¿SABÍAS QUE..?
La Fontana di Trevi se encuentra en el lado opuesto al lugar de la plaza donde se concibió originalmente.
¿SABÍAS QUE..?
En Berna, Suiza, hay más de 100 fuentes. De ellas, once lucen todavía la estatua original con sus figuras alegóricas.
La creación de fuentes se remonta a las primeras civilizaciones. El agua es el elemento fundamental que sostiene la vida misma por lo que no es extraño que las fuentes, por asociación, todavía sigan cautivando a las personas. Veamos en este artículo los detalles que las hicieron parte importante de la arquitectura de un lugar.
La palabra fuente proviene del latín fons y tiene diferentes usos, pero el que nos interesa es aquel que la vincula con el agua. En otras palabras, una fuente sería un manantial que brota de la tierra o el instrumento que dispensa agua en casas, jardines, plazas y calles. Las más conocidas son las fuentes decorativas plagadas de esculturas y figuras que las jerarquizan.
En los primeros tiempos las fuentes solo abastecían de agua a las personas pero, a medida que los centros urbanos crecieron, irían convirtiéndose en obras arquitectónicas, es decir, obras artísticas. Uno de los ejemplos más conocidos es la Fontana di Trevi en Roma. En España, por ejemplo, el equipo de fútbol del Real Madrid festeja sus títulos al pie de la Fuente de Cibeles. En Madrid también se encuentra una de las escasas fuentes en las que se representa la maldad: la Fuente del Ángel Caído, es decir, Lucifer o el Diablo.
ALGO DE HISTORIA
Debido a que en un comienzo las fuentes se utilizaban para abastecer de agua a los habitantes de los pueblos, se solían erigir en las plazas o lugares de encuentro que contribuían a la integración de los vecinos. La cultura islámica dejaría su impronta durante la Edad Media en zonas públicas y edificios privados: patios, plazas, palacios, jardines y mezquitas, sobre todo en la España musulmana.
Fuente en el Palacio de la Alhambra, Granada, España. El estilo morisco dejaría su impronta en las regiones españolas en las cuales durante muchos años vivieron los musulmanes.
En las ruinas de la antigua ciudad sumeria de Lagash, actual Irak, se descubrió una pila de piedra tallada que tiene una antigüedad de unos 4.000 años. Las antiguas civilizaciones capturaban y retenían el agua que les daba la vida. Los asirios construyeron cuencas talladas en roca en el desfiladero del río Comel que se conectaban por pequeños canales y descendían a un arroyo.
Los griegos serían los primeros en utilizar fuentes y acueductos para distribuir el agua. Los registros de historia antigua señalan fuentes en Atenas y Corinto en el siglo 6 a. C. Éstas estaban hechas de piedra o de mármol, con tuberías de bronce y fluían gracias a la gravedad, aunque utilizaron también el principio de sifón.
Antiguo acueducto romano, el origen de las fuentes europeas más famosas.
En la Roma Antigua un extenso sistema de acueductos de los ríos y lagos de montaña abastecía a las fuentes y baños aunque, a diferencia de los griegos, se utilizaban tuberías de plomo. En las excavaciones en Pompeya se descubrieron fuentes incluso en el interior de las casas de algunas familias adineradas.
Los ingenieros romanos construirían fuentes y acueductos en todo el imperio y puede encontrarse evidencia de ello en varias ruinas de aquellas antiguas ciudades.
Este esplendor de fuentes fue decayendo durante la Edad Media y muchas dejarían de funcionar quedando solo algunos ejemplos en monasterios, jardines de palacios, además de alusiones a ellas tanto en la literatura como en el arte. Tal vez debido a ello en este periodo también se las asoció a la pureza, la inocencia y a la fuente de vida eterna.
No se sabe a ciencia cierta si los antiguos persas tenían fuentes de gravedad y propulsión o solo utilizaron pozos con mecanismos para elevar el agua, pero de todas maneras distribuían el agua necesaria para, incluso, sus famosos jardines ornamentales. A partir del siglo VII las fuentes eran parte ya del jardín islámico que representaba al jardín del Paraíso. En El Libro de Dispositivos Ingeniosos de los hermanos Banu Musa, a instancias del califa de Bagdad, resumieron el conocimiento de la ingeniería del mundo antiguo griego y romano. Allí se describen fuentes de diversos mecanismos.
Los constructores del Renacimiento tuvieron inspiración durante el siglo XIV redescubriendo y traduciendo textos romanos de arquitectura, por lo que las fuentes comenzarían a cobrar protagonismo. Las más famosas fuentes italianas se originarían en este periodo, pues se retomó la costumbre de marcar el punto de un acueducto con ellas; al menos su lugar de emplazamiento surgiría en este tiempo, incluida la conocida Fontana di Trevi.
Fontana di Trevi, Roma, Italia.
Sin embargo, serían los siglos XVII y XVIII los que marcarían la época dorada con respecto a las fuentes en Roma ya que comenzaría en ese tiempo la reconstrucción de los acueductos organizada por los Papas de entonces, y terminarían siendo ejemplos perfectos de los principios del arte barroco. El agua pasó a ser simplemente un elemento decorativo para realzar las esculturas. De esta manera, tenemos la fuente diseñada para la Basílica de San Pedro en la plaza del mismo nombre, La Fuente del Tritón en la Piazza Barberini del artista Gian Lorenzo Bernini, y la más importante hasta la actualidad, la Fontana di Trevi.
