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Adolescentes



Decirle adiós al mundo habitual -al conocido, al de la infancia- para entrar, en forma convulsionada, al mundo adulto implica experimentar profundos cambios. Es la etapa de la adolescencia.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define que la adolescencia está comprendida entre los 10 y los 19 años de edad. Es una etapa caracterizada por los cambios físicos, sociales y psicológicos que dependen de factores sociales, familiares, individuales y culturales.

La etapa comienza en la pubertad y finaliza al llegar a la madurez física, sexual y psíquica. Los cambios más evidentes se detectan en la talla y en la composición corporal; se desarrollan los caracteres sexuales primarios (función ovárica y testicular) y secundarios (mamas, vello, crecimiento testicular y peneano). Por otro lado, algunos pasan por momentos de despersonalización e inestabilidad en el proceso hacia la búsqueda de una identidad.

Todos estos cambios, por lo general, tienen lugar simultáneamente, con una cronología determinada. Si bien todos los adolescentes van a pasar por las mismas etapas, no les llevará a todos el mismo tiempo completar cada una de ellas. Esto es así porque el proceso está determinado por el potencial genético heredado, por los factores nutricionales y hormonales, y por el ambiente familiar y social.

LA PUBERTAD

El comienzo de esta etapa es muy variable, pero suele comenzar antes en las mujeres que en los varones. Depende de diversos factores, los principales son la genética relacionada con el momento en que los padres tuvieron la pubertad, la zona geográfica de procedencia y el estado de salud. Actualmente la pubertad se está adelantando: la edad de inicio, tanto en las niñas como en los niños, ha descendido tres años en el transcurso de los últimos dos siglos. Esto obedece a las mejores condiciones de salud y nutrición, entre otros factores.

La pubertad consiste en una serie de cambios hormonales imperceptibles para el adolescente y su familia, y en cambios evidentes que reciben el nombre de caracteres sexuales secundarios.

Los cambios externos del cuerpo son, con frecuencia, muy obvios y pueden ser motivo de ansiedad así como de entusiasmo.

Caracteres sexuales primarios: están dados por el aumento de producción de hormonas de la hipófisis (una de las principales glándulas de nuestro organismo ubicada en la base del cerebro), que actúa sobre los ovarios y los testículos. Éstos aumentan de tamaño y fabrican cantidades cada vez más elevadas de las hormonas responsables del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios: testosterona en los varones y estrógenos en el caso de las mujeres.

Caracteres sexuales secundarios: son los cambios evidentes. El primer carácter sexual secundario que aparece es el botón mamario en la niña (10-13 años) y el aumento del tamaño testicular en el varón (11-14 años).

Como se puede observar, los niños dejan de diferenciarse por los genitales para diferenciarse por otros rasgos propios de cada sexo. Si bien los cambios radicales se suceden en los órganos sexuales, éstos no son los únicos que se transforman, pues el organismo sufre otros cambios significativos.


Vivir cambios tan radicales afecta a la mayoría de los adolescentes. Cambios de humor, mayor irritabilidad y mayor sensibilidad se asocian a esta etapa.

DESARROLLO PSICOSOCIAL


El paso de la niñez a la adultez es una etapa difícil cargada de ansiedad y conflictos que surgen tras entrar a la nueva etapa.

Como dijimos, los adolescentes no solo experimentan cambios físicos, también se enfrentan a cambios psicológicos. Dado que no todos ocurren en forma sincrónica, es habitual observar a jóvenes con cuerpo de adulto pero con comportamientos infantiles.

En la adolescencia se sufren tres duelos:

a) La pérdida del cuerpo infantil.

b) La renuncia a la dependencia y el comienzo de las responsabilidades.

c) El cambio de rol de los padres (rol de protección y de seguridad).

El modo en que cada adolescente vive estos duelos es diferente; depende de su contexto y personalidad. Incluso sería poco preciso establecer parámetros convencionales dado que es una época de cambios y desórdenes inevitables que abarcan el área corporal, social y familiar.

Conocer las diferentes etapas por las que transita un adolescente, le permite a los padres y a las personas del entorno del adolescente, comprender la situación por la que está pasando. También es esencial realizar consultas médicas durante este período, pues el médico de familia está capacitado para ayudar al adolescente a conocer sus situaciones de riesgo y es el facilitador de la comunicación entre padres e hijos.

