Consagrado como el general más exitoso de las guerras de la independencia en el Norte argentino, este líder militar, nació en la ciudad de Salta el 8 de febrero de 1785. Hijo de una familia adinerada, su padre, era Gabriel de Güemes Montero, un español y su madre María Magdalena de Goyechea, oriunda de Jujuy.
Cursó sus estudios primarios en su ciudad natal con maestros particulares y luego estudió en el Real Colegio de San Carlos en Buenos Aires.
A los catorce años ingresó a la carrera militar, en el Regimiento del Fijo en Salta y luego fue trasladado a Buenos Aires donde participó en la defensa de Buenos Aires para las invasiones inglesas como edecán de Santiago de Liniers. Durante las mismas, gracias a una bajante del Río de la Plata que había hecho encallar al buque inglés "Justine", Güemes, en un hecho insólito, junto con varios soldados se adentró a caballo en el río y atacó el buque británico, obligándolo a rendirse.
Tras la Revolución de Mayo, se incorporó al ejército patriota destinado al Alto Perú y fue puesto al mando de un escuadrón en la Quebrada de Humahuaca (Jujuy) y en los valles de Tarija y Lípez, impidiendo la comunicación entre los contrarrevolucionarios y los realistas alto-peruanos. Participó de la victoriosa Batalla de Suipacha. Permaneció en la zona de la Quebrada hasta después de la derrota de los ejércitos de las provincias "de abajo" en la Batalla de Huaqui, el 19 de junio de 1811 y prestó su ayuda a los derrotados que huían; allí comenzó su famosa guerra de recursos, con la que posiblemente retrasó el avance de partidas realistas antes de la llegada del ejército principal, que mandaba el general Pío Tristán.
Cuando el general Manuel Belgrano asumió el mando del Ejército del Norte e inició la segunda expedición al Alto Perú, ordenó su traslado por indisciplina. Permaneció en Buenos Aires, agregado al Estado Mayor General y colaboró en el sitio de Montevideo.
A fines de 1813, Güemes fue ascendido a teniente coronel y enviado otra vez al norte, como jefe de las fuerzas de caballería de José de San Martín, nuevo comandante del Ejército del Norte. Al poco tiempo quedó a cargo de la frontera norte.
Gracias a su experiencia militar, pudo ponerse al frente de la resistencia a los realistas, realizando entonces una reorganización defensiva del territorio. Sus unidades más efectivas eran las de caballería, compuestas por auténticos gauchos. Eran grupos armados que se movían continuamente a caballo, que resultaron formidables para romper y destrozar las fuerzas realistas. La caballería de Güemes practicaba la guerra de guerrillas con contundente eficacia. Su estrategia consistía en formar pequeñas partidas de gauchos que atacaban por sorpresa al enemigo. Así se inició la Guerra Gaucha llevada a cabo por un grupo de hombres sin tanta disciplina, ni formación militar pero excelentes jinetes y aguerridos combatientes, a los que se llamó “Los infernales”.
En enero de 1814 el general realista Ramírez de Orozco ocupó Jujuy, pero Güemes llegó hasta allí y logró contener el avance, regresando los españoles nuevamente al Alto Perú en agosto del mismo año.
Bajo el mando del general José Rondeau tuvo un papel destacado en la victoria de batalla de Puesto del Marqués. Pero, indignado por el desprecio que mostraba éste por sus fuerzas y por la indisciplina del ejército, se retiró del frente hacia Jujuy. Al pasar por Jujuy se adueñó del armamento de reserva del ejército; lo que provocó que al enterarse, Rondeau, lo declarara traidor.
El 15 de mayo de 1815 fue electo como gobernador de su provincia, con gran apoyo de la población. Inmediatamente, organizó al pueblo de Salta y militarizó la provincia. Dos semanas después de asumir el gobierno, Güemes contrajo matrimonio con Carmen Puch.
Mientras tanto, Rondeau había fracasado en la tercera incursión al Alto Perú. Tras la derrota de Viluma (1815) y, sobre todo, después de la de Sipe Sipe el 28 de noviembre de 1815, los españoles se lanzaron de nuevo a la conquista del Río de la Plata. El virrey Pezuela había delegado el mando en José de la Serna, que recibió la orden de invasión en un momento muy favorable para la restauración del poderío español. La situación de las tropas patriotas era dramática y Buenos Aires temió una catástrofe.
Fue entonces cuando Güemes realizó su mejor actuación militar, defendiendo la frontera frente los realistas con sus gauchos, mientras San Martín preparaba en el oeste el Ejército Libertador. Rondeau quiso sustituir a Güemes y ocupó Salta, pero el caudillo salteño lo sitió en marzo de 1816, llegando ambos jefes a un acuerdo. Güemes siguió resistiendo a los españoles en la frontera, sobre todo después de que Pueyrredón ordenara la retirada de las tropas porteñas de Tucumán.
Hasta 1820 rechazó seis invasiones realistas. Pero el año 1821, fue sumamente duro para Güemes porque a la amenaza de un nuevo ataque español se sumaron los problemas derivados de la guerra civil. Güemes debía atender dos frentes militares: al Norte, los españoles; al Sur, el gobernador de Tucumán, Bernabé Aráoz que, aliado a los terratenientes salteños, hostigaba permanentemente a Güemes, que será derrotado el 3 de abril de 1821.
El Cabildo de Salta, dominado por los sectores conservadores, aprovechó la ocasión para deponer a Güemes de su cargo de gobernador. Pero a fines de mayo Güemes irrumpió en la ciudad con sus gauchos y recuperó el poder.
Estas divisiones internas debilitaron el poder de Güemes y facilitaron la penetración española en territorio norteño. Los sectores poderosos de Salta, cansados de las presiones impositivas del gobernador para sostener la guerra gaucha, no dudaron en ofrecer su colaboración el enemigo para eliminar a Güemes.
El coronel salteño a las órdenes del ejército español José María Valdés, alias "Barbarucho", buen conocedor del terreno, avanzó con sus hombres y ocupó Salta el 7 de junio de 1821. Valdés contó con el apoyo de los terratenientes salteños, a los que les garantizó el respeto a sus propiedades.
Güemes estaba refugiado en casa de su hermana Magdalena Güemes de Tejada, "Macacha". Al escuchar unos disparos, decidió escapar a caballo pero, en la huída, recibió un balazo en la espalda. Llegó gravemente herido a su campamento de Chamical donde murió el 17 de junio de 1821 en la Cañada de la Horqueta. No obstante sus soldados liderados por el coronel José Antonio Fernández Cornejo, derrotaron a "Barbarucho" Valdés en julio de ese año y expulsaron para siempre a los realistas del norte argentino.