¿Recuerdas cuáles son? Aquí estás leyendo uno. Atrás lo escribimos resaltado. Seguramente ya estás adivinando que en este texto hay tres adverbios resaltados.
Los adverbios son palabras que agregan información. Modifican al verbo, al adjetivo o a otro adverbio. Son invariables, esto quiere decir que no tienen género, número, persona, tiempo o modo.
Veamos ejemplos:
Como podemos ver, existen muchos tipos de adverbios. Para poder estudiarlos, vamos a clasificarlos.
INTENCIONES CON LOS ADVERBIOS
¿Sabías que puedes expresar intenciones con los adverbios? Cuando nos comunicamos podemos decir una misma cosa de diferente manera. Por ejemplo, si necesito decir que mañana vendrá la directora, puedo optar simplemente por informar o agregarle una cuota de intención.
Si digo susurrando “mañana vendrá la directora”, estaré demostrando que tengo temor o que es un secreto.
Si digo a los gritos “mañana vendrá la directora”, lo diré porque estoy contenta o porque quiero que todos se enteren.
Bien… y a todo esto, ¿qué tienen que ver los adverbios?
Pues los adverbios nos pueden servir para enfatizar una intención.
Por ejemplo si expreso “lamentablemente, mañana vendrá la directora”, se percibirá un tono triste en el mensaje.
Si digo “quizá, mañana venga la directora”, los oyentes entenderán que existe duda en lo anunciado.
Despacito y lejísimos: son adverbios ya que a algunos de ellos se les puede agregar un sufijo que modifique su significado. Por ejemplo: cerquita equivale a muy cerca; despacito sería muy despacio; y lejísimos sería muy lejos.
Tilde en adverbios terminados en -mente: Los adjetivos que llevan tilde, como fácil y cortés, al ser transformados en adverbios (fácilmente, cortésmente) conservan la tilde. Por otro lado, aquellos adjetivos que no lleven tilde, como inteligente u honesto, no llevarán tilde al transformarse en adverbio; se dice: honestamente, inteligentemente.