Antes de la llegada de la cultura europea a nuestras tierras a través de los colonizadores, nuestro continente contaba con un legado cultural milenario.
¿Qué es lo que entendemos por precolombino? Quizá esa sea la primera pregunta que deberíamos respondernos para comenzar a hablar de este tema. Con el nombre entendemos a la obra de valor literario que fue realizada en el continente americano antes del descubrimiento de Cristóbal Colón, es decir, antes del 1492. Grandes civilizaciones que tenían un desarrollo milenario antes de esa fecha como la inca, la azteca o la maya, contaban con un extenso capital cultural que, a pesar de que la mayoría se extraviaría o sería destruido por los conquistadores, pudieron rescatarse una gran cantidad de obras que trascenderían el paso del tiempo.
Chichén Itzá, uno de los sitios arqueológicos más importantes del mundo, que conserva los vestigios de la civilización maya.
También es cierto que la definición de literatura prehispánica puede resultar inexacta: es conocido el caso de las culturas que hablaban la lengua tupí-guaraní, que cuentan con un legado que fue conocido a través de la escritura cristiana debido a que no tenían conocimiento de la escritura. Sin embargo, el hecho de que los fragmentos de estas obras hayan llegado hasta nuestros días a partir de este medio, hace que también la consideremos parte de lo que se conoce como literatura prehispánica. Veremos la literatura prehispánica a través de su elemento esencial, es decir, la lengua.
Lengua náhuatl
Esta lengua que en la actualidad se mantiene vigente en países como México, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, e incluso Estados Unidos y Canadá por los desplazamientos migratorios, fue hablada por un grupo de pueblos nativos que habitaron Mesoamérica: los nahuas. Siendo la lengua de culturas como los aztecas en México o sus dialectos en El Salvador y Nicaragua con los pipiles, y una de las más habladas en la región debido a la hegemonía del Imperio Azteca, existe un amplio registro de valor literario en esta lengua o sus dialectos. En el caso de los aztecas la escritura era pictográfica (estaba compuesta por signos que representaban símbolos o figuras, llamados pictogramas) e ideográfica (se compone de iconos o símbolos que representan entidades o ideas abstractas) y su acceso quedaba reducida a la elite sacerdotal y gubernamental.
Gran parte de los registros escritos en lengua náhuatl se encuentran en libros a los que se denomina como “códices”. La finalidad de estos textos era transmitir el legado de registros genealógicos, astronómicos y religiosos, pero no se contenía en estas escrituras la totalidad de la lengua, sino que eran una forma de ayuda para memorizar los datos que podían resultar demasiado extensos.
Página de un códice azteca.
Entre las principales obras en náhuatl podemos destacar las siguientes:
• En primera instancia la poesía náhuatl, cuya finalidad era religiosa y definía en sus cantos el origen del humano y el universo, además de celebrar a sus deidades y resaltar virtudes y sentimientos. Este tipo de expresión se denominaba in xóchitl, in cuícatl que traducido al español quiere decir algo así como “flor y canto”, aludiendo a lo florido del lenguaje en estas composiciones. Por lo general, quienes redactaban estos textos pertenecían a sectores privilegiados que transmitían el sentir de la sociedad en su conjunto. Una de las figuras más prominentes en el campo de la poesía en náhuatl fue Nezahualcóyotl (1402 – 1472), monarca de la ciudad de Tetzuco en México, que da muestra de sabiduría en sus composiciones. Aquí vemos un ejemplo:
Angustia ante la muerte, "Estoy embriagado"
Estoy embriagado, lloro, me aflijo
pienso, digo,
en mi interior lo encuentro:
si yo nunca muriera,
si nunca desapareciera.
Allá donde no hay muerte
allá donde ella es conquistada,
que allá vaya yo...
Si yo nunca muriera,
si nunca desapareciera.
Bronce dedicado a la figura de Nezahualcoyotl, realizado por el artista Jesús Contreras, situado en México D.F.
Asimismo la poesía en náhuatl contaba con una clasificación temática; los Teotlatolli hacían referencia a los orígenes del mundo y el universo; los Teocuícatl referían al tributo y honor que se le rinde a los dioses; los Xopancuícatl eran cantos alegres que exaltaban la vida y la belleza; los Xochicuícatl exaltaban la amistad y la nobleza humana; los Yaocuícatl tenían una temática bélica; y los Icnocuícatl tenían un tono elegíaco, semejante al planteado en el ejemplo.
• Por otro lado se encuentran los códices mexicas, documentos que contienen información del modo de vida de los aztecas, centrándose en los conocimientos astronómicos, religiosos, históricos y económicos. Muchas de estas expresiones terminarían siendo apreciadas como expresiones literarias, debido principalmente al carácter legendario de algunas narraciones. Los códices escritos en náhuatl son el códice Borbónico, el códice Boturini y el códice Mendocino.