CONFLICTO GENERACIONAL

Una de las características que se comienza a observar en la adolescencia temprana es el rechazo a la generación de los padres. El adolescente perfila sus objetivos de vida considerando que su forma de actuar es la mejor; está buscando su propia identidad, busca diferenciarse de su grupo familiar. Espera que sus opiniones y gustos sean respetados así como desea que le permitan participar en las decisiones familiares. Quiere ser escuchado, valorado y no ser comparado con otras personas.

DESARROLLO COGNITIVO: PENSAMIENTO CONCRETO – PENSAMIENTO ABSTRACTO

Los niños tienen ideas claras, pueden pensar con lógica solo con respecto a lo concreto, a lo que está aquí y ahora. “Me gustan los perros; no me gustan los gatos” (pensamiento concreto). Generalmente esos pensamientos son fiel reflejo de lo transmitido por las personas de su entorno. Pero cuando llegan a la adolescencia, comienzan las dudas, las ideas entran en crisis: se cuestionan todo y las opiniones de los padres ya no son tan valoradas.

Los adolescentes son conscientes de que las opiniones que defendían son de los demás e intentan buscar sus propias verdades. Adquieren la capacidad de pensar sobre lo que podría ser verdad y la capacidad de razonar sobre hipótesis. Este tipo de pensamiento recibe el nombre de formal y está marcado por la capacidad para el pensamiento abstracto.

En conclusión, durante la infancia se aman u odian cosas concretas pero en la adolescencia lo pueden hacer sobre conceptos abstractos, como la libertad, la violencia. Los adolescentes pueden seguir ideales y luchar por ellos.

LOS ÍDOLOS

Los jóvenes adolescentes buscan ídolos para imitar y admirar, pues en esta etapa la mayoría de ellos ya no ven a sus padres como modelo a seguir. Encuentran en los ídolos las cualidades que les gustaría tener y no poseen o ven en esas personas su propia personalidad reflejada. Esto genera una enorme motivación hacia el joven que está forjando su propia personalidad.

Ese ídolo puede ser un ícono de la televisión, pero otras veces suele ser un profesor, un hermano o un amigo que, de forma consciente o inconsciente, es admirado. Sin embargo, actualmente, debido al alcance y poder que tienen los medios de comunicación, generalmente el modelo a seguir surge de la televisión.

Es normal que se copie el modo de vestir, las actitudes, frases e incluso las opiniones de esos ídolos que habitualmente serán adorados durante un tiempo. Ese fanatismo desaparecerá a medida que el joven consolide su identidad personal, para la cual no existe una edad exacta, sino que varía en función de cada persona.

Tener ídolos o modelos a seguir no es negativo, es considerado dentro de los parámetros normales cuando no afecta otras áreas del niño como las relaciones con los pares, el comportamiento en la escuela, su autoestima, etc. En caso de observarse obsesión por el ídolo es necesario contar con ayuda profesional.

PROBLEMAS FRECUENTES DEL ADOLESCENTE

Crecimiento y desarrollo: es habitual ver a un adolescente preocupado porque es el más bajo de la clase o el más alto. También es habitual que las chicas se comenten si tuvieron la primera menstruación y algunas se sientan diferentes por no haberse desarrollado. En la mayoría de los casos, esto es así porque no existe un tiempo exacto para el desarrollo, todo es relativo: depende de cuestiones genéticas, de la salud, etc. Lo que hay que hacer en estos casos es consultar al médico, él indicará si el crecimiento está dentro de los parámetros normales o si existe alguna anomalía. Hay que evitar valorar opiniones que no provengan de un profesional de la salud.

Sexualidad: en el adolescente, si bien los impulsos y capacidad reproductora ya existen, aún no poseen el criterio ni la responsabilidad que toma un adulto por el tema. Al adolescente no solo hay que informarlo, sino también concientizarlo ya que si bien pueden conocer los métodos anticonceptivos y saber sobre las enfermedades de transmisión sexual, la gran mayoría carece de la madurez y la responsabilidad requeridas. Piensan “a mí no me va a pasar”, “no pasa nada”. Sobre este tema también es aconsejable hablar con el médico; él es quien determinará cuál es el método anticonceptivo apropiado (de acuerdo a la edad y otros factores) y quien lo puede instruir, complementando la educación brindada por los padres y la escuela sobre la vida sexual, antes de iniciarla.

Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS): son infecciones que se contraen por medio del contacto sexual. Solo algunas son las que se pueden tratar y curar, por eso es tan importante la prevención. Afectan tanto a las mujeres como a los hombres y no hay una edad específica para contraerlas. Desde el comienzo de la vida sexual, las personas pueden verse expuestas a estas infecciones. Las más frecuentes son: sífilis, gonorrea, clamidias, herpes simple, hepatitis B, VPH y HIV.
Métodos de prevención: limitar el número de parejas sexuales, utilizar condones en las relaciones sexuales, vacunarse para prevenir la hepatitis B y el VPH y evitar actos sexuales arriesgados que desgarren o rompan la piel.

Uso de sustancias: las conductas de riesgo se relacionan con la necesidad de explorar experiencias nuevas y con el sentimiento de omnipotencia de la edad. El consumo excesivo de alcohol, la ingesta de sustancias ilícitas y el consumo de tabaco pueden generar consecuencias irreversibles. En caso de detectarse adicción es indispensable contar con ayuda profesional.

Trastornos de la alimentación: son muy frecuentes en la adolescencia; principalmente se detectan dos: la anorexia y la bulimia. Se trata de patologías modernas catalogadas por la OMS como trastornos mentales y del comportamiento. La anorexia es la pérdida significativa de peso originada por el propio enfermo a través de la no ingesta de alimentos por considerar que ese hábito engorda. La bulimia es otra alteración en la alimentación solo que ésta consiste en la ingesta excesiva de alimentos que después se compensan con conductas anómalas como vómitos, consumo abusivo de laxantes y diuréticos, etc.

  • Anorexia: el principal síntoma es el rechazo a la comida y la insatisfacción con el propio cuerpo. Una persona que padece esta enfermedad se somete a una dieta muy estricta y constantemente se preocupa por la apariencia. Muchas veces llega a obsesionarse con la actividad física. Quien padece esta enfermedad no es consciente de su aspecto ni del peligro que representa para su salud.
  • Físicamente puede observarse:
    - Uñas y cabello frágil y fino.
    - Piel seca y amarillenta.
    - Tono muscular débil.
    - Cansancio.

  • Bulimia: el síntoma más notorio consiste en episodios de atracón y vómitos. Este comportamiento se transforma en hábito y puede extenderse por varios meses. También puede presentarse obsesión por la actividad física y la necesidad de comer rápidamente hasta estar incómodamente lleno. Muchas veces esta enfermedad se acompaña de otros desórdenes como ansiedad, depresión y otras adicciones.

    Físicamente puede observarse:
    - Hinchazón de la zona de la mandíbula.
    - Marcas en los nudillos de las manos (de meterse los dedos para inducir el vómito)
    - Dientes manchados (el esmalte se daña por el ácido del estómago).

DEPORTE Y ADOLESCENCIA

Ya es sabido que adquirir el hábito de una dieta equilibrada y realizar actividad física es sumamente beneficioso para la salud a cualquier edad. Pero en los adolescentes es mucho más importante aún. El deporte juega un rol central en el desarrollo del organismo y se convierte en el marco perfecto para la integración en un grupo. Además, disminuye la tendencia a caer en hábitos perjudiciales como el consumo de tabaco, alcohol o drogas.

Cuando el adolescente logra ser constante en un deporte, es decir, lo practica con regularidad, aprende la importancia de la disciplina, se vuelve consciente del éxito de la constancia, la perseverancia y el esfuerzo. Desarrolla el sentido de la competitividad, que si logra ser moderado tendrá notables frutos en su vida. Se enfrenta a derrotas y aprende a hacerse fuerte ante ellas; también disfruta de triunfos.

Los deportes en equipo resultan mucho más beneficiosos. En este marco deben aprender a trabajar en equipo, a desarrollar estrategias, a ser solidarios, respetar la autoridad y someterse a ciertas reglas o normas.

Otros beneficios son:

- Prevención de enfermedades como obesidad, trastornos cardíacos y osteoporosis.

- Mejora el desarrolla intelectual y psicológico.

- Aumenta la capacidad de tomar decisiones ya que en muchos deportes se deben tomar roles de liderazgo.

- Favorece la autoestima.

- Beneficia la formación ósea correcta.

- Previene la hipertensión, el sedentarismo y la obesidad.

- Mejora el estado de ánimo.