Mucho conocemos sobre los nombres y aspectos de los planetas que conforman nuestro sistema solar, rápidamente recordamos que está conformado por cuatro pequeños planetas rocosos que se encuentran en el sistema interior (Mercurio, Venus, Tierra y Marte) y cuatro planetas gigantes gaseosos que conforman el sistema exterior (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno), cabe recordar que Plutón fue degradado a planeta enano o planetoide por la Unión Astronómica Internacional.
El sistema solar se divide en planetas interiores que son Mercurio, Venus, Tierra y Marte. Y los planetas exteriores, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno; teniendo a Plutón como noveno cuerpo, siendo ahora un planetoide.
Pero los procesos que formaron nuestro sistema solar no están del todo claros en la actualidad. Una de las primeras teorías que fue apoyada por la comunidad astronómica es la de creación del núcleo; esta teoría proponía que el sistema solar se formó de una nube de gas y polvo hace unos 4600 millones de años. A continuación la gravedad habría hecho colapsar esa nube de gas y el material se habría comenzado a condensar en el centro formando a nuestro Sol. Alrededor de éste se habría creado un disco de gas y polvo el cual, a su vez, también habría comenzado a agrupar las partículas de polvo por efecto de la gravedad, formando así los primeros planetas. El viento solar se habría encargado de barrer todo el gas cercano por lo cual los planetas internos estarían constituidos principalmente de materia sólida, y los externos, al disponer de mayor cantidad de gas, habrían logrado formarse principalmente de estos compuestos.
Pero esta teoría presenta dificultades al momento de ser probada mediante modelos computacionales, puesto que los tiempos necesarios para la formación de los planetas gaseosos son demasiado cortos; no concuerda con lo observado en otros sistemas planetarios que se encuentran en plena formación. Otro de los problemas que se presenta en las simulaciones es que los planetas internos requerirían acrecentar mucha masa rápidamente para poder conseguir el equilibrio orbital y así evitar caer de forma espiral hacia el Sol.
Por este motivo, en la actualidad se está discutiendo una nueva teoría llamada El modelo de inestabilidad del disco. Ésta propone que las partículas de gas y polvo se aglomeran rápidamente en los inicios del sistema solar, para luego compactarse y, de esta manera, comenzar a reunir aun más gas y polvo de los alrededores, logrando formar planetas gaseosos gigantes de una manera más veloz; de esta manera, se permite que logren tomar el gas remanente de la formación, antes de que éste sea barrido por el viento solar, al mismo tiempo permite a los planetas conseguir el equilibrio gravitacional necesario para no caer hacia el Sol.
Aún faltan muchas investigaciones para poder definir con exactitud cómo se formó nuestro sistema solar.