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Enfermedades del siglo XXI



Malos hábitos, falta de ejercicio o carecer de una alimentación balanceada, son las principales causas de las enfermedades crónicas o no transmisibles, por lo general de evolución lenta, pero que constituyen hoy una gran amenaza a la salud pues dos tercios de las muertes en el mundo se producen como resultado de estas enfermedades. Veremos aquí, algunas de ellas.

ESTRÉS

Se lo puede definir como el mecanismo de reacción fisiológica del organismo, del que participan diversos sistemas de defensa, para afrontar una situación que se percibe amenazante o de demanda incrementada. Pero puede ocurrir que este mecanismo, que originalmente se define como defensivo, bajo determinadas circunstancias cause graves trastornos a la salud. De modo que, esta tensión que se genera por situaciones agobiantes, termina originando reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos que pueden resultar graves. Esto ocurre cuando la respuesta del organismo al estrés es insuficiente o cuando la tensión es demasiado fuerte.

Causas

La denominación que se les da a las causas del estrés es estresores o factores estresantes y pueden estar generadas tanto por factores externos como internos, que favorecen un desequilibrio en el bienestar biológico o psicológico social, es decir en la salud. Algunos de estos factores son:

  • Estímulos ambientales que causen daño.
  • Percepciones de amenaza, enfermedades o adicciones.
  • El aislamiento o el confinamiento.
  • Estímulos que bloqueen los intereses personales.
  • Presión grupal de amigos, compañeros de escuela o trabajo.
  • Poco o nada de tolerancia a la frustración.

Mecanismos en funcionamiento

Los siguientes son los mecanismos que el cuerpo pone en funcionamiento para defenderse de la presunta amenaza a corto plazo, pero que no deberían mantenerse indefinidamente como suele suceder:

  • Predominio del sistema nervioso simpático (vasoconstricción periférica, midriasis, taquicardia, taquipnea, ralentización de la motilidad intestinal, etc.).
  • Liberación de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), cortisol y encefalina.
  • Aumento en sangre de la cantidad circulante de glucosa, factores de coagulación, aminoácidos libres y factores inmunitarios.

Señales de estrés

  • Irritabilidad.
  • Problemas estomacales, como la gastritis.
  • Dolor de cabeza o migraña.
  • Insomnio.
  • Falta de apetito o problemas para comer.
  • Iniciarse en conductas adictivas o incrementar el consumo de alcohol, tabaco y comida. (como para sentir alivio)
  • Cansancio sin razón aparente.
  • Problemas médicos como hipertensión.
  • Ansiedad.
  • Depresión o tristeza.
  • Infecciones frecuentes.

Tratamiento

Se recomiendan hábitos de vida saludable entre los que se sugiere:

  • Tener horarios fijos para dormir.
  • Realizar ejercicio o un deporte, 30 minutos al día.
  • Aprender técnicas de relajación como respirar profundamente, inhalando y exhalando lentamente.
  • Hablar con la familia o amigos de confianza, no solo de las situaciones que desencadenan el estrés; sino también de las emociones (un simple, “hola, como estuvo tu día” es de gran ayuda).
  • Pasar más tiempo con gente amable que lo apoye y menos con gente que no lo hace.
  • Comer sin exceso.
  • Organizar el tiempo para cada actividad en la medida de lo posible.
  • Tomar pequeños descansos en el trabajo.
  • Ser realista en las metas propuestas, no excederse.
  • Reírse.
  • Aprender ejercicios de gimnasia cerebral.

HIPERTENSIÓN

El corazón ejerce presión sobre las arterias para que éstas lleven la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo. El máximo de presión se da cuando el corazón se contrae, mientras el mínimo se da cuando se relaja. La hipertensión ocurre cuando los niveles de presión arterial se elevan de manera sostenida.

Diagnóstico

En principio hay que tener en cuenta que la hipertensión arterial no produce síntomas de modo que puede pasar inadvertida; si bien puede aparecer a cualquier edad, es más frecuente a partir de los 40 años. Es importante conocer los antecedentes familiares, aunque también puede darse si éstos no existen. Hechas las advertencias, para el diagnóstico basta una simple medición que se realiza utilizando unos aparatos llamados esfingomanómetros, más conocidos como tensiómetros. La medición se complementará con análisis de sangre y orina y un electrocardiograma.

