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El filósofo alemán Karl Marx fue uno de los teóricos que sentaría las bases del socialismo.
Friedrich Engels fue, junto a su compatriota Karl Marx, uno de los estudiosos que más contribuyó a la teoría socialista.
La hoz y el martillo eran los símbolos que encarnaban los ideales socialistas. Aquí se los ve como parte de la bandera que identificaba a la URSS.
Juan B. Justo, el creador del Partido Socialista en Argentina.
En 1904 asume por primera vez Alfredo Palacios como legislador argentino por el Partido Socialista. Sería una figura destacada en la historia del país.
Heinz Dieterich es un teórico alemán que ejerce la docencia en la UNAM y es quien aboga por el llamado Socialismo del siglo XXI.
Pablo Dávalos es un profesor universitario que aboga por la inclusión de los pueblos originarios. Él afirma que una forma de socialismo más integral es practicado por esos pueblos desde antes de la conquista.

Socialismo en América



Los seres humanos somos esencialmente gregarios ¿Qué quiere decir esto? No podemos vivir aislados, nuestra razón de ser es coexistir con nuestros semejantes y para ello, a lo largo de la historia, los hombres se organizaron de formas diversas de acuerdo a las características de cada grupo humano: el socialismo es una de ellas. A continuación veremos qué significa el socialismo y cómo se desarrolló en América Latina.

EL DESARROLLO DEL SOCIALISMO

Esta corriente política surge como tal a fines del siglo XVIII teniendo como base la revolución francesa de 1789, y nace como una oposición a la corriente capitalista europea que estaba cambiando de una organización feudal a una burguesa; a partir de la transición del campesino propietario al obrero asalariado se origina esta corriente política que intenta recuperar o trasladar el poder del Estado y los medios de producción a la mayoría que pasa a denominarse así, proletariado.

A partir de esa época, muchos pensadores como Karl Marx y Friedrich Engels comenzarían a darle al socialismo el sustento teórico necesario para servir como freno a la creciente industrialización europea que conllevaba a la explotación del hombre por el hombre; su idea era implantar en aquellos países industrializados un sistema de producción basado en el bien común, y con un sistema político sustentado por el proletariado, es decir, la dictadura del proletariado, que no es más que la capacidad del pueblo de tener voz y voto dentro del gobierno.

El Socialismo es una teoría filosófica y política que se desarrolla a partir de los escritos de Karl Marx; su obra El Capital sentaría las bases socialistas. Como toda teoría política, no pretendería quedarse solo en teoría y buscaría ser llevada a la práctica con respecto a la organización social; es un sistema social y económico que está basado en la propiedad y en la administración colectiva de los medios de producción.


El Capital es la obra de Karl Marx que se toma como referencia para los principios del socialismo.

La base del Socialismo se asienta sobre la idea de construir una sociedad en la cual no existan las clases sociales: ningún grupo humano debe subordinarse a otro. Afirma que eso podría conseguirse por evolución social, una revolución, o con reformas institucionales (estructurales). Es un sistema que propone la igualdad que se obtendría por la repartición equitativa de los bienes que se producen, la abolición de la propiedad privada en la que primaría la propiedad social donde cada uno tomaría lo que necesitara.

Para llegar a ese punto, según esta doctrina, debería promoverse la regulación de todas las actividades económicas y sociales por parte del Estado, además de la distribución de los bienes. El escenario ideal para el progreso social, de todas maneras, sería el control administrativo por los mismos productores y el control de las estructuras políticas y civiles por los mismos ciudadanos.

Si bien el Socialismo se basa en la búsqueda del bien común, las definiciones sobre éste son numerosas ya que es uno de los sistemas políticos más criticados desde su aparición, cuando parecía ser la única opción ante el avance del sistema capitalista.

Esta posición tan radical iría evolucionando y, si bien existen posturas que no se han movido un ápice de esos principios, también surgieron movimientos que cambiaron un poco con respecto a la idea original. Esto comenzaría a evidenciarse luego de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y la caída de la Unión Soviética que, hasta ese momento, había sido el máximo representante del sistema. En la actualidad Cuba, Corea del Norte, China, Libia y Vietnam, se rigen por el socialismo.

