El que alguna vez fuera solamente una ruta de viaje exclusiva de las aves, es ahora un medio a través del cual se desplazan diariamente miles de personas y se moviliza la economía mundial. Conozcamos un poco más las complejidades de este transporte que ha unido los destinos más distantes.
Es difícil imaginarnos ahora un mundo sin aviones. Nos hemos acostumbrado a verlos y formar parte de nuestras vidas, en los medios de comunicación, en la publicidad o incluso cuando tenemos la posibilidad de emprender un viaje. Ya son parte de nuestra realidad cotidiana a punto tal que resulta llamativo creer que este invento tiene poco más de cien años de historia. Con este descubrimiento se abrió un mundo que difícilmente se habría imaginado Leonardo da Vinci en el siglo XV con sus primeros diseños y que pioneros como los hermanos Wright o Santos Dumont gestaron sin conocer la cantidad de posibilidades que en la actualidad el transporte aéreo permite.
Un nuevo medio de transporte
De los transportes que se desarrollaron a lo largo del siglo XX, la aviación es el que tuvo mayor aceptación y que más velozmente fue mejorado. Tras las investigaciones realizadas en el campo aeronáutico a lo largo del siglo XVIII y XIX, principalmente en el campo de globos aerostáticos y dirigibles, la aviación fue el siguiente paso para conquistar el cielo. Sin embargo, los primeros intentos de pioneros como los hermanos Wright fueron considerados más proezas que un avance que podría ser explotado luego. A pesar de las numerosas mejoras y que la cantidad de metros y tiempo en vuelo se iban optimizando con los avances en la ingeniería aeronáutica, el momento que cambió las perspectivas sobre la aviación fue la Primera Guerra Mundial.
La que se creía que sería una invención que favorecería la paz y llevaría a resolver los conflictos bélicos a través de acuerdos, debido a que el bando que contaría con esta invención tendría acceso a una fuente de información valiosísima sobre el enemigo, terminó transformándose en un nuevo elemento del conflicto bélico cuando Italia utilizó el bombardeo como una alternativa de ataque sorpresa durante la Guerra ítalo-turca, el 1 de noviembre del 1911. Las mejoras no se hicieron esperar cuando durante la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918) se incorporó la fuerza aérea como una alternativa de ataque y reconocimiento, destacándose el duelo anglo germano por los avances tecnológicos que se exhibieron. Pero el fin de la guerra no fue inmediatamente una motivación para utilizar todo ese conocimiento en el campo civil. Lejos de ello, en los ejércitos se desmovilizó a la fuerza aeronáutica y el material fue vendido como chatarra, además de que los campos de entrenamiento y lo equipos pasaron a tener otro tipo de uso en el ámbito privado. Fue este abandono de la maquinaria estatal de guerra lo que llevó a algunos emprendedores privados a lograr importantes avances que fueron fundamentales en la aviación civil.
El uso de los aviones militares para una finalidad civil fue inicialmente un logro de los alemanes, que fundaron la primera línea aérea comercial, la Deutsche Luftreederei, uniendo regularmente a Berlín con Leipzig y Weimar. Tras la finalización de la Primera Guerra Mundial una figura que se había hecho célebre por la construcción de aviones de guerra para el bando alemán, Anthony Fokker, fue a los Países Bajos para emprender la construcción de aviones civiles, favoreciendo la aparición de la primera línea aérea civil (que aún sigue vigente), KLM, en el mes de octubre de 1919. También en Estados Unidos se va aponer en marcha una línea aérea privada con la Aero Limited entre 1919 y 1920, cubriendo inicialmente el recorrido entre Nueva York y Atlantic City. A estos primeros intentos en la aviación civil continuaron surgiendo aerolíneas en Francia, Inglaterra y Bélgica, a pesar de que inicialmente eran económicamente deficitarias porque el volumen de pasajeros no compensaba los gastos de mantenimiento del servicio.
El perfeccionamiento en las cualidades técnicas de los aviones pudo verse en las hazañas individuales que eran, a menudo, patrocinadas por las constructoras de aviones, uniendo destinos en tiempos récord o realizando grandes distancias sin las condiciones adecuadas. La más memorable ocurrió en 1927 cuando a raíz del desafío puesto por el millonario Raymond Orteig, de unir Nueva York con París sin escala por 25.000 dólares, Charles Lindberg decidió emprender el proyecto para lograrlo. Con muchos sacrificios finalmente lo logró demostrando la posibilidad de que un avión con monomotor, el Spirit of Saint Louis de Lindberg, cubra esa distancia sin problemas y abriendo la posibilidad de que las mismas distancias se cubran con aviones más potentes.
Ilustración del monoplano de Lindberg realizando su hazaña aérea.
El comienzo de la aviación civil
La hazaña de Lindberg fue la piedra sobre la cual se comenzó a desarrollar la posibilidad de unir los destinos más distantes para la aviación civil, tanto en el transporte de mercancías como de personas. Desde Estados Unidos el transporte de correo fue la iniciativa para unir por este medio al país con el continente asiático o africano, siendo luego imitado por las principales líneas aéreas europeas. Si bien el servicio era un éxito, aún no se hacían avances para que el servicio de las líneas sea más seguro, cuestión fundamental para iniciar un desarrollo más intensivo del transporte de pasajeros.
