Permitió a los imperios europeos descubrir y conquistar otros continentes, la brújula basa su funcionamiento en unas agujas magnetizadas que indican la dirección del campo magnético terrestre, señalando así, el Polo Norte y el Polo Sur.
La brújula
Poco se sabe sobre su invención y al respecto existe una gran variedad de opiniones. Sin embargo, en forma mayoritaria se atribuye este invento a los chinos. Si bien se han encontrado publicaciones del siglo II en las que se mencionaba el magnetismo, la primera brújula habría aparecido hacia el siglo IX. Ésta consistía en un trocito de caña con una aguja magnética que, al flotar sobre el agua, indicaba el norte magnético.
En tanto, varios historiadores le atribuyen esta invención al italiano Flavio Gioja, alrededor del siglo XIV, ya que él fue quien la haría más práctica y pequeña, puesto que se cree que el mecanismo de brújula empleado por los chinos resultaba bastante complicado e impreciso.
Así, la brújula pasaría a ser más simple en su utilización cuando se consiguiera reducir el tamaño cambiándose la vasija de agua por un eje rotatorio, y añadiéndose una "rosa de los vientos" que servía de guía para calcular direcciones.
Un nuevo avance tendría lugar cuando el físico inglés Sir William Thomson -Lord Kevin- (1824- 1907) lograra independizar a este instrumento del movimiento del barco durante tempestades, y anularía así los efectos de las construcciones del barco sobre la brújula magnética. Utilizó ocho hilos delgados de acero sujetos en la rosa de los vientos, en lugar de una aguja pesada. Además, se llenaba con aceite para disminuir las oscilaciones.
Un tipo de brújula, patentada en 1885 por el holandés Martinus Gerardus van den Bos, fue la giroscópica o girocompás. Señala siempre al Norte geográfico ya que utiliza un juego de discos o anillos que giran muy rápido (movidos electrónicamente) y las fuerzas de fricción, para aprovechar la rotación de la Tierra. Una consideración importante a tener en cuenta es que el girocompás señala el Norte geográfico, mientras que la brújula magnética, señala el Norte magnético.
El modelo de un imán es un bipolo donde la fuerza magnética radia del Polo Norte Magnético al Polo Sur Magnético. La Tierra como un gran imán tiene su Polo Norte Magnético cerca del Polo Sur Geográfico. El magnetismo de la Tierra es causado por el flujo de electrones en su centro metálico fluido. El centro fluido está constantemente en movimiento. Esto explica por qué el magnetismo de la Tierra varía con el tiempo.
La brújula no se puede usar ni en el Polo Norte ni en el Polo Sur, debido a que la convergencia de las líneas de fuerza del campo magnético terrestre anula su funcionalidad y no es capaz de alinearse, ni señalar correctamente el Norte.
De la brújula al GPS
Si bien hoy en día el uso de la brújula ha sido sustituido por sistemas más precisos y modernos, lo cierto es que la brújula fue fundamental en la historia de la humanidad. Por ejemplo, antes de su descubrimiento, era peligroso realizar viajes en barco en los meses de invierno, debido a que el mal tiempo y las nubes impedían ver las estrellas para ubicarse y podían perderse fácilmente.
El primer sistema de trasmisión de posición e imágenes por las ondas de los satélites fue diseñado por el científico estadounidense Roger L. Easton (1921-2014). Él construiría "La piedra Rosetta del GPS", el proyecto Vanguard para el Laboratorio de investigación naval, un trabajo encargado por el Presidente Eisenhower con el objetivo de lanzar el primer satélite a órbita. Así, en 1957, tras lanzar el Sputnik, el sistema se convertiría en la primera tecnología que detectaba y seguía la posición de todo tipo de objetos en el orbe terrestre.
En la década del setenta, el ingeniero y físico Ivan Getting (1912-2003) y el profesor Bradford Parkinson, ambos con experiencia en el terreno militar, idearon una red de satélites que permitía el seguimiento de un objeto en movimiento (desde autos hasta misiles) con la ayuda de los satélites militares estadounidenses, mediante la conexión entre una red de estaciones y antenas en tierra. Sin embargo, no sería sino hasta 1994 cuando el GPS (Global Positioning System) se convertiría en un objeto de uso civil. A lo largo de los años, este sistema comenzó a extender su uso por los autos de todo el planeta.