Tecnología
La palabra tecnología proviene del griego τεχνολογία, formada por τέχνη (técnica, arte, destreza) y λογία (estudio de algo).
¿SABÍAS QUÉ?
Benjamin Franklin no solo fue un importante científico, sino también un eminente político. Su rostro aparece en los billetes de 100 dólares.
La cadena de frío
La cadena de frío es un factor fundamental para evitar que los alimentos se descompongan. Consiste en el suministro de una temperatura controlada y relativamente constante. Sin el refrigerador, no podríamos mantener la cadena de frío en nuestros hogares y los alimentos se echarían a perder.
¿SABÍAS QUÉ?
En español, los nombres de los electrodomésticos varían de país en país. Por ejemplo, al refrigerador también se le llama heladera, frigorífico, nevera, fresquera y congelador, dependiendo del país.
Aunque no lo notemos, ciertos dispositivos tecnológicos han afectado nuestros hábitos y costumbres. Basta con observar nuestro hogar: heladeras, lavarropas, televisores, han cambiado por completo, con su aparición, la vida del ser humano. En efecto, en nuestra cotidianeidad asumimos como propio y natural el uso de una infinidad de artefactos que simplifican nuestra existencia, pero que, en realidad, no siempre han estado ahí para nosotros, sino que constituyen el producto del avance científico y tecnológico.
Domesticando la electricidad
El avance de la tecnología no solo es trepidante y permanente, sino también inevitable. Del mismo modo, además, es inevitable que afecte más de un aspecto fundamental de nuestras vidas: la medicina, la exploración espacial, la química, incluso las artes, se ven siempre influenciadas y beneficiadas por una innumerable cantidad de avances tecnológicos. Es esperable, en consecuencia, que ciertos dispositivos tecnológicos modifiquen nuestra vida doméstica, es decir, la vida en el ámbito del hogar.
No solemos detenernos a pensar, por ejemplo, en las dificultades que tenían las personas -si es que efectivamente podían hacerlo- para conservar alimentos en sus hogares hace tan solo algunos cientos de años atrás. No notamos, en definitiva, la importancia que tienen en nuestra vida diaria artefactos que resultan tan usuales para nosotros, como heladeras y congeladores, por mencionar solo un par. Pero para que la tecnología haya podido irrumpir en los hogares fue necesario, primero, controlar lo que en principio parecía indomable: la energía eléctrica.
La tecnología avanzó a pasos agigantados gracias a que el ser humano pudo comprender y dominar la electricidad.
El experimento de Franklin
La electricidad es tan antigua como el Universo. El hombre no la inventó, sino que la descubrió, y comenzó a dominarla y generarla luego de muchísimos siglos de investigación. Benjamin Franklin fue uno de los primero científicos en estudiar sistemáticamente la electricidad, y es particularmente conocido por haber realizado un experimento muy peculiar.
Franklin quería probar que las nubes estaban cargadas de electricidad, y que los rayos eran descargas eléctricas. Para ello, un día tormentoso del año 1752, ató con un hilo de seda una cometa por un extremo y una llave metálica por el otro. Una vez en el aire, la cometa atrajo un rayo. Cuando éste la impactó, la llave condujo la electricidad, y Franklin probó su hipótesis tras recibir un fuerte choque eléctrico.
La mayoría de los dispositivos tecnológicos con los que contamos en nuestros hogares son alimentados por energía eléctrica: incluso las cocinas que funcionan con gas natural suelen tener luces para iluminar el horno. La electricidad, entonces, fue un elemento determinante para que los seres humanos le abramos de par en par las puertas de nuestras casas a la tecnología.
La casa del mañana, hoy
Desde la sala de estar hasta el baño, nuestras casas están repletas de dispositivos tecnológicos. Es difícil pensar en algún ambiente de nuestros hogares que no cuente con uno de ellos: incluso una lámpara de luz es un elemento tecnológico en cierto punto. No obstante, algunos artefactos son más avanzados que otros. Dicho avance tiene por objetivo mejorar la funcionalidad de cada dispositivo, con el fin de ofrecernos un mayor abanico de posibilidades de uso, o simplemente hacer nuestra vida un poco más fácil.
Los electrodomésticos y demás artefactos que intervienen en nuestra vida doméstica han evolucionado notablemente. Por lo general, los dispositivos de hoy en día se asemejan a sus primeros antecesores únicamente en sus funcionalidades básicas.
Cada vez son más los electrodomésticos que se desechan debido a que, con el paso del tiempo y el avance de la tecnología, comienzan a resultar menos eficientes y útiles.
La cocina es uno de los lugares de la casa que cuenta con una mayor cantidad de dispositivos tecnológicos. Uno de ellos es el refrigerador. Este artefacto es uno de los más importantes, no solo por la utilidad que le damos día a día, sino también por la forma en que ha revolucionado el almacenamiento y conservación de alimentos. Si bien el primer refrigerador fue construido en 1876, no fue comercializado al público hasta el año 1913; por otra parte, el primer refrigerador con compartimento para congelador fue lanzado al mercado en el año 1939. Gracias al refrigerador podemos conservar una enorme cantidad de alimentos, como lácteos, frutas, verduras y carnes, durante varios días o, incluso, semanas. Esto facilita la administración y previene problemas sanitarios, ya que los alimentos refrigerados no se descomponen tan rápidamente como los que no lo están.
