Considerada por el mundo académico como la madre de todas las ciencias, la filosofía es una pieza importante en el origen de nuestra sociedad occidental ya que junto a otros elementos –como la democracia, por ejemplo – constituyen el mundo actual tal y como lo conocemos. Pero… ¿a qué llamamos filosofía?
Atenas, cuna de la filosofía occidental.
INTRODUCCIÓN
Podríamos comenzar por la etimología de la palabra: filosofía, como sustantivo, significa “amor a la sabiduría”, aunque primero había comenzado a utilizarse como verbo –la acción de filosofar –, junto a la palabra filósofo que aludía a un sabio, historiador, físico, fisiólogo o sofista. En esta instancia podemos decir que lo que caracteriza a la filosofía es la búsqueda de la sabiduría por ella misma, es decir, por la misma sabiduría, sin ningún fin utilitario: es un saber por el puro gusto de saber.
La filosofía busca llegar a la explicación del mundo con un método racional-especulativo. Es un estudio teórico que busca un saber unitario; diferenciar la apariencia de lo real. El hombre comienza a filosofar cuando pierde todas las certezas que tiene; esto es así porque la filosofía pretende ser un saber sin supuestos.
En su origen, la filosofía era una mezcla entre observación, mitología y cosmogonía. Pueden rastrearse influencias orientales desde Egipto. Ciertas especulaciones también les confieren un ascendiente importante a China e India; pero esta disciplina alcanzaría su madurez en la Grecia Clásica y propagaría sus saberes con la fundación de ciudades en las costas de Asia Menor y su expansión comercial.
Pitágoras junto a sacerdotes egipcios.
ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
El primer filósofo que se conoce fue el griego Sócrates, quien vivió aproximadamente desde el 469 al 399 a. C. Nació en la ciudad de Atenas y allí permaneció; solo se trasladaría de lugar para participar en la guerra del Peloponeso. Lo que nos llegó de su pensamiento fue a través de su discípulo, Platón.
Pero antes de Sócrates existieron otros filósofos, ya que la filosofía –tal como la conocemos–, comienza en el siglo VI a. C. en las costas del Asia Menor e islas adyacentes, y se extiende después a las colonias griegas en el sur de la península itálica.
Anaximandro.
Estos filósofos, conocidos como presocráticos, se ocuparían del problema ontológico, es decir, el tema que trata el estudio de los entes. Entre ellos tenemos a Thales de Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, Empédocles, Pitágoras, Heráclito, Parménides y Zenón de Elea.
Anaxímenes.
Sócrates es quien introduce en la filosofía la idea de que, además de los objetos del mundo físico, existen cosas intangibles: la justicia, el honor, la valentía, la honradez. De todas ellas se puede dar un concepto, se pueden definir; y lo que este filósofo busca es, precisamente, la definición de esos conceptos. Este es el aporte fundamental que hizo Sócrates, por lo que algunos estudiosos lo consideran como el primer filósofo que se ocupó de los problemas que conciernen al hombre común.
Aristóteles.
Este filósofo estaba convencido de que, a través del entendimiento y de la razón, se podía llegar a decir qué es el amor, la compasión, el valor, etc. Para Sócrates, la moral era el tema esencial de la filosofía; la obligación de ésta era llegar a elaborar, de los objetos que estudiaba, conceptos tan exactos como los de la geometría, de manera que pudiese ser enseñada como lo es una ciencia exacta. Deducía que de esa manera se eliminaría la maldad ya que, según su pensamiento, la maldad era el producto de la ignorancia. Enseñaba que el sabio es el que sabe vivir, quien se conoce a sí mismo y sabe controlarse, y no aquel que sabe muchas cosas.
Las ideas de Sócrates nos llegaron a través de uno de sus discípulos, otro famoso filósofo, Platón.
Como consecuencia de su pensamiento, fue acusado por las autoridades de la ciudad de faltar el respeto a los dioses y, además, de corromper a la juventud difundiendo enseñanzas en contra de la tradición. De este modo, fue celebrado un juicio cuyo desenlace sería la condena de Sócrates, en ese momento de casi setenta años de edad, y su fatídico suicidio tras ingerir cicuta. Durante el juicio, se le había dado al filósofo la posibilidad de elegir entre el destierro y la muerte, y él prefirió la muerte antes que abandonar su ciudad. También entre sus amistades habían hecho arreglos para que escapara de la cárcel, pero prefirió morir antes que quebrantar las leyes.
Las autoridades llevaron a juicio a Sócrates por falta de respeto a los dioses y corrupción de la juventud. Lo condenaron y el filósofo decidió morir ingiriendo cicuta.
Según Sócrates, la filosofía era la preparación para la muerte, y por ello, quien sabía vivir, sabía morir. Consecuente con lo que decía, sabría controlarse hasta el final, y moriría acatando lo que le indicaba la razón, que era respetar las leyes de la ciudad en que había nacido y vivido.
DEFINICIONES DE FILOSOFÍA
Conviven muchas definiciones de filosofía. Bacon consideraba que era el conocimiento de las cosas por sus principios inmutables y por sus fenómenos transitorios; para Descartes era el saber que averigua los principios de todas las ciencias. Tanto Locke, Berkeley y Hume asumen que es una reflexión crítica de las ideas abstractas. Kant la define como un conocimiento racional por principios, que delimita posibilidades de la razón por lo que llega a una filosofía trascendental, de saber absoluto. Con todo, es en la filosofía alemana donde surgirían los filósofos que partirían de la idea de la filosofía como saber absoluto. Para el Positivismo, en tanto, la filosofía constituye un compendio general de la ciencia y el filósofo es un especialista en generalidades; desde esa perspectiva, Wittgestein la consideraba una actividad que consistía en aclarar conceptos que el lenguaje opacaba, es decir, es un conjunto de actos que hacen más certero al lenguaje, aclarándolo. De más está decir que la filosofía no busca respuestas últimas en su totalidad sino lo más acabadas posibles.
Con el correr del tiempo, la filosofía fue dividiéndose en diferentes ramas y cada división dependió, en gran medida, de los mismos filósofos según la perspectiva desarrollada. Así es como Aristóteles consideraba que las ramas eran la lógica, ética, estética (poética), psicología (alma), filosofía política y la filosofía de la naturaleza; todas ellas dominadas por la filosofía primera o metafísica. A fines del siglo XIX las diferentes ramas que ya se constituirían en sendas disciplinas serían la lógica, la ética, la gnoseología, la epistemología o teoría del conocimiento, la ontología, la metafísica, la psicología y la sociología.
Básicamente, la filosofía se divide según el objeto de estudio, es decir, el centro de sus indagaciones. Podemos mencionar seis categorías y un conjunto de abordajes filosóficos, a saber:
1) Metafísica u ontología. La ontología es el "estudio del ser" (ontos viene del griego, y significa "ser"). Es una parte de la metafísica, destinada a la indagación e investigación del ser.
2) Epistemología o gnoseología. Es la rama de la Filosofía que se ocupa del conocimiento y de cuestiones adyacentes como la verdad, los niveles de certeza, la posibilidad de conocer, o no, la realidad, etc.
3) La Lógica ha sido una disciplina tradicionalmente filosófica, aunque desde finales del s.XIX se ha configurado como una ciencia formal independiente que investiga la estructura de los razonamientos.
4) La Ética, de carácter pragmático, se centra en el ser humano, en concreto trata de fundamentar las normas morales, definir qué es el bien, lo moralmente correcto, y establecer el deber.
5) La Estética es la rama de la Filosofía que reflexiona acerca del arte, la belleza y sus diferentes formas y manifestaciones.
6) La Antropología filosófica se dedica a analizar al ser humano tratando de encontrar y definir su esencia, su naturaleza real.
7) Los abordajes filosóficos, entendidos como investigación acerca de los fundamentos últimos de alguna cuestión, puede aplicarse a muchos campos del saber y actividades humanas. A saber, la política. Así, tendríamos la Filosofía Política, que constituye un área del conocimiento en torno a los fundamentos del orden social, el poder, la formas de gobierno, etc.
Lo que se enseña sobre filosofía es el resultado de lo que han pensado todos los filósofos que han vivido, que es parte de profundas reflexiones que no pueden ser dejadas de lado y por eso se lo estudia; una vez incorporado, cada uno de nosotros es libre de aceptarlo o de pensar por su cuenta posibles respuestas a los grandes interrogantes. La actividad de filosofar implica liberarse de todo preconcepto.
¿POR QUÉ LA FILOSOFÍA?
Platón sostenía que la filosofía buscaba llegar a las ideas verdaderas. Aristóteles, en cambio, decía que indagaba sobre las causas y principios. Así, se puede concluir que ambos tenían en claro que se buscaba la totalidad del saber en la medida de lo posible. Las preguntas que la filosofía se plantea son fundamentales para el hombre: “¿qué soy yo y qué es el mundo?”. Dentro de estas preguntas se hallan contenidas preguntas derivadas como qué es la vida, qué es el bien, qué es el amor, qué es la felicidad. Cuando se trata de contestar a estas preguntas en forma sistemática y objetiva, se está filosofando, se está haciendo filosofía. Por lo tanto, en ella siempre existió cierta tensión entre fe y razón.
La filosofía se plantea las preguntas fundamentales para el hombre, entre ellas ¿qué es la vida?
Lo que origina la duda, la principal motivación a la hora de filosofar, es el obstáculo, lo que se interpone en nuestro camino para llegar a alguna parte. Lo que buscamos en una posible respuesta es filosofía, el saber que parece ser el más inútil y, al mismo tiempo, el más importante, porque la consecuencia práctica de ese conocimiento es, ni más ni menos, que la de enseñarnos a vivir. Cuando profundizamos en las grandes preguntas comenzamos a crecer, evolucionamos al ser capaces de reconocer determinados esquemas de pensamiento.
Cuando la crisis se produce, la única manera de vivir racionalmente es ponernos a ver cuáles son las cosas que consideramos importantes y qué se puede hacer con ellas. Buscamos salir de lo particular y llegar a lo general.
Aprendemos a controlar las pasiones en la búsqueda de valores más trascendentes, descubrimos que es más sabio no dar rienda suelta a nuestras emociones.
El hombre está formado por cuerpo y alma (o espíritu), pero es esto último, desde el punto de vista filosófico, lo que nos hace hombres, lo que nos diferencia de los otros animales.
La vida según la inteligencia, nos dice Aristóteles, es la que procura la mayor felicidad, porque es vivir de acuerdo con lo mejor que tiene el ser humano.
LOS PROBLEMAS FILOSÓFICOS
Si observamos atentamente la anterior clasificación de las ramas de la Filosofía, podríamos formar tres grandes grupos de ramas o especialidades filosóficas:
El problema del ser plantea qué es el ser, cómo puedo definir lo que es a través de los sentidos.
Tradicionalmente, se ha dicho que los grandes problemas de la filosofía, o las preguntas que los filósofos tratan de responder, son precisamente tres:
1. El problema del ser. Esta es la cuestión metafísica por excelencia, la cuestión que indaga en lo que existe, en lo que es en tanto que existe. La mirada filosófica, volcada hacia el exterior, hacia el mundo objetivo que captamos a través de los sentidos, trata de encontrar respuestas; se pregunta en qué consiste lo real.
2. El problema del conocimiento. La Filosofía se vuelve hacia el interior, hacia la subjetividad. Sigue planteándose el problema de qué es lo real, su origen y sustancia básica, pero se hace consciente de que lo real es algo que aparece en nuestra consciencia, nuestra representación mental. El foco de interés se desplaza hacia las cuestiones vinculadas al conocimiento ¿Puedo verdaderamente conocer lo real? ¿Cómo puedo estar seguro del conocimiento que poseo?
3. El problema del hombre. La Filosofía se centra en la cuestión del ser humano y la sociedad. Es el giro antropológico de la Filosofía, volcada en encontrar respuestas a las cuestiones del bien y el mal, de lo que se debe o no hacer, de cómo ordenar la convivencia entre los seres humanos, y, por supuesto, la gran cuestión: ¿Qué es el ser humano?
A MODO DE CONCLUSIÓN
En nuestro mundo tecnológico, en el que la ciencia impera, en el que la inmediatez es moneda corriente, no se comprende qué tan importante es la filosofía en la educación. En esta época es necesaria una profunda formación filosófica ya que para hacer uso de las tecnologías es fundamental una mirada crítica sobre ellas: el abandono de las consideraciones éticas y filosóficas en el desarrollo tecnológico pusieron a nuestro mundo al borde del abismo en temas como el medio ambiente, la pobreza y los conflictos bélicos. La filosofía, al ser integral, nos define y, por lo tanto, nos construye como seres humanos.
El problema del hombre, en definitiva, intenta responder a la pregunta más importante para nosotros: ¿Qué es ser humano?