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Lemming.
Liebre ártica.
Deschampsia antarctica (pasto antártico)

La tundra y las regiones polares



Con climas que desafían la subsistencia de cualquier ser vivo en sus inmediaciones, estas regiones situadas en las proximidades de los polos se caracterizan por sus bajas temperaturas. Se encuentran habitadas y resultan fundamentales para la subsistencia del resto del planeta.


Los Himalayas, cadena montañosa donde puede encontrarse la tundra de montaña.


El océano Ártico, correspondiente a las regiones polares del norte.

Distantes e inhóspitas, la tundra y las regiones polares parecen, a simple vista, un territorio deshabitado al que solo ocasionalmente interrumpe la vida. Sin embargo, los avances científicos a lo largo del siglo XX y XXI permitieron que conozcamos un poco más de estas regiones que abarcan millones de kilómetros donde la vida fluye, subsiste, e incluso sorprende a científicos que la creían imposible bajo esas condiciones.

La tundra


Bioma de tundra en la Isla de Baffin, en Canadá.

El término tundra proviene del lenguaje donde más abunda este tipo de bioma: Del ruso тундра y de la palabra lapona (alusivo a la región de Laponia, en el norte europeo) que hace referencia a una “tierra infértil”. Se distribuye en las latitudes circumpolares de nuestro planeta, sobre todo en el hemisferio norte, porque en el sur las latitudes donde podría presentarse este bioma está cubierto de mar, dejando su aparición a algunas pequeñas islas entre los 50° y 70° de latitud sur.

La tundra cubre en total un territorio de 11.563.300 km2 entre sur y norte, caracterizándose por temperaturas que favorecen la preponderancia de solo dos estaciones: por un lado un invierno frío y extenso, y por el otro un verano corto y cálido. Durante los inviernos el promedio es de -28° C, pudiendo alcanzar temperaturas tan bajas como -50° C, siendo ocasionalmente más elevadas que en la taiga o bosque boreal. Durante los veranos la temperatura se incrementa y la capa superior del permafrost se derrite, dando lugar a un suelo húmedo que favorece la aparición de pantanos, lagos, arroyos y ciénagas en la temporada cálida. En los veranos el clima es más agradable, por lo general promediando entre 12° C y 3° C, rara vez alcanzando temperaturas bajo cero.

Pero la severidad del frío no es lo único que hace de este bioma uno de los que pone más a prueba la adaptación de los seres vivos. Los fuertes vientos ciclónicos y las escasas precipitaciones en algunas regiones son también otros de los factores que definen este clima.

Permafrost

La etimología de esta palabra inglesa proviene de “perma-“(en referencia a permanent –permanente-) y “-frost” (en referencia a “congelado” en inglés). El permafrost refiere a una capa de hielo permanente que forma parte del bioma de la tundra y se encuentra en los niveles más superficiales del suelo. Se localiza tanto en el hemisferio norte como en el sur, pudiendo también encontrarse en lugares elevados, donde se ubica la tundra alpina. Si bien la capa de hielo varía de acuerdo a la estación del año y la locación, habitualmente se encuentra entre los 0,6 y los 4 metros. Ocasionalmente puede superar los 10 metros e incluso en Siberia, entre los cauces norte de los ríos Lena y Yana se puede encontrar una profundidad que supera los 1.000 metros. Además, almacena carbono tanto en forma de turba como de metano. Por esta razón su descongelamiento es un tema de preocupación científica, ya que puede contribuir de manera determinante en el calentamiento global.

  • Flora

El hecho de carecer de árboles, como bien se puede suponer de la etimología de la palabra, no quita que la tundra sea un bioma con especies vegetales en sus inmediaciones. Al encontrarse congelada durante gran parte del año, el agua escasea, y las bajas temperaturas hacen que abunden musgos y líquenes que no superan los 10 cm de altura. Mientras que en aquellos lugares bajos hay mayor humedad, en los elevados hay condiciones de sequedad que favorecen distintos tipos de vegetación. Mientras que en la tundra ártica suele haber arbustos, en la antártica abundan los musgos. A continuación, algunas de las especies más comunes:

Calliergon giganteum: es uno de los musgos más característicos de este bioma y crece en las regiones próximas al polo norte, principalmente en aquellos lugares donde el deshielo ha dado lugar a estanques y pantanos. Esta planta acuática no tiene flores y en lugar de raíces tiene rizoides. Crece lentamente, alcanzando tan solo un centímetro por año, y es de color marrón. La lentitud para desarrollarse es una de las principales características por las cuales se adaptó, debido a que almacena nutrientes cuando no crece. Además, su condición acuática la protege de los fuertes y fríos vientos. Es uno de los principales alimentos de las aves.

Salix árctica: este arbusto se encuentra circunscripto a las regiones de tundra en el norte y ocasionalmente se lo puede ver en el bioma de la taiga. Se ramifica intensamente y las ramas son de color pardo. Su altura es de apenas entre 15 y 20 centímetros y cuenta con hojas de forma ovalada con puntas bien marcadas que miden de 15 a 50 milímetros, que son de un color verde oscuro. La flor es escamosa, unisexual, sin pétalos y florece en la estación primaveral. Para adaptarse a las condiciones de la tundra tiene un sistema de ramificación que resulta ser superficial.

