El Clasicismo es un periodo relativamente corto de la historia musical al que, solo por dar una referencia concreta de tiempo, se lo enmarca convencionalmente entre la muerte de J.S. Bach, ocurrida en el año 1750 y la de Beethoven, quien murió en 1827, es decir, la transición entre la Edad Moderna y la Edad Contemporánea.
Es el tiempo de la ascensión de la burguesía a los más altos cargos políticos y económicos, con los consabidos cambios que esto acarrea en todos los órdenes, incluida la cultura en general, y la música en particular. Durante la segunda mitad del siglo XVIII se suceden los movimientos de masas que desembocan en importantes reformas sociales como la Revolución Francesa, que termina con el auge de las monarquías absolutas. La "Libertad, Igualdad y Fraternidad", consigna revolucionaria en Francia, se expande por toda Europa.
La cultura
Durante estos años surgió el movimiento intelectual conocido como la Ilustración, que dejaría como uno de los principales legados "La Enciclopedia" de Diderot y D'Alambert, una herramienta fundamental para la difusión de la cultura en la población. La burguesía, impregnada de estas nuevas corrientes, conforma un nuevo público para los músicos que así pudieron liberarse de los caprichos de los mecenas, obteniendo una libertad para la creación cuyo límite era la respuesta del público. Así es como la música se desplaza de los círculos eclesiásticos y palaciegos hacia los espectáculos públicos y las reuniones privadas.
Características generales del nuevo periodo
Hay un retorno a los ideales de la cultura clásica grecorromana, lo que se hace notable en el equilibrio y sencillez de las obras, donde la belleza está en lo simple, superando así el estilo recargado del Barroco. Por este motivo en las restantes artes este periodo se conoce como "Neoclasicismo". La música es la excepción porque no puede copiar modelos que no trascendieron su tiempo, aunque comparte sus principios en la búsqueda de la belleza y la perfección formal.
LAS FORMAS INSTRUMENTALES
Los compositores del Clasicismo trabajaron sobre una gran diversidad de formas musicales adaptándolas a los pedidos de la aristocracia. Si bien se destacaron las destinadas al divertimento, la serenata o los casamientos, las más trascendentes fueron:
La sonata
El teclado luce en la sonata como instrumento solista o acompañando a otro instrumento.
Es una forma instrumental que surge durante el Barroco, pero que en el Clasicismo se convierte en modelo de composición para la música instrumental. Es una composición para teclado solista o para otro instrumento con acompañamiento de teclado. Se conforma de cuatro partes llamadas movimientos; cada movimiento se distingue por su tiempo y estructura, diferente a las demás: rápido (allegro); lento (Andante o largo); ligero (suele ser un minueto); rápido (allegro o presto).
La sinfonía
Género compuesto para orquesta completa que tuvo como su más reconocido mentor a Haydn.
Es similar a la sonata aunque construida para una orquesta completa y de manera más compleja. Al principio constaba de tres partes, pero luego se implementó la modalidad de cuatro. El compositor por excelencia y quien le dio forma definitiva al género fue Joseph Haydn, a quien siguieron los músicos de la Escuela Maheim.
Del nombre dado a la forma derivó el que llevan las orquestas "sinfónicas", pues fueron concebidas, justamente, para la interpretación de este género.
Las sinfonías se conocen por el número de orden en que han sido compuestas por el autor, aunque muchas de ellas lleven también un título que las identifica, como la número 3 de Beethoven, conocida como "La heroica", o la número 101 de Haydn, la "Sinfonía del reloj".
Los más destacados compositores de sinfonías fueron Haydn, quien compuso más de 100; Mozart compuso 41 y Beethoven creó 9 sinfonías.
El concierto
Esta forma musical se basa en la alternancia entre un instrumento solista y la orquesta. Por lo general, la forma del concierto es similar a la de la sinfonía, aunque prescinde del tercer movimiento. Durante el Clasicismo esta forma fue la favorita de los compositores, pues en ella podían explotar los avances de la orquesta aportados por el timbre orquestal y las novedades de la Escuela Manheim, y el virtuosismo del solista.
El violín se convirtió por entonces en el instrumento elegido por los compositores para los solos, pero de a poco introdujeron también piano, violonchelo, flauta traversa, trompeta y clarinete.
La música de orquesta
La evolución que tuvo la orquesta durante el Clasicismo la llevaría a ocupar un sitial de preferencia como medio de expresión entre los compositores.
Si bien la constitución de las orquestas dependía de las posibilidades económicas y de la disposición de los instrumentistas, poco a poco se fueron uniformando hasta que, hacia fines del siglo XVIII quedaría conformado un modelo de orquesta clásica, con una sección de cuerda con violines, violas, violonchelos y contrabajos; una de viento con flautas, oboes, clarinetes, fagots y trompas; y una de percusión con timbales y platillos.
Ciudad de Mannheim, Alemania.