Durante el siglo XIX tanto en Londres como en París se instalaron acueductos y nuevas fuentes para abastecer las demandas de la Revolución Industrial por el crecimiento acelerado de las ciudades. Napoleón Bonaparte llevaría el agua potable a París con la construcción de los primeros canales; la famosa Fontaine du Palmier en la Place du Châtelet, en donde celebraban las victorias militares, se erigiría en este período.
En este siglo, también, se introdujeron nuevos materiales para la construcción de fuentes como el hierro fundido, el vidrio e incluso el aluminio además de la iluminación.
Cuando el agua corriente se convirtió en la principal fuente de agua potable a fines del siglo XIX, las fuentes públicas se convertirían en elementos totalmente decorativos y las bombas mecánicas reemplazarían a los mecanismos de la gravedad, reciclando de esta manera el agua y otorgándole, a su vez, más posibilidades en el movimiento.
Fontaine du Palmier en la Place du Châtelet. Esta era la fuente en donde se celebraban las victorias militares en tiempos de Napoleón.
LOS DIFERENTES TIPOS DE FUENTES
Existen diferentes tipos de fuentes: entre ellas se encuentran las musicales, que combinan agua, música y luz con coreografía de computadoras. Estas se utilizan para eventos especiales y poseen un gran atractivo turístico.
Aunque este tipo de fuentes se disfrutan en pleno siglo XXI, fueron descritas por primera vez en el siglo I por Herón de Alejandría, un científico e ingeniero griego. En el Renacimiento italiano, las más famosas se encontraban en Tívoli y en Francia, obviamente, estas últimas en los jardines de Versalles.
Imagen de fuente en los jardines de Versalles, Francia.
Se pueden ver también fuentes de usos prácticos y recreativos como las que se utilizan en parques acuáticos o piscinas, diseñadas con superficies antideslizantes, de fácil acceso y con puntos que emiten chorros de agua.
Los bebederos provistos de un cuenco y una canilla aún se utilizan para proporcionar agua potable, y en la actualidad pueden incorporar filtros para eliminar impurezas. Éstos se encuentran en lugares públicos como bibliotecas, áreas de descanso o escuelas. El diseño varía en el posible uso del público que accede a ellos.
Con el avance de la tecnología las fuentes se volvieron más y más complejas, ofreciendo un espectáculo digno de admirarse, ya que incluyen pantallas de agua para proyecciones en videos, láser y otros soportes.
Ejemplos de esta profusión de variedades lo vemos, por ejemplo, con el artista alemán Julius Popp quien utiliza la tecnología digital para deletrear palabras con agua: un programa selecciona palabras al azar en internet y las recodifica en imágenes que se forman gracias a 320 boquillas que inyectan el agua en válvulas electromagnéticas sincronizadas y arman las palabras a medida que el agua cae.
Jaume Plensa diseñó la Crown Fountain, una fuente interactiva en Chicago y muestra videos digitales en su espejo de agua.
La fuente de París conocida como La Danse de la fontaine émergente, en la Place Augusta-Holmes, está diseñada de manera que aparenta ser un dragón que serpentea alrededor de la plaza y se sumerge en el pavimento. Está construida de acero inoxidable, plástico y vidrio; la piel del dragón es transparente y deja ver cómo fluye el agua en su interior, la cual se ilumina durante la noche. La obra es creación del escultor francés de ascendencia china Chen Zhen.
Imagen de La Danse de la fontaine émergente en París, gentileza de http://commons.wikimedia.org/wiki/User:Chaoborus
La fuente Rey Fahd, en Jeddah, Arabia Saudita, es la más alta del mundo con una altura de 260 metros. Otras fuentes famosas en el mundo son: la fuente en el Jardín Botánico de Johannesburgo en Sudáfrica; la fuente de Kenroku, una de las más antiguas de Japón; la Dubai Fountain, una fuente musical de 250 metros; la primera fuente "diente de león" de El Alamein en Sydney, Autralia; la Fuente Dudas Square en Toronto, Canadá, cuya agua se calienta por energía solar recogida por losas de granito especiales, y una fuente precolombina en el sitio arqueológico de San Agustín, entre muchas otras.
La fuente Rey Fahd es la más alta del mundo en Arabia Saudita. Imagen gentileza de Ammar shaker.
RESTAURACIONES
A pesar de los avances tecnológicos y los nuevos materiales de construcción se pudo apreciar que en algunas fuentes restauradas recientemente crecía una fina capa verde formada por diminutas algas. Para recuperarlas se habían utilizado elementos de alta resistencia al desgaste físico y a las reacciones químicas; se utilizó tanto polvo de mármol natural como resinas sintéticas. A pesar de ello, estos nuevos materiales son mucho más propensos a desarrollar algas que aquellos que se habían usado originalmente, por lo que se debe seguir investigando para encontrar otras alternativas.
Imagen de la fuente de Dubai.
A MODO DE CONCLUSIÓN
El agua es un elemento vital en la historia humana, y sin ella no existiría la vida en el planeta, al menos como la conocemos. Las fuentes comenzaron acercando el preciado líquido a las comunidades y, con el correr del tiempo, terminaron siendo una obra que le rinde tributo en su arquitectura a través del arte puesto en el diseño.
Se debe tener en cuenta que la belleza de una fuente radica en el lento fluir del agua, que nos recuerda nuestra condición dependiente de cada gota que debiéramos atesorar.