Las primeras manifestaciones socialistas correspondieron al llamado socialismo utópico, llamado así por quienes consideraban que no podía aplicarse en la práctica. Robert Owen se encuadra en ese socialismo e incluso llevaría a la práctica una idea de trabajo comunitario cooperativo.

El socialismo científico, promovido por Karl Marx y Friedrich Engels, adoptó una postura algo más combativa con la idea de la revolución y la lucha de clases, para conseguir esa sociedad igualitaria, y la abolición de la propiedad privada que instaba el socialismo en sus mismas bases. A mediados del siglo XIX, surgió el socialismo cristiano, con una actitud mucho más moderada, que creía posible llegar a un entendimiento entre las clases sin renunciar a su existencia; sería la caridad cristiana la que podría materializar la igualdad.


El argentino Ernesto Che Guevara fue uno de los artífices de la revolución cubana. Este país es el único país latinoamericano bajo el régimen socialista.

Tras la primera Guerra Mundial, la ideología socialista comenzaría a relacionarse con la intervención del Estado en materia económica con el objetivo de terminar con las injusticias sociales; desarrolló una política de precios, protegió los productos nacionales, creó planes sociales, subsidios para el desempleo y nacionalizó las empresas, entre otras muchas medidas.

COMIENZOS DEL SOCIALISMO EN AMÉRICA

La ideología socialista comenzaría a influir en América ya desde el mismo proceso independentista pues el germen de lo que sería su ideología había alimentado a todos aquellos americanos que tuvieron que ver con la independencia de los nuevos países.

Desde sus comienzos, en Perú destacó la figura de una mujer: Flora Tristán, quien abogaba por los derechos de su género ya que había recalado en el país intentando validar su filiación para cobrar su herencia sin conseguirlo; este hecho la ganaría finalmente para la causa socialista.

   
Alicia Moreau de Justo fue una de las figuras femeninas más reconocidas del socialismo argentino.

A Brasil llegaron las ideas de Saint Simon de la mano de Irineu Evangelista de Sousa; también Fourier influiría en el país gracias a la obra de 352 páginas de Abreu e Lima y la acción del Dr. Mure.

Las ideas socialistas llegarían al Río de la Plata (Argentina y Uruguay) después de la firma de la Constitución Nacional por el año 1853 gracias a los jóvenes intelectuales que se oponían al gobierno de Rosas prevaleciendo –como en Brasil – las ideas de Saint Simon, además de las de Mazzini. Esos jóvenes serían conocidos como la generación del 37; entre ellos encontramos a Alberdi, Miguel Cané y quizá el más famoso de todos, Esteban Echeverría, conocido por sus relatos “El matadero” y “La cautiva”. El socialismo sería incorporado a Uruguay a través del periódico “El iniciador”. La corriente socialista que influyó en el Río de la Plata era de raigambre francesa pues se había incrementado durante la represión bonapartista debido al ingreso de los emigrantes socialistas europeos.

En tanto en Chile, el socialismo comenzó un poco más tarde que en el resto de los países latinoamericanos y llegaría debido a los exiliados argentinos antirrosistas y al venezolano Andrés Bello quien dictaba clases en la universidad. Los principales representantes en ese país fueron Santiago Arcos Arlegu y Francisco Bilbao.

En tanto México va a abrevar directamente de los teóricos socialistas; Owen era el principal exponente quien abogaba continuamente por los derechos de aquel país; además de él, contaron con un buen número de emigrados franceses al igual que había ocurrido en el Río de la Plata.

Esta primera corriente del socialismo se expandiría por toda América y cada uno de esos países comenzaría a contar con pequeños grupos de intelectuales que prepararían el terreno para una segunda oleada pero, esta vez, ya en el siglo XX.