Uva de oso: al igual que la salix, es un arbusto que cuenta con un sistema superficial de ramificación que facilita su adaptación al suelo congelado de la tundra. Las flores cuentan con cinco pétalos que son de un color rosa pálido o blanco. Su fruto es la razón del nombre del arbusto: de color rojo, son comestibles cuando están maduros y la carne es de color blanco, siendo habitualmente devoradas por los osos, aunque no tengan un buen gusto para el ser humano. Sin embargo, es conocido su uso en la homeopatía.

Musgo de reno: se trata en realidad de un liquen (la simbiosis de un hongo y un alga) que crece en el hemisferio norte y que se suele ramificar varias veces, creciendo entre 1 y 4 pulgadas. Varía del color gris al verde y es un alimento habitual del reno y el caribú, contiene vitamina A y B.

Sauce enano: considerado el árbol más bajo del mundo, se lo puede encontrar principalmente en la región de la tundra ártica, en alturas que superen los 1.500 metros sobre el nivel del mar. Su altura varía entre 1 y 6 centímetros y las hojas entre 1 y 2 centímetros de largo.

Té del Labrador: este arbusto aromático se encuentra situado en las zonas más al sur de la tundra, achatándose hacia el norte hasta que solo se le aprecia como una carpeta en el suelo de flores blancas. Esta especie florece habitualmente entre los meses de junio y julio. También conocido como Té de la Bahía de Hudson en referencia a que es una de las regiones donde se encuentran con mayor facilidad, fue utilizado desde tiempos remotos en la homeopatía para curar determinadas dolencias y es rico en vitamina C.

  • Fauna

Para adaptarse al clima de la región, los animales que habitan la tundra suelen estar preparados para resistir largos y severos inviernos, y para reproducirse rápidamente en el verano. Para preservar el calor, los mamíferos y las aves cuentan con mayor cantidad de grasa subcutánea, y durante los inviernos hibernan debido a la escasez de alimentos, aunque también hay especies que migran al sur buscando mejores climas. Debido a esto, la población de animales en la tundra suele oscilar constantemente, acorde a los desplazamientos migratorios.

Otras facultades adaptativas se pueden encontrar en el camuflaje que utilizan algunas especies para absorber el calor, siendo blanco en invierno y marrón en verano. Por otro lado, algunos insectos se encuentran adaptados para vivir bajo el agua, en particular durante la temporada invernal, gracias a que cuentan con glicerol que utilizan como anticongelante. Los anfibios y los reptiles se encuentran prácticamente ausentes de este bioma debido a las bajas temperaturas.

Entre los herbívoros más comunes se encuentran los lemmings, los campañoles, el caribú, la liebre ártica y ardillas. Algunos de los carnívoros que habitan allí son: el zorro ártico, los lobos y los osos polares. Entre las aves migratorias encontramos cuervos, el escribano nival, búhos nivales, halcones, somorgujos, la lavandera blanca, la golondrina de mar y distintas especies de gaviotas. Con respecto a los insectos, se destacan el mosquito, las moscas, las mariposas, las langostas, los simúlidos y la abeja Bombus polaris. Entre los peces, los más comunes son el salmón, la trucha, el bacalao y los peces planos.


Caribú.


Oso polar.


Zorro ártico.

Zonas de la tundra

La tundra se presenta comúnmente en el norte de Europa, Asia, Alaska, Canadá y las costas de Groenlandia. A esta región se la suele denominar tundra ártica y se la sitúa más allá de los 50° de latitud norte. Al sur, existe la creencia general de que este bioma no se presenta, aunque podemos encontrar a la tundra antártica en islas antárticas y sub antárticas como la isla Georgia del Sur, las islas Sandwich del Sur e islas más remotas como las Kerguelen, las islas Bouvet o las que corresponden a las islas subantarticas de Nueva Zelanda (las Bounty, las Auckland, las Antípodas, las Campbell y las Macquarie). Existen regiones del sur de la Patagonia, en Sudamérica, donde es posible encontrar este bioma.

También puede encontrarse la tundra en las cimas elevadas de las altas montañas, en cualquier parte del mundo. Este bioma se distingue de la tundra ártica o antártica debido a que los suelos son más ricos y favorecen el drenaje de agua, además de que no existe el permafrost. Las bajas temperaturas del clima son propiciadas debido a la baja presión del aire, llegando a superar apenas los 10°C en verano y descender hasta -20°C, aunque juega un papel importante la altura. Podemos encontrar este tipo de tundra en sistemas montañosos como los Alpes, las Montañas Rocallosas, los Andes, el Tíbet, el Himalaya, el Pamir o el Cáucaso, entre otros. Las precipitaciones se dan principalmente como nevadas intensas, pero es normal que el suelo quede desprovisto de nieve debido al agua que drena en el suelo. Otro factor son los intensos vientos, que contribuyen a la erosión y resultan perjudiciales para la adaptación de las plantas. A pesar de esto, existe una flora adaptada a estas severas condiciones llamada planta alpina, que resulta en una amplia cantidad de especies que por lo general resultan endémicas de estas regiones. Entre las más comunes se encuentran especies de criptógramas, briofitas y líquenes.

