Análisis sintáctico

A la hora de comunicarnos es necesario seguir una serie de normas fundamentales para que aquello que queremos transmitir tenga sentido. Para verificar que estas normas se siguen, existe un tipo de estudio que se encarga de clasificar gramaticalmente las palabras de una oración. Este estudio es conocido como análisis sintáctico.

¿Qué es el análisis sintáctico?

El análisis sintáctico es el estudio de la organización de las oraciones según la función gramatical que las palabras desempeñan en ésta. Así, por medio del análisis sintáctico podemos descifrar y comprender un número infinito de oraciones, además de poder clasificar los elementos que las componen.

Diferencia entre análisis sintáctico y análisis morfológico

Estos tipos de análisis suelen ser motivo de confusión al momento de estudiar. A pesar de que poseen varias semejanzas, cada tipo de análisis sigue su propio criterio y se utilizan para determinar aspectos diferentes.

El análisis morfológico identifica las categorías gramaticales, o lo que es lo mismo, los distintos tipos de palabras que contiene una oración, de forma individual. Estos son los sustantivos, adjetivos, verbos, etc.

Por su parte, el análisis sintáctico se encarga de categorizar la función gramatical que poseen estas palabras en la oración, tanto sus funciones individuales como de las secciones en las que dicha oración se puede dividir, secciones conocidas como sintagmas.

Dicho de otro modo, el análisis morfológico determina el tipo de las palabras de una oración, mientras que el análisis sintáctico determina el papel que éstas juegan en dicha oración.

El análisis sintáctico trata de descubrir la estructura de una oración y determina así si dicha oración se ajusta o no a un formato esperado.

Elementos que debes conocer antes de realizar un análisis sintáctico

En cuanto a su organización sintáctica, una oración se divide esencialmente en diferentes tipos de sintagmas y a su vez en dos grandes partes que serán las que contengan los elementos que se analizarán: el sujeto y el predicado.

  • Sintagmas:

    Los sintagmas son la palabra o el grupo de palabras en las que se divide gramaticalmente una oración, y que se clasifican según la función que desempeñen. Esta función dependerá del elemento principal del sintagma, llamado núcleo (N), que es la palabra más representativa de este y la palabra que determinará el tipo de sintagma al que pertenece. Finalmente, este núcleo va acompañado por lo general de otra u otras palabras que lo complementan para así formar todos juntos el sintagma, excepto en los casos en los que este sintagma está formado por una única palabra. Estos se clasifican en los siguientes tipos:

  • Sintagma nominal (SN):

    Tipo de sintagma cuyo núcleo es un sustantivo, o un pronombre que sustituya a este sustantivo. Este núcleo suele ir acompañado de un determinante (det), que son palabras que se colocan justo antes del núcleo (generalmente artículos), y de los complementos o modificadores del nombre, que son palabras ubicadas generalmente después del núcleo. Estos últimos pueden ser adyacentes (ady) si son adjetivos que complementan al núcleo (ej: la pera verde), o aposiciones (apos) en caso de ser otros sustantivos quienes lo complementen (ej: la profesora María).

    En la mayoría de los casos, el sujeto de la oración es en sí mismo un sintagma nominal, pero el predicado también puede contener uno o más sintagmas nominales según sea el caso. Ejemplo:

El autor de la famosa novela firmó los libros

En este ejemplo, “el autor de la famosa novela” y “los libros” son dos sintagmas nominales, pues sus núcleos son sustantivos. Estos núcleos son “autor” y “libros”, respectivamente.

  • Sintagma adjetival (SAdj):

    Tipo de sintagma cuyo núcleo es un adjetivo. En ocasiones este adjetivo puede ir acompañado de uno o dos modificadores que lo complementen, generalmente adverbios, interpretados en el análisis como cuantificadores (cuant). También son conocidos como intensificadores. Ejemplo:

Tu tío es bastante alto

En este ejemplo, “bastante alto” es un sintagma adjetival. El adjetivo “alto” es el núcleo del sintagma, mientras que el adverbio “bastante” es el cuantificador.

  • Sintagma adverbial (SAdv):

    Tipo de sintagma cuyo núcleo es un adverbio. Al igual que en los sintagmas adjetivales, el núcleo del sintagma adverbial puede ir acompañado de un cuantificador, el cual será otro adverbio. Ejemplo:

Mi casa está muy cerca

En este ejemplo, “muy cerca” es un sintagma adverbial. El adverbio “cerca” es el núcleo del sintagma, y el otro adverbio, “muy”, el cuantificador que lo complementa. Resulta sencillo identificar cuál es el adverbio más importante dentro del contexto y cuál es el adverbio complementario, por lo que también resulta sencillo saber cuál es el núcleo entre ambos. Después de todo, es posible decir “mi casa está cerca”, pero es incoherente decir “mi casa está muy”.

  • Sintagma preposicional (SP):

    Tipo de sintagma cuyo núcleo puede ser un sustantivo, un adjetivo o un adverbio, que debe tener delante una preposición. Así, el sintagma preposicional puede poseer las mismas características de los otros tipos de sintagmas anteriormente vistos, con la única diferencia de la presencia de esta preposición, que servirá como un puente o conector entre dos sintagmas. Al momento de realizar el análisis, esta preposición se identifica como un enlace (enl). Ejemplo:

Ricardo le entregó una carta misteriosa a su compañera

En el ejemplo, “a su compañera” es clasificado como un sintagma preposicional. Adquiere las mismas características de un sintagma nominal (con el sustantivo “compañera” como su núcleo), pero en esta ocasión, la preposición “a” se encuentra presente. Ésta conecta el sintagma preposicional con el sintagma nominal que lo precede, es decir, “una carta misteriosa”.

  • Sujeto (S):

    El sujeto de una oración indica la persona, animal, cosa o estado de existencia que realiza la acción del verbo. Para identificar el sujeto de una oración hay que hacerse la pregunta de qué, quién o quiénes realizan la acción del verbo de determinada oración. La respuesta que obtengamos, será el sujeto. Ejemplo:

El niño corre

Aquí el sujeto es “el niño”, pues es él quién corre, es decir, el que realiza la acción de correr.

Al igual que los sintagmas, el sujeto también posee un núcleo, que será el que determine la condición de sujeto. Este núcleo puede ser un sustantivo o los pronombres que puedan sustituir a este sustantivo, por lo que el resto de palabras que lo complementen (usualmente artículos) también formarán parte del sujeto, como lo muestra el ejemplo anterior. En ese caso, el artículo “el” forma parte del sujeto que complementa al sustantivo “niño”, que es el núcleo del sujeto.

En otros casos, el sujeto puede encontrarse ausente de una oración, bien porque lo sobreentendemos o porque se trata de una oración con verbo impersonal y por lo tanto no tiene sujeto. Cuando esto ocurre, decimos que hay un sujeto omitido o sujeto gramatical. Así pues, el sujeto omitido es aquel que no aparece explícito o expresado en la oración. Ejemplos:

Me dijeron que viniera (se asume que el sujeto que se omite es “ellos”)

Se cayó en la salida (se asume que el sujeto que se omite es “él” o “ella”)

  • Predicado (P):

    El predicado de una oración es toda aquella sección de la oración que no corresponde al sujeto. Se caracteriza especialmente porque, así como el sustantivo es el núcleo del sujeto, el verbo es núcleo del predicado, y todas aquellas palabras que lo complementen formarán parte de dicha sección. Ejemplo:

Tomás ganó tres medallas de oro

Todo lo que se dice de Tomás (sujeto), es el predicado; tanto lo que hizo, ganó, como aquello en lo que recae su acción. ¿Qué ganó? Tres medallas de oro.

Cabe destacar que el predicado también se clasifica como sintagma verbal (SV) al momento de realizar el análisis, pues es a la vez un conjunto de palabras que tienen como núcleo a un verbo.

El predicado, además, puede ser de dos tipos: nominal o verbal, y esto dependerá de la naturaleza del verbo:

– Predicado nominal (PN):

Tipo de predicado que consta de un verbo copulativo (ser, estar o parecer) y que se encarga de establecer una unión entre el sujeto y el atributo (atr) del predicado, es decir, el elemento que le atribuye una cualidad al sujeto y que concuerda con este en género y número:

Enrique es una gran persona

“Una gran persona” es el atributo, pues describe al sujeto por medio del verbo copulativo “es”.

