Es el canto oficial de la Iglesia católica y la expresión sonora del arte románico. Se desarrolló en la Alta Edad Media, y se caracteriza por cantarse a capella, al unísono, y con ritmo libre.
Se llama canto gregoriano en honor al papa San Gregorio Magno (540-604), quien fue uno de los que se ocupó de recopilar y arreglar el repertorio musical de la antigua música eclesiástica. Cabe destacar que el canto gregoriano no es obra de una sola persona, ni tampoco de una sola generación; se trata de una obra en la que intervinieron cantores de diversos lugares y épocas.
El establecimiento de los cánones, que conocemos como gregorianos, tampoco se hizo de un día para otro, sino que se desarrolló entre el papado de San Gregorio Magno y los decenios que continuaron al reunificador reinado de Carlomagno (768-814).
El canto gregoriano se ha consagrado como una de las más elevadas formas de música religiosa que se conocen.
CARACTERÍSTICAS
Se caracteriza por ser de carácter monódico, es decir, no emplea ningún tipo de juegos vocales y carece de acompañamiento instrumental. Es una música fluida y melódica, con ritmo libre no sujeto a medida o compás.
Canto al unísono: todos los cantores entonan la misma melodía (monodia).
Ritmo libre: no se desarrolla con esquemas medidos, como sucede en el caso de la danza. En el ritmo libre existe una desigualdad cuantitativa de duración entre los elementos que componen la melodía.
Música modal: es una música escrita en escalas de sonidos muy particulares, que sirven para despertar variados sentimientos, como recogimiento, alegría, tristeza y serenidad.
Texto: todos sus textos están en lengua latina (lengua del Imperio Romano que se había extendido por Europa), excepto el Kyrie, y el Agios o el Theos, que están en griego.
Escritura: está escrito sobre tetragramas, es decir, sobre 4 líneas, a diferencia del pentagrama de la música actual.
La gran mayoría de la música y los cantos gregorianos medievales eran anónimos, porque consideraban que las obras artísticas eran propiedad de la Iglesia y estaban al "servicio de la sociedad".
El canto gregoriano fue la música más popular de la Edad Media.
San Gregorio Magno
Nació en Roma, hacia el año 540, en el seno de una familia que se caracterizaba por la adhesión a la fe cristiana y por los servicios prestados a la Sede Apostólica. De esta familia habían salido dos papas: Félix III (483-492), tatarabuelo de San Gregorio, y Agapito (535-536).
Fue elegido papa en 590, tras la muerte del papa Pelagio II, con el asentimiento general. Asumió en una época de adversidades: las continuas lluvias, el desbordamiento de los ríos y la carestía afligían a muchas zonas de Italia y en particular a Roma. Además se enfrentaría a la expansión lombarda y el sitio de Roma (593).
El modo en que afrontaba cada uno de los interrogantes que llegaban a su despacho, se encuentra documentado gracias al registro de sus cartas (aproximadamente 800). Él respondía cuestiones que procedían de los obispos, de los abades, de los clérigos, y también de las autoridades civiles de todo orden y grado.
En los catorce años de su pontificado se destacó por: socorrer a las poblaciones más próximas víctimas de las pestes y las inundaciones, evitar la invasión lombarda en 594, reunir los territorios repartidos por Italia en uno solo que luego se convertiría en los Estados Pontificios y promover la misión de Agustín en Inglaterra (596), entre otras misiones.
Respecto al arte, se ocupó de la compilación y selección de las melodías, para que fueran copiadas y coleccionadas en un libro llamado antifonario y se dedicó a la formación de músicos, organizando en cada iglesia un grupo de cantores que se conoció con el nombre de schola cantorum. De este modo, logró comenzar el proceso de unificación de las liturgias; en consecuencia, al canto de la liturgia romana se le comenzó a llamar canto gregoriano.
Falleció en Roma el 12 de marzo del año 604. Se cree que fue canonizado a petición popular tras su muerte. Su festividad se conmemora el 12 de marzo, día de su fallecimiento.
La música ha sido utilizada, desde el comienzo del cristianismo, como medio de expresión en las reuniones religiosas. La primera que se introdujo fue la música hebrea y grecorromana; se empleó principalmente la salmodia o declamación melódica de los salmos.
Poco a poco, de forma improvisada, se fueron creando las primeras piezas musicales cristianas, a manera de adoraciones, súplicas o exhortaciones. Por otra parte, se incorporaron a la liturgia cantos modelados sobre himnos paganos, a los cuales fueron adaptados textos cristianos.
Muchas de las formas litúrgicas del incipiente cristianismo tienen antecedentes
en la tradición judía.
Hacia el año 41 sobrevino la persecución contra los cristianos encabezada por Herodes Agripa. En consecuencia, los cristianos huyeron consolidando diversas comunidades cristianas, a lo largo de los primeros tres siglos de cristianismo.
