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Retrato al óleo de Luis de Góngora por Diego Velázquez. Ambos artistas son referentes del Barroco, uno en el arte de la pluma y el otro en las artes plásticas.
“El joven mendigo”. Óleo sobre tela de Esteban Murillo, uno de los máximos representantes de la pintura barroca española.

El Barroco



El Barroco es una época difícil de definir. Comenzó siendo una etapa cultural incomprendida ya que –al ser un período de crisis – convivieron múltiples miradas que cimentaron su fama de estilo “recargado”. Algunos teóricos definen a nuestro tiempo como “Neobarroco” pues compartimos algunos puntos con esa forma de ver el mundo.

EL BARROCO ESPAÑOL: CULTERANISMO Y CONCEPTISMO

La decadencia española tuvo su origen en la expulsión de los moros y la gran crisis agraria que se produjo debido a ello; el abandono del campo provocaría hacinamiento en las ciudades dando lugar a los pícaros y la delincuencia. Cuatro fueron los factores que profundizarían la crisis social: la devaluación del oro, el gasto excesivo en guerras, la crisis agraria y el derroche en la corte española. Esta situación crearía una dicotomía sin resolver: lo ostentoso y los sueños de grandeza en oposición a la realidad de las derrotas militares, la corrupción política, la pobreza y el desaliento. Este clima de inestabilidad devino en exageración, rompimiento de las normas, confusión e hibridez estilística: lo importante pasaría a ser las pariencias y el espectáculo.


La famosa obra de Velázquez “Las Meninas” en donde se aprecia parte de la opulencia de la corte de aquel entonces.

El Culteranismo intensificó los elementos sensoriales pues puso en primer plano el preciosismo y la habilidad de la palabra a través de la metáfora. Se puede ver claramente una tendencia por el arte poético refinado, rico en imágenes sensoriales, metáforas, cultismos y alusiones mitológicas. Esta escuela buscaba la belleza de la forma; su manera de escribir dio en llamarse gongorismo en homenaje a su principal cultor, Luis de Góngora, quien recibía numerosas críticas de los dos baluartes del Culteranismo: Quevedo y Lope de Vega.

En este período, Europa, y especialmente España, parece querer ocultar la crisis social: los intelectuales y el pueblo mismo utilizaban un lenguaje rebuscado, oscuro y difícil de comprender. Se habla del Barroco como la expresión de lo inútil pues se pierde el sentido del texto y se vuelve un juego de inteligencia donde es importante la belleza de la palabra y la conjugación de palabras raras: sobresale la búsqueda de la novedad y de lo extraño.

El Conceptismo, en cambio, debe su nombre a los conceptos espirituales; los autores se apoyan en la diversidad de palabras y expresiones, las carencias, el silencio, la diversificación de los contrarios y todo aquello que exigía una agudeza conceptual. Puede resumirse como cierta tendencia a una utilización de conceptos más profundos, refinados y oscuridad en la prosa.

EL TEATRO Y LA PICARESCA

Como puede apreciarse, este periodo de la cultura europea está caracterizado por la conflictividad que redunda en el contenido y la forma. Este pesimismo devenido en desengaño ante la decadencia cultivó el escepticismo social y se buscaba respuestas en la religión. Se pone de manifiesto la brevedad de la vida, el concepto de la vida como un sueño del que solo se sale con la muerte. Ante esto se ven dos actitudes: el conformismo ante la predestinación o la salvación, y la evasión a través del entretenimiento; éste último va a ser muy importante y va a contribuir al desarrollo del teatro y de todo tipo de espectáculos.

En cuanto al teatro, éste se convierte en una actividad profesional: se divide en corral de comedias, teatro cortesano, y los auto-sacramentales. Los temas que trataban versaban sobre el amor y la honra; esta última sumamente importante para ese entonces, incluso era preferible la muerte antes de perderla. El concepto de honor barroco puede compararse con el concepto de honor de los guerreros orientales.

Los máximos representantes de la dramaturgia fueron Lope de Vega y Calderón de la Barca. Lope de Vega redujo el número de actores, creó personajes fijos y cargó en ellos el peso del libreto además de incorporar a los narradores. Calderón, uno de sus sucesores, creó un teatro más reflexivo, simplificó la trama, apelaba a contrastes reflexivos, utilizó la escenografía e incorporó un lenguaje más complejo.

Los momentos de crisis parecen generar las mejores obras artísticas: así ocurrió con España, que en ese estado de cosas terminó estableciendo un nuevo género: la novela picaresca. Y no solo eso, pintores como Diego Velázquez, Esteban Murillo y Alberto Durero sustentan esta afirmación.


Ilustración de Miguel de Cervantes Saavedra, el más grande escritor que dio la lengua castellana, creador de Don Quijote de la Mancha.

