Publicada en forma anónima en 1726, ha sido considerada como la obra maestra de su autor, Jonathan Swift. Parodia de la literatura de viajes y dura crítica a la sociedad, su escritura demandó al autor seis años, logrando finalmente un estilo a la vez sencillo e ingenioso.
Si bien Los viajes de Gulliver fue recibido y entendido como una severa crítica a la sociedad de su época, y más adelante como feroz diatriba contra el ser humano, con el tiempo llegó a convertirse en un clásico de la literatura infantil. La sucesión de viajes y aventuras que narra la historia, y la agilidad de su prosa, fueron además de una excelente excusa para la observación y la crítica, una motivación a la lectura de infinidad de generaciones de jóvenes lectores. Ahí la clave de su extraordinario éxito.
A LA AVENTURA
La historia cuenta las aventuras de Don Lemuel Gulliver, ocurridas entre los años 1699 y 1727, tiempo en que el protagonista se desempeña como médico y luego como capitán de un barco.
Narrada en primera persona por el mismo Gulliver, la historia se estructura en cuatro partes, en cada una de las cuales aborda uno de sus viajes.
Primera parte (4 de mayo de 1699 — 13 de abril de 1702)
Se inicia con un preámbulo en el que, siguiendo las características de la literatura de su época, el protagonista hace una breve reseña de su vida hasta que comienzan los viajes, su pasión.
Pero ya en el primero empiezan las dificultades: el barco naufraga y Gulliver es arrastrado por las aguas hacia la orilla de un extraño lugar donde al despertar se descubre prisionero de seres cuyo tamaño es de 15 centímetros de altura. Es el pueblo del Estado de Liliput.
Salido de su asombro establece una relación amistosa con sus captores que deciden liberarlo, darle una residencia y convertirlo en el favorito de la corte. A partir de ese momento el protagonista comienza a hacer observaciones sobre la Corte del soberano de Liliput, modelada a imagen y semejanza de la de Jorge I de Gran Bretaña.
Los liliputienses tienen como vecinos al los blefuscudianos, con quienes confrontan. Con la ayuda de Gulliver logran robarles la flota, pero él se niega a convertirlos en una provincia de Liliput, por lo que es acusado de traición y condenado a la ceguera. Consigue escapar y llega a Blefuscu, donde se hace de un bote que, luego de algunas reparaciones, le sirve para lanzarse a la mar, de donde es rescatado por una embarcación que lo lleva de vuelta a su hogar.
Segunda parte (20 de junio de 1702 — 3 de junio de 1706)
A raíz de las tormentas el barco en que viaja se desvía de su ruta y termina en las costas de una isla. La tripulación desembarca en busca de agua, pero es sorprendida por un grupo de gigantes que intenta atraparlos. Gulliver ve la persecución a la que son sometidos sus compañeros y decide esconderse en un campo de cereal. Allí lo encuentra un granjero que asombrado por su tamaño comienza a cobrar por exhibirlo. El espectáculo recorre Brobdingnag, un país aislado por las altas montañas que lo rodean, hasta llegar a Lorbrulgrud, su capital, donde se lo presenta en la corte. La reina se deslumbra con el diminuto Gulliver y lo compra para hacerlo su favorito. Para su comodidad, manda a construir una casa con todos sus enseres, y en ella lo transporta de un lado a otro. Así, empequeñecido ante un mundo de gigantes, vive una serie de aventuras hasta que en una excursión a la costa cae en las garras de un águila que lo alza en vuelo y lo arroja en el mar. Allí es rescatado por un barco que lo traslada hasta Inglaterra.
Ilustración del libro "Los viajes de Gulliver"
Tercera parte (5 de agosto de 1706 — 16 de abril de 1710)
Gulliver inicia una nueva travesía, pero otra vez el infortunio se cruza en su camino. El navío en que viaja es atacado por piratas, y en la huída termina cerca de una isla rocosa en las proximidades de la India. Allí tiene la suerte de ser rescatado por una isla flotante, Laputa, reino de las artes y las matemáticas, pero con poco sentido de lo práctico.
Los habitantes de Laputa lo reciben como huésped, y allí puede observar los grandes e inútiles avances que tienen en ciencias y artes. Se marcha entonces a Balnibarbi, donde lo recibe un gran señor que lo atiende amablemente. Después de sostener una conversación con él, visita la Academia de Lagado, y de allí va a Maldonada, donde después de poco tiempo se marcha a Glubbdubrib. Es recibido por el gobernador que le cuenta la historia del país, y luego vuelve a Maldonada, desde donde pasa por mar al reino de Luggnagg. En Luggnagg vive una nueva aventura al ser arrestado y enviado a la corte, pero el rey se compadece y lo libera. Después de un tiempo aquí, viaja a Japón, donde finalmente consigue embarcarse hacia Amsterdam y de allí a Inglaterra.
