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LA CLASIFICACIÓN DE LAS PALABRAS

En cada enunciado, las palabras desempeñan variadas funciones, y, atendiendo a la función que desempeñan, se clasifican en diferentes clases o categorías. Existen unas, denominadas autónomas o independientes, que pueden cumplir por sí solas una determinada función, y otras, que solo pueden aparecer en un enunciado combinadas con alguna de las autónomas: las dependientes.

Autónomas: se las denomina palabras léxicas, porque pueden ser definidas utilizando otras palabras del léxico común. En este grupo encontramos al sustantivo, el adjetivo, el adverbio y el verbo.

Dependientes: se las conoce igualmente como palabras gramaticales, solo pueden ser explicadas utilizando conceptos gramaticales. Pertenecen a esta categoría la preposición y la conjunción.

Para reconocer una u otra clase de palabras generalmente se acude a tres criterios:

El significado, es decir, qué nombran las palabras (acciones, seres u objetos, cualidades...).

La forma, qué componentes constituyen a las palabras (raíz, morfemas derivativos, morfemas flexivos...).

La función de las palabras en enunciados (núcleo, modificador...).

Atendiendo a estos criterios se pueden establecer las principales clases de palabras, como en el siguiente cuadro:

Sustantivos: son aquellas palabras que usamos para nombrar a las personas, los animales, los objetos, las ideas o los sentimientos. Estos pueden tener género femenino o masculino: Gato / gata; nene / nena.

Adjetivos: expresan cualidades o estados de los sustantivos a los que se refieren, concordando con estos en género y número. Ejemplo: El muchacho bonito - la muchacha bonita

Artículos: son palabras que no tienen significado propio y que únicamente sirven para anunciar o presentar a un sustantivo o a otra palabra o grupo de palabras que se comportan como un sustantivo: la mesa, los elegidos, el saber estar, el que tenía que venir.

Pronombre: se trata de palabras que reemplazan a los sustantivos dentro de una oración. Por lo tanto, nunca aparecen junto a éstos. Ejemplo: El libro es entretenido. Éste no es muy extenso. En este caso “Éste” reemplaza a “El libro”

Verbos: los verbos son palabras que expresan acciones o estados. Por ejemplo: cantar, correr, saltar, caminar, etc.

Adverbio: se trata de palabras invariables que no poseen ni género ni número, aunque pueden admitir modificaciones: formar diminutivos o aumentativos (tempranito) y, en algunos casos, pueden poseer grados como los adjetivos (tempranísimo). También se pueden formar adverbios agregando la terminación –mente a los adjetivos (tempranamente).

Preposiciones: sirven para relacionar palabras haciendo que una complemente a la otra. Son las siguientes: a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, hacia, hasta, para, por, según, sin, so, sobre, tras, pro, vía, durante, mediante. Ejemplo: Tengo una frazada de lana.

* Las preposiciones “cabe” y “so” ya no se usan, han caído en desuso.

Interjecciones: expresan alguna impresión súbita o un sentimiento profundo, como asombro, sorpresa, dolor, molestia, amor, etc. Sirve también para apelar al interlocutor, o como fórmula de saludo, despedida, conformidad, etc. Ejemplo: eh, ah.

Conjunciones: son palabras invariables que sirven para relacionar palabras que desempeñan la misma función dentro de la oración, o dos o más oraciones entre sí. Ejemplo: Llegaron María y Romina.

Palabras tales como todo, poco, mucho, bastante, nada, algo pueden funcionar como adjetivos, pronombres o adverbios.

Son adjetivos cuando acompañan a sustantivos y los modifican:

Son pronombres cuando hacen referencia o reemplazan a un nombre (en el ejemplo reemplazaría a “cosas”).

Son adverbios cuando modifican verbos, adjetivos o adverbios.