En el Barroco se busca la originalidad: la artificiosidad y el desequilibrio dan paso al dinamismo y la complejidad de la obra, pues es efectista en grado sumo. Se contraponen así belleza y fealdad, lo serio y lo satírico, lo sublime y lo vulgar, la idealización y la caricatura. Las letras españolas alcanzan su máximo esplendor. Las más famosas obras en lengua castellana pertenecen a esta época: Miguel de Cervantes con El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, Francisco de Quevedo y Sonetos; Pedro Calderón de la Barca con La Vida es Sueño y Luis de Góngora con Sonetos.

Obras literarias que pueden clasificarse dentro del Barroco son: El buscón de Quevedo, Fábula de Polifemo y Galatea de Góngora y Gargantúa y Pantagruel de François Rabelais. Algunos autores enmarcados en este período en Latinoamérica son Garcilaso de la Vega, Sor Juana Inés de la Cruz, Pedro Calderón de la Barca y Fernando de Alba.


Sor Juana Inés de la Cruz fue una de las máximas representantes en literatura del Barroco latinoamericano. Su mérito es mayor ya que fue una de las pocas mujeres en destacar de su tiempo.

UN ESTILO DE ÉPOCA

Cuando caracterizamos el estilo de época se refleja pesimismo, con un temperamento depresivo, frío y cruel. Existe poco interés por la glorificación humana pues se observa un desencanto por el hombre. El lenguaje utilizado es cerrado, muy hermético. La forma y el contenido se dividen pudiéndose centrar la mirada artística en uno u otro.

Es que esta época se caracterizaría por centrarse en el ser humano e integrar con él a la ciencia y la religión. Así las cosas, se pondría el énfasis en lo experimental por lo que lo sensorial primaba sobre lo intelectual; el mundo material y la naturaleza eran sus pilares. La obra de arte se componía por múltiples percepciones y la expresión de su mensaje era sentimental y emotiva. Por tal razón, el Barroco fue utilizado para ostentar el poder de la iglesia a través de la fastuosidad de sus construcciones; puede catalogarse como un arte de características urbanas. En arquitectura se desarrolla el ilusionismo sensorial: se utilizan mármoles, metales, dorados, columnas gigantescas, curvas y contra-curvas. A esto debemos añadir una gran profusión decorativa. El máximo representante de este estilo fue Gian Lorenzo Bernini, el responsable de la Basílica de San Pedro. Además de arquitecto era un magnífico escultor y dos de sus obras más conocidas son “Éxtasis de Santa Teresa” y “Apolo y Dafne”. Italia era el centro artístico por excelencia debido a sus artistas, mecenas y visitantes. Artistas como Michelangelo Merisi da Caravaggio, Luca Giordano y Guido Reni cimentarían esa fama.


“David con la cabeza de Goliat”, una de las obras de Caravaggio que deja vislumbrar el tinte oscuro del período Barroco.

Inglaterra también tuvo un lugar destacado dentro del Barroco. Los poemas apelaban a lo erótico y lo mitológico en donde había gran profusión de metáforas. Aún cuando muchos lo sitúan dentro del Renacimiento sin dar mayores especificidades, algunos teóricos presentan a John Milton como el mejor artista barroco; de hecho la mejor obra de este período es Paraíso Perdido, su obra cumbre. Esta última influenció de tal manera a los artistas posteriores que la literatura inglesa jamás volvió a ser la misma. Además dio al mayor referente literario en lengua inglesa: William Shakespeare.

Italia, Alemania y Portugal no dieron muestras de obras trascendentes en literatura salvo el origen de La comedia del arte en Italia; éste fue un gran aporte para las artes escénicas ya que por primera vez se desarrollaron las características del teatro moderno. En la comedia del arte surgieron reconocidos tipos cómicos que utilizaban máscaras y mediante la mímica se sumergían en la intriga y la acción que acompañaban a estos espectáculos. Arlequín, Polichinela, Colombina y Pantalón son personajes conocidos universalmente: el remendado traje de Arlequín devino en los rombos actuales.


Commedia dell'arte (La comedia del arte) es un género teatral que surgió en Italia durante el Barroco y sentó las bases para el teatro moderno.

El Barroco francés, en cambio, tuvo un poco más de brillo por ser su cuna pero fue en extremo contenido en comparación con lo que ocurrió en España; de la mano del Rey Sol (Luis XIV) los artistas se centraron en el preciosismo narrativo, la sátira y el desarrollo de la burlesca o burla que caía en la grosería y la banalidad. Francia también brillaría por su arquitectura.

El vuelco de Francia hacia un Barroco más contenido en literatura fue lógico ya que contaba con la influencia de la sobriedad de René Descartes, las Máximas de François de La Rochefoucald, la mesura de Nicolas Boileau en su Arte poética además de las fábulas de Jean de La Fontaine. Estas influencias contribuirían, justamente, a un Barroco menos dramático que derivaría, más tarde, en el Neoclasicismo.


Retrato al óleo de Luis XIV –el Rey Sol– hecho por Justus van Egmont. En su tiempo, Francia descolló en las artes pero fue un estilo barroco mucho más sobrio que en España.