Asentamientos en la tundra

A pesar de las duras condiciones que ofrece, el ser humano se ha adaptado a este bioma desde tiempos antiguos, incluso pudiendo establecer asentamientos, poblados y ciudades en zonas donde la tundra ya no existe y comenzamos a hablar también de las regiones polares (ver infografía). En la actualidad podemos encontrar poblados en Canadá (Tuktoyaktuk o Inuvik), Alaska (Nome, Point Hope), Rusia (Múrmansk o Nordvik), Noruega (Bodo o Hammerfest), Islandia (Sauðárkrókur o Eskifjörður) y Groenlandia (Thule o Etah). A pesar de esto, las densidades poblacionales en estas locaciones han sido desde siempre muy bajas, aunque desde mediados del siglo XX eso se está revirtiendo gracias al uso de tecnología que puede incidir de forma determinante en la estabilidad del bioma.


Inuvik, en Canadá.


Hammerfest, en Noruega.

Las regiones polares

Denominamos regiones polares a las zonas que se encuentran en los polos Norte y Sur de nuestro planeta. En el norte se le llama Ártico y en el sur se le llama Antártida (antagónico al Ártico), caracterizándose ambas por las bajas temperaturas y el dominio de capas de hielo en sus territorios. Si bien en las zonas más próximas a los polos Norte y Sur respectivamente no hay vegetación, y por ello son regiones que no se clasifican como biomas, las regiones polares sí incluyen a biomas como la tundra o la taiga. No hay que confundir los polos geográficos con los polos magnéticos que, si bien se encuentran en la misma región, suelen migrar sin encontrarse en un punto específico.

  • Flora

Si bien tanto en el Ártico como en la Antártida la vegetación es prácticamente inexistente, en la región polar ártica es más prolífica porque comprende a la tundra, sobre la cual ya hemos visto la variedad de vegetación que presenta. Sin embargo, ¿qué hay de la Antártida? A pesar de lo que se crea, existen en el continente antártico especies vegetales que subsisten bajo las más adversas condiciones climáticas, sin que se trate de la mencionada tundra antártica. Además de los musgos, hepáticas, líquenes y algas terrestres y marinas, podemos encontrar las siguientes especies:

  • Clavel antártico: es una de las dos especies con flor que se pueden encontrar en el continente antártico. Tiene flores blancas y crece aproximadamente 5 centímetros de alto, con un crecimiento que le da un aspecto semejante al musgo. Se cree que debido al calentamiento global se ha extendido, internándose en el continente, llegando incluso a los 68° de latitud Sur. Sin embargo, lo más normal es que se la encuentre en las proximidades de costas donde el hielo no es permanente, como en el norte de la península Antártica.
  • Pasto antártico: predomina en las islas Orcadas del Sur, las islas Shetland del Sur y el oeste de la península Antártica, en zonas por debajo de los 60° de latitud Sur. Tiene una longitud que se encuentra entre los 3 y los 5 centímetros y resiste la radiación ultravioleta, un factor clave para su supervivencia. Se cree que el calentamiento global también ha influido para que creciera más adentro en el continente antártico.

Fauna

Entre los animales de la región ártica encontramos varias de las especies que viven en la tundra porque, como mencionamos, las regiones polares incluyen al bioma de la tundra en su territorio. Entre los herbívoros encontramos a la liebre ártica, los lemmings, bueyes almizcleros, caribúes y renos. El depredador que predomina en la región es el oso polar, aunque también se encuentra el zorro ártico y el lobo ártico. Entre las aves se destaca el charrán ártico y al búho nival. Por otro lado, entre los mamíferos marinos encontramos especies de ballenas y calamares, delfines, narvales, belugas, el tiburón de Groenlandia, focas, morsas y distintas especies de pingüinos. Se cree que el calentamiento global está modificando la presencia de determinadas especies que no habitaban en la región.

En la región antártica la fauna es menos diversa que en el Ártico, debido a que las condiciones climáticas son más severas. Sin embargo, hay una mayor riqueza en zonas más propicias para la vida, como la península antártica. Entre los animales acuáticos encontramos al leopardo marino, la foca de Weddell, cangrejera y de Ross; y varias especies de pingüinos. Además, entre los peces hallamos algunas especies que se han adaptado a las condiciones del continente, gracias a que cuentan con glicoproteínas anticongelantes como el bacalao antártico y los peces zoárcidos; entre los cetáceos encontramos orcas, cachalotes y ballenas, encontrándose el animal más grande del mundo, la ballena azul. Es además el hogar del invertebrado más grande conocido, el calamar colosal, que puede tener más de 12 metros y pesar más de 500 kg. Entre las aves se destacan el cormorán antártico, el petrel gigante y la paloma antártica. Finalmente, es fundamental mencionar al krill, un crustáceo de apenas 4 centímetros que es la base de la cadena alimentaria en el continente.


Leopardo marino.


Cachalote.