Tras una serie de avances donde también hubo lugar para el fracaso y las fatalidades por accidentes, uno de los primeros modelos exitosos fue el Boeing 247, que se comenzó a utilizar a partir de 1933 y poseía un balance entre seguridad y comodidad, pudiendo llevar hasta diez pasajeros a una velocidad de crucero. Otro modelo fundamental que ayudó a apuntalar el transporte de pasajeros fue el DC3 de la Douglas Comercial, que se puso en vuelo por primera vez en 1935 y revolucionó el transporte aéreo a lo largo de 1939, logrando llevar hasta 21 pasajeros a bordo. Pero otro de los elementos que favoreció el transporte aéreo fue la eliminación de la competencia: con los accidentes de grandes dirigibles como el Wingfoot Express (1919) o el Hinderburg (1939), la aviación parecía una alternativa mucho más segura y confiable.
Una alternativa confiable
Luego de la Segunda Guerra Mundial hubo una separación definitiva de la aviación con fines civiles de la aviación con fines comerciales. Los diseños ya no se basaban en modelos que habían sido exitosos en el campo bélico, sino que se pensaban específicamente para su uso civil. Fue revolucionaria en estos años la aparición del Boeing 377 (puesto en servicio en 1947), que contaba con una capacidad de más de 100 pasajeros y alcanzaba en velocidad de crucero los 483 km/h, con la novedad de contar con dos pisos. Sin embargo, los vuelos transoceánicos demandaban nuevos avances técnicos que finalmente llegaron con la aparición de los motores turbohélices, que se utilizaron en unidades con capacidades de entre 75 y 110 pasajeros y podían alcanzar velocidades de más de 500 km/h. Otro de los avances técnicos que resultó revolucionario fue el uso de motor a reacción, un avance sobre el cual se había trabajado durante la Segunda Guerra Mundial pero que no se habían utilizado en la aviación civil. A finales de los ´40 comenzó a investigarse sobre las posibilidades que brindaban y finalmente en 1952 se pone en funcionamiento el De Havilland Comet, un avión que podía alcanzar los 850 km/h y llevar hasta 76 pasajeros, garantizando velocidad y eficiencia. Sin embargo, algunas fallas de diseño ocasionaron graves accidentes que obligaron a que sea retirado de la producción.
Modelo De Havilland Comet, el primer avión civil que utilizó el motor a reacción.
Pero las innovaciones del Comet no fueron en vano. Haciéndose eco de estas innovaciones el Boeing 707 lanzado en el año 1958, logró el éxito para afirmar el uso de esta alternativa y, ante la repercusión, fue imitado por otras aerolíneas. Ante este avance también se mejoró la capacidad de los modelos incorporando el fuselaje ancho. Por decirlo de otro modo, un avión de fuselaje ancho es uno que tiene tres filas de asientos y dos pasillos, dando más libertad de movimiento y capacidad. El primero en utilizar este nuevo diseño fue el modelo Boeing 747 (conocido como Jumbo), que apareció en el año 1968 y era capaz de llevar hasta más de 500 personas. La popularidad y el éxito que significó fue tan importante que hasta que apareció el diseño A380 de Airbus en el 2007 resultó el modelo de fuselaje ancho de referencia. La popularidad del Boeing 767, por su capacidad para hacer rutas cada vez más extensas y resultar más económico para la aviación comercial, fue un avance importante que terminó uniendo cotidianamente los distintos puntos del globo, convirtiéndose en un emblema de la aviación civil durante las décadas del ochenta y noventa.
Pero no todos los avances técnicos fueron tan fructíferos o eficientes en el campo de la aviación civil. Las velocidades supersónicas con las que se experimentó en el campo científico desde el año 1962 pasaron a ser una alternativa en la aviación civil, primero con el soviético Tupolev Tu-144, puesto en funcionamiento en 1968, y el célebre Concorde, que comenzó a funcionar a partir de 1976. Sin embargo ninguno de los dos llegó a buen puerto: el primero fue retirado por problemas de diseño en 1977 y el segundo resultó poco rentable y fue afectado por el mediático accidente del 25 de julio del 2000, saliendo fuera de circulación en noviembre del 2003.
Ilustración del Concorde, uno de los modelos más veloces que fue descartado por accidentes que sensibilizaron la opinión pública.
En la actualidad las investigaciones apuntan a mejorar la calidad de los vuelos supersónicos (que superan los 1050 km/h), a alcanzar alturas que permitan orbitar alrededor del planeta y a utilizar formas de energía más limpias que mantengan los mismos niveles de eficacia que los tradicionales.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas del transporte aéreo?
Clasificación del transporte aéreo
En primera instancia podemos clasificar a los aviones destinados al transporte aéreo de acuerdo a su funcionalidad:
También existe una clasificación en torno al servicio que se ofrecen dentro de lo que se conoce como aviación civil:
También existe una caracterización de los vuelos de acuerdo a las características del vuelo comercial que se haga:
Finalmente, también existe una clasificación que responde a la distancia que se cubre en cada trayecto:
Los aeropuertos
El aeropuerto es una parte vital del transporte aéreo, siendo vital para el desarrollo de este tipo de viajes. Es en estas locaciones donde se inician y concluyen los viajes en cualquier tipo de aeronave. Entre las muchas funciones que cumple se encuentran principalmente el aterrizaje y el despegue, pero también el abordaje y desembarco de pasajeros, equipajes y mercancías. También cumple con tareas como el reabastecimiento de combustible o el mantenimiento de la aeronave, además de ser utilizado como almacén de partes u otras embarcaciones.
Esencialmente, la estructura de un aeropuerto se divide en dos partes: