En un tiempo en el que la producción de residuos se ha duplicado en apenas 30 años, se corre el riesgo de transformar el planeta en un enorme basural. Frente a esto, el reciclaje es el proceso mediante el que se busca reducir la cantidad de residuos urbanos para transformarlos en productos nuevos.
Entre los materiales reciclables se cuentan vidrio, papel, metal, plástico, telas y componentes electrónicos. Pero no en todos los casos puede completarse un reciclaje en el sentido estricto debido a dificultades externas al proceso, como por ejemplo los costos. En esos casos el material es reutilizado para producir otros materiales. Del mismo modo existe la posibilidad de realizar un salvataje de componentes de productos complejos, tanto por su valor intrínseco como por su naturaleza peligrosa.
¿PARA QUÉ RECICLAR?
El reciclaje es una manera de combatir el Calentamiento Global, ya que de esta manera se evita generar mayor contaminación.
La vida marina sufre el vertido de los plásticos que llegan a los océanos, lo cual produce la muerte de 1.000.000 de criaturas por año debido a la contaminación que el plástico origina en los mares. El plástico ha llegado a formar islas de basura en los océanos.
Pero no es únicamente una medida que tiende al cuidado ambiental, sino que desde el punto de vista económico también rinde sus frutos. El reciclaje implica ahorro de materias primas y de energía. Reciclar cuatro botellas de vidrio ahorraría la cantidad de energía que se necesita para el funcionamiento diario de un frigorífico, o para lavar la ropa de cuatro personas. Y si hablamos de papel reciclado, una tonelada representa un ahorro energético de 4100 KWH.
Ventajas concretas
¿CÓMO RECICLAR?
Kilos de materiales terminan diariamente en vertederos. Es el típico comportamiento de sociedades consumistas que usan y tiran alentados por la constante acción de la publicidad que insta al consumo compulsivo.
Para empezar a corregir esta conducta, los productos no deberían elegirse solo por su calidad y precio, sino también por el impacto social y ambiental que generan, y por la conducta de las empresas que los elaboran.
Los hogares son los lugares en los que se produce la mayor cantidad de envases destinados a residuos. Hay que contribuir a traves de la separación correcta de estos, para que puedan ser reciclados y evitar de este modo su destino de vertedero. Para ello es necesario conocer el proceso.
No solo los envases pueden reciclarse, pueden también establecerse algunas pautas para reducir la cantidad de basura que producimos diariamente, así como su composición tóxica. Por ese motivo es que se ha creado la llamada “regla de las 4 r”: reducir, reutilizar, reemplazar y reciclar.
Reducir
Debe evitarse el sobre envasado y elegir productos que tengan solo la cantidad de embalajes imprescindibles y/o aquellos que utilicen materiales reciclados.
Tratar de usar la mínima cantidad de productos descartables, como las bandejas de plástico y los envases tetrabrik.
Usar para las compras la tradicional bolsa de tela, o el carrito, de manera de no tener que recurrir a las bolsas de plástico.
Darle impulso a los procesos de producción limpia como la reutilización del papel para regalo.
Reducir el uso de plástico en envases, embalajes, juguetes, etc.
Reutilizar
El vidrio es 100% reciclable sin perder calidad, por tanto se recomienda su uso para los envases. Y como plus, no incorpora sustancias químicas para su elaboración.
Ser cuidadoso en el uso de papel. Imprimir por ambos lados de la hoja, o fabricar pequeños blocks de notas con papel sobrante.
En lugar de los filtros de café descartables, usar aquellos que luego de lavados pueden ser reutilizados.
Reemplazar
Cambiar los envases de plástico o latas por vidrio.
Buscar alternativas a los juguetes de plástico o que llevan pilas.
Usar cuadernos con tapas de cartón y no de plástico.
Reciclar
El reciclado es el paso que antecede al pre tratamiento y la eliminación de los residuos. Reciclar es utilizar un residuo para obtener un producto similar al originario.
De esta manera se vuelven a introducir diversos materiales en ciclos de producción, lo que permite ahorro de materias primas y disminución de flujo de residuos que se destinan a los tratamientos de disposición final.
Los residuos de carácter orgánico pueden ser compactados para luego ser usados como abono domiciliario o rural.
Los colores de cada contenedor identifican el tipo de basura que se debe tirar en él. Rojo, tetra pack - Azul, papel - Verde, envases de vidrio.
TIPOS DE RECICLAJE
Existen diversos tipos de reciclaje, aquí describiremos, por una cuestión de espacio, solo los más comunes.
PAPEL
Dado el consumo de bosque que implica su producción, el reciclaje de papel está considerado como uno de los más importantes.
Se calcula que una familia tiene un consumo anual en papel equivalente a seis árboles. Si se recicla ese papel se salvarían tres árboles y más de treinta y cuatro mil litros de agua.
O sea que, con el uso del papel reciclado se talan menos árboles y se ahorra energía.
Las fases del proceso del reciclaje del papel son las siguientes:
Recolección: se lleva a cabo en zonas urbanas y se recogen papeles y cartones usados.
Clasificación: las empresas clasifican el papel y el cartón recolectado; papeles blancos de escritura, cajas de cartón, papeles de color café para embalaje, etc.
Enfardado: una vez clasificados son prensados en fardos.
Almacenamiento: los fardos son guardados en empresas clasificadoras y de allí se envían a empresas de papeles específicos.
Tratamiento: el papel es limpiado para quitarle las impurezas pesadas como metales, alambres, etc. que son enviadas a otras industrias para ser reprocesadas.
PLÁSTICO
El gran problema de este material es el tiempo que tarda en degradarse, calculado en quinientos años. El plástico representa el 7% del total de la basura doméstica y una de las dificultades que acarrea su reciclaje es la clasificación, ya que existen más de cincuenta tipos, e incluso hay envases hechos con más de uno.
El proceso es el siguiente:
Recolección: en este punto es fundamental la colaboración que preste la comunidad al separar correctamente la basura en los hogares.
Centro de reciclado: los residuos se llevan a un centro, donde son compactados en fardos y guardados durante no más de tres meses.
Clasificación: se clasifica el plástico por tipo y color. Actualmente se han desarrollado tecnologías que permiten clasificarlos automáticamente, para ahorrar la mano de obra.
VIDRIO
El proceso de reciclaje del vidrio está considerado como una de los más sencillos ya que por sus características el material resulta fácilmente recuperable. El vidrio de un envase puede ser reutilizado y crear uno exactamente igual al original. Los pasos para llevar a cabo el proceso son:
Limpieza inicial y separación por colores.
Rotura y trituración del vidrio.
Almacenamiento y transporte: dado que el vidrio roto es muy denso se necesitan grandes contenedores para su almacenamiento.
Procesamiento final: se realiza un lavado final en la fábrica, donde se separan residuos como plásticos, etiquetas, etc. Se funde el vidrio en un horno a altas temperaturas hasta que caen en una máquina moldeadora para que tomen la forma de un recipiente. Cuando éstos se enfrían son despachados a las fábricas o embotelladoras de alguna marca en particular.
EL ALUMINIO
Es un material que puede ser reciclado hasta casi un 100 %, pero el proceso es complejo y en él intervienen varios factores. En principio es fundamental el papel que desempeña el recuperador, ya que se encuentra en el centro del “ciclo” en una fase decisiva para darle el mejor destino, en un mercado que presenta una amplia diversidad de posibilidades.
Los canales por los que llega el aluminio usado son básicamente dos: el de los desechos del consumo, que pueden ser de origen doméstico o industrial, representado por una variedad extensa de productos como cables eléctricos, planchas litográficas, latas de bebidas, envases y embalajes, desguace de vehículos, demoliciones, etc.; y el de los recortes y virutas producidos durante la fabricación de productos de aluminio. Por este motivo los recuperadores mayoristas reciben el material por diferentes vías, ya sea del sector industrial en general (desde fábricas hasta pequeños talleres), de plantas de selección o de mayoristas y minoristas.
Los tipos de aluminio a comercializar en el mercado del reciclaje son varios, pero pueden agruparse en cuatro principales: productos laminados (planchas de construcción o de imprentas, papel de aluminio, partes de carrocería de vehículos, etc.); extrusionados (perfiles para ventanas, piezas para vehículos etc.); moldeados, tanto por gravedad como por inyección (piezas para motores, manubrios de puertas, etc.) y trefilados para la fabricación de cables y otros usos.
También se clasifica el aluminio en primario, que es aquel que se extrae de la bauxita, y de segunda fusión, cuando su materia prima básica son las chatarras y recortes de aluminio que provienen del material ya usado o de recortes de fabricación. En este caso se utiliza el término “chatarra” para referirse a desechos de productos metálicos ya utilizados, dado que es un término generalizado en el sector recuperador cuando se habla de productos de hierro y acero.
El recuperador
El recuperador es quien se encarga de darle al aluminio la preparación óptima para su comercialización. Los mayoristas tratan de estandarizar la calidad del material de manera de cumplir con las normas nacionales e internacionales que regulan el sector. Entonces, cuando el material llega al comerciante de chatarras este lo que hace es separarlo de los restos de otros metales y materiales con la ayuda de diversos métodos como el triturado, el cizallado, el fragmentado o incluso manualmente.
Una buena clasificación asegura la mejor salida. Luego suele prensarse para facilitar el transporte. El material se traslada a una fundición y puede dársele el mismo uso de origen o fabricarse con él otros objetos. El fundidor o refinador será quien lo convierta, mediante fusión, en lingotes, tochos, productos de desoxidación, etc.
Como ya se ha comentado, hay diferentes tipos de aluminio recuperado, y de su calidad depende la salida que tendrá. De acuerdo a su pureza puede ser utilizado para una u otra aplicación. Entre los productos laminados hay latas que se pueden utilizar para fabricar aluminio refinado para volver a hacer latas, si es que se parte de latas nuevas o muy bien clasificadas a su llegada al recuperador.
Entre los productos laminados también se encuentran los recortes de fabricación de muy diversas aleaciones y que pueden ser utilizados para fabricar lingotes de la misma o de diferentes aleaciones.
Cuando se trata el aluminio de chapas litográficas y cables eléctricos, por ser muy puro, ofrece una amplia gama de aplicaciones, algunas de estas serían, su uso para la fabricación de aleaciones de alta pureza o, mediante mezcla, para reducir los porcentajes de aleaciones presentes en otras chatarras recuperadas. Por ser tan versátil el uso de estos materiales de alta pureza, su costo es el más elevado en el mercado de la recuperación.
En cuanto al llamado aluminio “cárter” que es el proveniente de llantas de coche, culatas, bloques o cárteres de motores, piezas de fundición y otros, se lo destina a la fabricación de lingotes que luego son fundidos y moldeados, de manera que constituye el 70% del total de la producción de las plantas de segunda fusión. Es la misma salida que tienen las virutas de aluminio que provienen del torneo de piezas fundidas.
La comercialización del aluminio
Cuando llega el momento de comercializar el aluminio, son varios los factores que inciden en la formación de su precio. Cuanto más puro es el material, más alta será su cotización, como ocurre con el aluminio cable, cuya pureza es de un 99,7%, lo que permite destinarlo a cualquier otro uso. Además de la pureza, el precio también está condicionado por los distintos materiales aleados que contiene la chatarra. Una parte del aluminio recuperado puede tener revestimientos o lacados, lo que implica una baja en el precio por la merma que esto significa, y por los sistemas de filtrado de humos que por su sofisticación son muy costosos.
Finalmente debe tenerse en cuenta que la cotización del aluminio depende en gran parte de la cotización en la Bolsa de Metales de Londres, hecho que condiciona el proceso de reciclaje, pues cuanto menor es la cotización, menos material se recupera. Pero la cotización en Bolsa le permite participar de un mercado abierto, lo que equipara los precios en todo el mundo. Y como con cualquier otro sector, la ley de oferta y demanda será, de última, la que marque las pautas en cada momento.
El refinador
La cadena de reciclaje del aluminio concluye en las refinerías. Allí acuden los mayoristas con grandes cargas, que por lo general exceden las 10 toneladas por operación. Una vez que se cierra el negocio, se analiza la materia prima para establecer sus características y evitar introducir en el horno sustancias que no corresponden al proceso.
Se funden las latas o cualquier chatarra que presente revestimiento, para producir la combustión de los mismos y captando el producido en la combustión mediante el uso de filtros especiales por los que pasan los humos para evitar la contaminación atmosférica. Para este procedimiento hacen falta hornos especiales con instalaciones de filtraje, los que suelen ser más costosos que los mismos hornos. Como producto final salen los lingotes de aluminio a la medida y aleación que el cliente requiera.
LA MISIÓN
¡Reciclar! En casa, en la oficina, en la escuela, hay muchas cosas que tal vez no se puedan reutilizar pero que pueden ser recicladas en otra cosa. Una botella de plástico puede transformarse en peines, portalápices, o cientos de otros productos que pueden utilizarse nuevamente. Es sencillo, solo hay que tener imaginación. Aquí una lista de cosas que se pueden reciclar.