¿HACIA UN MUNDO SIN FRONTERAS?
Identificada como un proceso dinámico impulsado fundamentalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo, y facilitada por el desarrollo tecnológico, la globalización o mundialización consiste en la comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo que tienden a unificar sus mercados, sociedades y culturas, implementando transformaciones sociales, económicas y políticas de carácter global.
Actualmente las distintas regiones del planeta están cada vez más relacionadas entre sí generando una interdependencia que resulta vital para las partes. Los comienzos de este proceso, de manera práctica y más allá de las distintas teorías, pueden situarse en los años 1970, a partir del notable desarrollo que van alcanzando los medios de comunicación e información y que generan la formación de una red mundial que vincula a todos los continentes, sus sociedades, economías y pautas culturales. Así se llega a este tiempo en que ningún área del planeta es autosuficiente o independiente del resto, debido a la necesidad de recursos naturales, tecnológicos, de información, de inversiones o población que proviene de otras áreas, de tal forma que, en la práctica toda crisis económica o social que se dé en un país o región, está vinculada con situaciones del contexto mundial.
De este modo las relaciones internacionales se desarrollan a escala mundial, estrechando los vínculos entre los países, lo que se advierte observando las tendencias de la política internacional como los modelos de desarrollo y crecimiento económico que sugieren los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Se imponen las políticas de apertura comercial, flexibilización laboral y hasta se generalizan las preferencias del consumo cotidiano como las formas de alimentación, los medios de comunicación, la diversión y las vestimentas. He ahí la globalización.
EL MODELO
Existe para la globalización un modelo de gestión estatal y de desarrollo basado en el pensamiento neoliberal en cuya esencia están la desregulación, la privatización de las empresas estatales, la disminución del gasto público y la apertura comercial. A esto se suman otros elementos sustanciales de este proceso como son la desregulación de la economía mundial, sobre todo en los grandes servicios masivos como las telecomunicaciones, el transporte y la energía, y la globalización financiera.
Globalización y homogeneización
Es importante diferenciar estos conceptos que, aunque ambos se basan en una tendencia mundial, no son lo mismo. La homogeneización implica la unificación o equiparación en el acceso a los bienes materiales o culturales con la desaparición consecuente de las particularidades sociales, políticas o culturales de cada sociedad. La globalización en cambio no es homogénea, no es para todos por igual sino que al contrario, en muchos casos profundiza las desigualdades, acrecienta las diferencias y potencia los conflictos.
Esto es lo que ha dado como consecuencia la contracara de la globalización, que se manifiesta en otro fenómeno de estos tiempos: la fragmentación de los conflictos y de las contradicciones económicas y políticas que se expresan en unidades territoriales acotadas.
Al profundizarse las divisiones sociales, surgen conflictos o estallidos sociales que muchas veces tienen su origen en un fragmento territorial específico (barrio, ciudad, región o provincia); del mismo modo continúan las guerras entre naciones tanto como las guerras civiles que se dan dentro de un Estado. El racismo, los nacionalismos y los fundamentalismos adquieren nuevas fuerzas, y mientras las fronteras nacionales parecen desdibujarse ante la integración y la formación de bloques económicos, las migraciones masivas de las poblaciones de los países pobres encuentran, por lo general, herméticamente cerradas las fronteras de los países elegidos como destino.
En este juego propuesto por la globalización, hay ganadores y perdedores, tanto entre los individuos, como entre los sectores productivos y los territorios, ahondándose las diferencias de riquezas entre los diversos sectores sociales y entre las regiones del mundo.
EL MERCADO Y LA DESIGUALDAD
Actualmente hay un mercado único y es capitalista. Por esta razón los bienes que se producen en cualquier parte del mundo tienen como principal destino el intercambio. Esto significa que los productores no producen bienes para su propio consumo (con excepción de las economías de subsistencia que aún persisten), sino para el intercambio a precio que fija el mercado mundial. Por tratarse de un mercado capitalista, el valor de los productos o mercancías los fija el mercado a través del sistema de precios. El precio es variable y tiene que ver con la competencia entre los distintos productores, imponiéndose aquel que logre, dada su mayor eficacia, vender más barato, provocando como consecuencia la desaparición de sus competidores.
Debido a que el tipo de producción, tanto como su destino, son establecidos por el mercado mundial, es notable como este proceso produce un desarrollo desigual en el mundo y otorga mayor protagonismo a las empresas multinacionales en el control del mercado mundial.
Contrastando con el mercado único mundial siempre ha habido varios Estados políticos en la economía-mundo, dado que, si un Estado llegara a controlar el mercado mundial, se acabaría la competencia y el sistema interestatal se transformaría en un imperio-mundo. Pero cada Estado tiene facultades para intervenir dentro de sus fronteras en las reglas del mercado según sus propios intereses o los del grupo económico dominante en el país en cuestión. Estados poderosos como Estados Unidos pueden llegar a imponerse en el mercado mundial por periodos cortos de tiempo. La política internacional busca mantener el equilibrio en la competencia entre Estados para garantizar así el funcionamiento de la economía-mundo.
LA CIRCULACIÓN
En el mundo globalizado circulan las mercancías que hacen a los intercambios comerciales, los capitales que conforman los flujos financieros e inversiones, las personas en procesos migratorios, los transportes que permiten la movilidad, la información y las ideas.
Flujo de mercancías
El comercio ha sido la base sobre la que se organizó la economía mundializada. Los protagonistas de la actividad, como los productos, han ido variando a lo largo de la historia. El esquema colonial fue el que primó hasta las primeras décadas del siglo XX haciendo que las colonias proveyeran la materia prima a los imperios.
Con la revolución industrial la situación se profundizó reservando a los países centrales el lugar de productores de manufacturas. De esta manera el rol de cada país en la división internacional del trabajo quedaba bien diferenciado entre los países industriales y los productores de bienes primarios (minerales y agropecuarios), lo que devendría con el tiempo en países desarrollados y países subdesarrollados. Mientras los productos primarios tienen precios atados a las oscilaciones de los mercados mundiales, por lo general con una tendencia a la baja, los bienes industriales son más elevados y estables. De esta manera, los países subdesarrollados para cubrir las necesidades de sus poblaciones, deben producir cada vez más bienes primarios.
Este ha sido un patrón que durante el siglo XX comenzó a cambiar por diferentes motivos. El principal ha sido el inicio de un proceso de industrialización denominado de “sustitución de importaciones”, palabras que expresan un objetivo claro. En este proceso se embarcan países como Argentina, Brasil, México e India, y más tarde Singapur, Hong Kong, Taiwán y Corea del Sur.
Pero los países desarrollados siguen exportando, aunque ahora maquinaria y otros bienes de capital, y tecnologías, lo que concretan a través de las patentes y licencias.
Aparece también un nuevo actor en el contexto mundial: las empresas trasnacionales. Producen en cualquier lugar del mundo para proveer a los mercados locales y, en menor medida, a los mercados regionales y mundiales. Las trasnacionales protagonizan la fragmentación y el despliegue de la producción industrial clásicos del posfordismo1.
Otro aspecto es el de los componentes de los productos industriales, que cada vez requieren más insumos que produce la propia industria, y menos recursos naturales. Como ejemplo puede mencionarse el caso de las computadoras, que tienen una pequeña parte de cobre, que es un recurso natural, y el resto se compone de plástico, electrónica, etc.
Este es el contexto en el que los flujos del comercio internacional se han modificado. Los principales flujos ya no son entre países industriales y países productores de materias primas sino entre los propios países industriales. Incluso una parte de los flujos se produce dentro de las mismas corporaciones trasnacionales en un tipo de comercio al que se le llama intrafirma. Fábricas que exportan a otra fábrica de la misma empresa ubicada en otro país.
