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Nos adentramos en las profundidades de la tierra para conocer desde el primer al último mineral, un mundo lleno de colores y texturas. Indispensables para el hombre, forman parte de sus comidas y lujos, los minerales son también una fuente de recursos que trascienden el mundo.

Quizá antes de conocer las características de estos elementos que integran nuestro entorno desde tiempos remotos, debamos responder a una pregunta fundamental: ¿Qué son los minerales? En líneas generales podríamos definir a los minerales como toda substancia sólida que es químicamente homogénea y se encuentra compuesta por uno o varios elementos químicos combinados. La principal diferencia con las rocas es que los minerales no son de origen orgánico, son completamente inorgánicos. Conozcamos un poco más sobre las propiedades de los minerales.
Propiedades físicas
Estas son algunas de las propiedades más comunes en esta categorización:

El diamante, uno de los minerales que refleja más intensamente la luz.

El silicato cálcico le otorga al lapislázuli el color característico.

La pirita, también llamada “oro de los tontos”, un mineral opaco.

Roca de talco, mineral que con tan solo usar la uña puede rayarse.
Propiedades químicas
Las propiedades químicas de los minerales hacen referencia a la composición y a los aniones que los componen (iones con carga eléctrica negativa). Son clasificados de la siguiente forma:


Refinería de sal, de donde se obtiene uno de los minerales más conocidos por el hombre.

El Taj Mahal, un patrimonio de la humanidad realizado en mármol.




La metalurgia: las riquezas de la tierra
Una de las principales fuentes económicas del ser humano desde hace miles de años ha sido la metalurgia. ¿Qué es la metalurgia?: es la técnica por la cual se procede a obtener metales, desde aquellos que son minerales metálicos hasta aquellos que son no metálicos. De esta forma, los procesos conocidos como refinación y purificación son una parte fundamental al permitirnos extraer la sustancia pura del mineral y explotar el recurso comercialmente. En estos procesos se separa el metal de compuestos sulfúricos, óxidos, silicatos o carbonatos modificando la naturaleza química de los minerales.

Fundición industrial, una de las formas de pirometalurgia.
La metalurgia tiene su origen en Asia Menor y el Medio Oriente en un período que se encuentra entre el siglo VI y III a. C., trabajándose en primera instancia con minerales como el cobre, que tiene la facilidad de encontrarse en un estado prácticamente puro en la naturaleza. Estos avances dieron lugar a la explotación de otros minerales como el hierro, el oro y la plata y la experimentación con aleaciones como el bronce. Sin embargo, el perfeccionamiento de su explotación recién se dio hacia el siglo XIII d. C. en Europa con el uso de las fundiciones, tecnología que ya se utilizaba desde el siglo I en China pero que no se encontraba difundida en el viejo continente.
La explotación de los metales tuvo un impacto fundamental en la vida cotidiana del ser humano, transformando las comunidades y la forma en que vivían. La practicidad del cobre, el hierro y sus aleaciones para la fabricación de herramientas, armas y otros utensilios, además de la fascinación ante la belleza de metales como la plata, el oro o el platino (que fueron utilizados para representar aquellos símbolos que el individuo encontraba divinos), se entrelazaron de esta forma con la cosmovisión, la política, la economía y la organización de una determinada sociedad.

Grabado británico del siglo XVII que ilustra el proceso de refinación de la plata.
Una fuente desde la tierra
Como es bien sabido, los metales se extraen del suelo, pero en su estado natural no los vamos a encontrar de la forma en que puedan trabajarse, sino que pueden llegar a contener impurezas como otros metales o restos de escoria. Por tal razón, se aplican procesos de purificación que permiten extraer el metal con aquellas propiedades necesarias para que pueda ser trabajado por el hombre, tratando de recuperar la mayor cantidad posible del material deseado (oro o cobre, por ejemplo).
Existen dos tipos de fuentes extractivas de los metales, la de los metales primarios, que hace referencia a aquellos que se encuentran en depósitos naturales, y la de los metales secundarios, que hace referencia a los metales que se encuentran en fuentes de reciclaje. En el área extractiva se distinguen tres métodos distintos que varían acorde a qué tan profundo haya sido encontrado el mineral, siendo soluble si se encuentra en la superficie (metales oxidados) e insoluble si se encuentra en capas más profundas (sulfurados).
La pirometalurgia del hierro
Este es uno de los procesos pirometalurgicos más conocido y antiguo. Obtenido principalmente a partir de los minerales de óxidos de hierro como la hematita y la magnetita, el hierro se obtiene en un alto horno que puede operar de forma continua. Este tipo de hornos pueden llegar a tener 60 metros de altura y más de 10 metros de ancho y cuando trabajan a plena capacidad pueden producir más de 5.000 toneladas de hierro al día. Para obtener el hierro se utiliza una mezcla de mena de hierro (forma en que se encuentra naturalmente el hierro), coque (un combustible sólido) y piedra caliza. Así, el coque es utilizado para producir calor en la parte inferior del horno, la piedra caliza sirve para la formación de la escoria (que sirve para la eliminación de residuos durante la fundición del metal) y el ingreso de aire durante el proceso sirve para la combustión del coque. Una vez realizada la reducción en el horno se recoge el hierro fundido en la base del horno que se puede utilizar para moldear lingotes o fabricar acero.

Alto horno de una planta metalúrgica actual.