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Michel Eyquem de Montaigne.

El ensayo



¿Qué es?, ¿cuál es su finalidad? Es una composición académica donde se exponen, analizan y comentan diferentes aspectos de un tema. Su objetivo es respaldar una tesis por medio de la argumentación o exposición.

La extensión del ensayo es variable y abarca una amplia categoría de temas. Los maestros suelen solicitar que sus alumnos redacten un ensayo con el fin de promover el pensamiento crítico e independiente, ya que incita al estudiante a buscar un problema y su posible solución, así como un análisis profundo e individual de algún tema en particular.

Actualmente está definido como género literario ya que los autores emplean un lenguaje muchas veces poético y cuidado, pero en realidad el ensayo no siempre es clasificado como tal. Muchas veces puede reducirse a divagaciones, la mayoría de las veces de aspecto crítico, en las cuales el autor expresa sus reflexiones. Es por esta razón que en algunos contextos educativos el ensayo es tratado solo como una forma discursiva.

El autor tiene la libertad de exponer y argumentar desde una óptica personal. Debido a que no se dirige a lectores especializados, en general, los ensayos están provistos de un lenguaje animado de imágenes y recursos. Generalmente el ensayista sacrifica el rigor científico y la exhaustividad para dar al texto un aire más ameno y dinámico, y promover así su difusión.

Estructura

Su estructura es totalmente flexible, sin embargo, a continuación se presenta un posible lineamiento esquemático:

- Introducción

Se presenta el tema y se plantean los objetivos del trabajo. También se suele incluir antecedentes, especificidades y/o naturaleza del tema.

A veces se cita un ejemplo o situación específica con el objetivo de indicar la relevancia de lo que se abordará. Los ensayos creativos, en cambio, pueden comenzar con anécdotas, una frase célebre, etc.

- Cuerpo

En esta instancia se desarrolla lo que se anticipó al principio. Se exponen las ideas que se tienen sobre el tema, se comenta en forma personal la información, se proporcionan datos y se amplían los conceptos, con reflexiones, ejemplos, comentarios, comparaciones, etc.

Incluso se pueden contraponer diferentes puntos de vista que hayan sido expuestos con anterioridad por otros estudiosos o investigadores del tema.

La extensión de esta sección abarca aproximadamente las dos terceras partes de la extensión total del ensayo.

- Conclusión

Además de exponerse la postura del propio ensayista, también se realiza un resumen de los puntos desarrollados a lo largo del ensayo y sus consecuencias, y se comentan los resultados obtenidos.

La opinión final del ensayista puede consistir en una postura específica ante el tema, un interrogante, un juicio de valor, una exhortación, una propuesta para resolver el problema tratado, etc.

Un modo recomendable de finalizar es verificando la introducción y analizar qué objetivo se consiguió.

Aparición del género
Fue Michel Eyquem de Montaigne, un filósofo y escritor francés del siglo XVI, el creador del género literario “ensayo”. Sus ensayos se organizaron en tres libros, cada uno de los cuales se subdividió en capítulos de distinta extensión y temática, de lo que resultó una mezcla de contradicciones a medida que el autor fue analizándose a sí mismo, y de este modo, al hombre en general.

Luego, el ensayista y filosofo inglés Francis Bacon, continuando con el estilo de Montaigne escribió en 1597 Ensayos sobre moral y política. En España, el término ensayo, en esa acepción fue muy tardío, pero el género quedó instaurado con las obras de fray Benito Jerónimo Feijoo (1676-1764).

El ensayismo cobró fuerza en el siglo XIX, con los escritores españoles Clarín, Galdós y Emilia Pardo Bazán, que expusieron sus puntos de vista en los periódicos y revistas.

En el siglo XX, el ensayo alcanzó su máximo esplendor y se convirtió en un medio de expresión habitual entre los distintos movimientos. Con los autores de la Generación del 98, el ensayo quedó delimitado con la acepción moderna. Los temas más tratados por aquellos autores fueron: el problema de España y el sentido de la vida. Miguel de Unamuno fue la figura más importante dentro de esta generación en lo que concierne al género ensayístico.

Con Ortega y Gasset (1883-1955) el ensayo alcanzaría su máxima expresión. Sus escritos se caracterizaron por un estilo oratorio, con un lenguaje metafórico y con expresiones coloquiales. Algunas de sus obras fueron: La deshumanización del arte, La rebelión de las masas y La España invertebrada.

El ensayismo de carácter literario adquirió especial relevancia en la Generación de 1927, ya que casi todos sus integrantes colaboraron en diferentes revistas. Figuras relevantes de la época fueron: Gerardo Diego, Luis Cernuda, Pedro Salinas, Jorge Guillen, Dámaso Alonso, entre otros.

Características

Si bien es un género muy heterogéneo y cada autor lo configura con su propio estilo, en general se pueden citar las siguientes características:

a) Variedad y amplitud de los temas tratados. Pueden ser: literarios, filosóficos, religiosos, humanísticos, sociológicos, artísticos, etcétera.

b) Libertad de tono y estilo (lírico, retórico, emocionado, meditativo, entre otros).

c) Relativamente breve, aunque existen obras ensayísticas que poseen la extensión de un libro.

d) No se sujeta a límites formales estrictos, es decir, su estructura es abierta. Lo que implica un planteamiento subjetivo del tema.

e) Lenguaje conceptual, expositivo o discursivo.

f) Estilo elegante y ameno.

Tipos de ensayos

En general podemos diferenciar dos tipos de ensayos:

- Ensayo literario: una de las características principales de este tipo de ensayo es la variedad y libertad temática. Abarca varias disciplinas, entre ellas la moral, la ciencia, la filosofía, la historia y la política. El autor plasma sus impresiones y reflexiones acerca de la vida; es y debe ser personal, subjetivo: una visión particular del escritor.

- Ensayo científico: parte del razonamiento científico y de la imaginación artística. Es decir, por un lado toma de la ciencia el objetivo de explorar la realidad, en búsqueda de verdades; mientras que toma del arte la belleza expresiva, la originalidad y creatividad. Sin embargo, un punto esencial es que debe explicar de modo claro aquello que quiere exponer.

Siguiendo la intención comunicativa del autor, los ensayos se pueden clasificar del siguiente modo:

- Ensayo expositivo: presenta ideas sobre un tema, acompañadas de la interpretación y opinión del autor.

- Ensayo argumentativo: el ensayista expone una tesis que defiende con citas o referencias, datos concretos de experiencias investigativas, alusiones históricas, políticas, u otras, fundamentos epistemológicos.

- Ensayo crítico: describe o analiza un hecho, fenómeno, obra o situación, emitiendo un juicio ponderado.

- Ensayo poético: expresa la sensibilidad de su autor, utilizando lenguaje literario.

¿Cómo escribir un ensayo?

No existen pasos taxativos que indiquen cómo escribir un ensayo. Pero sí es esencial que el autor pueda desarrollar un pensamiento crítico para plasmarlo en su obra. Un buen modo de comenzar es definiendo una meta u objetivo para juzgar el valor de la cosa.

A muchos estudiantes les puede resultar difícil comenzar con la redacción porque no saben qué escribir o no tienen una opinión formada. Para evitar dicha situación es muy importante manejar información completa del tema. Así, cuantos más datos, ejemplos, antecedentes y opiniones de otros escritores se conozcan, más fácil será emitir un juicio de valor.

En una primera instancia, y a modo de borrador, se pueden esbozar las razones en las que se basen los juicios y definir el esquema que tendrá el ensayo.

Se debe tener en cuenta que durante la redacción será necesario explicar; es decir, demostrar las causas o las razones de una cosa. En la ciencias, por lo general, se señalan cuidadosamente los pasos que llevan a que algo produzca algo (causa-efecto). En las materias humanistas y en las ciencias sociales, se elabora una lista de los factores que influyen en el desarrollo de la evidencia y la influencia potencial de cada factor.

A su vez, todas las opiniones que se presenten y las argumentaciones que las sustenten deben estar claramente desarrolladas y, en el caso de ser necesario, acompañadas de ejemplos, datos u opiniones de otros analistas.

A modo general, un buen ensayo es aquel que cumple con las siguientes reglas estilísticas:

- Conciso y claro: es conveniente clasificar y trabajar las dominaciones jerárquicas del texto para que sea claro y preciso. Además, si existen muchas ideas con poca articulación, el texto se vuelve confuso. Cuando el ensayo es claro, el pensamiento del que escribe es comprendido sin esfuerzo por el lector.

- Preciso: los conceptos que se exponen pueden ser ambiguos, por ello es necesario proporcionar una definición. Ciertos escritores tienden a utilizar palabras de uso poco frecuente o sinónimos sin darse cuenta de que pueden alterar el sentido de lo que realmente quieren transmitir. Se debe tener en cuenta que los sinónimos no tienen igual significado, pues dependen del contexto y la cultura. Ejemplo: Perezoso, ocioso.

- Coherente: si bien los ensayos tienen una estructura abierta es conveniente que sigan una secuencia mínima de orden que puede ser la plantada en esta nota: introducción - cuerpo - conclusión.

- Consistente: la consistencia se refiere a presentar argumentaciones correctamente sustentadas y libres de contradicciones.