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¿Sabías qué…?

Tanto la enfermedad de Crohn como la colitis ulcerosa tienden a ser confundidas por la similitud de sus síntomas. Sin embargo, la primera es mucho más grave puesto que afecta a las cuatro capas del tracto gastrointestinal y la otra solo afecta a las dos primeras.

¡Dile NO al cigarrillo!

Las personas que fuman y padecen la enfermedad de Crohn tienen más probabilidades de agravar sus síntomas y en la mayoría de los casos hasta requieren una intervención quirúrgica. Dejar de fumar puede ayudar a que los síntomas disminuyan y no limiten las actividades del día a día.

Crohn: una enfermedad silenciosa



¿Qué es la enfermedad de Crohn?

Pertenece a un grupo de afecciones conocidas como enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que afecta de igual manera tanto a hombres como mujeres y suele presentarse en dos rangos de edades, entre los 20 y 30 años o a partir de los 60 años.


Áreas involucradas

Por lo general, se ve afectado el extremo inferior del intestino delgado y el comienzo del intestino grueso; sin embargo, también puede ocurrir en cualquier parte del tracto digestivo, desde la boca hasta el extremo del recto.


El íleon (intestino delgado), el colon y el recto (intestino grueso) son unas de las partes principalmente comprometidas con la enfermedad.

En las zonas involucradas suele producirse una lesión crónica llamada úlcera, que por lo general se presenta con sangrado y puede obstruir el tubo digestivo.


¡Buscando culpables!

La causa de esta enfermedad hasta ahora sigue siendo un enigma, debido a que no se conoce con exactitud el origen de la misma; no obstante, se presume que puede ocurrir como consecuencia de una reacción anormal del sistema inmune del cuerpo. Esto quiere decir, que puede ser provocada por anticuerpos que lesionan las células intestinales, por lo que se le considera como un daño autoinmune.

Otros factores que pueden influir en el padecimiento de esta enfermedad son:

  • Antecedentes familiares.
  • Factores ambientales.
  • Predisposición del cuerpo a actuar en forma exagerada ante las bacterias normales intestinales.
  • Adicción al tabaco.

¿Cómo se manifiesta?

Debido a que esta enfermedad puede afectar cualquier parte del intestino, los síntomas pueden variar entre un paciente y otro. Estos fluctúan de leves a graves, y pueden presentarse o desaparecer cada cierto tiempo.

Los principales síntomas de la enfermedad de Crohn son:

Por otro lado, se puede presentar drenaje de pus, moco o heces en la zona que se encuentra alrededor del recto o el ano, causando lo que se conoce como fístula o fisura.


Cuando se complica

Algunas de las complicaciones que se pueden presentar con esta enfermedad son la obstrucción y úlceras en el intestino e inconvenientes para absorber los nutrientes. Los niños con esta afección pueden tener problemas de crecimiento.


Tratamiento

No existe una cura para la enfermedad de Crohn. Existe tratamiento farmacológico para controlar y minimizar los síntomas los cuales, disminuyen la inflamación anormal en el tracto gastrointestinal que permite al colon reponerse y también ayudan a aliviar los malestares causados por diarrea, sangrado rectal y dolor abdominal.

Los objetivos principales de cualquier tratamiento buscan obtener la remisión; es decir, que los síntomas no reaparezcan o se tarden en volver. En el caso de que esto no se logre, lo importante sería reducir la enfermedad para mejorar la calidad de vida de la persona.

Ningún tratamiento es igual a otro ni se asimilan de la misma manera para todos los que padecen la enfermedad. Si la enfermedad está muy avanzada o se complica se debe acudir a la cirugía para extirpar las fracciones intestinales que se encuentren afectadas.


¿Qué se recomienda?


Las personas con la enfermedad de Crohn deben seguir un régimen de alimentación adecuado, rico en fibra que le facilite la digestión para disminuir el trabajo intestinal.

  • No es conveniente consumir alimentos crudos, puesto que requieren más trabajo gástrico e intestinal.
  • No se deben consumir alimentos fritos ni gratinados puesto que aportan muchas grasas.
  • Reducir el consumo de alimentos refinados y/o cereales que contengan azúcar.
  • Se debe prescindir de los alimentos que irriten el canal intestinal, como la cafeína, las gaseosas, los condimentos, los embutidos, los picantes y las carnes rojas, entre otros.
  • Evitar el estrés.