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La educación en valores desde la escuela



En la sociedad actual, la educación está dada para contribuir a formar personas que puedan convivir manteniendo valores esenciales como el respeto, la tolerancia, la libertad, la participación, la solidaridad, la unión y que sean capaces de construir una concepción de la realidad que integre a la vez el conocimiento y la valoración ética y moral de la misma.

Esta concepción cívica sobre la educación es reforzada por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela aprobada en 1999, la cual en su primer artículo nos indica que Venezuela es irrevocablemente libre e independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad, igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador.

La Ley Orgánica de Educación, conforme a los principios y valores de la Constitución de la República, sostiene en su primer artículo: impulsar las habilidades presentes en el ciudadano fomentando la participación responsable de la ciudadanía a través de los valores que permitan el reimpulso productivo comprometidos con sus raíces, potenciando los procesos transformadores del pueblo con una visión holística dentro de las distintas sociedades.

Se habla de la necesidad de mejorar la calidad de la educación, pero para ello es necesario generalizar las estrategias donde se logre ayudar a todos los alumnos, sin restricciones ni discriminaciones de ningún tipo, y que éstos puedan aprender a desarrollarse, formarse como personas y como ciudadanos, a construir y realizar su propio proyecto de vida en el marco de una sociedad democrática.

Aunque muchas veces se piensa que la escuela es la encargada de formar a niños, niñas y adolescentes en valores, este es un gran error, ya que la escuela debe actuar en conjunto con la familia, quien es la principal protagonista en esta formación. El papel que juegan tanto la escuela y la familia es fundamental para conseguir un desarrollo personal completo y armónico.

Es por todo lo anterior que puede afirmarse que la educación en valores nace en el entorno familiar y es la escuela la responsable del desarrollo de esos valores adquiridos desde la edad infantil, y esa responsabilidad debe ser subrayada.

No obstante, se debe resaltar que en la sociedad actual existen otros elementos en el entorno que desempeñan un papel relevante en la transmisión y conformación de valores en los niños, niñas y adolescentes. Algunos de esos elementos (y que presentan mayor influencia) lo ejercen la televisión, los medios de comunicación o la información a la que se accede a través de internet, que son también instancias educativas que se escapan al control de las familias y de la escuela. Si se analiza todo lo anterior, se le debe dar entonces una parte de responsabilidad también a estos medios sobre la formación en valores de los ciudadanos que no puede ser soslayada.

En los últimos años, tanto la familia como la escuela han evidenciado la pluralidad de códigos de conductas que presentan los niños, niñas y adolescentes, siendo éstas cada vez más fuertes, a una edad más temprana, donde mayormente viene infundada con el rechazo a las normas de conducta tradicionales.

A nivel mundial y de manera muy notable se han experimentado profundos cambios sociales, políticos y económicos que han traído a su paso ciudadanos individualistas, que transforman sus valores y comportamientos en elecciones personales dependiendo menos de la tradición y del control social ejercido por la familia, grupos sociales, partidos políticos, instituciones educativas, entre otros. Frente a todo ello, parece fragmentarse la moral y tras ello la vida personal y social en mil visiones distintas y, muchas veces, contrapuestas. Un individualismo, en fin, que incita al individuo a desarrollarse de espaldas a su contexto cultural e histórico de manera fragmentada.

Es por todo lo anterior que el Estado, la escuela y la familia no pueden evadir la tarea de socializar a los niños y jóvenes, proporcionándoles a través del mejor medio, como lo es el sistema educativo, las enseñanzas y reflexiones necesarias para que puedan convertirse en personas libres, honestas y en ciudadanos activos. La vida que tendrán todos estos jóvenes que hoy se forman en la sociedad demandará acciones y conductas que les exigirá la consideración de la presencia de los otros, el derecho de todos a ser tenidos en cuenta y la necesidad de cumplir determinadas reglas de convivencia. Los niños y los jóvenes a cualquier edad deben aprender que el pertenecer a una sociedad es formar parte de una colectividad que se ha dotado a sí misma de un conjunto de valores y normas que expresan la convivencia, la libertad, el respeto a los demás y la solidaridad que constituyen los cimientos de la misma.

Para que todo niño, niña y adolescente obtengan una educación de calidad, no es solo cuestión de brindarles los mejores conocimientos cognitivos, artísticos o afectivos, se trata también de educar en valores. El sentido que hoy pretende afianzarse en el entorno escolar viene dado por la necesidad de educar en pleno al desarrollo de la personalidad de los alumnos. La educación debe favorecer la adquisición de hábitos de convivencia y de respeto mutuo, y desarrollar en los alumnos actitudes solidarias.

Referencias Bibliográficas

GARCÍA, Ana María (2011). La Escuela como mayor formador en valores. Valencia-Venezuela.

http://www.ucla.edu.ve/viacadem/redine/RevistaEREDINE/Trabajos/EducarenValores.pdf

http://www.ibo.org/ibla/conference/documents/Educaralciudadanoenlajusticiaescolar.pdf