Un gran hombre
Fleming estaba interesado en que el uso de la penicilina pudiese llegar a todos los rincones del planeta, para así combatir las infecciones que se llevaban la vida de las personas. Fue por ello que, demostrando cuáles eran sus prioridades, no patentó su descubrimiento.
¿Sabías qué?
Los restos de Fleming se encuentran enterrados en la Catedral de San Pablo en Londres, Inglaterra, tal como otras personas ilustres del Reino Unido.
La penicilina no fue un descubrimiento cualquiera, su empleo para la creación de antibióticos fue determinante para la Humanidad. ¿Por qué se considera tan importante? Pues porque desde su descubrimiento, gracias a la utilización de penicilina, se ha salvado la vida de millones de personas.
Las penicilinas son antibióticos capaces de eliminar las bacterias que provocan infecciones en el organismo. Hay gran variedad de penicilinas, por ejemplo los hongos del género Penicillium pueden sintetizar naturalmente penicilinas. Cada una de ellas tiene distinto espectro de acción.
¿Cuáles son los tipos de penicilinas más empleados?
- Amoxicilina
- Ampicilina
- Flucloxacilina
- Fenoximetilpenicilina
Alexander Fleming descubrió empíricamente los efectos de la penicilina al utilizarla en colonias de bacterias.
Reconocimiento
El 11 de diciembre de 1945, Alexander Fleming recibió el Premio Nobel de Medicina por su descubrimiento junto al químico Ernst Boris Chain y al médico australiano Howard Walter Florey, que llevaron a cabo un método de purificación que permitía la síntesis de la penicilina.
HISTORIA DE UN GRAN DESCUBRIMIENTO
Fue el científico británico Alexander Fleming quien descubrió los efectos antibióticos de la penicilina. En 1928 se encontraba en el laboratorio de un hospital londinense, ocupado en el estudio de cultivos de bacterias. Luego de ausentarse por un mes de la ciudad, había dejado olvidada, cerca de una ventana abierta, la placa en la que se ubicaban las bacterias. El viento permitió que ingresara una especie de moho y se alojara en la placa, por lo que su muestra se había contaminado.
Como buen científico curioso, no desechó la placa, sino que optó por observarla en el microscopio. Lo que vio fue sorprendente: en los alrededores del moho había un claro, es decir, la zona se encontraba limpia de bacterias.
Al observar la placa, Fleming vio la acción del moho sobre las bacterias, éste las eliminaba a su alrededor.
UN ACCIDENTE QUE CAMBIÓ LA HISTORIA
Fleming identificó como hongos de Penicillium al moho que había contaminado su muestra y eliminado a la bacteria Staphylococcus, dañina e incluso mortal para el ser humano.
Fue así que inició una serie de investigaciones destinadas a corroborar cuán posible era utilizar este hongo para la cura de enfermedades en el cuerpo humano. Demostró entonces que la penicilina podía utilizarse como antibiótico sin riesgos para el hombre.
Este descubrimiento dio inicio a la era de los antibióticos. Curar enfermedades que solían ser mortales ahora era posible. La esperanza de vida aumentó en todo el mundo.
UN DISCURSO PREMONITARIO
En 1945, cuando Fleming recibió su premio Nobel, expresó: “Existe el peligro de que un hombre ignorante pueda fácilmente aplicarse una dosis insuficiente de antibiótico, y, al exponer a los microbios a una cantidad no letal del medicamento, los haga resistentes”.
Lo cierto es que millones de personas en todo el mundo se medican y se han medicado mal ante una infección, por lo que hoy en día es una realidad que las bacterias y otros microorganismos se han tornado más resistentes.
En 2014, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a los 194 países miembros las cifras acerca de las resistencias de 7 bacterias, pero solo 114 disponían de información. De los datos disponibles se desprende la conclusión de que las formas más resistentes están perjudicando a la población mundial.
Para testear la eficiencia de los antibióticos, se utiliza un método basado en el de Fleming.
ALGUNOS BENEFICIOS INCREÍBLES
- Disminuyó la mortalidad y morbilidad de la población mundial.
- Se desarrollaron nuevas especialidades médicas.
- Se volvieron tratables enfermedades como tuberculosis, neumonía bacteriana, fiebre reumática y escarlatina.