– Predicado verbal (PV):

Tipo de predicado que posee un verbo no copulativo y que puede ir acompañado de los llamados complementos, es decir, elementos sobre los cuales recae la acción y que la complementan. A diferencia del atributo, estos no describen propiamente una cualidad del sujeto y, según el caso, su presencia puede ser opcional. Podemos encontrar tres tipos de complementos básicos:

  1. Complemento directo (CD):

    Es la persona, animal, cosa o estado de existencia sobre quien recae directa e inmediatamente la acción del verbo. Por ejemplo:

Vanesa diseña los vestidos

Las palabras “los vestidos” es el complemento directo porque la acción de “diseñar” cae directamente sobre estas. ¿Qué diseña? Los vestidos. Cabe destacar que estas pueden sustituirse por los pronombres “lo”, “la”, “los” o “las”: Vanesa los diseña.

  1. Complemento indirecto (CI):

    Este indica la persona, animal, cosa o estado de existencia sobre quien recae la acción pero de forma indirecta, es decir, en quien recae la acción luego de haberla sufrido antes un complemento directo. Por ejemplo:

Ronald regala flores a Karen

Karen es la persona que recibe la acción pero sólo después de haberla recibido antes el complemento directo, es decir, la palabra “flores”.

Es necesario aclarar que este complemento indirecto siempre irá acompañado de la preposición “a”. Por otro lado, el mismo puede sustituirse por los pronombres ‘le’, ‘les’, ‘me’, ‘te’, ‘se’ o ‘nos’: Ronald le regala flores / Ronald se las regala.

  1. Complemento circunstancial (CC):

    Indica las diferentes circunstancias en las que se puede realizar la acción del verbo. Pueden sustituir al complemento directo o añadirlo junto a este para complementarlo. Las circunstancias que expresa este complemento pueden ser de tiempo, modo, lugar, cantidad, causa o finalidad, compañía e instrumento.

Los diferentes componentes del sujeto y el predicado pueden estar ubicados en diferentes lugares de la oración, aunque es común que todos los elementos del sujeto se ubiquen justo antes del predicado. En ocasiones, incluso, el sujeto puede encontrarse justo en el medio de dos componentes del predicado.

 El futbolista llegó al estadio ayer

¿Sabías qué...?
Se han realizado análisis sintácticos en los textos de la Biblia. Esto, con el objetivo de entender su correcta interpretación y significado según la situación histórica y cultural de la época de su origen.

Tipos de oraciones

Una vez finalizado el análisis de los componentes de la oración es momento de analizar a la oración en sí. Esta se puede clasificar en base a cuatro criterios, que a su vez se subdividen en otros tipos:

Según el número de verbos

  • Oraciones simples: aquellas que sólo poseen un verbo en su predicado.
  • Oraciones compuestas: aquellas que poseen más de un verbo y por lo tanto más de un predicado.

Según la naturaleza del predicado

  • Oraciones copulativas: aquellas oraciones simples que poseen un predicado nominal.
  • Oraciones predicativas: aquellas oraciones simples que poseen un predicado verbal. Estas pueden ser transitivas si poseen complemento directo o intransitivas si no lo poseen.

Según la voz del verbo

  • Oraciones activas: aquellas que se encuentran en voz activa, es decir, cuando la acción del verbo la realiza el sujeto de la oración.
  • Oraciones pasivas: aquellas que se encuentran en voz pasiva, es decir, cuando la acción del verbo la realiza el complemento directo de la oración.

Según la intención del hablante

  • Oraciones enunciativas: aquellas que informan o comunican sobre un hecho. Pueden ser afirmativas o negativas.
  • Oraciones interrogativas: aquellas que formulan una pregunta.
  • Oraciones exclamativas: aquellas que expresan enérgicamente emociones, como sorpresa, alegría o disgusto.
  • Oraciones imperativas: aquellas que imponen una orden.
  • Oraciones desiderativas: aquellas que manifiestan un deseo. Suelen contener la palabra “ojalá”.
  • Oraciones dubitativas: aquellas que enuncian una duda o incertidumbre.
  • Oraciones de posibilidad: aquellas que exponen la posibilidad de algún hecho.
En las oraciones compuestas, que poseen más de un verbo, la oración completa se divide en proposiciones, es decir, fragmentos de la oración con su propio núcleo verbal y por lo tanto su propio predicado cada uno. Estas oraciones se dividen en tres tipos:

 

Oración compuesta coordinada: aquella cuyas proposiciones están conectadas por una conjunción que se identifica en el análisis como un nexo (nx), usualmente la palabra “y”. Cabe destacar que el nexo puede encontrarse en cualquier tipo de oración y en cualquier lugar de esta, mientras tenga sentido gramatical.

 

Oración compuesta yuxtapuesta: aquella cuyas proposiciones no se encuentran conectadas por nexos. Generalmente estos están divididos por signos de puntuación.

 

Oración compuesta subordinada: aquella en donde una de sus proposiciones depende de otra proposición principal para tener sentido gramatical, y cuya unión forma una oración completa sintácticamente correcta.

Lista de abreviaturas

  • Sujeto: S
  • Predicado: P
  • Predicado nominal: PN
  • Predicado verbal: PV
  • Núcleo: N
  • Verbo: V
  • Complemento directo: CD
  • Complemento indirecto: CI
  • Complemento circunstancial: CC
  • Sintagma nominal: SN
  • Sintagma verbal: SV
  • Sintagma adjetival: SAdj
  • Sintagma adverbial: SAdv
  • Sintagma preposicional: SP
  • Determinante: det
  • Adyacente: ady
  • Aposición: apos
  • Cuantificador: cuant
  • Enlace: enl
  • Nexo: nx

Pasos para realizar un análisis sintáctico

Una vez aclarados los términos podemos comenzar a realizar el análisis sintáctico, en donde se señalarán las funciones sintácticas de los elementos de la oración a través de abreviaturas:

1. Localizar e identificar el verbo de la oración. En base a este se identificarán el resto de elementos de la oración.

Los peatones cruzaron las calles de la ciudad
V

2. Identificar el sujeto y el predicado de la oración, en base a la localización del verbo y del núcleo del sujeto. Se debe tener siempre en cuenta que el verbo debe tener concordancia de género y número con el sujeto, en caso de que no sea un sujeto omitido. Indicar además si se trata de un predicado nominal o verbal.

Los peatones cruzaron las calles de la ciudad
V
S  PV

3. Identificar los diferentes tipos de sintagmas de la oración. Con ello, además, identificar cada uno de los componentes que conforman la oración. Si el sujeto y el predicado en sí también pueden clasificarse como sintagmas, colocar las abreviaturas al mismo nivel de estos y separar ambas categorías con una barra lateral.

Los peatones cruzaron las calles de la ciudad
det N det N enl det N
V SN SP
S/SN PV/SV

4. Identificar los complementos directos, indirectos y circunstanciales o el atributo, según sea el caso, que se encuentran en el predicado de la oración. Estos se colocan junto a los sintagmas identificados previamente, separados entre sí por una barra lateral.

Los peatones cruzaron las calles de la ciudad
det N det N enl det N
V SN/CD SP/CC
SN/S SV/PV

5. Finalmente, identificar el tipo de oración según los cuatro tipos de criterio en los que puede clasificarse. En este último caso no se utilizan abreviaturas:

Los peatones cruzaron las calles de la ciudad
det N det N enl det N
V SN/CD SP/CC
SN/S SV/PV
Oración simple, predicativa transitiva, activa, enunciativa afirmativa.

Ahora observemos dos ejemplos más de análisis sintáctico en oraciones más complejas:

Ayer por la tarde, un oso enorme y feroz fue avistado por el bosque
N enl det N det N ady nx ady enl det N
SAdv/CC SP/CC V SP/CC
SV/PV SN/S SV/PV
Oración simple, predicativa intransitiva, activa, enunciativa afirmativa
El profesor se esforzó mucho para que sus alumnos pudieran entender la lección
det N nx det N det N
V SAdv/CC V SN/CD
SN/S SV/PV SN/S SV/PV
Proposición 1, principal: predicativa intransitiva, activa, enunciativa afirmativa Proposición 2: subordinada, predicativa transitiva, activa, enunciativa afirmativa
Oración compuesta

El parser

El análisis sintáctico también es importante en el mundo digital. El parser, o también conocido como analizador sintáctico, es un programa informático que analiza la sintaxis de los símbolos de un determinado lenguaje de programación para posteriormente llevar a cabo otros procesos.

El narrador y sus tipos

A la hora de relatar una historia, son varios los aspectos a tener cuenta. El más importante entre ellos es el narrador, ya que es fundamental la presencia de alguien responsable de contar los eventos que ocurren en dicha historia. Hay varios tipos, y cada uno de ellos aporta un estilo único a la narración.

¿Qué es un narrador?

