¿Qué entendemos por salud pública? Generalmente, se dice que es una rama de la medicina encargada de la protección de la salud desde una perspectiva colectiva. En este sentido, está dirigida a proteger y fomentar el bienestar de la población mediante la promoción de estilos de vida saludables, las campañas de concienciación, la educación y la investigación.
CONCEPTO
La ambigüedad acompaña al término "salud pública". De hecho, cuatro connotaciones se destacan a lo largo de su historia. La primera equipara el adjetivo "pública" con el sector público o estatal, es decir, con la acción gubernamental. Un segundo significado es aún más amplio al incluir no solo la participación del Estado, sino la de la comunidad organizada. El tercer uso identifica a la salud pública con los llamados "servicios no personales de salud"; aquellos que se aplican al medio ambiente (por ejemplo, el saneamiento ambiental) o a la colectividad (por ejemplo, la educación masiva en salud) y que, por lo tanto, no son apropiables para un únicoindividuo en forma específica. El cuarto uso es una ampliación del tercero, en tanto se le añaden una serie de servicios personales preventivos dirigidos a grupos vulnerables, como por ejemplo, los programas de atención materno-infantiles.
Varios programas de salud pública constituyen un fiel reflejo de participación entre actores sociales, instituciones y organizaciones sociales, con actividades y funciones que se amplían y complejizan para trabajar, preferentemente, por la calidad de vida de la población materno infantil de la región correspondiente.
FUNDAMENTO
La salud pública se fundamenta en el respeto de los derechos humanos y en la búsqueda de una justicia social efectiva como garantía del mejor bienestar colectivo. De hecho, su desarrollo se caracteriza por:
1. El énfasis en la responsabilidad colectiva sobre la salud y el papel central del Estado en promover y proteger la salud.
2. El enfoque poblacional además de su predilección por la prevención.
3. La integración de múltiples disciplinas y metodologías.
4. El compromiso y trabajo asociado con la población a la que sirve.
La comunidad debe participar de manera activa en los programas de salud pública, siendo parte importante de las acciones encaminadas a terminar con los problemas que la aquejan.
FUNCIONES ESENCIALES DE LA SALUD PÚBLICA
Las funciones esenciales de la salud pública son aquellos procesos y actuaciones que son realizados con fines concretos que permiten un mejor desempeño de la gestión en salud pública. La importancia estratégica de estas funciones (tales como vigilancia, monitoreo y promoción de la salud) radica en la generación, por parte del sistema de salud, de una respuesta efectiva, eficiente y de calidad a los intereses colectivos en materia de salud.
Desde el ámbito público gubernamental, la promoción de la salud implica derivar líneas de política y de investigación para contribuir al conocimiento y a su aplicación práctica para la población en general, especialmente para aquellos grupos en riesgo.
De este modo, las funciones esenciales de salud pública que atraviesan el desempeño de los programas prioritarios de salud pública son:
El control de la enfermedad y su prevención son piedras angulares dl trabajo en salud pública.
Permanentemente el Estado busca que la población cuente con un nivel de salud que le permita desarrollar sus capacidades a plenitud; que para poder alcanzar una verdadera igualdad de oportunidades en el desarrollo social y humano, se asegure el “acceso universal” a los servicios de salud efectivos y seguros, ofrecidos por un sistema de salud sólido y equitativo.
Sin lugar a dudas, los atributos básicos de la salud pública son la accesibilidad, la coordinación y la integralidad, que marcan su calidad y eficiencia.
La salud pública se constituye a partir del reconocimiento de la existencia de procesos y problemas colectivos de enfermedad. Esto implica que organizaciones, grupos o instituciones deben hacerse cargo de los mismos, pues estos problemas no pueden ser resueltos en el nivel individual.
EL DERECHO A LA SALUD
La salud es un derecho humano, profundamente ligado a la calidad de vida. De hecho, la relación entre ambas es recíproca: si bien la salud es un componente esencial de la calidad de vida, también la calidad de vida es parte de la salud. En otras palabras: la salud influye en la calidad de vida, y viceversa. De esto se sigue que un Estado de Derecho tiene la responsabilidad de velar por la calidad de vida de todos los ciudadanos. Esas son premisas fundamentales, y de ellas se desprende la siguiente conclusión: el Estado debe asegurar a los ciudadanos el derecho a la salud.
La salud es un valor social fundamental, un bien público, garantizado por el Estado como derecho universal, integral y equitativo.
Ese derecho, por otra parte, está consagrado en la Constitución de cada país. De este modo, la función rectora del Estado es indelegable. Esto significa que si la atención de la salud va a ser encargada a terceros, como empresas u otras organizaciones, la responsabilidad estatal no se pierde. Jamás el Estado puede desentenderse de ella. Todos los que pretenden intervenir en el escenario de la salud, en un Estado democrático y plural, deben cumplir con determinados requisitos, mientras que el Estado tiene a su cargo el seguimiento meticuloso, de manera tal que el derecho a la salud esté garantizado.
En la actualidad existe pluralidad de prestadores, como efectores privados, mutuales, obras sociales, entidades prepagas, etc. Pero coexisten también grandes grupos de la población (marginados o directamente excluidos) a los que aquellas empresas no llegan. Esos grupos necesitan que sea el propio Estado quien asuma la empresa, que es cada vez más costosa, por el gran número de familias y comunidades que se han quedado fuera del sistema, y por la complejidad de los recursos necesarios para ello.
La salud pública requiere, para su adecuado desarrollo, de la colaboración activa de un conjunto de disciplinas sin las cuales la explicación e intervención sobre los problemas de salud sería materialmente imposible, además de incompleta.
No obstante, esto no quiere decir que la atención del Estado deba limitarse a los sectores sin recursos. No puede hablarse de la atención para pobres como algo diferente y de menor calidad. Aún aquellos que disponen de cobertura mutual o privada asisten muchas veces a hospitales públicos porque encuentran una atención apropiada a sus necesidades, porque lo prefieren o porque tienen mejor acceso.La salud pública no puede ofrecer servicios de avanzada para ciertas personas y descuidar las condiciones de salud del resto, ya que parte de un principio comunitario y no personal. Al depender del Estado, la salud pública no debería hacer distinciones entre los habitantes de una misma región.