Elbibliote.com
TIENDA ONLINE
VOLVER A LOS ARTÍCULOS

Los factores modificadores del clima



El clima varía alrededor del planeta. Las condiciones atmosféricas más importantes, la temperatura y la humedad, difieren debido a múltiples factores modificadores: la latitud, la altitud, la distancia al mar, la influencia de las corrientes oceánicas y la disposición del relieve. También las estaciones determinan los climas en el mundo, ya que generan variaciones en las temperaturas y en las precipitaciones a lo largo del año.

LOS COMPONENTES DEL CLIMA

El comportamiento de la atmósfera y sus procesos determinan la existencia de los climas. El sistema de movimiento de aire en la atmósfera, sumado a los permanentes cambios que ocurren en la temperatura, la humedad, la velocidad y dirección de los vientos, hacen que el sistema climático tenga un funcionamiento muy complejo y con múltiples variables que influyen unas sobre otras.


La Tierra vista desde el espacio, mostrando los patrones de nubosidad, que dan indicaciones de temperaturas, lluvias, humedad, presiones y vientos, lo que permite realizar pronósticos meteorológicos para regiones extensas.

Ahora bien, los distintos componentes del clima se encuentran condicionados por factores geográficos que los modifican. Estos factores están relacionados con la forma de la Tierra, el relieve, la distribución de los continentes y las aguas, los vientos y las corrientes marinas.

LA LATITUD

Como se sabe, el Sol incide sobre la superficie terrestre con diferente inclinación según la latitud. De hecho, lo hace con mayor intensidad cerca del Ecuador, calentando la superficie, y disminuye hacia los polos, por lo que en las regiones más cercanas a ellos el calor es menor. Por eso se puede decir que a mayor latitud, menor temperatura. En los polos las temperaturas son muy bajas porque los rayos solares tienen poca incidencia y, al no atravesar la atmósfera perpendicularmente, llegan muy débiles a la superficie terrestre. En cambio, en los trópicos y el Ecuador, la temperatura es alta porque los rayos solares inciden de manera más directa sobre esa superficie durante la mayor parte del año.


La influencia de la latitud en la temperatura es muy grande. El ángulo de incidencia de los rayos solares determina la cantidad de calor que recibe una superficie.

LA ALTITUD

La temperatura también disminuye conforme se asciende a través de la tropósfera. Cuando se sube una montaña se siente el descenso de la temperatura, esto se debe a que parte de la energía solar que reciben los océanos y los continentes es emitida nuevamente a la atmósfera. De esta manera, la principal fuente de energía atmosférica proviene de menores altitudes y no directamente del Sol. Al alejarse de la fuente de calor del aire, que es la superficie terrestre y oceánica, la temperatura disminuye, es decir que a medida que la altura es mayor, la temperatura es menor. En promedio, suele disminuir aproximadamente 1° C cada 180 m. En las zonas elevadas la temperatura es inferior a la que les corresponde por latitud.


La altitud influye notablemente sobre todos los elementos del clima, pero de forma especial en la temperatura. La presencia de la altitud da lugar a una diversidad de temperaturas lo que, a su vez, determina diferencias climáticas regionales.

LA DISTANCIA AL MAR

Generalmente, las precipitaciones disminuyen hacia el interior de los continentes. Cuando una masa de aire húmedo generada por la evaporación del océano se traslada desde el mar hacia el interior del continente, va descargando su humedad a medida que avanza; esto se debe a que la fuente de alimentación de las lluvias son los mismos océanos, de manera que cuanto más lejos se ubique una zona de ellos tendrá menos precipitaciones.

Podemos ejemplificar esta explicación de la siguiente manera: si pasaron algún verano en la playa, habrán notado que durante el día la arena se encuentra muy caliente y el agua del mar, en cambio, más fría. Al caer la noche, la arena se enfría rápidamente, pero el mar casi no sufre enfriamiento. Esta enorme variación térmica de la arena se debe a que es un sólido, y como tal no retiene el calor. En cambio, la pequeña amplitud térmica del mar se debe a que el agua retiene el calor por mucho más tiempo y así regula la temperatura.


La distancia al mar o continentalidad es uno de los factores fundamentales que definen el clima, ya que la lejanía de las grandes masas de agua dificulta que llegue aire húmedo hacia el interior de los continentes.

Cuando se está cerca del mar, las amplitudes térmicas son pequeñas; hacia el interior de los continentes, la amplitud térmica aumenta. El efecto de estar alejados del mar, en un lugar al que su influencia no llega, recibe el nombre de continentalidad. Este efecto se da en el centro de las grandes masas de tierra, por ejemplo, en el centro de África, Norteamérica y Asia, y determina climas de escasas precipitaciones, a los que se llama "continentales". Es lo que suele ocurrir en los desiertos, donde a veces hace mucho calor durante el día y mucho frío durante la noche.

Por otro lado, los climas que están bajo la influencia del mar se conocen como "oceánicos": tienen poca amplitud térmica, y suelen ser húmedos.


En las regiones continentales se observa un aumento de la amplitud térmica y descenso de las precipitaciones debido a la lejanía de las masas de agua que, como tal, suministran la humedad necesaria para las lluvias.

LAS CORRIENTES MARINAS

Las corrientes marinas tienen una influencia decisiva sobre el clima de las áreas cercanas a la costa que recorren. Al encargarse de trasladar una enorme cantidad de agua, por consiguiente también trasladan energía térmica. Cuando una corriente cálida llega a zonas de alta latitud, aumenta la temperatura de las áreas litorales, ya que las masas de aire que se encuentran sobre esas corrientes penetran en el continente y modifican su temperatura.


Principales corrientes marinas. En color rojo, las corrientes cálidas; en azul, las frías.

Por ejemplo, en Europa occidental, gracias al aporte de calor de la corriente cálida del Golfo, el clima es templado en vez de ser frío. Además, la presencia de corrientes cálidas aumenta la evaporación del mar y facilita la formación de nubes y lluvias en esas zonas. Contrariamente, la presencia de una corriente fría disminuye la temperatura e impide la formación de nubes y, por lo tanto, aumenta la posibilidad de que se formen desiertos costeros, como el de Atacama al norte de Chile y el de California en Estados Unidos y México.

LA DISPOSICIÓN DEL RELIEVE

Otro de los factores que modifican el clima es la influencia que los relieves, especialmente las cadenas montañosas, ejercen sobre las condiciones de temperatura y precipitaciones. Cuando los vientos húmedos provenientes del océano chocan con una cadena montañosa, ascienden. Al elevarse el aire, la temperatura desciende y la humedad se condensa: entonces llueve del lado de la cadena montañosa que mira hacia el mar (barlovento) y el viento cruza al otro lado como aire seco y frío, que al descender de las montañas aumenta su temperatura y se convierte en aire caliente y sin humedad, favoreciendo condiciones desérticas de ese lado (sotavento).


Fotografía de la Cordillera de los Andes. La orientación y disposición del relieve con respecto al clima determina las condiciones de temperatura y las precipitaciones. Con respecto a la incidencia de los vientos, también determina la existencia de dos tipos de vertientes: de barlovento y de sotavento.

Este fenómeno ocurre sobre todo cuando las cordilleras se disponen en sentido Norte-Sur, ya que de esta forma interfieren perpendicularmente a los vientos dominantes. Tal es el caso de la Patagonia argentina, donde los vientos fríos y húmedos descargan muchísimas precipitaciones del lado oeste de la cordillera de los Andes y pasan al lado este como aire muy seco, y que genera así condiciones de mucha aridez.


Fotografía de un cumulonimbo bastante desarrollado; ejemplo del flujo de energía (térmica, eléctrica,etc.) en el seno de la atmósfera.

LAS ESTACIONES DEL AÑO

Debido al movimiento de traslación del planeta, cada lugar de la Tierra recibe diferente energía solar a lo largo del año, por lo que la temperatura varía estacionalmente. Esa diferencia entre estaciones genera, en muchos casos, ciclos marcados con mayores precipitaciones y épocas más secas.

Como se sabe, el eje de rotación terrestre se encuentra inclinado 23,5° respecto del Sol. Al completarse el ciclo de traslación, la energía que reciben el hemisferio Sur y el hemisferio Norte no es siempre equivalente. Durante el solsticio de verano del hemisferio Sur y el solsticio de invierno del hemisferio Norte, la mayor parte del calor es recibida por el sur del planeta. Contrariamente, durante el solsticio de verano del hemisferio Norte y el solsticio de invierno del hemisferio Sur, la mayor parte del calor es recibida en el norte de la Tierra.


Como consecuencia del movimiento de traslación de la Tierra, cada lugar del planeta recibe distinta cantidad de luz solar según la época del año debido a la duración del día, y con distinta intensidad según la inclinación del Sol sobre el horizonte. Eso origina el nacimiento de las cuatro estaciones.

Cuando los rayos solares caen perpendicularmente al Ecuador, en los meses de marzo y septiembre, la llegada de calor a la Tierra es similar en ambos hemisferios; es cuando comienzan las estaciones de otoño y primavera.

En el solsticio de diciembre, el hemisferio Sur recibe el 71% de la energía del Sol que llega a la Tierra, y el hemisferio Norte, solo el 29%. Inversamente, durante el solsticio de invierno del hemisferio Sur, éste solo recibe el 29% de la energía solar que llega al planeta. La variación entre las temperaturas del invierno y del verano es muy marcada en las latitudes medias y próximas a los polos, pero es muy pequeña cerca de la zona ecuatorial, ya que allí todo el año existe una importante insolación. Así es como los climas de las áreas ecuatoriales no tienen una estación fría, aunque sí pueden tener una estación más seca y otra más húmeda. Contrariamente, la diferencia entre el verano y el invierno es cada vez mayor a medida que cada uno se acerca a los polos.

A MODO DE CONCLUSIÓN

Como podemos apreciar, son muchas las variables a considerar con respecto al establecimiento del clima y es debido a esto que, cuando se habla del pronóstico, se lo hace en términos de probabilidades debido a su extrema complejidad.