Estas modalidades que ha ido tomando el mercado mundial, representan serios problemas para los países exportadores de productos primarios, situación que se agrava cuando la economía de dicho país depende de un único producto cuyo valor es bajo. Por el valor del producto se pueden diferenciar dos tipos de países exportadores de materias primas, aquellos cuyos productos tienen gran valor, como el petróleo y los diamantes; y aquellos que exportan productos de bajo valor como frutas o ciertos minerales.
Otra de las características de los flujos comerciales es la incidencia que tienen en los intercambios que se producen en los bloques regionales. Esto es notable en el comercio de la Unión Europea, el NAFTA Y EL Mercosur.
Beneficios y perjuicios
Con el propósito de facilitar el flujo de bienes y servicios los países buscan acuerdos que reglamenten el intercambio comercial, en una actividad coordinada por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Desde la OMC se propone la reducción de aranceles (impuestos a la importación de bienes) que actúan como barreras para proteger la producción propia, y la desaparición de subvenciones a los productores. Es decir, se tiende a hacer desaparecer todo tipo de barreras comerciales y que los países se especialicen en aquellos sectores económicos en los que tienen ventajas. De esta forma cada país se insertaría en el comercio internacional a partir de los sectores en los que produce a menor precio, pero a su vez la especialización en determinados tipos de bienes puede originar que algunos países nunca lleguen a un grado de desarrollo de su industria y de su tecnología que les permita una mejora en las condiciones de vida de sus poblaciones.
Las corporaciones
Las teorías tradicionales del comercio y la administración dan por sentado que los productores deben estar localizados en un país y los mercados en otros; lo que se producen en un país se consume en otro. Pero la existencia de las corporaciones multinacionales complica el comercio en dos sentidos. Por un lado y por definición están localizadas en un país; por otro, operan su propio subsistema de interacción espacial. Cada unidad funcional de una corporación es potencialmente un productor y a su vez un consumidor, por lo tanto la estructura comercial de estas empresas se vuelve compleja.
El ya mencionado comercio intrafirma incrementa el ritmo del despliegue de las corporaciones a través de la economía global. El comercio intrafirma en los Estados Unidos se estima que llega al 40% del total de la actividad y consiste en importaciones y exportaciones entre las corporaciones con base en el país y subsidiarias extranjeras; y exportaciones e importaciones entre corporaciones con base en el exterior y sus operadores estadounidenses. Gracias a la dispersión geográfica se benefician produciendo cada componente de un bien final en un país que ofrece ventajas comparativas. Sin bien el ensamblado final de los bienes requiere de importaciones y exportaciones de los componentes a través de las localizaciones de la producción, todo el intercambio se lleva a cabo dentro de la firma. Y suele ocurrir también que el factor clave de la producción, la tecnología, tenga una única procedencia geográfica en la corporación.
Flujos financieros
La circulación del dinero constituye otro importante componente de la economía mundializada. En estos movimientos un punto destacado es el de la inversión externa directa (IED), que es el capital extranjero aplicado a la producción de bienes y servicios.
El modelo aplicado hasta 1950 era el de la inversión en países periféricos para extraer materias primas, mientras que, en los países centrales, la IED se concentraba en el sector industrial. En muchos casos les resultaba más rentable instalar una fábrica en otro país que fabricar en el propio y luego exportar.
En las décadas de 1960 y 1970 cambia el proceso de expansión espacial de la producción industrial porque empieza a manifestarse el fenómeno de la globalización de la economía. Las multinacionales empiezan a instalar parte de su proceso productivo en la periferia para aprovechar el menor costo de mano de obra. Las IED en el sector primario pierden importancia y crecen en cambio las manufacturas. Al mismo tiempo se produce una diversificación en el origen de los capitales. Crecen las inversiones en el exterior de Japón, Alemania, Francia, Países Bajos y Suiza.
