fuego a nivel provincial y nacional, pues la restauración de las zonas afectadas es lenta y precisa de múltiples recursos que faciliten la recomposición del ecosistema. Asimismo, demanda la creación de leyes y la identificación y sanción de los responsables.
El 24 de septiembre de 2024, la Coordinación Única de Operaciones declaró alerta roja a las Federaciones de Entre Ríos y Santa Fe tras los incendios forestales en Córdoba en los que más de 700 bomberos voluntarios colaboraron.