Los riesgos que genera

Hipertrofia ventricular izquierda provocada por el sobre-esfuerzo que enfrenta el corazón. Aumenta la masa muscular pero no aumenta la irrigación sanguínea por lo que se puede producir una insuficiencia coronaria o angina de pecho; el músculo se vuelve irritable y se producen más arritmias.

Si el paciente tuvo antes un problema cardiovascular, la hipertensión puede intensificar el daño.

Favorece la arterioesclerosis y fenómenos de trombosis que pueden llevar al infarto de miocardio o cerebral. Incluso puede reblandecer las paredes de la aorta provocando su dilatación o rotura. En este último caso la muerte es inevitable.

Tratamiento y prevención

No hay mejor tratamiento que la prevención, por eso las recomendaciones a tener en cuenta son:

  • No fumar.
  • No tomar alcohol en exceso.
  • Controlar el peso.
  • Realizar ejercicio físico regularmente.
  • Tener una dieta saludable.

Para aquellos que padecen de hipertensión existen además tratamientos farmacológicos indicados por los médicos según la necesidad del paciente.

COLON IRRITABLE

Conocido también como colitis mucosa, neurosis intestinal o colitis espástica, el síndrome de colon irritable es una alteración crónica del funcionamiento del colon, sin que se existan lesiones orgánicas. Actualmente de cada cinco personas adultas una presenta síntomas, afectando principalmente a mujeres de entre 20 y 40 años.

No está del todo claro cómo se inicia, en algunas ocasiones aparece después de una infección intestinal, pero puede haber otros desencadenantes. Lo cierto es que se producen estímulos nerviosos no adecuados que provocan contracciones musculares del tracto digestivo, carentes de coordinación y regularidad. Esto afecta a la correcta movilización de los alimentos y el material de desecho, por lo que se produce acumulación de toxinas y mucosidades que pueden llegar a obstruir el intestino. Este síndrome puede afectar todo el tracto digestivo, desde la boca hasta el ano y aunque no es grave, provoca dolores. Puede tratarse para mejorar los síntomas.

Causas

Si bien no hay certezas acerca de sus causas, algunos científicos la asocian a la acción de algún virus o bacteria, aunque es posible que influya el estilo de vida, de modo que podría estar vinculado al estrés, los trastornos emocionales y nerviosos y la dieta diaria. Tampoco se descarta la influencia que podría tener el uso de laxantes, antibióticos y antiácidos, sustancias que alteran la micro-flora bacteriana.

Síntomas

  • Estreñimiento y diarreas de forma alternada.
  • Dolor abdominal (después de comer).
  • Defecación con mucosidad.
  • Náuseas y vómitos.
  • Flatulencias y distensión abdominal.
  • Sensación de saciedad.
  • Anorexia (malnutrición por no incorporar los nutrientes).
  • Intolerancia a algunos alimentos.
  • Dolor de cabeza.

Diagnóstico y tratamiento

Para un correcto diagnóstico es necesario descartar los trastornos que tienen síntomas similares, por lo que el paciente debe someterse a varias pruebas como la colonoscopia, biopsia rectal, examen de sangre y de materia fecal, palpación abdominal, tacto rectal, etc.

El tratamiento exige la corrección de los hábitos inadecuados como el fumar, comer rápido o tomar gaseosas; adecuando la alimentación a la circunstancia, que puede ser de estreñimiento o diarrea, además de tratar las cuestiones emocionales con psicoterapia.

Recomendaciones

  • Realizar una dieta baja en grasas y alta en proteínas.
  • Respetar los horarios de las comidas, no saltarlas y comer despacio.
  • No abusar de los picantes y de las comidas muy condimentadas.
  • No tomar bebidas alcohólicas.
  • No beber demasiado café.
  • Evitar el tabaco.
  • No ingerir comidas, bebidas y alimentos que generan o contienen gases.
  • Reducir en la medida de lo posible el estrés, teniendo una actitud mental positiva.
  • Es conveniente reposar después de comer y no consumir alimentos después de cenar.
  • No comer en exceso. Consumir pequeños volúmenes de comida.
  • Acostarse dos y tres horas después de haber comido.