Un narrador es la persona o el ser desde cuya perspectiva se cuenta una historia, y que se manifiesta a través de la persona que narra o que lee dicha historia. El narrador puede ser un personaje dentro de la misma, pero no siempre lo es, y esto dependerá del tipo de narrador.

Un buen narrador, independientemente de su tipo, hace que el lector u oyente se sienta completamente sumergido en la historia.

Tipos de narrador

Narrador en primera persona

Es el tipo de narrador que habla desde un punto de vista en primera persona. Al narrar utiliza los pronombres en primera persona “yo, nosotros, mí, mío, nuestro”. Este sólo puede decirle a la audiencia lo que vive o lo que ve, y no puede comentar sobre acciones que no ve o experimenta directamente.

  • Drácula (1897): esta clásica novela, desarrollada por el escritor irlandés Bram Stoker, es un claro ejemplo de narrador en primera persona. La historia es narrada por una serie de personajes que relatan sus propias experiencias, decisiones y emociones a través de diarios, cartas y grabaciones, en eventos relacionados de una forma u otra con el famoso y terrorífico conde. Cada uno de estos personajes se convierte en el narrador y a la vez en protagonista según el capítulo o el segmento de la historia que se narre.

Narrador en segunda persona

Es el tipo de narrador que habla desde el punto de vista en segunda persona. Al narrar utiliza los pronombres en segunda persona “tú, tu, tuyo, ustedes, vosotros, vuestro”. El tipo de narrador en segunda persona es el menos utilizado.

Este narrador puede ser un personaje en el texto que cuenta la historia a otra persona, en donde describe lo que esta persona hace o hizo, o puede ser un narrador que se habla a sí mismo en segunda persona y narra todo lo que vivió a modo de reflexión. En ocasiones, incluso, puede ser un narrador externo que le habla directamente al lector como si él fuese el protagonista de la historia.

  • Diario de invierno (2012): esta novela, escrita por el estadounidense Paul Auster, es uno de los pocos ejemplos de narrador en segunda persona. En ella es el mismo Auster quien relata diferentes acontecimientos de su vida en forma de autobiografía, pero lo hace como si las experiencias que relata fuesen de quien lo escucha o quien lo lee. De esta forma busca asociar y comparar su vida con la del lector para que se sienta identificado.

Narrador en tercera persona

Es el tipo de narrador que habla desde el punto de vista en tercera persona. Al narrar utiliza los pronombres “él, ella, su, suyo, suyos, ellas, ellos”.

En ocasiones, se conoce como narrador limitado al narrador en tercera persona que sólo puede comentar sobre las acciones de los personajes que observa en ese momento; es decir, hay alguna acción “detrás de escena” que él no ve. Por lo tanto, su narración es limitada, pues no puede comentar sobre acciones que no ve o experimenta directamente. También se conoce como narrador testigo.

  • La colmena (1950): famosa novela que ejemplifica eficientemente el tipo de narrador limitado. Ubicada algunos años después de finalizada la guerra civil española, el narrador sólo se limita a describir lo que dicen y hacen los personajes a los que se refiere en el momento. No participa en los sucesos, no puede emitir opiniones subjetivas al respecto ni describir nada de lo que no es testigo. Es comparable a una cámara invisible que sólo graba a los personajes desde atrás, sin ningún otro tipo de intervención.

Por otro lado, el narrador omnisciente es el narrador en tercera persona que puede comentar todo lo que experimenta cada uno de los personajes existentes. Por lo tanto, su narración es “omnisciente”. El narrador en tercera persona es alguien fuera de la historia que puede describir tanto lo que sucede como los pensamientos y ambiciones de los personajes. Es el tipo más común de narrador.

  • Don Quijote de La Mancha (1605-1615): probablemente la narración más reconocida de toda la historia de la literatura. Este es un ejemplo de narrador omnisciente en tercera persona, pues tiene total acceso a los pensamientos y acciones de cada personaje. Sin formar vínculos con ellos y sin participar en los acontecimientos, el narrador puede describir al lector cada detalle del exterior y del interior del personaje. La descripción de las disparatadas reflexiones del ingenioso hidalgo son un claro ejemplo de esto.

Otros elementos de la narración

  • Género:

    Las novelas, cuentos, memorias, ensayos personales, anotaciones en diarios, escritos de viajes y poesía hacen uso del lenguaje narrativo y descriptivo. Los escritores de discursos y periodistas que escriben artículos a menudo usan estas técnicas en su escritura.

  • Público objetivo:

    La persona al otro lado del narrado, es aquella que escucha o lee la historia y es testigo de la información que recibe, ya sea por placer o como un medio para obtener información.

  • Idioma:

    El sistema de comunicación a través del cual se transmitirá la narración. Según su grado de éxito, dicha narración puede traducirse a decenas de idiomas distintos para que alcance a una mayor cantidad de público.

 

¿Sabías qué...?
La narración más antigua de la que se tiene registro es el poema de Gilgamesh, una historia escrita en verso tallada en una serie de tablillas de piedra data del 2.000 a. C. En ellas, un narrador en tercera persona relata las aventuras del mitológico semidiós sumerio Gilgamesh.
Más de un tipo de narrador

Las obras narrativas no siempre poseen un único tipo de narrador. Existen ejemplos de historias clásicas, como Madame Bovary (1856), en donde el tipo de narrador se alterna entre tercera persona omnisciente, tercera persona limitado y un estilo especial de narrador en primera persona. Otro ejemplo son las historias de Sherlock Holmes, en donde el Dr. Watson relata tanto sus propias acciones como las de su inteligente compañero.

Estructura de los cuentos

El género literario de la narración está comprendido por diferentes subgéneros, como la novela, el relato y el cuento. Los diferentes tipos en los que se clasifica este último están divididos en las mismas partes, en donde cada una relata una etapa concreta de la historia. Este conjunto de partes se conoce como la estructura de un cuento.

¿Qué es un cuento?

El cuento es una obra narrativa caracterizada por ser relativamente corta. El diccionario lo describe como una narración en prosa más corta que una novela que generalmente involucra pocos personajes y se enfoca en causar un efecto impactante a nivel emocional en el lector más que en relatar una trama compleja y profunda.

Características propias de un cuento

  • Es relativamente breve, por lo general más corto que una novela.
  • Involucra pocos personajes en su historia.
  • Se escribe generalmente en prosa.
  • Hace énfasis en incorporar elementos de ficción, aunque puede inspirarse en hechos reales o involucrar este tipo de hechos en la historia.
  • Posee un sólo conflicto y trama principal a diferencia de la novela, que posee subtramas y conflictos secundarios en su desarrollo.

¿Cómo se encuentra estructurado un cuento?

Tal y como sucede con toda obra literaria del género narrativo, como la novela, la historia o trama que relata un cuento se compone de tres segmentos principales y fundamentales, independientemente del tipo de cuento que se plantea:

  • Introducción

    Es la primera parte del cuento, donde se presentan todos los personajes principales que participan en la historia y sus situaciones básicas. Contiene el nivel primario de caracterización, donde se exploran los antecedentes y personalidades de los personajes. En este segmento también se presenta el problema ante el lector u oyente, que es lo que impulsa la historia.

  • Nudo

Como su nombre lo indica, el nudo es el momento donde el o los personajes tienen algún conflicto o situación que deben resolver. Es decir, el nudo comienza cuando se produce un quiebre o cambio en la historia.

  • Desenlace

    Es la tercera y última parte del cuento, también conocida como resolución. Es cuando el problema planteado en la trama es resuelto. En este punto todos los elementos de la historia se unen y conducen inevitablemente al final de la narración.

Otros expertos concuerdan el cuento en cinco partes, según los elementos que estructuran las obras dramáticas, como lo son las películas:

  • Exposición

    Segmento donde se presentan e introducen el escenario, los personajes principales y la situación que los involucrará en la historia.

  • Complicación

    Momento en el que se presenta el conflicto alrededor del cual girará la historia y que eventualmente será resuelto por los personajes.

  • Acción creciente

    Segmento que sigue al planteamiento del conflicto y en el que la tensión y el suspenso crecen progresivamente.

  • Clímax

    Es el momento en el que la acción creciente llega a su pico más alto y el punto de mayor interés en términos de conflicto. Es, además, el momento decisivo para el protagonista y su compromiso con el curso de la acción.

  • Resolución

    Es el segmento en el que finaliza el clímax y, con él, la historia. Se enfoca en cómo el conflicto planteado previamente es resuelto por completo.

Los cuentos se comparten de manera escrita y oral.