En Oriente las principales comunidades fueron Jerusalén, Antioquía, Alejandría, Grecia y Bizancio y en Occidente Milán y Roma. Cada uno de estos centros comenzó a crear su propia liturgia, o forma de realizar los actos religiosos, manteniendo características comunes, heredadas de la música hebrea y de la música griega.
En este marco, la música ambrosiana, que se desarrolló en la zona de la actual Milán (Italia) en torno al siglo IV, cobró enorme resonancia, al mismo tiempo que se organizaba el canto romano, que con el correr del tiempo sería el canto gregoriano.
Durante los siguientes siglos, V y VI, los papas se ocuparon del arte y de la música procurando su desarrollo. Así, a fines del siglo VI, el canto romano alcanzó su más perfecta expresión gracias al trabajo del papa Gregorio, quien recopiló y organizó una serie de cantos romanos los cuales estableció como los obligatorios de la liturgia unificada cristiana.
Posteriormente, en la época de Carlomagno se estableció como obligatorio en el Imperio Carolingio el rito romano, muy influido por tradiciones franco-germánicas propias. La relación entre los monasterios benedictinos de la Orden de Cluny y el papado impulsaron esta liturgia franco-romana y el canto gregoriano por toda Europa.
CONCILIO VATICANO II
Fue un concilio ecuménico de la Iglesia católica convocado por el papa Juan XXIII, el 25 de enero de 1959. Un concilio ecuménico es una asamblea celebrada por todos los obispos con el fin de reconocer la verdad en materia de doctrina o de práctica y proclamarla.
Introdujo diversas reformas; entre ellas, la de exigir liturgias en lenguas vernáculas y preferir las creaciones musicales modernas. Así, se dio fin a una tradición secular en la que estaba mandado que "el gregoriano era el único canto que podían utilizar el celebrante y los ministros, y con el que debía responder el pueblo al celebrante".
El Concilio constó de cuatro sesiones en latín: la primera de ellas fue presidida por el mismo papa en el otoño de 1962. Tras su muerte, las siguientes fueron presididas por su sucesor, el papa Pablo VI, hasta su clausura en 1965.
Comparativamente, fue el Concilio que contó con la mayor y más diversa representación de lenguas y etnias, con una media de asistencia de unos dos mil padres conciliares procedentes de todas las partes del mundo. Asistieron además miembros de otras confesiones religiosas cristianas.
El concilio Vaticano II fue el acontecimiento cristiano más importante del siglo XX.
SCHOLA CANTORUM
Actualmente se designan así a los monjes que se dedican a cantar las partes más elaboradas de la música litúrgica, tales como los graduales y aleluyas en la misa. Pero el término no es nuevo, es propio de la Alta Edad Media. Schola cantorum se llamaba a las escuelas donde se enseñaba y practicaba el canto eclesiástico.
Algunos historiadores le adjudican al papa San Hilario (m. 438) la inauguración de la primera schola cantorum; pero, según sostiene Juan el Diácono en su biografía, fue el papa Gregorio quien estableció la escuela sobre una base firme lográndola convertir en un centro superior de cultura musical, y seminario del clero romano.
Hacia 844 la schola fue reconstruida por el papa Sergio II, el cual había sido entrenado en ella, como también lo fueron los papas Sergio I, Gregorio II, Esteban III y Pablo I. Esta escuela romana proveía el coro para la mayoría de las funciones del papa y era gobernada por un funcionario llamado prior scholae cantorum o simplemente cantor.
Con el tiempo, la esencia de la schola se extendió a otras partes de la Iglesia. Por ejemplo, el padre de Carlomagno, Pipino, fue el primero que introdujo cantores romanos a Francia, y los colocó en Lyon. Posteriormente, Carlomagno continuó la misión y a través de su influencia se establecieron varias otras escuelas en su imperio, de las cuales una de las más famosas fue la de Metz, y otras muy conocidas fueron las de Hirschau, Corbie y San Gall.
En Inglaterra, San Benito Biscop (apóstol inglés) y San Wilfrido (obispo y confesor) contribuyeron a difundir el canto romano. Muchas de las catedrales y abadías contaban con importantes schola cantorum, las cuales perduraron hasta la llegada de la Reforma Protestante.
Actualmente, el maîtrise o la escuela de coro de la catedral de hoy, puede considerarse como sucesor legítimo de la schola cantorum.
Primitivamente era el clero quien interpretaba el canto. Pero, con el objetivo de que pudiesen fijar su atención más estrictamente en lo que se refería a su oficio, se los apartó del mismo. En su reemplazo, se introdujeron cantantes entrenados para la parte musical de la liturgia.