Civilización prehispánica desarrollada en la costa sur del actual territorio de Perú entre el siglo I y el IX de nuestra era. De costumbres y técnicas sofisticadas en la agricultura, fueron también un pueblo militarista que daba a sus guerreros un lugar de privilegio en la pirámide social.
Esta civilización guarda sin dudas una fuerte relación con la cultura paracas, aunque no se ha establecido exactamente cuál era el vínculo entre ambas. Algunos investigadores creen que la nazca fue continuadora de la paraca, basando sus afirmaciones en la similitud que existe en algunas costumbres y sobre todo, en la coincidencia en el desarrollo de técnicas avanzadas para la agricultura. También observan que ambas fueron militaristas y tenían por práctica deformar el cráneo colocando una banda de cuero alrededor de la cabeza del recién nacido, logrando durante el primer año de vida, que el cráneo le creciera por la parte superior. Se cree que este hábito respondía a algún tipo de diferenciación social o religiosa.
Pero más allá de estas afirmaciones existen otros autores que observan una diferencia sustancial como es el desarrollo de la cerámica entre los nazcas, mientras los paracas se inclinaron por el arte textil. Incluso creen que ambos pueblos habrían convivido un tiempo. Lo que se sabe con certeza es que nazcas y mochicas fueron contemporáneos y que la decadencia de los primeros comenzó entre los años 700 y 900 d. C. El desierto avanzó sobre sus locaciones y en Cahuachi, centro de la civilización, el pueblo perdió la religiosidad y lo abandonó.
Las tierras ancestrales
Los nazcas desarrollaron su civilización junto a la costa sur del Perú, en la actual región de Ica, en los valles de Pisco, Nazca, Cañete, Chicha, Ica y Acari, valles que atraviesan la zona costera desértica. Allí produjeron sus delicadas cerámicas y geoglifos (las líneas de Nazca), y construyeron un importante sistema subterráneo de acueductos al que se conoce como puquios y que al día de hoy sigue funcionando. El primer arqueólogo que estudió esta cultura fue el alemán Federico Max Uhle.
Organización política y social
Se dividían por valle y allí fijaban varios asentamientos. Cada uno de estos asentamientos tenía su propia autoridad encarnada por lo general en un sacerdote especialista. La elite vivía en construcciones piramidales hechas de adobe y con paredes cubiertas de yeso o cal para cerrar las grietas. El pueblo se instalaba afuera de las ciudades en casas construidas con troncos de algarrobo.
El centro de la sociedad lo conformaban los sacerdotes, quienes tenían a su cargo la organización del trabajo comunitario y la conducción de las ceremonias religiosas. Las autoridades eran atendidas por artesanos calificados (alfareros, tejedores, astrólogos, músicos, soldados) que se asentaban en ciudades pequeñas y centros ceremoniales como el destacado Cahuachi.
En la base social se ubicaban los agricultores y pescadores, quienes vivían dispersos en el territorio. Los agricultores ocupaban casi todos los valles fértiles con el fin de desarrollar la agricultura, vivían en chozas cubiertas de paja situadas fuera de la superficie cultivada, es decir, el borde del desierto, a fin de maximizar la superficie cultivada. Estas chozas se agrupaban en aldeas en torno a una pirámide de adobe que actuaba como un santuario.
CAHUACHI
Los arqueólogos han hecho excavaciones en Cahuachi, en la parte baja del valle de Nazca, lo que les ha permitido obtener algunas claves de esta cultura. Los materiales encontrados incluyen una gran cantidad de piezas de cerámica policromada, con dibujos de maíz, calabaza, frijol y maní, como así también textiles sencillos pero elegantes y pequeñas cantidades de oro. Por los restos de cerámica encontrados los científicos deducen que el sitio fue exclusivamente un centro ceremonial.
Actividad económica
Su principal actividad productiva era la agricultura intensiva que practicaban en los estrechos valles de los afluentes del Río Grande de Nazca y en el valle de Ica. Allí los nazcas construyeron pozos profundos interconectados por una red de acueductos subterráneos para el riego, aliviando la escasez de agua en una región árida. Hoy en día los agricultores peruanos de la región se siguen sirviendo de esta red. Los cultivos principales en aquellos días eran el maíz, frijoles, calabazas, zapallos, yuca, maní, chile, guayaba, lúcuma, pacay y algodón.
También fueron hábiles en la pesca, valiéndose de redes para obtener del mar una importante provisión de alimentos.
El comercio fue para ellos de gran importancia, ya que les permitía cubrir el déficit alimentario en tiempo de sequías prolongadas. El comercio era sostenido con la cultura huarpa, con quien intercambiaban pescado, algodón y artesanías de cerámica a cambio de papa y lana.
