Se conoce como empleo al trabajo realizado en cumplimiento de un contrato formal o de hecho, individual o colectivo, por el que se recibe a cambio una remuneración o salario. Al contratado se lo llama empleado, y al contratante, empleador.
El término es utilizado en un sentido amplio como antónimo de desempleo y con él se designa cualquier tipo de trabajo con el que se genera un ingreso. Esto significa que además del trabajo asalariado, se incluye el trabajo autónomo y el que realiza la población ocupada, entendiéndose como tal al segmento de población activa que labora para obtener una remuneración económica. Cuando se trata de estadísticas, suele incluirse como población activa ocupada a los integrantes de unidades económicas familiares que participan en la producción. En este punto se ha debatido sobre si el trabajo doméstico es parte del empleo, reconociéndose el valor que genera.
DESEMPLEO
Cuando se habla de desempleo, desocupación, cesantía se está haciendo referencia a la circunstancia del trabajador sin empleo y, por lo tanto, sin salario. Haciendo una extensión de la definición, refiere a la situación de la población que estando en edad, condiciones y dispuesto al trabajo (población activa) no puede desarrollarse laboralmente.
Cuando se habla del número de desocupados de la población, lo que se mide es la tasa de desempleo imperante en el territorio en que se asienta la población en cuestión. Pero además de la población activa, en la que se incluye a los que están trabajando y a los que están en situación de desocupación, la sociedad también está integrada por una población inactiva conformada por la población que no está en disposición de trabajar por diferentes razones como la edad, enfermedad, o cualquier otra causa establecida por ley.
La condición imprescindible para que exista el desempleo es que haya quien desee trabajar y acepte el salario de mercado y a pesar de ello no consiga puesto de trabajo. Esto ocurre por múltiples causas, que generan distintos tipos de desempleo: cíclico, estructural y friccional.
Tipos de desempleo
Desempleo estructural
Se produce cuando se da un desajuste entre oferta y demanda de mano de obra. Es más perjudicial que el desempleo estacional o el friccional y no depende del tiempo sino de la capacidad de absorción de fuerza de trabajo que tiene el capital constante, que al acumularse promueve el aumento de la productividad de la fuerza de trabajo existente, generando de manera contradictoria, mayor desempleo estructural. En esta clase de desempleo las características de la oferta y la demanda, difieren, por lo que un porcentaje mayor de la población no puede conseguir y sostener un empleo. Cuando la población de un país está sometida a este tipo de desempleo la situación es grave. A esta situación se suma que las empresas medianas y pequeñas no tienen envergadura para soportar las crisis cíclicas del sistema capitalista, lo que repercute en su masa de asalariados.
Otro problema se plantea por la incidencia del factor tecnológico. Al fusionarse las empresas motrices del sistema (muchas veces incurriendo en monopolio), acceden con facilidad al progreso tecnológico al adquirir tecnología superior que requiere menos mano de obra, lo que ocasiona un desplazamiento de los trabajadores hacia los denominados trabajos informales o precarios. Se produce entonces la coincidencia de dos fenómenos, la sobreproducción y el desempleo estructural (con subempleo).
Las principales características del desempleo estructural son:
Ante esta situación y luego de años de fracasos de políticas neoliberales, en varios países de América Latina se está buscando la solución aplicando medidas keynesianas (inversión en obra pública) y otras de tipo estructural como la redistribución de la renta entre subempleados y desempleados a través de sistemas de renta básica universal, rentas de inserción y salarios sociales o ingreso de ciudadano).
Desempleo cíclico
Las crisis cíclicas se hacen notables por la reacción popular ante la adversidad prolongada en el tiempo.
Es un tipo de desempleo que ocurre por ciclo, pero con consecuencias serias en países con instituciones débiles, lo que se manifiesta en hechos violentos y desobediencia civil. Cuando se presenta en países desarrollados puede originar un cambio en las políticas de Estado, incluso en el sistema económico, como ocurrió con la crisis mundial de 1929.
Desempleo friccional
En un mercado de trabajo equilibrado el trabajador puede rotar en busca de una mejor situación laboral.
El desempleo friccional se produce por rotación y búsqueda y como ocurre con el desempleo por desajuste laboral (el que sucede por las discrepancias entres las características de los puestos de trabajo y los trabajadores) sucede cuando el número de puestos de trabajo coincide con el de personas dispuestas a trabajar. Aquí los trabajadores se mueven de un empleo a otro buscando mejores condiciones. El desempleo no llega a representar un problema económico porque es temporal y relativamente constante.
Otros tipos de desempleo
Además de los modelos ya descriptos, que son los más generales y habituales, los especialistas categorizan también el desempleo por otras características:
Desempleo estacional
Se llama desempleo estacional a aquel que varía con las estaciones del año por su vinculación directa con las fluctuaciones estacionales en la oferta y demanda de trabajo. Es algo común en la agricultura, aunque también sucede en otras actividades.
Desempleo de larga duración
Se lo denomina de ese modo cuando el demandante de empleo lo es en forma ininterrumpida por un periodo que supera el año.
Cuando esto ocurre, el efecto que produce sobre la capacidad que tiene el mercado de trabajo es sumamente negativo y no es posible retornar al pleno empleo de manera automática. El mercado se distorsiona y se produce un desequilibrio porque los que están en esa situación no compiten con los ocupados, por tanto tampoco hay baja de salarios. Ante esta distorsión es necesario que intervenga el Estado en auxilio de los desocupados.
Desempleo abierto
Esto se da cuando durante la semana que se toma de referencia para estudiar los números de la desocupación, hay quien no teniendo empleo lo ha buscado activamente y está disponible para ocuparlo de inmediato. Es una definición que estableció la Organización Internacional del Trabajo durante la Decimotercera Conferencia de Estadísticos llevada a cabo en octubre de 1982.
Desempleo en Iniciadores
Usando también como referencia la semana en que se hace el relevamiento, se ubica en esta categoría a aquellos desempleados que durante ese lapso de tiempo no buscaron activamente empleo pues esperaban noticias de un potencial empleador, estando listos para comenzar tareas.
La OIT recomienda clasificarlos como desocupados aun no reuniendo una de las tres condiciones del desempleo abierto como es el buscar activamente empleo durante las últimas cuatro semanas. Por lo general el porcentaje de quienes se encuentran en esta situación es bajo y su inclusión o exclusión como desocupados solo llega a incidir en la tasa de desempleo en un 0,2 a 0,3 por ciento.
EL DAÑO
La falta de empleo no es únicamente una cuestión que afecta a la economía sino que además causa graves perjuicios en lo social. En cuanto a lo económico significa desperdiciar recursos de valor, mientras que en lo social implica un sufrimiento ocasionado por la drástica reducción de ingresos. Cuando el desempleo es elevado el perjuicio pecuniario se ve agravado por lo emocional y repercute en la vida familiar.
Ante una fuerte crisis económica se deteriora la salud de la población en relación directa con el aumento del desempleo y la pobreza, en tanto se acrecienta la brecha entre ricos y pobres, lo que agrava los trastornos emocionales. Incluso, si bien no aumentan los índices de mortalidad, sí las muertes por suicidio.
LA TASA DE DESEMPLEO
Los indicadores sobre el trabajo y el desempleo son cifras claves en los datos económicos de un país. Para obtenerlos se hace mensualmente una encuesta de población activa, con preguntas que hacen referencia al historial laboral reciente.
La encuesta divide a la población de 16 o más años en cuatro grupos:
Ocupados: Son los que se encuentran ocupado con un trabajo remunerado, contándose también aquellos que están ausentes del trabajo por razones de enfermedad, huelga o vacaciones.
Desempleados: Son aquellos que no están ocupados pero buscaron trabajo de forma activa y esperan volver a trabajar. Para esta consideración es necesario que la búsqueda activa haya sido hecha durante las últimas cuatro semanas, o que haya sido suspendido en su empleo y espere volver a ser convocado, o que esté esperando ocupar un empleo el mes siguiente.
Inactivos: Comprende al porcentaje de población adulta que se dedica al estudio, a las tareas domésticas, está jubilada o enferma, o sencillamente no busca trabajo.
Población activa: Comprende las personas que están ocupadas y las desempleadas.
Finalmente, para establecer la tasa se toma el número de desempleados y se lo divide por el de la población activa, obteniendo así el porcentaje. No es una proporción entre el total de desempleados y el total de población, sino de aquella a la que se denomina “económicamente activa”.
SUBOCUPACIÓN
La subocupación se produce cuando los ocupados trabajan menos de 35 horas semanales, o lo hacen de manera esporádica, sin regularidad. Pero además el sub-ocupado puede ser demandante o no demandante. El primer caso el de aquel que quiere trabajar más y busca activamente trabajo; el segundo caso es el de aquellos que aún dispuestos a trabajar más, no buscan activamente.
Técnicamente el subempleo no engrosa la desocupación.