Hoy en día existe toda una nueva generación de refrigeradores: los smart refrigerators. Estos electrodomésticos cuentan con conectividad a internet y toda una gama de funcionalidades nuevas, impensadas hace no mucho tiempo atrás. Este tipo de aparatos suelen poseer una pantalla de cristal líquido, que posibilita la interacción con el usuario, desde la cual puede obtenerse toda la información acerca de los alimentos que están dentro del refrigerador: cantidades, fecha de caducidad, etc. Además, en algunos casos, también pueden ofrecer recetas de cocina y confeccionar listas de compras.
Refrigerador con pantalla de cristal líquido.
Si el refrigerador nos permite mantener alimentos fríos, el horno de microondas, otro de los dispositivos presentes en la cocina, nos permite, en cambio, calentar la comida en pocos minutos. El primer microondas se comercializó en el año 1947. Gracias a este artefacto, los tiempos de espera para recalentar o cocinar un alimento se reducen considerablemente.
Los hornos de microondas más modernos cuentan con características que añaden muchas más posibilidades a la mera función de calentar la comida. Así, por ejemplo, algunos pueden leer la superficie de los alimentos para controlar la temperatura segundo a segundo y así no calentarlos ni demasiado ni muy poco, o incluso cocinarlos completamente estando crudos. Otra particularidad es la función de fermentación que algunos de estos dispositivos ofrecen, la cual permite hacer pan y hasta yogur.
Gracias a su innovadora tecnología de circulación de aire caliente, algunos hornos de microondas permiten freír alimentos sin utilizar ni una sola gota de aceite.
La cocina o estufa es el artefacto que nos permite cocinar diariamente nuestros alimentos. Por lo general funcionan con gas, pero cada vez son más las cocinas en el mercado que emplean la energía eléctrica como fuente de alimentación para generar el calor necesario. La primera cocina eléctrica fue patentada en Inglaterra en el año 1892, pero no hace mucho que esta tecnología se ha mejorado e implementado de manera más general.
Las cocinas más avanzadas tecnológicamente no parecen, a simple vista, más que una superficie lisa. No obstante, en estos electrodomésticos de última generación esta área plana funciona como una enorme pantalla táctil con la que el usuario puede interactuar para seleccionar la temperatura y tiempo de cocción, buscar recetas y hasta chequear sus redes sociales. Los recipientes metálicos para cocinar se calientan mediante inducción, utilizando electroimanes, lo que reduce el riesgo de quemaduras en las manos, ya que, literalmente, la cocina no quema.
Sobre las cocinas más modernas, los recipientes metálicos se calientan mientras que todo lo demás permanece sin hacerlo.
Espejo, espejito …
Para muchas personas, cambiar de look es una decisión extremadamente difícil, incluso riesgosa, ya que muchos de estos cambios, como un corte de pelo o el retoque de las cejas, no tienen vuelta atrás. Por suerte para ellos, esto ya no es un problema con el smart mirror, el espejo inteligente.
Gracias a su avanzada tecnología, este espejo que reconoce nuestro rostro no solo lee nuestro cutis y nos recomienda cómo cuidarlo, sino que también nos ofrece una serie de opciones de aspecto que, como por arte de magia, podremos ver reflejadas en nuestra cara en el espejo: podemos probar con muchos tipos de maquillaje, varios volúmenes y largos para nuestras pestañas y hasta distintos estilos de vello facial.
Pocos artefactos domésticos revolucionaron tanto la vida del ser humano como lo hizo el televisor. Este dispositivo, comercializado al público desde 1926, se ha convertido en un elemento infaltable en el hogar. Constituye una ventana al mundo, que permite informarnos de lo que pasa y entretenernos. No obstante, al igual que los anteriores electrodomésticos que hemos mencionado, ha cambiado muchísimo tanto en su forma como en su utilidad a lo largo de toda su breve pero significativa historia.
En la actualizad, los smart TVs, televisores inteligentes, ganan cada vez más terreno. La excelente calidad de imagen, la posibilidad de acceder a internet, la amplia gama de aplicaciones que se le pueden descargar, las ventajas de conectividad con otros dispositivos o medios de almacenamiento y la capacidad de reproducir varios formatos multimedia son tan solo algunas de las características que hacen tan atractivos a estos productos.
Los smart TVs ofrecen una cantidad de funcionalidades impensadas hace un par de décadas atrás.
Todos estos dispositivos inteligentes, gracias a su conectividad a internet, tienen la ventaja de poder ser monitorizados y controlados desde smartphones y tablets. Así, en suma, la casa en su conjunto, con todos los electrodomésticos y artefactos que la integran, funciona como una unidad en la que sus partes se interrelacionan y pueden ser administradas con un dispositivo en nuestro bolsillo desde cualquier parte del mundo.