Cuarta parte (7 de septiembre de 1710 – 2 de julio de 1715)
Venciendo a la tentación de quedarse en su hogar, Gulliver vuelve al mar, esta vez como capitán de un barco mercante. Al mando de una nueva tripulación, sufre un amotinamiento tras el que es abandonado en un bote salvavidas, pues sus hombres desean continuar la travesía como piratas. Su deriva lo lleva a una costa poblada por seres deformes por los que siente antipatía. Estos seres llamados yahoos, semejantes a monos, encorvados y mal olientes, lo persiguen hasta que se aparta del camino. Encuentra dos caballos y la desesperación lo lleva a tratar con ellos. Así se da cuenta que los caballos, llamados Houyhnhnm (naturaleza perfecta), son los que gobiernan estas tierras, y los seres deformes son humanos salvajes. Atraído por los caballos se une a ellos y desprecia a los humanos, quienes tras su siniestra apariencia solo utilizan la razón para exacerbar sus vicios. Pero los houyhnhnms resuelven en asamblea que Gulliver no es más que un yahoo con un poco más de razón, y deciden expulsarlo por considerar que es un peligro para su civilización. Para marcharse, construye una canoa y logra llegar a Nueva Holanda, donde es herido y entregado a marinos portugueses, quienes amablemente acceden a llevarlo de vuelta a su hogar en Inglaterra. Sin embargo algo ha cambiado en él y ya no puede congeniar con los humanos, ni siquiera con su familia, por eso se vuelve ermitaño y pasa horas en el establo hablando con los caballos.
Lemuel Gulliver en tierra después del motín, Los viajes de Gulliver
UN DATO CURIOSO
Swift describió en Los viajes de Gulliver las dos lunas de Marte, cuerpos celestes que por su dimensión no podían ser avistados con la óptica disponible durante su vida. Oficialmente Foos y Deimos fueron descubiertos en 1877 por el astrónomo Asaph Hall desde el Observatorio Naval de los Estados Unidos. También Voltaire, en un cuento publicado en 1752, mencionó a los para entonces desconocidos satélites de Marte. Por este motivo los dos mayores cráteres en Deimos llevan el nombre de Voltaire y Swift.
EL AUTOR
Jonathan Swift
Nació en Dublín el 30 de noviembre de 1667. Huérfano de padre, su tío se ocupó de su educación logrando que ingresara en 1681 al “Trinity Coollege”, de donde egresó en 1688.
En 1869 se instaló en Inglaterra, donde trabajó como secretario de Sir William Temple, un importante diplomático que le facilitó sus estudios en teología, materia en la que se doctoró en 1692, interesándose además por la política y la cultura.
En 1694 comenzó su trabajo como escritor con la obra The Battle of the Books (La batalla de los libros), obra que recién alcanza la edición en 1704, el mismo año en que se publicó Tale of a tub (Historia de una bañera), sátira sobre la hipocresía en la religión y la literatura.
Sin perspectivas en su trabajo regresó a Irlanda e ingresó en la iglesia anglicana, hasta que en 1696, por pedido de Temple, se instaló nuevamente en Mon Park, Inglaterra, y allí colaboró con su empleador en la redacción y corrección de sus memorias y cartas. Permaneció con Temple hasta su muerte, ocurrida en 1699. Ese mismo año recibió la propuesta de Lord Berkeley para que fuera su capellán. Se hizo cargo de las iglesias de Laracor, Agher y Rathbeggan, y del prebendado de Dunlavin, en la catedral de St. Patrik, en Dublín. En Laracor tenía a su cargo una iglesia de pocos fieles, lo que le permitía ocuparse de otras cuestiones, como la reconstrucción de la vicaría.
En 1701 acompañó a Lord Berkeley a Londres, regresando en setiembre del mismo año acompañado de Stella, una joven mujer de cuya historia junto a Swift hay versiones contrapuestas, algunos hablan de un matrimonio secreto del que no hay pruebas, otros de una amistad. Lo cierto es que tuvo por ella un gran aprecio que duró el resto de sus vidas.
Entre los años 1710 y 1714 fue consejero del gobierno tory, siendo nombrado en 1713, decano de la Catedral de St. Patrick. En este punto de su carrera sintió la hostilidad de la reina Ana, quien significó un escollo para seguir ascendiendo. Retirado a Dublín, tuvo la compañía de Esther Vanhomrigh, una joven a quien Swift llamaba Vanesa.
Tras la muerte de Stella en 1728, sufrió una depresión intensa de la que no pudo restablecerse. Murió el 19 de octubre de 1745, dejando un legado para los pobres y las instrucciones para que se construyera un manicomio a sus expensas.
Las obras principales