Muchos de nosotros hemos pasado por la difícil tarea de comernos una pizza recién salida del horno, y resulta muy complicado el poder comernos la caliente salsa y queso fundido de la pizza, por lo cual, normalmente empezamos mordiendo el borde de masa sin salsa; si toda la pizza fue sometida a la misma temperatura del horno, ¿Por qué el borde de masa no quema como lo hace la salsa?
Una pizza es un claro ejemplo de la capacidad calorífica de las distintas sustancias.
Este mismo fenómeno lo podemos notar al caminar en una playa sin calzado a pleno medio día: la alta temperatura de la arena nos dificulta el andar, pero el agua de la playa se encuentra mucho más fresca, y al llegar el atardecer notaremos que el agua de la playa es más tibia que el arena, que ahora se encuentra totalmente fría. Lo que causa las diferencias de temperatura es una propiedad física conocida como capacidad calorífica.
La capacidad calorífica es la propiedad de todo cuerpo de absorber, retener y liberar calor. Cada cuerpo tiene una taza de intercambio de calor muy diferente, y es esta diferencia lo que causa que la masa de la pizza no queme como lo hace su salsa. De este modo, se establece que un cuerpo tiene una alta capacidad calorífica si tarda más tiempo en absorber el calor y luego en poder liberarlo, en caso contrario, un cuerpo que absorbe y emite rápidamente el calor dispone de una baja capacidad calorífica.
En el caso de la masa de la pizza y la arena de la playa disponen de una baja capacidad calorífica, esto causa que puedan absorber tan rápido el calor al cual son sometidos, y también causa que lo puedan liberar inmediatamente; en el caso de la salsa de la pizza y el agua de la playa, por su alta capacidad calorífica, tardan mucho más tiempo en poder absorber el calor al cual son sometidos y también tardan más tiempo en poder liberar ese mismo calor.