Tipos de cuento

  • Acción y aventura

    Tipo de cuento en donde la historia conduce al protagonista a involucrarse en eventos arriesgados, y donde se verá obligado a envolverse en combates y batallas para lograr su objetivo junto a otros sucesos atípicos de la vida cotidiana.

  • Absurdo o surrealismo

    Tipo de cuento en donde la dinámica de la historia desafía el razonamiento lógico y común, e incluso el propósito y sentido más básico de la vida. En ocasiones se encuentra relacionado a la comedia.

  • Comedia

    Tipo de cuento que relata una serie de eventos divertidos o cómicos con el objetivo de hacer reír al receptor. A menudo se relaciona y mezcla con muchos otros tipos de cuento.

  • Fantasía

    Tipo de cuento que relata historias que involucran fuerzas fantásticas, sobrenaturales o mágicas, diferentes a los elementos comunes presentes en la vida real.

  • Ciencia ficción

    Tipo de cuento similar al fantástico, que utiliza la comprensión científica para explicar el universo en el que se desarrolla. Generalmente incluye o se centra en capacidades fantásticas que las computadoras y máquinas son capaces de realizar dentro de la realidad que plantea la historia.

  • Drama

    Tipo de cuento que se enfoca en la seriedad de los eventos de su historia, junto con el desarrollo en profundidad de personajes realistas que deben lidiar con luchas internas y emocionales.

Existe otro tipo de clasificación:

  • Cuento popular

    Este tipo de cuento tradicional se solía compartir de forma oral, por ello se caracteriza por presentar múltiples interpretaciones, aunque persiste la estructura básica. Generalmente el autor del cuento es de identidad desconocida.

  • Cuento literario

    Tipo de cuento cuyo contenido se encuentra plasmado de forma escrita, ya sea en libros u otros medios. Al encontrarse registrado su contenido, no puede ser alterado. El autor también suele figurar en dicho registro, por lo que su identidad suele ser conocida.

¿Sabías qué...?
Los precursores del cuento fueron las leyendas, historias míticas, fábulas y anécdotas que estuvieron presentes en varias comunidades antiguas de todo el mundo. Estas piezas cortas existieron principalmente en forma oral y se transmitieron de esta manera de una generación a otra.
Los hermanos Grimm

Estos escritores alemanes de los siglos XVIII y XIX fueron los principales difusores de un gran número de los cuentos clásicos más famosos de la era actual, como “Caperucita Roja” y “Blancanieves”. El sencillo pero firme planteamiento de sus cuentos ejemplifica a la perfección la introducción, el nudo y el desenlace de una historia.

 

Verboides

En nuestro sistema de lenguaje cotidiano, un verbo es una palabra que representa una acción y que al conjugarse, cambia morfológicamente para especificar número, género, modo, persona y tiempo; sin embargo, existen formas que adoptan estos verbos que actúan como la excepción a esta regla. Estas formas son conocidas como verboides.

¿Qué son los verboides?

Los verboides son los verbos no finitos, es decir, verbos no definidos en cuya morfología no está plasmada la persona, el género, el modo, el número o el tiempo verbal, salvo excepciones. Por este motivo, generalmente, no muestran relación gramática con el sujeto de la oración; es decir, que no pueden funcionar como el verbo del predicado de dicha oración.

Además, al ser configurados de esta manera, adquieren una función distinta a la de verbo dentro de la oración, y según sea el caso, pueden ser tratados como sustantivos, adjetivos o adverbios.

Los verboides también son conocidos como verbos no finitos, verbos no definidos, verbos indefinidos y formas no personales del verbo.

Características de los verboides

  • No pueden cumplir la función del verbo del predicado en una oración principal, salvo pocas excepciones.
  • Pueden cumplir la función de sustantivos, adjetivos o adverbios dentro de la oración, según sea el caso.
  • Salvo excepciones, no indican ni expresan tiempo, persona, género, modo o número, a diferencia de los verbos y sus conjugaciones.
  • Son invariables, es decir, no cambian su morfología independientemente de la función que cumplan en la oración.
  • Según el tipo de verboide poseen diferentes sufijos específicos que los identifican como tales.

Principales tipos de verboides

– Infinitivos:

Es la forma más básica de un verbo, y no indica en su morfología la persona, número, género, modo o tiempo de la acción que realiza el sujeto. Pueden ser fácilmente identificados por poseer las terminaciones o sufijos -ar, -er o -ir. Ejemplos: caminar, comer, dormir, etc.

El infinitivo suele tomar la función de sustantivo de la oración, es decir, el nombre que identifica al sujeto o al objeto de la oración, que es quien realiza la acción o en quien recae la acción respectivamente.

El infinitivo cumple su rol de sustantivo de diferentes formas:

  • Infinitivo como sujeto:

    Aquel que realiza la acción, representada por otro verbo.

Ejemplos:

Olvidar los mejores momentos de tu vida es casi imposible.

Pensar en hamburguesas abre mi apetito.

Curar una herida requiere de mucha destreza.

 

  • Infinitivo como objeto/complemento directo:

    En quien recae la acción del verbo.

Ejemplos:

Mi hermana quiere aprender las tablas de multiplicar.

No deseo salir tan tarde.

Debo comenzar la dieta.

 

  • Infinitivo como modificador de un nombre:

    Sustantivo en infinitivo que complementa a otro sustantivo en la oración.

Ejemplos:

No comprendo el hecho de proceder de este modo.

Me da la impresión de tener un agujero en el estómago.

La importancia de preparar profesionalmente a las personas suele ser subestimada.

 

  • Infinitivo como modificador de un adjetivo:

    Sustantivo en infinitivo que complementa a un adjetivo en la oración.

Ejemplos:

Esta información es fácil de procesar.

Es imposible adivinar en el primer intento.

Es prudente pensar antes de hablar.

 

  • Infinitivo como modificador de un adverbio:

    Sustantivo en infinitivo que complementa a un adverbio en la oración.

Ejemplos:

Antes de entrar, primero debes tocar el timbre.

Lejos de resolver el problema, lo empeoró.

Quizás haber abierto esta caja de chocolates no fue una buena idea.

Dos aspectos a tener en cuenta son que, en varios casos, estos verboides deben ir acompañados de una preposición para darle sentido gramatical a la oración (de, sin, etc) y, en otras ocasiones, el infinitivo del verbo haber puede unirse a un verboide participio para formar un infinitivo compuesto e indicar así pasado o anterioridad (haber vivido, haber gastado, etc). En ambos casos el infinitivo continúa su rol como sustantivo.

– Gerundios: forma derivada del verbo que funciona gramaticalmente como un adverbio, pues se conjuga junto a otros verbos en la oración para expresar alguna circunstancia en concreto. Estos verbos serán quienes aporten la persona, el número y el tiempo al sentido de la oración, pues el gerundio en sí carece de estas características. Pueden ser identificados por poseer las terminaciones o sufijos -ando o -endo. Ejemplos: caminando, comiendo, durmiendo, etc.

El gerundio, en su rol de adverbio, puede cumplir con dos funciones diferentes en la oración:

  • Simultaneidad:

    El gerundio se utiliza junto a cualquier forma conjugada del verbo estar para indicar que ambos derivados verbales ocurren de forma simultánea.

Ejemplos:

Los niños están jugando en el parque

Mis grupos de música favoritos estaban tocando en la plaza la semana pasada.

Está lloviendo a cántaros.

 

  • Modo:

    El gerundio se utiliza junto a la forma conjugada de un verbo de acción para indicar modo, es decir, cómo o de qué forma se está llevando a cabo dicha acción.

Ejemplos:

Mi hermano limpia moviendo la escoba de un lado para el otro.

Ella conversa alzando la voz.

Dibujaba sonriendo mientras recordaba el paisaje.

En ambos casos el gerundio transmite un efecto de continuidad, que indica que la acción que se lleva a cabo no posee un final concreto.

– Participios: forma derivada del verbo que funciona gramaticalmente como un adjetivo, ya que puede ser utilizado para describir el estado o característica. Son identificados por poseer las terminaciones y sufijos -ado e -ido en el caso de los participios regulares, y las terminaciones -cho, -to y -so para los participios irregulares.

El participio posee dos formas básicas de cumplir su rol de adjetivo:

  • Participio como modificador del sustantivo:

    Participio que actúa como un adjetivo que complementa y describe al sustantivo de la oración.

Ejemplos:

Un señor mareado me dijo que no volvería a subir a un barco.

El árbol talado se convertirá en papel y madera.

La computadora encendida muestra varios documentos abiertos.

  • Participio como predicativo subjetivo:

    Estado del participio en el que, como adjetivo, complementa tanto al sujeto como al verbo del predicado.

Ejemplos:

La moneda cayó parada.