Arquitectura
Tenían gran sentido del diseño urbano, siendo su principal centro cultural y ceremonial Cahuachi, construida en adobe (ladrillos hechos con arcilla); del mismo modo construyeron sus pirámides ceremoniales.
La cerámica
Está considerada como la mejor lograda de todo el antiguo Perú. Entre sus piezas se destacaban las vasijas, pintadas con complejas representaciones antes de ser cocidas, y con una policromía de motivos con más de 7 colores y 190 tonalidades distintas.
La forma clásica de las vajillas era la botella asa-puente, hecha con dos vertederos; pero fabricaron además ollas esféricas, tazas y vasos ceremoniales, todas piezas con su sello característico que era el no dejar espacio sin pintar o decorar. Son piezas que representan elementos de la vida cotidiana como flores, frutos, aves, animales e insectos, o personajes mitológicos combinando atributos humanos y animales.
Por sus motivos se los puede dividir en las siguientes categorías:
* Naturalistas: Ilustran el medio ambiente.
* Míticos o religiosos: Nos revelan la percepción que tenían los nazcas sobre el mundo.
* Geométricos: Destacan círculos, semicírculos, rombos, líneas, espirales, escalones, etc.
Costumbres
Al terminar un trabajo realizaban un banquete con varios alimentos acompañados con chicha. Esto por lo general lo practicaban después de realizar los cultivos colectivos, consumiendo los alimentos en recipientes especiales y mientras hacían música con antaras y tambores.
Cuando creían que la huaca residente en el templo perdía poder o se encontraba descontenta, la reconstruían derrumbando techo y paredes para dejar los cimientos sepultados y sellados. Sobre esta plataforma construían un nuevo ámbito de culto. El número de reconstrucciones guardaba relación con el poder político de la comunidad encargada del culto.
Religión
Fueron un pueblo politeísta y panteísta, adoraban la naturaleza, las montañas, el mar, el cielo, la tierra, el fuego, el agua, etc. Las erigían como deidades y les rendían honor construyendo templos en su nombre. Sus creencias religiosas tienen un estrecho vínculo con el misterio de las “líneas de Nazca”, a las que algunos consideran un gran calendario astronómico y agrícola, en tanto otros creen que era el lugar de celebración de los rituales religiosos. En estos lugares practicaban sacrificios humanos y ceremonias bélicas.
Creían en la vida después de la muerte, por eso momificaban sus cadáveres y los envolvían en tejidos finos que se han conservado hasta nuestros días con toda su calidad y color. Los textiles los trabajaban con materiales como el algodón y la fibra de los camélidos andinos.
Las líneas de Nazca
Se sitúan en las llanuras del desierto de Nazca, y en algunos otros sitios de la costa sur del Perú. Las líneas se encuentran en lugares de pocas precipitaciones, donde falta vegetación, lo que ha permitido que los geoglifos permanezcan durante tanto tiempo intactos.
Se trata de las expresiones artísticas más conocidas de la cultura nazca, compuestas de grandes diseños dibujados en la llanura del desierto, al norte de Cahuachi. Se encontraron más de 350 de estos dibujos, que podrían identificarse como figuras antropomorfas, zoomorfas y fitomorfas, además de líneas geométricas de varios kilómetros de longitud. La precisión con que han sido creadas despierta curiosidad y admiración. Son kilómetros de líneas geométricas con dibujos de animales en algunos casos de dimensiones similares a las de un campo de fútbol, que solo han sido posibles de realizar con la participación de una gran cantidad de personas y en un tiempo dilatado.
También se discute acerca de su objetivo. Hay quienes interpretan que fueron creadas por dioses, o seres extraterrestres, pero es una teoría sin asidero. En cambio algunos especialistas sugieren que podría tratarse de un calendario con alineaciones astronómicas que servía a la cosecha y la siembra de cultivos. Por último están los que creen que era un camino para una procesión ceremonial, es decir, su existencia tenía un propósito ceremonial relacionado con el ciclo del agua, algo clave en una región desértica. Las han estudiado antropólogos, arqueólogos y astrónomos, pero solo han generado hipótesis, no certezas.
LAS CABEZAS TROFEO
Para hacer una cabeza trofeo, sacaban el cerebro de la base del cráneo, luego cosían la boca de la cabeza y hacían un pequeño agujero en la frente, donde deslizaban una cuerda para colgarlos. Se cree que las cabezas trofeo fueron diseñados para hacer rituales en relación con la fertilidad de la tierra. Las cabezas trofeo pertenecían a soldados derrotados y otros enemigos de los pobladores nazcas.