El gran impulsor de este modelo de orquesta fue Johann Stamitz, director y promotor de la Escuela Mannheim, escuela musical situada en la localidad alemana de Mannheim, que llegaría a contar con la mejor orquesta de aquel tiempo.
Entre las novedades con que Stamitz revolucionó el concepto de orquesta que primaba hasta entonces, se destacan la disciplina en el estudio, el trabajo por secciones instrumentales, la búsqueda y desarrollo del color orquestal, y la incorporación de recursos que aumentan las posibilidades tímbricas como el crescendo y el diminuendo. Muchas de estas modalidades siguen vigentes.
La música de cámara
Es la composición hecha para un reducido grupo de instrumentos. El nombre se debe a los pequeños ámbitos en que se ensayaba durante la Edad Media y el Renacimiento, recintos a los que se conocía como "cámaras".
Al principio solo se interpretaba en los salones de la aristocracia, pero con el Clasicismo empiezan a ofrecerse presentaciones en pequeñas salas y en casas particulares, por demanda de la burguesía en ascenso.
Las composiciones podían ser tanto para un solista de piano o guitarra, como para un trío de violín, piano y violonchelo, aunque las formaciones favoritas eran los cuartetos de cuerda (dos violines, viola y violonchelo) y el quinteto, que sumaba además un instrumento de viento.
LOS AUTORES
Hemos seleccionado para una breve reseña los tres compositores considerados como los más representativos del Clasicismo.
Ludwig van Beethoven (1770-1827, Alemania)
Nacido en Bonn, Alemania, Beethoven tuvo una infancia difícil debido al carácter de su padre, cantante en una capilla, con inclinaciones por el alcohol y conductas violentas. Al descubrir el talento musical de su hijo lo colocó bajo un estricto régimen de estudio de piano. En esta complicada situación, unos años después perdió a su madre.
Pese a todas las contrariedades, seguiría apegado a la música y durante su juventud conocería a Mozart en Viena; este último no prestaría demasiada atención a sus condiciones. Más tarde se encontraría con Haydn, quien lo invitaría a trasladarse definitivamente a Viena para estudiar con él. Beethoven concretó su mudanza en 1792, pero sin dejar de buscar nuevos horizontes para su creación, por lo que tomaría clases con diferentes maestros.
Hacia el año 1801 comenzarían los síntomas de su sordera, situación que lo desestabiliza emocionalmente y lo conduce a redactar en 1812 el "Testamento de Heiligenstadt" en un momento en el que se hallaba al borde del suicidio.
Su perfeccionismo lo hacía corregir constantemente sus manuscritos, por lo que el catálogo de sus obras es más reducido de lo que se había esperado de él, pero su estilo sinfónico marcaría a los compositores que le siguieron, al menos hasta avanzado el siglo XX.
Franz Joseph Haydn (1732-1809, Austria)
Este compositor austríaco fue, sin dudas, una de las figuras más relevantes entre los músicos del Clasicismo. Bastaría decir que se lo considera el creador de la sinfonía, la sonata y el cuarteto de cuerdas.
Procedente de un hogar humilde, pudo estudiar música con un pariente y luego continuar en Viena donde recibió clases del maestro Nicola Porpora, quien lo introdujo en la obra de Gluck. Allí, en Viena, trabó con amistad con el joven Mozart y luego le daría clases a Beethoven, con el que no tendría afinidad.
A medida que evolucionó su talento fue modelando su lenguaje artístico, caracterizando su obra con el buen humor y la picardía, pero con pasajes de gran profundidad. Su obra completa comprende 108 sinfonías, 68 cuartetos de cuerda, 47 sonatas para piano, 26 óperas, algunas misas y un stábat mater1.
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791, Austria)
Compositor austríaco que en solo 35 años de vida dejaría una obra de excelencia tal que se lo considera como el más grande genio musical de todos los tiempos. Compuso música sacra, coral, ópera, sinfonía y música de cámara.
Fue educado bajo la notable influencia de su padre, maestro de composición y violín, quien se dedicó por entero a la formación de su hijo. Ya de niño se hicieron famosas sus habilidades interpretativas e incluso creativas en Francia, Holanda e Inglaterra, además de lucirse en los salones de las principales ciudades austríacas y alemanas.
LOS INSTRUMENTOS
En este rubro se produjeron profundos cambios durante la vigencia del Clasicismo que harían caer en desuso a unos cuantos instrumentos utilizados durante el Barroco. El clave sería reemplazado por el piano mientras el laúd, la flauta de pico y la viola de gamba irían desapareciendo, pues sus timbres no ensamblaban con el nuevo estilo musical. Los que mejorarían sus posibilidades gracias a la técnica empleada por sus constructores serían los instrumentos de viento, que amplían sus registros y mejoran sus timbres. El instrumento que seduciría a Mozart sería el clarinete, para el que compondría el concierto en La mayor k 622, una de sus más bellas creaciones en el género.
1 Himno o tropo del Aleluya gregoriano.