El tesoro es custodiado.

Esa persona parece confundida.

¿Sabías qué...?
La palabra verboide no existe oficialmente, y por lo tanto no posee un lugar ni una definición en el diccionario de la Real Academia Española. El término se acuñó de manera informal en base a su practicidad y a sus raíces etimológicas: verbum, traducido como palabra en latín, y el sufijo de origen griego -oide, que significa apariencia o imagen.
Participio, la excepción a la regla

Curiosamente y, al igual que los adjetivos comunes, el participio es el único tipo de verboide que puede indicar género y número en su morfología, por lo que se convierte automáticamente en una excepción a la regla de los verboides. Por ejemplo: construido/construida, construidos/construidas.

Análisis semántico y morfológico

A lo largo de los años, la sociedad se ha visto en la necesidad de establecer criterios de clasificación que le den orden y sentido a aquello que comunicamos; por ejemplo, clasificar una palabra según su significado o su forma y estructura. Es aquí donde entran, respectivamente, los análisis semántico y morfológico de la lengua.

Semántica y análisis semántico

Antes de poder definir el análisis semántico, primero debemos saber qué es la semántica. La semántica es todo aquello referente al estudio y posterior comprensión del significado de las palabras, frases, oraciones, párrafos e incluso símbolos, aplicados en un lenguaje natural o artificial.

Así pues, el análisis semántico es el proceso de agrupar estructuras sintácticas como oraciones, frases o párrafos como un todo, para luego relacionar cada palabra del conjunto con su significado lingüístico y así darle un sentido global; dicho de otro modo, es el acto de procesar el significado de cada palabra de un texto para la comprensión del significado práctico del contexto de dicho texto.

Morfología y análisis morfológico

Tal y como en el caso anterior, es necesario identificar antes el significado de la morfología de las palabras. En lingüística, la morfología de las palabras consiste en su forma y estructura; se refiere a las distintas variantes que puede presentar cada palabra y  dependerá de las unidades gramaticales por las que esta esté formada.

Por lo tanto, el análisis morfológico es el estudio a nivel estructural de las palabras que se encuentran dentro de una oración o un texto; cómo están formadas, cómo se construyen, a qué tipo o categoría pertenece, la relación que comparten entre sí dentro de un mismo idioma o lenguaje, y la función gramatical que cumplen en el texto según dicha estructura.

 

De la estructura de las palabras dependerá su significado. Así, la semántica y la morfología trabajan en conjunto para construir los pilares del lenguaje que utilizamos diariamente para comunicarnos.

¿Qué hay tener en cuenta para realizar un análisis semántico?

Ya que el objetivo del análisis semántico es comprender el significado de una frase o párrafo dentro de un idioma determinado, el primer y fundamental paso para poder realizar esto consiste en identificar el significado de cada palabra de forma individual para luego relacionar y comparar estos significados con otros de forma que el contexto en el que se sitúan pueda cobrar sentido. Estas relaciones entre palabras se dividen en los siguientes criterios de clasificación semántica:

  • Hiperonimia e hiponimia:

    Consisten en dos criterios de clasificación que establecen entre sí una cierta jerarquización semántica, pues el significado de una palabra, conocida como hiperónimo, abarca o incluye el significado de otras palabras, conocidas como hipónimos. Ambos criterios de clasificación establecen una relación en donde un conjunto de palabras son versiones más específicas (hipónimos) de otro término cuyo significado es más general y ambiguo (hiperónimo).

Ejemplos:
Hiperónimo: animal.

Hipónimos: perro, gato, elefante, caballo, león, etc.

Hiperónimo: color.

Hipónimos: azul, rojo, verde, violeta, amarillo, etc.

Hiperónimo: fruta.

Hipónimos: naranja, pera, manzana, uva, plátano, etc.

  • Monosemia:

    Consiste en el criterio de clasificación que abarca el grupo de palabras que poseen un único significado, por lo que siempre hacen referencia al mismo ser, objeto o hecho único y específico dentro de cualquier contexto en el que se encuentren.

Ejemplos:
abogado, teléfono, paraguas, sandía, átomo, mesa, etc.

  • Homonimia y polisemia:

    Consisten en dos criterios de clasificación en donde una misma palabra puede tomar significados diferentes según el contexto en el que esté situada. Se diferencian entre sí en que en palabras homónimas, dos significados de orígenes etimológicos distintos coincidan en manifestarse como una misma palabra de idéntica pronunciación y en muchos casos de idéntica estructura, mientras que en la polisemia, a pesar de tener distintos significados, la palabra posee un único origen etimológico.

Ejemplos:

Homonimia: llama (animal; luz producida por combustión), vaca y baca (animal; soporte usado en vehículos), lengua (órgano; sistema de comunicación), hola y ola (saludo; onda de agua).

Polisemia: canino (animal; diente), estrella (cuerpo celeste; artista), planta (vegetal; parte inferior del pie), sierra (herramienta; elevación de terreno).

  • Meronimia y holonimia:

    Consisten en dos criterios de clasificación, en donde el significado de una palabra (merónimo) consiste en la descripción de una de las partes que pueden conformar el significado o representación de otra palabra (holónimo). No deben confundirse con la hiperonimia y la hiponimia.

Ejemplos:

Holónimo: bicicleta.

Merónimos: rueda, pedal, sillín, manillar, etc.

Holónimo: árbol.

Merónimos: tronco, hojas, ramas, raíces, etc.

Holónimo: esqueleto.

Merónimos: peroné, omóplato, cráneo, costilla, etc.

  • Sinonimia:

    Criterio de clasificación en donde dos o más palabras estructuralmente distintas poseen el mismo significado.

Ejemplos: veloz/rápido – alumbrar/iluminar – danza/baile – partir/dividir – boda/matrimonio.

  • Antonimia:

    Criterio de clasificación en donde una o más palabras poseen directamente el significado opuesto al significado de otra.

Ejemplos: día/noche – alegre/triste – grande/pequeño – calor/frío – mucho/poco.

  • Denotación:

    Criterio de clasificación en donde la palabra analizada en cuestión, dentro del contexto, adquiere el significado literal y objetivo que indica el diccionario.

Ejemplo: la naranja es rica en vitamina C – la palabra “naranja” se refiere, tal y como figura en el diccionario, a la fruta cítrica obtenida del árbol del naranjo.

  • Connotación:

    Criterio de clasificación en donde la palabra analizada en cuestión, dentro del contexto, adquiere un significado subjetivo, distinto al del diccionario, que dependerá de lo que la persona que la utiliza quiera decir.

Ejemplo: mi hermano encontró a su media naranja – la palabra “naranja” adquiere un significado distinto a su significado literal, pues en este caso hace referencia a una pareja sentimental con la que se tiene mucho en común.

Una vez establecida la relación entre las palabras es necesario realizar un segundo análisis al texto para así identificar el sentido que este adquiere como un todo, determinar si el texto cobra un sentido literal o metafórico, y reconocer el idioma en el que es plasmado.

¿Qué hay tener en cuenta para realizar un análisis morfológico?

Para analizar morfológicamente un texto es necesario identificar las categorías gramaticales que lo componen, es decir, cómo se clasifica cada palabra según su estructura y, a su vez, la función que cumple dicha palabra en base a dicha estructura. Para este análisis se toman en cuenta los siguientes tipos de palabras:

  • Adjetivo:

    Es el conjunto de palabras que se utilizan para describir al sustantivo y atribuirle una determinada característica.

Ejemplos: redondo, alto, rojo, corto, suave, rubio, inteligente, etc.

  • Adverbio:

    Es el conjunto de palabras que modifican o califican un adjetivo, verbo, otro adverbio u oraciones para expresar tiempo, lugar, circunstancia, manera, cantidad, causa, grado, etc.

Ejemplos: ayer, bastante, rápidamente, también, nunca, debajo, etc.

  • Artículo:

    Es el conjunto de palabras utilizadas junto a un sustantivo para determinarlo, señalarlo y especificarlo gramaticalmente. Comparten con éste su género y su número.

Ejemplos: él, la, los, las, un, una, unos, unas.

  • Conjunción:

    Es el conjunto de palabras, invariables morfológicamente, que se utilizan para conectar palabras, ideas y oraciones dentro de un texto.

Ejemplos: sin embargo, y, más, pero, ya, que, etc.

  • Preposición:

    Es el conjunto de palabras, invariables morfológicamente, usualmente cortas, que se utilizan para conectar distintos tipos de palabras entre sí de forma que el conjunto resultante complemente la idea del texto y genere un sentido gramatical.

Ejemplos: a, ante, para, hacia, hasta, según, sin, etc.