Actualmente la fuente de las inversiones extranjeras directas se encuentran en los países que controlan la circulación del capital financiero, allí donde se localizan las bolsas de valores más importantes y los inversionistas de mayor envergadura.
Las inversiones predominantes son las de los países centrales, sin embargo también participan los periféricos, tanto en la industria como en los servicios. Incluso en los últimos años las inversiones de países periféricos en el extranjero han aumentado considerablemente. Los países exportadores de petróleo, así como Brasil y Corea del Sur, son importantes inversores en el exterior.
Los efectos
Las inversiones extranjeras producen múltiples efectos, no todos positivos. Entre estos se cuentan las posibilidades de generar empleo, facilitar el comercio e introducir nuevas tecnologías. Entre los negativos está la salida de divisas por remisión de ganancias de las empresas a sus sedes originarias y los pocos negocios que se emprenden con las empresas locales, lo que reduce los beneficios.
Los movimientos migratorios
Además del flujo de bienes y capitales que se produce en la economía globalizada, circulan también las personas, que se desplazan por diversos motivos, generalmente por trabajo, negocios, turismo o problemas políticos. En este conjunto interesan aquí los desplazamientos internacionales.
En la actualidad las corrientes migratorias mayoritarias se producen de los países pobres hacia los desarrollados. Allí hay sectores de la economía que exigen el uso intensivo de mano de obra, aunque por lo general se trata de empleos de bajos salarios e inestables. Pero es justamente por esto que aumenta la demanda de trabajadores extranjeros dispuestos a cubrirlos ya que vienen de situaciones mucho peores.
El 36% de los migrantes elige para nuevo asentamiento el continente asiático. Desde India, Pakistán y Bangladesh importantes movimientos poblacionales se dirigen a Japón y los países industrializados del sudeste del continente. En segundo lugar se ubican los países productores de petróleo del Golfo Pérsico y Medio Oriente. Otra área atractiva para los migrantes es Israel, a donde llegan judíos de la antigua Unión Soviética. Finalmente Pakistán e Irán, que ofrecen refugio a los kurdos, afganos e iraquíes.
Europa y la ex URSS reciben el 21% de los migrantes. Los africanos provenientes de las ex colonias europeas eligen a los antiguos países colonizadores como destino.
Hacia América del Norte se dirige el 20% de los migrantes internacionales que provienen de orígenes diversos, siendo muy elevado el número de hispanos en Estados Unidos.
África agrupa al 13% de la población mundial de migrantes. Allí los países ricos en minerales como Costa de Marfil, Nigeria, Sudáfrica, Gabón y Zambia, como aquellos que tienen importantes plantaciones como Kenya, Tanzania y Zimbabwe, atraen a poblaciones de países vecinos sumergidos en la pobreza. También los graves conflictos políticos y religiosos regionales han originado importantes movimientos de población como ocurrió en Somalia con el enfrentamiento entre clanes, o los problemas étnicos de Ruanda y la guerra civil de Liberia que impulsaron la migración masiva.
En América Latina la población migrante está en el orden del 6% del total mundial. Los países de América Central son los que producen las corrientes migratorias más numerosas, por lo general hacia los Estados Unidos.
Hacia Australia y Nueva Zelanda migra un 4% del total de migrantes internacionales.
Transporte y comunicaciones
Nos hemos referido a la circulación de mercancías, dinero y personas, características fundamentales de la economía globalizada, pero la clave del flujo está en el transporte y las comunicaciones que permiten este funcionamiento pues los requisitos de movilidad son cada vez mayores.
La producción industrial se expande en el territorio en tanto se fragmenta el proceso productivo y sus distintas etapas se localizan en lugares diferentes. Esto hace imprescindible la coordinación mediante un sistema de comunicaciones eficiente y veloz, y una red de transporte a valores asimilables y a su vez confiable.