Las guerras mundiales y la crisis económica europea sería una oportunidad para dar nueva vida a las ideas socialistas en América. Muchos europeos escapados de las guerras y de situaciones de extrema pobreza se trasladarían al llamado Nuevo Mundo para mejorar su condición social; entre ellos venían numerosos trabajadores con ideas anarquistas y socialistas que prenderían en el espíritu de los americanos pero que, con los años, serían reprimidos en diversos países bajo gobiernos totalitarios. Algunos de los socialistas más conocidos fueron el diputado Alfredo Palacios, la señora Justo y el único presidente socialista que asumiría y sería derrocado violentamente en Chile: Salvador Allende.

EL SOCIALISMO AMERICANO EN EL SIGLO XXI

Sin embargo, el socialismo es una forma de gobierno que, según algunos teóricos de izquierda, no había sido bien recibida por aquellos países que contribuyeron y aún contribuyen a los cambios estructurales. Si bien algunos países consiguieron importantes transformaciones que integraron a gran parte del pueblo, aún no puede decirse que sean socialistas; este es el caso de Venezuela, Bolivia y Ecuador.

En Venezuela, por ejemplo, puede decirse que es una vertiente nacional-desarrollista, al igual que en su momento lo habían sido Domingo Perón en Argentina, Lázaro Cárdenas en México o Getúlio Vargas en Brasil. Hoy se puede ver una nueva fase de desarrollo en América Latina que comenzó con Hugo Chávez, en Venezuela y después continuó en Bolivia y Ecuador. Es una propuesta de valorización de las cosas nacionales, de inversiones en el mercado interno, seguido de transformaciones estructurales importantes en salud, educación, organización popular comunitaria y en el propio poder.

La idea del socialismo del siglo XXI comenzó a difundirse por América Latina desde la reflexión del profesor de la UNAM, Heinz Dieterich ya que, según sus propias palabras, los nuevos tiempos demandan reformular el concepto pues un sistema de voto secreto y universal por sí solo no sería democracia.

Heinz plantea otra forma de organizar, democratizando no solo la política sino también la economía, la cultura y el poder militar. Propone otra medida de trabajo pues el valor del mercado es el que determina el poder. En el socialismo se podría tener otra medida de valor del trabajo y sin un partido único; naturalmente, hoy la conformación de clases es muy diferente a la del tiempo de Marx.

A pesar de lo anterior, el nuevo socialismo genera desconfianza pues, según Pablo Dávalos, profesor de la Universidad Católica de Ecuador y asesor en la CONAIE (Confederación Nacional de los Indígenas de Ecuador), las demandas de los pueblos originarios no son incorporadas por la izquierda; nadie contempló las reivindicaciones de los pueblos originarios, las luchas contra la destrucción de su gente y de su cultura. Estos pueblos están planteando nuevas formas de organizar la vida según sus ancestros. No es un retorno al pasado, es retomar del pasado elementos que pueden ser incorporados a la vida actual, tales como la solidaridad, la cooperación, la distribución colectiva de riquezas y que, desde otro lugar, son elementos socialistas.

La numerosa población aborigen latinoamericana plantea otras formas de organización de la vida que no se ven en los textos teóricos que utiliza el socialismo. A pesar de las transformaciones ocurridas en los países mencionados, la cosmovisión de los pueblos originarios todavía no es tenida en cuenta de manera sustancial.

Es curioso que entre estos pueblos, desde siempre, se hayan seguido principios de solidaridad y nunca se tuvieran en cuenta desde el mismo socialismo. Estos pueblos andinos que van desde la Patagonia hasta Venezuela no hablan de socialismo como organización de la vida sino de “sumak kawsai”, que en quechua significa “régimen de buen vivir” y expresa una propuesta de organización tan compleja como lo es el socialismo.

Pablo Dávalos explica que en el sistema capitalista, desde la cosmovisión europea, la idea de progreso está vinculada al avanzar pues el tiempo se expresa de forma lineal, hacia adelante, teniendo en cuenta el pasado, presente y futuro. De esta manera las personas, para sentirse integradas de alguna manera, necesitan avanzar hacia el futuro y no dan importancia ni al pasado ni al presente. Los pueblos originarios comprenden al tiempo como algo curvo; se utiliza la misma palabra para decir pasado y futuro, la vida se expresa en ciclos. En la cosmovisión de la mayoría de los pueblos andinos no existe la posibilidad de la acumulación, en caso de darse la posibilidad se realiza una gran fiesta colectiva para solucionarlo; todo lo que sobra precisa ser compartido comunitariamente. Además, en la esencia de esas costumbres, está la capacidad del hombre de vivir en armonía con la naturaleza: es una manera de vivir que choca en forma directa con el sistema capitalista. Esta organización social que tiene tantos puntos en común con el socialismo, ya estaba incorporada en América antes de la época de la conquista.

A MODO DE CONCLUSIÓN

Cuando llegaron los conquistadores a nuestro continente, había comenzado una nueva etapa a la que los incas denominarían pachakuti, que significa “el mundo al revés, el mundo en el caos”. En la actualidad, con las transformaciones que se viven en América Latina, con el reconocimiento de los pueblos originarios y la nueva percepción de que el cuidado del medio ambiente es una cuestión de supervivencia para nuestra especie, se está iniciando un nuevo ciclo de pachakuti, “el mundo al revés”, de nuevo, pero ahora con las personas organizando la vida. No solamente los indígenas, sino también los empobrecidos, aquellos que fue generando el sistema; solo con ver las noticias, podemos comprobar que, al menos una forma de capitalismo, está colapsando. Es la idea del tiempo que se curva, otro comienzo, la salida de un tiempo de caos al tiempo de armonía, un nuevo ciclo. Por este motivo, diversas comunidades se incorporan a grupos en defensa de la Pachamama, la defensa de la vida, tan simple como eso.


Significado de los colores de la bandera Whipala.

Los intelectuales de izquierda buscan rever las bases en donde se asientan sus principios con el fin de comprender esa forma de mirar el mundo. En su momento, durante la conquista, la misma mentalidad de la época podía considerarse como un atenuante ante el hecho de no respetar las culturas locales. Hoy en día, desde la izquierda, eso no debería ocurrir. Desde el socialismo se ordena y definen las reivindicaciones de la mayoría, por lo que sería necesario incorporar aquello que es esencial para los pueblos originarios. Esta nueva mirada conlleva un cambio radical de perspectiva, principalmente en un país como Brasil, donde las comunidades nativas fueron prácticamente aniquiladas; las que sobreviven están gobernadas por el Estado como si fueran incapaces de organizar sus vidas de manera independiente.

Las reflexiones sobre el socialismo del siglo XXI en América recién comienzan. Ahora es cuestión de que la izquierda tenga la capacidad de dilucidad las fuerzas que integran el mundo en la actualidad. Se debe redefinir al socialismo pero con la profundidad que lo caracteriza.


En 1987 por iniciativa de un grupo de investigadores y colaboradores adscritos del Instituto Nacional de Arqueología boliviana (INAR), rescatando información existente sobre símbolos tradicionales en la cultura andina, diseñaron un símbolo con 7 columnas y 7 filas (49 cuadros), conformando un emblema cuadrado, donde el color blanco ocupa la diagonal y los demás cuadros constituyeran una combinación de verde, azul, violeta, rojo, naranja y amarillo.

Tal vez en nuestro tiempo el socialismo debiera enarbolar la Wiphala como propia ya que es bastante más que la bandera y el emblema de la nación Andina y de los Aymara, es la representación de la filosofía andina, simboliza la doctrina del Pachakama, y la Pachamama que constituyen el espacio, el tiempo, la energía y nuestro planeta, por eso el significado de la Wiphala es un todo. De esta manera, realmente sí se estaría pensando desde la esencia de la doctrina, el bienestar del ser humano en comunidad, todos los seres humanos. De ser así quizá en un futuro no muy lejano, se pueda constituir realmente el socialismo en América para, finalmente, aspirar a un mundo mejor.