  • Pronombre:

    Es el conjunto de palabras que pueden funcionar por sí mismas como un sustantivo sin que este último esté presente, y que se refieren a los participantes en el texto o a alguien o algo mencionado en otra parte del texto.

Ejemplos: él, ella, nosotros, nuestro, tuyo, vosotros, este, eso, etc.

  • Sustantivo:

    Es el conjunto de palabras diferentes a los pronombres que se utilizan para nombrar e identificar a cualquier clase de persona, animal, lugar, hecho o cosa.

Ejemplos: perro, casa, silla, ordenador, amistad, pelota, España, Juan, etc.

  • Verbo:

    Es el conjunto de palabras utilizadas para describir una acción, ocurrencia o estado del sujeto. Los verbos son alterados morfológicamente para indicar quién realiza la acción y cuándo es realizada.

Ejemplos: vivir, trabajar, comer, correr, construir, escalar, escuchar, etc.

Ejemplo de análisis morfológico

El gato maúlla en la sala

  • El: artículo (definido, masculino, singular)
  • gato: sustantivo (común, masculino, singular)
  • maúlla: verbo (3° persona, singular, presente de indicativo del verbo maullar)
  • en: preposición
  • la: artículo (definido, femenino, singular)
  • sala: sustantivo (común, femenino, singular)
¿Sabías qué...?
Una palabra puede presentar una estructura morfológicamente correcta, pero sin tener ningún sentido semántico en el idioma castellano, caso conocido como “palabra agramatical”. Algunos ejemplos de estas palabras sin sentido son “desdormir” e “imbello”.
Los orígenes de la semántica y la morfología

La palabra “semántica” fue utilizada por primera vez entre los siglos XIX y XX por quien es considerado su padre y fundador, el filólogo francés Michel Bréal. Así mismo, la palabra “morfología” se atribuye al poeta y escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe, quien muchos años antes la utilizó para describir el estudio de la estructura de los seres vivos.

El rey mago que nunca llegó, por Henry Van Dyke

Uno de los relatos navideños más conmovedores es la historia de Artabán, el cuarto rey mago. Es un cuento de Henry van Dyke que llega al corazón de muchas personas aunque no profesen el cristianismo ya que muestra en primer plano uno de los rasgos humanos más valiosos: la genuina compasión. En este artículo vamos A profundizar en esta maravillosa obra.

Corría el año 1896 cuando el cuento navideño The Other Wise Man (El otro rey mago) veía la luz. En ese momento su autor no prevería el impacto que ese pequeño cuento tendría con el correr del tiempo y se convertiría, lentamente, en una joya de la literatura. Después de esta historia, sus obras se volverían sumamente populares.

Una pequeña biografía

Utiliza en la vida los talentos que poseas: el bosque estaría muy silencioso si sólo cantasen los pájaros que mejor cantan.

Henry Van Dyke

El escritor de esta historia que aún inspira a artistas fue Henry Van Dyke, teólogo y docente estadounidense nacido en 1852 en Germantown, Pensilvania. En 1873 se graduó en la universidad de Princeton donde, más tarde, sería profesor de literatura inglesa.

La iglesia presbiteriana lo tendría como uno de sus pastores. Además de escribir relatos, ensayos y poesía fue traductor de obras alemanas y desempeñó importantes funciones en cargos públicos como diplomático en los Países Bajos.

Falleció en el año 1933, en Princeton, Nueva Jersey.

Edificio de la Universidad de Princeton, casa de estudios en donde se graduó Henry Van Dyke en la que más tarde sería profesor de literatura inglesa.

Actualmente, muchas de sus frases circulan en internet ya que están provistas de una profundidad filosófica difícil de igualar.

Some people are so afraid to die that they never begin to live. (Mucha gente tiene tanto miedo a morir que nunca empiezan a vivir.)

La historia del otro rey mago

The Other Wise Man es un cuento en el que se sigue los pasos de Artabán, el cuarto Rey Mago quien había quedado con Melchor, Gaspar y Baltazar a fin de reunirse para encaminar sus pasos a occidente guiados por una estrella en busca del niño Jesús.

Artabán es un nombre de origen persa que corresponde a diferentes reyes que imperaron en medio oriente y personajes famosos como Darío I.

Un zigurat (zĭg`ə-răt) es un templo de la antigua Mesopotamia que tiene la forma de una torre o pirámide escalonada. Artabán debía encontrarse con los otros Reyes Magos en una construcción como esta.

La travesía de los cuatro Reyes Magos debía iniciarse en el zigurat de Borsippa, el punto de reunión de todos por lo que Artabán acudía con un zafiro, un rubí y una perla incomparable en su género, como ofrendas para el niño Jesús. Antes de llegar encuentra a un anciano enfermo y moribundo por lo que interrumpe su viaje, atiende su cuerpo y restablece su salud; cuando llega a Borsippa, sus compañeros de viaje ya habían partido hacia su destino. Allí decide ir a Babilonia, vender el zafiro, comprar provisiones, un camello y con ello atravesar el desierto siguiendo a sus compañeros que lo habían dejado atrás.

¿Sabías qué...?
La Biblia no menciona a los Tres Reyes Magos, sino que se los describe por primera vez durante la Edad Media.

El moribundo que salvó le había dicho que encontraría a Jesús en Belén, una vez que llega mucho después que Melchor, Gaspar y Baltazar se entera por la mujer que lo hospeda que la familia completa se había ido a Egipto. Los soldados de Herodes estaban masacrando a los recién nacidos y entonces decide salvar al pequeño hijo de esa joven entregando el rubí que había llevado consigo.

Artabán lograría salvar la vida de un recién nacido en Belén dándole una de las ofrendas que había llevado para Jesús a un soldado.

Artabán pasaría más de treinta años buscando al Mesías entre los miserables de la Tierra ya que había acudido a un sabio y anciano rabino quien le había dicho que no lo encontraría en los palacios, sino predicando entre los menos afortunados. Ayudando a unos y otros buscaría en cada rincón, y nunca podría hallarlo.

Ya viejo y cansado decide ir a Jerusalén haciendo el último intento para encontrar por fin a quien tanto tiempo buscara. Allí se entera de que Jesús de Nazaret había sido condenado a la crucifixión por lo que decide seguir a la multitud que se dirige al Gólgota para verlo; tenía intenciones de ofrecer la perla de incalculable valor que llevaba consigo para salvar la vida del Rey de Reyes. Camino a su encuentro una joven que estaba siendo apresada como esclava por deudas contraídas por su padre se lanza a sus pies suplicándole piedad por lo que Artabán le entrega la perla para que pague su rescate.

En ese momento tembló la Tierra, la oscuridad se cernió sobre todos y con el estallido, una roca da en la sien del anciano hiriéndolo gravemente. La joven salvada se acerca y escucha que Artabán pregunta a alguien a quien ella no puede ver: “Señor, ¿Cuándo te vimos hambriento, te dimos de comer; o sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte? Durante treinta y tres años te busqué, pero jamás he llegado a contemplar tu rostro, ni venido en tu auxilio, Rey Mío”.
Y en esa ocasión, la joven escuchó la respuesta: “En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis
Y el cuarto Rey Mago murió en paz, sabiendo que su vida había tenido sentido.

Artabán lograría finalmente llegar a honrar a Jesús pero sin costosas ofrendas.

Las otras versiones de la historia de Artabán

Con el transcurrir del tiempo, el relato de Henry Van Dyke inspiraría a otros artistas. Entre los diferentes soportes se cuenta, indudablemente, el cine.

The fourth wise man (El Cuarto Rey Mago) es una película para televisión del año 1985 que pertenece al género dramático y fue dirigida por Ray Rhodes. Artabán es encarnado por Martin Sheen y Orontes por Alan Arkin.

En el reparto en diversos papeles secundarios se pueden ver a Charlie Sheen, Adam Arkin, además de Joe y Emilio Estévez. Existen, como es natural, algunas diferencias necesarias en el guión para su adaptación al nuevo soporte. En primer lugar, lo acompaña un esclavo, Orontes, quien recuperaría su libertad cuando volvieran de la travesía; una promesa hecha por el mismo padre de Artabán. Un cambio menor radica que en el filme el rey mago vende un jaspe para comprar una caravana y su relación con los otros tres reyes magos no es tan estrecha como en el cuento.

Afiche original de la película The fourth wise man basada en el cuento de Henry Van Dyke.

