Las interacciones que se dan entre los elementos químicos presentes en nuestro planeta han sido el factor que ha posibilitado nuestra existencia. Este es un tema que resulta tan complejo como apasionante que podemos comprender en base a una clasificación que divide a la química orgánica de la inorgánica, siendo dos mundos completamente apartados sobre los cuales inciden distintos elementos.
¿Qué es la química inorgánica?
En primera instancia debemos comprender a que nos referimos cuando hablamos de química inorgánica. Podríamos definirla como a la rama de la química que se encarga del estudio de las propiedades, estructura y reactividad de aquellos compuestos inorgánicos. En consecuencia no incluye a aquellos elementos que surgen del enlace carbono-hidrógeno, debido a que forman parte del estudio de la química orgánica. Si bien la división puede parecer tajante, lo cierto es que en las últimas décadas han surgido disciplinas que estudian algunos puntos de encuentro entre la química orgánica e inorgánica: tal es el caso de la química órgano-metálica, que estudia a aquellos compuestos surgidos a raíz del enlace entre un átomo de carbono y un átomo metálico.
Sabiendo qué es lo que estudia, debemos definir qué entendemos por un compuesto inorgánico. Esta definición proviene de una antigua hipótesis ahora relegada conocida como “fuerza vital”, que planteaba que existía una fuerza orgánica que era contraria a las fuerzas inorgánicas. Se sostenía que esta fuerza orgánica, que se oponía a fenómenos inorgánicos como la luz o la gravedad, otorgaba “excepcionalidad” a los seres vivos en la naturaleza, eludiendo aquellas leyes que regían lo que era inorgánico. De esta forma se creía que lo vivo no podía ser creado y que era esto lo que favorecía exclusivamente la aparición de las moléculas orgánicas. Está hipótesis queda descartada debido al trabajo de Friedrich Wohler (1800 – 1882), que logró sintetizar urea (un compuesto orgánico) en un laboratorio, derrumbando el aspecto central de la teoría de la fuerza vital.
Funciones de la química inorgánica
La clasificación más común de los químicos inorgánicos refiere a los compuestos que comparten las mismas características y comportamiento, siendo detallados como se ve a continuación:
El dióxido de carbono es uno de los principales responsables del calentamiento global.
El queso quark es uno de los quesos con mayor cantidad de fosfato de calcio.
La química orgánica
Mientras que en el caso de los compuestos inorgánicos estamos hablando de miles de elementos, en el caso de los compuestos orgánicos estamos hablando de millones. La razón de esto reside en las propiedades del átomo de carbono, que puede unirse con hasta cuatro átomos de carbono y formar cadenas con otros elementos (por lo general, en menor cantidad) como el hidrógeno, el oxígeno y el nitrógeno, entre otros. Esta capacidad del carbono de formar múltiples cadenas es lo que posibilita el enorme número de compuestos orgánicos que existe y también la razón por la cual a la química orgánica también se la denomina química del carbono.
Conocer la química orgánica y sus procesos nos permite aproximarnos a la estructura con la cual están formados los seres vivos, desde el más simple hasta el más complejo, dado que su composición se encuentra integrada por moléculas orgánicas cuya base principal es el carbono. Pero además, se encuentra en nuestra vida cotidiana de forma constante, formando parte de nuestra ropa, los alimentos o la medicina, por mencionar algunos de los elementos con los que convivimos que cuentan con compuestos orgánicos.
Clasificación de los compuestos orgánicos
Molécula del etano.
Entre los compuestos oxigenados más comunes se encuentran las populares bebidas gaseosas.
a) Glúcidos: también conocidos como hidratos de carbono, se encuentran compuestos por carbono, hidrógeno y oxígeno, siendo fundamentales para la vida debido a que cumplen la función esencial de almacenar y consumir energía. Uno de los glúcidos más conocidos es el azúcar (C12H22O11) o, mejor dicho, sacarosa, que se conoce principalmente por su propiedad de endulzar las comidas.
b) Lípidos: también denominados como grasas, también están constituidos por carbono, hidrógeno y oxígeno, pudiendo también contar con otros elementos como fósforo, azufre o hidrógeno. Cumplen varias funciones en el organismo de los seres vivos, cumpliendo una función estructural, de reserva, como catalizadores, transportadores o reguladores del metabolismo. Un caso de lípidos son los triglicéridos.
En la gastronomía, los lípidos se presentan en los distintos aceites.
c) Proteínas: estas moléculas complejas se encuentran conformadas por cadenas lineales de aminoácidos, compuestos principalmente por nitrógeno, hidrógeno, carbono y oxígeno. Cumplen varias funciones entre las que se destaca su utilidad como catalizadores, reguladores o el transporte de sustancias en todo el cuerpo. También cumplen funciones estructurales, defensivas y son receptores de las funciones necesarias en las células.
Comidas que sirven como fuente de proteínas para el cuerpo.
d) Ácidos nucleicos: compuestos principalmente por carbono, nitrógeno, hidrogeno, oxígeno y fosforo, su función es la de sintetizar proteínas y son fundamentales en los procesos de reproducción celular. Las principales moléculas que cumplen estas funciones en el organismo son el ADN (ácido desoxirribonucleico, que determina las características de un individuo) y el ARN (ácido ribonucleico, que dirige la formación de proteínas dentro de la célula).
Representación de una doble cadena de ADN.
Envase de plástico, uno de los productos más conocidos de los polímeros.