Una empresa industrial que fabrica productos cuyos componentes provienen de distintos puntos geográficos ubicados lejos unos de otros, debe asegurarse que estos insumos estén disponibles en el momento adecuado y a valores convenientes. A su vez el producto terminado necesita un mecanismo de distribución eficiente que le permita llegar al mercado mundial con el menor costo y en el menor tiempo posible.
Así vemos la importancia que tienen las comunicaciones en distintos aspectos de la vida cotidiana. Conocer los hechos en tiempo real, o la circulación del dinero, tienen tanta relevancia que colocan a las comunicaciones que lo hacen posible en un lugar central. Y pueden enumerarse además muchas otras situaciones como la difusión de producciones artísticas en todo el mundo, la creación de una conciencia ambiental global, la identificación de problemas y la creación de empresas globales, en las que la existencia de estos sistemas de comunicación de la información es fundamental. Las redes como Internet permiten el acceso a la información organizada y actualizada para millones de personas en todo el mundo. Hoy es difícil imaginar la existencia de movimientos mundiales reclamando por los problemas ambientales, así como campañas destinadas a proteger los derechos humanos y contra la discriminación, sin una organización que coordine la actividad que se realizan en diversos lugares al mismo tiempo. La transmisión de noticias hacia todo el mundo se ejecuta por la televisión en el momento y lugar de los hechos.
Por estas razones podemos concluir que la característica central de los sistemas de comunicación es su capacidad para vincular en tiempo real territorios muy distantes entre sí.
MÁS ALLÁ DE LA ECONOMÍA
Las implicancias de la globalización superan la mera cuestión económica y se reflejan en otros aspectos, algunos de los cuales derivan de manera directa de las cuestiones comerciales, y otros no. El ordenamiento jurídico, por ejemplo, se ve en la necesidad de uniformizar y simplificar procedimientos y regulaciones nacionales e internacionales para mejorar las condiciones de competitividad y seguridad jurídica, universalizando el reconocimiento de los derechos fundamentales de la ciudadanía.
En el ámbito cultural se observa un proceso de interrelación entre sociedades y culturas locales en una cultura global, mencionada como aldea global, donde algunos ven un fenómeno de asimilación occidental en tanto otros lo ven como un proceso de fusión multicultural.
En el orden tecnológico la globalización se asocia a los avances en la conectividad humana, tanto en transporte como en telecomunicaciones, lo que facilita la libre circulación de las personas y la masificación de las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (NTIC) e Internet.
Ideológicamente también se observan cambios; los valores de inspiración colectivista y tradicionalista, ceden terreno ante el avance del individualismo y el cosmopolitismo. Esto se manifiesta en la política donde los gobiernos se ven acosados por la sociedad en red, y un activismo que se manifiesta cada vez más a través de las redes sociales.
LA CRÍTICAS
Las críticas que se hacen a la globalización apuntan fundamentalmente a la desigualdad que genera. La economía del mundo globalizado no es justa ya que beneficia a los países más ricos. Si el desarrollo que estos países alcanzaron se extendiera al resto, no habría recursos suficientes para sostenerlo.
Por otra parte la cultura tiende a homogeneizarse diluyendo los rasgos particulares y afectando la diversidad. Las culturas minoritarias y las lenguas de pocos hablantes se encuentran amenazadas en un proceso en el que los valores solidarios parecen someterse al individualismo mercantil.
Existe circulación de información en abundancia, pero no ayuda a comprender lo que pasa ni a elegir con libertad, porque los medios de comunicación concentrados manejan los contenidos según su propia conveniencia, mientras las formas de comunicación alternativas no logran consolidarse.
En política aún están pendientes la globalización de la justicia, la igualdad, la democracia y los derechos humanos, mientras las barreras a la libre circulación de las personas son cada vez más férreas.
1 Modo de producción en cadena impuesto por Henry Ford desde su fábrica de automóviles en Estados Unidos.