Orontes apresura a su amo durante toda la travesía, pero Artabán se detiene ante cada situación que se le presenta; incluso atiende a una comunidad de leprosos durante muchos años. Ya anciano decide dejar libre a Orontes y éste ve entonces al Mesías cuando llega a Jerusalén. Vuelve por Artabán y juntos tratan de alcanzar a Jesús antes de la crucifixión; en esta versión le da la perla a un soldado para liberar a la hija de un mago amigo suyo. En la película también termina ayudando a personas enfermas y sin esperanza y respeta el final del cuento.

El artista plástico escocés Peter Howson pintó en 2013 un cuadro inspirado en el cuento y fue el motivo de las felicitaciones de Navidad que empleó el primer ministro en esa festividad.

Peter Howson es un activo benefactor para el tratamiento del autismo. Este artista también se inspiró en el cuento para una de sus obras.

Si bien en el guión de Enzo Caro para la película italiana de televisión de 1997 toma en líneas generales la historia, tiene muchos cambios con respecto al cuento de Henry Van Dyke, incluso el protagonista se llama Alazar. Il quarto ré se estrenó la noche de Reyes de 1998 y la música fue realizada por Ennio Morricone, uno de los mejores compositores fílmicos.

El cuarto Rey, la historia del otro sabio, es un libro infantil ilustrado por el chileno Ted Sieger y cuenta la historia de Mazzel; muy similar al cuento de Henry Van Dyke pero adaptado para los más pequeños. Vive historias maravillosas junto a Chamberlín, su camello mágico y llega sin nada para regalarle a Jesús. El mismo ilustrador fue el director de la película de animación en el año 2006.

El ilustrador chileno Ted Sieger disertando en Animafest, otro artista que inspirado en el cuento crea la historia infantil de Mazzel y su correspondiente animación.

Existe también una leyenda rusa muy similar al cuento al que hacemos referencia; en ella el nombre del cuarto rey es Ogamyer Otraucle. Éste no carga con joyas para poder ayudar a los menos afortunados sino con vino, aceite y algunos burros. Las similitudes de la leyenda quizá inspiraron a Henry Van Dyke para elaborar la historia.

Origen de la tradición y los valores

En Italia, España y varios países de América es muy celebrada la fiesta de Epifanía en la noche que va del 5 al 6 de enero: la Noche de Reyes. Los niños dejan sus zapatos para recibir regalos en la mañana que le traen los Reyes Magos.

En esta celebración se recuerda el pasaje bíblico del Evangelio de San Mateo sobre la Adoración de los Magos; tres personajes venidos de oriente que llegan a Belén para honrar a Jesús en su nacimiento: Melchor, Gaspar y Baltazar. Los presentes son oro, incienso y mirra que simbolizan, en ese orden, los poderes terrenales, los celestiales y la mortalidad.

¿Sabías qué...?
El concepto de mago en oriente es diferente al que se utiliza en occidente; ya que hace referencia a un hombre de gran sabiduría.

En el Evangelio de San Mateo sólo se dice que llegaron sabios de oriente y que llevaron al niño oro, incienso y mirra. La palabra citada por San Mateo es la palabra persa magi que evoca al sabio pero en la traducción se tomaría la palabra latina magus quedando el término mago atravesado por su concepción occidental. Por convención entonces se diría que eran tres (tal vez por la Santísima Trinidad o asignar un regalo para cada uno) pero en otras iglesias no católicas son dos, cuatro y hasta doce. Los nombres fueron creados en la Edad Media así como su descripción física, el status y la compañía de camellos.

Como podemos ver, incluso los Tres Reyes Magos son de factoría reciente: surgen a partir de la Edad Media por lo que la aparición de un cuarto Rey Mago no es descabellada.

Rusia es una tierra rica en leyendas. Entre ellas se habría gestado la de Ogamyer Otraucle que habría inspirado a Henry Van Dyke para escribir el relato del Rey Mago que nunca llegó.
La historia de los Tres Reyes Magos tal y como la conocemos en la actualidad surgió durante la Edad Media.

Desde la aparición de esta historia mucho se reflexionó sobre los valores que ayudan a fomentar en el desarrollo del niño: entre ellos la paciencia, la solidaridad y el valor de la persecución de los sueños. Artabán tuvo que saber esperar sin desfallecer en su intento y haciendo lo que le dictaba el corazón en el transcurso de su vida. La comprensión, el sentido de su vida, lo adquiere en la última etapa de su existencia, gracias al esfuerzo y la entrega; quizá en su juventud no lo hubiera valorado en su justa medida.

El cuarto Rey Mago no llega con riquezas ni objetos materiales para adorar a Jesús, cuando lo encuentra sólo le entrega su amor y eso basta para darle sentido a una búsqueda de más de treinta años. En un mundo como el nuestro, en el que el materialismo pasó casi a formar parte en la práctica de una nueva religión no reconocida, esta historia muestra, de alguna manera, que quien arriesga, busca y aprende a través de los intrincados senderos del amor finalmente halla el sentido de la propia existencia.

Mito y leyenda

Suele pensarse a estos dos géneros literarios como sinónimos. Sin embargo, no tienen el mismo significado. En el siguiente artículo se detalla cada uno de ellos y se explican sus principales diferencias.

Los mitos son relatos anónimos, es decir, de autor desconocido y transmitidos de generación en generación por lo que se los considera tradicionales.

Es una narración de sucesos transformados por la fantasía de los pueblos a lo largo del tiempo; siempre aparecen en ellos elementos maravillosos que explican sucesos de la naturaleza o religiosos. El origen del universo, de los seres humanos y los fenómenos naturales son explicados a través de estas narraciones que todavía nos deleitan. Entonces, entendemos por mito a un relato antiguo, simbólico y de carácter religioso.

Los mitos intentan explicar sucesos de la realidad y/o religiosos.

La leyenda surge de la necesidad de diversos pueblos de explicar la existencia de algo. A diferencia de los mitos, los sucesos suelen basarse en hechos reales, que se transmitieron de generación en generación y que, además, se relacionan con el pueblo que le dio su origen. Debido a esto, suelen aparecer descripciones detalladas de la geografía del lugar.

Es una narración de un suceso maravilloso, que se basa en algo real pero transformado por la fantasía popular. Sus personajes pueden ser animales, dioses y seres humanos que tienen relaciones con esos dioses y a través de los cuales se realizan actos maravillosos. Los temas de las leyendas se agrupan en:

  1. Religiosos: historias de justos y pecadores, pactos con el demonio, doctrina de reencarnación, episodios de la vida de santos.
  2. De la naturaleza: caracteres de los animales, origen de las plantas y sus virtudes médicas, explicación de fenómenos atmosféricos, interpretación de las formas del relieve geográfico, entre otros.
  3. Históricos: episodios guerreros, identificación de ruinas y monumentos, historias de linajes familiares, de la conquista, etc.
  4. Sobrenaturales: sueños, alucinaciones, intervención de poderes mágicos, historias de ultratumba y numerosas versiones según la región.
Las leyendas surgen cuando algún pueblo siente la necesidad de explicar la existencia de algún objeto.

Se parecen a los mitos porque muchas veces explican creaciones pero son más terrenales, es decir, se conectan más con su pueblo y su lugar. Las leyendas tratan de dar una explicación acerca de la existencia o el origen de seres, de la Madre Tierra, de los territorios, etc. El conflicto entre los seres reales se soluciona con la intervención de fuerzas sobrenaturales como dioses, duendes, magos y elementos de la naturaleza con poderes especiales.

La poesía

El término poesía proviene del griego poiesis, que significa “creación”. Desde la cultura grecolatina, poetas y estudiosos han tratado de definir el concepto de poesía y de explicar su origen, propiedades y funciones, así como las peculiaridades del lenguaje poético. Con el transcurso del tiempo, la poesía se asocia a toda creación literaria en la que el lenguaje poético aparece moldeado y sujeto a las leyes del ritmo métrico y de la rima.

¿Lo sabías? El término poesía surge del término griego “poiesis”, que significa “creación”.

Características de la obra poética

La poesía tiene tantas posibilidades de manifestación que harían falta cientos de páginas dedicadas únicamente a este género para exponer todas sus formas, reglas, posibilidades y recursos. A modo de ejemplo, destacaremos que puede ir desde formas sujetas a rima y métrica, como el soneto, hasta versos libres, sin rima ni medida establecida; los poemas pueden estar formados por estrofas o no… La mejor forma de conocer la poesía es leerla con frecuencia y, a la hora de escribirla, contar con libertad total más allá de toda regla, o bien observarlas cuando se considere oportuno para lograr el resultado esperado.

Antes de escribir poesía conviene que leas, de forma incansable, poetas de todas las épocas y estilos y que escribas de forma personal y mantengas una relación viva y sensible con lo que te rodea y con tu mundo interior.