Ilustración correspondiente al Códice Mendocino.
Lengua tupí-guaraní
Esta lengua que aún se mantiene vigente en países como Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Guayana Francesa, Paraguay y Perú. La lengua madre de este dialecto es la tupí, que actualmente se encuentra extinta y solo se conoce a través de sus familias y sub-familias. Por otro lado, como se mencionó previamente, la lengua tupí-guaraní no contaba en realidad con una escritura, es decir, eran ágrafos. La tarea de recoger y transcribir su obra es un mérito del sacrificado trabajo del antropólogo alemán Kurt Unkel (1833 – 1945) con su obra Los mitos de la creación y destrucción del mundo como fundamento de la religión de los Apapokúva – Guaraní y del antropólogo paraguayo León Cadogan (1899 – 1973).
En la obra de Unkel se ilustra sobre la cosmovisión religiosa de los guaraníes y el valor fundamental de la palabra, el ñe’e, que era transmitida a los chamanes a través de sueños y le daban una denominación a cada una de las personas de la tribu. Por otro lado, la obra de Cadogan también va a profundizar sobre la cosmovisión religiosa con un texto que logrará el peso de otras obras precolombinas como el Popol Vuh, el Ayvu Rapyta. El valor de esta obra no es solo porque representa un valioso documento de las creencias guaraníes, sino que también es una de las obras poéticas más valiosas del continente americano por una cultura precolombina. El hecho de que provenga de una cultura que ha mantenido su cultura a través de la oralidad la hace mantener los rasgos milenarios que han caracterizado a esta cultura, a pesar de que la transcripción de estos conocimientos se realizara a mediados del siglo XIX.
Veamos como ejemplo las primeras cuatro estrofas del Ayvu Rapyta, en el capítulo I:
Las primitivas costumbres del Colibrí
I
Nuestro Padre último-último primero
para su propio cuerpo creó de las tinieblas primigenias.
II
Las divinas plantas de los pies, el pequeño asiento redondo:
en medio de las tinieblas primigenias
los creó, en el curso de su evolución.
III
El reflejo de la divina sabiduría (órgano de la vista),
el divino oye-lo-todo (órgano del oído),
las divinas palmas de la mano con la vara insignia,
las divinas palmas de las manos con las ramas floridas (dedos y uñas),
IV
De la divina coronilla excelsa las flores del adorno de plumas eran
gotas de rocío.
Por entre medio de las flores del divino adorno de plumas
el pájaro primigenio, el Colibrí, volaba, revoloteando.
Lengua quechua
A la lengua quechua corresponde principalmente la literatura precolombina correspondiente a la civilización Inca, es decir, los habitantes del Tahuantinsuyo. Al igual que la literatura guaraní es eminentemente oral, pero su escritura fue realizada durante el periodo colonial por cronistas. Un rasgo fundamental de esta obra literaria es que está vinculada a la música y la danza y se la ha clasificado en dos grandes grupos: el de la literatura popular y el de la literatura cortesana.
El Machu Pichu en Perú, un emblema del esplendor de la cultura inca.
Por otro lado, también hay una clasificación genérica de la temática sobre las composiciones: los Haylli eran cantos que resultaban himnos sagrados para los dioses; los Harawi eran cantos amorosos que ocasionalmente adquirían un tono melancólico; los Waynu eran composiciones en las cuales se cantaba y se bailaba; los Gashwa eran composiciones donde el canto se encontraba completamente integrado a la música y el baile; el Urpi es un canto amoroso hacia la mujer; y el Aymoray era uno de los más importantes debido a que se asociaban a la siembra y la cosecha.
Aquí vemos un ejemplo de poesía incaica transcripta por Inca Garcilaso de la Vega (1539 – 1616), escritor e historiador peruano que tenía ascendencia española e indígena que supo conciliar ambas culturas y rescató en su obra Comentarios reales de los Incas (1609), un documento sobre la vida precolombina de los Incas.
Retrato de Inca Garcilaso de la Vega
Bella princesa
tu mismo hermano
tu cantarillo
lo hace pedazos
y de esta manera
por los espacios
retumban trueno y cruzan rayos.
Lengua maya
A este lenguaje corresponde la literatura maya, una de las más vastas y completas de la América precolombina. La lengua que se utilizaba pertenece a la familia de lenguas mayenses y se habló en el territorio que actualmente comprende a México, Belice y Guatemala. Conocían la escritura, que consistía en un sistema logográfico al que se complementaba con glifos silábicos. Los textos literarios que conocemos hoy en día corresponden en su mayoría al periodo clásico (320 – 987 d. C.), pero también hay importantes registros durante la etapa de la conquista. Entre las principales obras mayas se encuentran: