Muchos de nosotros nos hemos deleitado con los clásicos producidos por la mano de Walt Disney. Desde La Cenicienta hasta Tarzán, estas películas han sido clásicos animados para todas las generaciones de esta época. Sin embargo, la mayoría de las personas no conocen el verdadero origen de las historias adaptadas por la mano de los caricaturistas y escritores de Disney. Bambi, de Félix Salten, es uno de esos libros poco conocidos internacionalmente pero cuya historia ha resonado en varias de las generaciones actuales.
De niños, muchos somos atrapados por las historias de los libros, muchas de las cuales están llenas de animales parlanchines. Desde las fábulas de Esopo, disfrutar de animales que hablan se ha convertido en un ritual de la infancia. De todas estas podemos resaltar la historia de Bambi, de Félix Salten, autor húngaro quien publicó la obra en Austria. Bambi, el príncipe del bosque, el venadito que crece para aprender las lecciones de la vida. Este libro es uno que trae consigo experiencias que van desde el análisis de la vida misma hasta la contemplación de la naturaleza.
Bambi fue un libro bien recibido por el público de la época. Fue uno de los mejores vendidos en Estados Unidos en donde, incluso, se llegó a traducir al inglés por Whittaker Chambers, siendo publicada esta edición en 1928. Incluso, el propio John Galsworthy, quien ganó el Premio Nobel de Literatura en 1932, llamó al libro de Salten “un libro delicioso”, dándole buena recomendación a sus lectores sobre este libro que, en los subsiguientes años, se clasificó como una obra para niños.
El término “libro para niños” es dudoso cuando se trata de clasificar a Bambi. Muchos han disfrutado la historia y también han clasificado sus temas como fuertes para las audiencias infantiles, sin embargo, hay que tener en cuenta varios de los tópicos que este autor ha querido manifestar en torno al venadito.
En las primeras partes podemos ver a Bambi maravillarse con el mundo que lo rodea, así como el mundo maravillarse ante el nacimiento y crecimiento del príncipe del bosque, título que le viene por ser descendencia directa del príncipe que reina a todos los venados. Su madre le enseña las maneras del bosque y la virtud de la precaución: aunque a Bambi le encante ir a la pradera y se sienta extasiado por la sensación que da rondar libre por los pastos, debe siempre cuidarse de los peligros que acechan en el bosque. Bambi es joven y poco sabe de lo que habla su madre, pero aun así sabe que el cuidado y cariño que le proporciona su madre es más valioso que un momento de jugar.
En las primeras etapas de su vida, nuestro amigo venado mira a su alrededor, conociendo a los animales que viven en el bosque junto a él y aprendiendo de sus hábitos, estudiando el bosque y sus sonidos, como le enseña su sabia madre. Félix Salten logra ser un maestro en esto: nos detalla con claridad cuáles y de qué manera son los sonidos a los que Bambi debe acostumbrarse para asegurar su sana vivencia en el bosque, siempre alerta de los peligros, aunque Bambi no llega a conocer esa palabra de su madre sino de otros venaditos que crecen junto a él, haciendo mucho más misterioso al peligro que acecha.
Los amigos de Bambi, sus vecinos, los que lo vieron nacer, los que lo acompañan en el bosque son todos animales parlantes. Todos hablan desde su propio punto de vista y así lo ha querido el escritor, quien los trata con la mayor dignidad posible y procura exaltar cada una de las virtudes que tienen para ofrecer al mundo estos animales.
El ganador del premio más importante de la literatura a nivel mundial, John Galsworthy, quien fuese amigo personal del autor, escribió en las palabras que introducen al libro o prólogo, lo siguiente:
"Como regla, no me gusta el método de escritura que pone palabras humanas en bocas de criaturas ignorantes, y es un triunfo de este libro que, detrás de toda conversación, uno siente las verdaderas sensaciones de aquellas creaturas que hablan."
El amigo del autor, en quien puede confiarse por tener una obra literaria que, además de extensa, es de alta calidad literaria, abre los ojos a cualquier lector que tenga reparos en lo que va a leer. Poco importa que sean animales los que hablen, sus emociones, sus sentimientos, sus luchas, sus diversiones son muy claras para todos.
Las historias poéticas para niños son hermosas y todo el que las lee las tiene como referencia en su vida adulta. Este libro puede ser, perfectamente, uno que se tenga de referencia en la edad adulta. El autor no se empeña en volver a sus personajes niños para siempre, ni caer en la tentación de volverlos adorables para placer del lector. Salten muestra las sensaciones de aquellas criaturas salvajes, que viven en el campo abierto o, en este caso, en el bosque, que se alimentan de la naturaleza y viven en constante peligro. Félix Salten les da voces para que nosotros mismos nos pongamos en las patas, las pezuñas, las garras, las alas de aquellos que viven en el bosque, un bosque demasiado cercano al hombre.
Leer y estar en contacto con la naturaleza pueden hacernos disfrutar más de la belleza de este libro
Leer Bambi a una tierna edad infantil o leerlo al seguir creciendo tiene poca diferencia. Bambi es un libro que habla de la madurez. Ciertamente el venadito que conocemos crece y se hace adulto ante nuestros ojos, el autor salta un año en la narración y nos muestra a un venado más adulto que ya no necesita a su madre para que le enseñe el mundo a su alrededor. Sin necesidad de hacerle propaganda moral al proceso de crecimiento de Bambi, Felix Salten nos muestra cómo se descubre el mundo ante los ojos, tanto de él mismo como de los espectadores. Quizás hasta sin estar seguros de cómo sucedió, este libro celebra la transición de la infancia a la madurez y todo lo que conlleva, todo sin dejar de ser una historia que maraville al lector sobre el desarrollo de la naturaleza. Las virtudes y habilidades que se desarrollan con la edad adulta se ofrecen a nosotros los lectores para también sentirnos extasiados en el crecimiento de Bambi y su entorno.
Una de las cosas que conmueven el corazón de cualquiera durante el transcurso del libro será el recuerdo de la madre de Bambi. Aunque él no la necesite cuando esté adulto, el lector siempre recordará las lecciones que su madre le dio, el peligro que siempre acecha a los ciervos estando en el bosque y la continua atención que Bambi debe tener ante ellos. Las madres siempre serán pilares en nuestra sociedad, son las que nos traen al mundo y las que nos enseñan las primeras nociones de humanidad y de amor. La madre de Bambi es un recordatorio constante de ello. Durante todo el libro, la pradera, ese refugio de alegría, diversión y cariño que le dejó su madre, también es símbolo del peligro que siempre acecha. En la pradera, Bambi conoce a sus compañeros y amigos, conoce el amor. También es allí donde los más tristes sucesos de la historia ocurren. La pradera es una línea de encuentro entre el peligro del hombre y la dicha de los venados.
No es un libro moralista, Felix Salten procura no enseñar con ese tono al lector, pero sí busca dejarnos un mensaje. La vida natural es hermosa, según él la narra. El bosque, los animales, la lluvia, hasta el duro invierno son elementos naturales que tienen un balance delicado y perfecto y el único peligro que les acecha durante toda la historia es el hombre, la mano malvada de los humanos que son los que llevan a cabo las acciones más peligrosas hacia los venados.
Gracias a esta visión sobre los peligros que atraviesan los animales en el bosque, a este libro se le ha clasificado dentro de la eco-crítica estadounidense, más específicamente en el conservacionismo. Aunque el libro es originalmente europeo, el hecho de que haya sido tan exitoso en los Estados Unidos de América a principios del Siglo XX, hizo de Felix Salten un autor que hizo reflexionar a muchos sobre el papel que juega el humano sobre la naturaleza. Bambi y los suyos siempre sufrieron mucho gracias a ello y sus vidas giraron en torno a cuidarse de esos peligros, lo que hace que nosotros, como lectores, reflexionemos ante las cosas que hacemos que puedan afectar a la vida salvaje, a la vida natural que se desarrolla en los bosques.
A pesar de esto, el libro de Salten está fuera de ser solo una crítica contra la sociedad. La historia que cuenta es fluida y su disfrute es inevitable. En la historia de la literatura, pocos autores que hayan sido exitosos en el género infantil y juvenil han descrito a la naturaleza de una forma tan divina. Incluso, en uno de los segmentos del libro, Salten escribe una conversación que toma lugar en el invierno, entre dos hojas pegadas a un árbol, en la que se preguntan su destino una vez que hayan caído al suelo. La duda, la angustia sobre lo que sucederá una vez que ellas se despeguen de la rama y lo que les espera en el suelo se vuelve hacia el lector haciéndonos sentir genuinamente todo por lo que están pasando las hojas. Quizás ellas dos no sean la parte más importante del bosque, pero su dolor, su angustia es reflejada por el autor en un pasaje que muchos encontrarán maravilloso.
Hojear cualquier parte del libro es encontrarse con pasajes extraordinarios sobre la naturaleza, quizás como este:
"En las proximidades del pequeño claro crecían avellanos, cornejos, ciruelos silvestres y saúcos jóvenes. Altos arces, hayas y robles formaban una techumbre verde, y de la tierra firme y de color castaño oscuro, se elevaban helechos, yeros y salvias. Pegadas al suelo se arrastraban las hojas de las violetas que ya habían florecido, y las de las fresas, que empezaban a florecer. La luz del sol se filtraba a través del tupido follaje con sus rayos de oro. Todo el bosque resonaba con múltiples voces, que en conjunto constituían una nota de intensa alegría. El tordo lanzaba ininterrumpidos gritos de júbilo, las palomas arrullaban sin cesar, silbaban los mirlos, gorjeaban los pinzones y chirriaban los paros. En medio de tales cantos, se dejaba oír la voz pendenciera de los grajos; se burlaban de ellos las urracas, e irrumpía el cloqueo fuerte y agudo de los faisanes. De vez en cuando, el estridente grito de júbilo de un carpintero se elevaba sobre el concierto de tantas voces. La llamada del halcón se elevaba aguda y penetrante por encima de los árboles, y se dejaba oír sin reposo el coro ronco de las cornejas."
Todo lo que Felix Salten narró para nosotros en este libro resulta magnífico para la literatura. Este pasaje, que está al inicio del libro, lo demuestra. La belleza que nos regala, el mensaje con el que reflexiona y las etapas por las que pasa el venado que, al final, sentimos como si las hubiésemos vivido junto a él, hacen de este libro una maravillosa joya literaria para niños, jóvenes y adultos. La genialidad de este libro es un disfrute para todos y una buena adquisición para la biblioteca en casa.