El descubridor de la poesía

Se conoce como descubridor de la poesía al poeta francés Arthur Rimbaud, quien expreso que “la poesía es una manera especial de conocimiento, una especial visión de lo desconocido, de lo inaudito, de lo inefable”. Tanto en las obras poéticas como en el propio mundo interior es donde se encuentra la poesía; es el poeta el que debe descubrirla y desvelarla.

Arthur Rimbaud nació en Francia el 20 de octubre de 1854

Los géneros literarios

Los géneros literarios son los grupos en los que se incluyen aquellos textos que presentan unos rasgos semejantes, es decir, la manera en que podemos clasificar las obras literarias atendiendo a su contenido.

La cuestión de los géneros literarios ha propiciado una cierta polémica. Platón -al abordar la naturaleza de la poesía- distinguió tres géneros: la mimética (dramática), la lírica y la épica. Su discípulo, Aristóteles, partía de la existencia del género literario y consagró un libro, Poética, a estudiar los problemas que plantea la tragedia, que era uno de los géneros en que se dividía la poesía. Aristóteles diferencia los géneros según la forma métrica; según la categoría de los personajes, y según la duración de los acontecimientos. Posteriormente, la aparición de numerosas obras que no cumplían exactamente con los principios enunciados por los autores clásicos llevó a discutir la validez de la clasificación. A pesar de la oposición de muchos autores contemporáneos a que sus obras sean “encasilladas” dentro de un determinado género, la literatura continuó apelando a este recurso, desde las “novelas del Oeste” de la década de 1950 a la “novela histórica”, que alcanzó un gran auge alrededor de 1990.

El concepto de género literario es histórico, ya que se plantea en el momento en que surge un texto distinto a los clasificados con anterioridad. Por ejemplo, el surgimiento y reconocimiento de la novela como género se produce en la Edad Media. Aunque el concepto de género como tal ha tenido sus crisis, ya que ha cambiado y sufrido modificaciones a lo largo del tiempo, la crítica moderna tiende a aceptar la existencia de los géneros como una institución.

Género narrativo

En los tratados de teoría literaria suelen estudiarse juntos una serie de textos que tienen como rasgo común la narración. Estos textos son la epopeya, el poema épico y la novela (ésta suele considerarse el género narrativo que sustituyó a la épica). La narrativa reúne las obras que relatan hechos reales o ficticios, estructurados dentro de unas coordinadas de espacio y tiempo, y la forma expresiva usada es, fundamentalmente, la narración.

Las novelas son narraciones ficcionales extensas.

A pesar de que todos los textos que se consideran dentro de este género tienen unas características comunes, existen diferencias entre ellos. Mientras que la epopeya es un producto de una edad heroica que refleja toda una etapa cultural, está escrita en verso y, sobre todo, es anónima, la novela lo está en prosa, suele surgir en períodos de decadencia y acostumbra tener un autor concreto.

El poema épico se diferencia de la epopeya en que es de origen individual, el resultado de la labor concreta de un poeta concreto y suele tener unos rasgos poéticos que son bastante distintos de los propios de la epopeya.

Género dramático o teatral

El término teatro procede del griego theatrón, que significa “lugar para contemplar”. El teatro es una rama del arte escénico relacionada con la actuación, donde se representan historias frente a la audiencia. Este arte combina discurso, gestos, sonidos, música y escenografía.

Por otra parte, el teatro es también una categoría literaria que comprende las obras concebidas en un escenario y el edificio donde se representan las piezas teatrales. Desde sus inicios el teatro acompañó al hombre en los momentos más significativos en los rituales chamánicos; cierto es que no puede hablarse de teatro propiamente dicho pero son los antecedentes que precedieron al desarrollo. En primer lugar debemos diferenciar entre texto dramático o teatral y hecho teatral. Como ya se especificó, el primero es una categoría literaria, una obra pensada para ser recreada en un escenario. El hecho teatral es la puesta en escena del texto teatral.

Uno de los antiguos teatros griegos.

El texto se caracteriza por estar dispuesto en forma de diálogo con acotaciones que indican la disposición de los actores, la escenografía e inclusive las luces; es la obra, el valioso aporte de la literatura al complejo hecho teatral. La obra de teatro se describe para ser representada, para que unos personajes creados por un dramaturgo sean interpretados por los actores. Además el texto proporciona las palabras que los personajes dicen y señala los lugares donde actúan, éste –conocido también como libreto – debe ser bastante claro, con un mensaje –o no – para el espectador, sencillo y que no abarque demasiados temas. Los textos dramáticos pueden ser escritos en forma dialogada, en prosa o en verso. La dramática es el único género no exclusivamente literario; las acotaciones que indican movimientos, expresiones faciales, gestos, tono de voz, etcétera, no forman parte del texto literario. Es decir, la dramática tiene una faceta literaria; el texto teatral, lo que dicen los personajes, y otra que es espectáculo; la actuación, la escenografía.

El drama es la expresión de los contrastes y contradicciones de la vida humana; debido a ello se pueden hallar presentes la muerte, el humor, la pasión, el mal, la alegría, la bondad, en definitiva, el amplio abanico de la existencia diaria. El drama no excluye ningún elemento que integra la vida de los seres humanos.

Las temáticas de los textos dramáticos son expresiones de la vida cotidiana.

Género lírico

Estos textos son definidos tradicionalmente como la expresión del mundo emotivo por medio de la palabra escrita u oral. El término griego «poiesis» significaba «crear» y se refiere a todo trabajo artesanal, incluido el que realiza un artista.

Los textos líricos se caracterizan por la subjetividad, es decir, el poeta nos ofrece una parte de su interior, de su visión de la realidad. Cualquier expresión de los sentimientos del autor ante la contemplación de la realidad puede ser considerada lírica: amor, pena, soledad, miedo, fracaso, alegría, desamparo, nostalgia… Esta expresión no puede hacerse de cualquier manera, sino que se suele ver sometida a una gran depuración estilística. Tal como Aristóteles planteara en su Poética, la lírica es el género en el que el autor expresa sus sentimientos y visiones personales.

 

Los poetas suelen expresar su visión de la realidad mediante sus textos.

Por ello, quizás la característica formal más reconocible de la poesía sea la de estar escrita en verso. Así pues, el poema es la unión de un fondo emotivo y sentimental y de unas determinadas características formales que lo caracterizan a simple vista, incluso ante los ojos de personas que no han leído nunca poesía. Sin embargo, con el tiempo, este modo de expresión se diversificó; podemos encontrar textos líricos escritos en prosa por lo que, su reconocimiento radica en la exposición en primer plano del mundo interno del artista.

Sujeto y predicado de una oración

Una oración gramatical es un enunciado del acto del entendimiento, según el cual se afirma una cosa de otra. Lo que se afirma es el predicado y el ente al que se atribuye esa afirmación es el sujeto.

Por ejemplo, en la oración “ancha es Castilla”, el sujeto es Castilla y el predicado la afirmación de que es ancha.

Para averiguar el sujeto de una oración hemos de hacer concordar el supuesto elemento, o grupo de elementos que hacen de sujeto, con el verbo en forma personal de la oración.

Si el sujeto no está explícito en la oración, lo llamamos sujeto tácito.

A veces el sujeto no está explícito en la oración sino implícito o elíptico. Por ejemplo, en la oración compramos casas viejas, el sujeto es el que compra, es decir, nosotros, palabra que no figura en la oración. Si el sujeto de la oración es la primera o segunda persona, en general se omite, es decir, se dice creo que tienes razón en vez de yo creo que tienes razón, o bien ¿vendrás mañana? y no ¿tú vendrás mañana? El verbo, con la desinencia, ya lleva implícito la persona que emite la oración, pero en el caso de las terceras personas, tanto en singular como en plural, suele especificarse.

En otras ocasiones el sujeto se omite porque ya ha sido dicho anteriormente o bien porque los hablantes lo sobreentienden, por ejemplo en un diálogo:

– ¿Dónde está tu madre?

– Ha salido.

En la respuesta se sobreentiende que la persona que ha salido es aquella por la que se ha preguntado.

Sin embargo, sin la presencia del predicado, aunque sólo sea de su núcleo, es imposible que exista una oración.

El núcleo del predicado es siempre un verbo

Cuando una oración no puede partirse en sujeto y predicado y constituye una unidad inseparable, como por ejemplo: corre, socorro, etc., se llama unimembre.

Cuando sólo tiene un sujeto y un predicado, la oración se llama simple. En cambio, cuando la oración consta de más de un sujeto y más de un predicado, recibe el nombre de oración compuesta.