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Quema de papeles sellados en protesta por la "Stamp Act" en Boston en 1764. Grabado alemán de 1784.

La Independencia de Estados Unidos



El surgimiento de los Estados Unidos de América como país independiente dio lugar a uno de los procesos históricos más interesantes y significativos. De hecho, el camino hacia la independencia estadounidense se inició con la demanda de los colonos americanos quienes pretendían participar en el parlamento de Londres. La negativa del rey Jorge III orientaría la lucha hacia la separación y la fundación de un nuevo país.

ANTECEDENTES

La colonización de Norteamérica no se efectuó según reglas establecidas de antemano por la corona tal como sucedió más tarde en la América española. Durante el siglo XVII, Francia y el Reino Unido disputaron a España y Portugal la colonización y la explotación de los territorios americanos. Francia comenzó a ocupar el este del actual Canadá y la Louisiana, en tanto los británicos se instalaron en el litoral atlántico estadounidense. La conquista de esas tierras enfrentaría a las dos potencias europeas, interesadas en las posibilidades de aprovechar sus recursos y de abrir nuevos canales comerciales. El resultado, sin embargo, no se dirimió solamente en tierras americanas.


Desembarco de tropas británicas en Boston (1768), según un grabado de Paul Revere.

EL DESARROLLO DE LA CONTIENDA

Tras la Guerra de los Siete Años, Francia dejó de ser un peligro para las colonias británicas, cuyos habitantes tomaron conciencia de su fuerza política y económica. Sin embargo, la metrópoli exigía a las colonias que contribuyesen a los gastos de guerra pagando impuestos y derechos aduaneros directos. Debido a las restricciones mercantilistas, las colonias suministraban materias primas y compraban manufacturas británicas pues no estaban autorizadas a llevar un comercio independiente. Ello, sumado a la pretensión de la corona británica de regir la expansión al oeste, provocaría el desencanto.

El conflicto estalló al ser rechazados los nuevos impuestos aprobados por el Parlamento inglés entre 1763 y 1765, con el argumento de que los colonos no se encontraban representados en la política británica. La situación no mejoró ni cuando, ante la protesta, la metrópoli revocó los impuestos especiales, entre los que se encontraba la Stamp Act o Ley del Timbre, de 1965, que gravaba los documentos públicos y privados con la finalidad de otorgarles carácter oficial. Londres intentaba controlar a los colonos mediante sus gobernadores pero era demasiado grande el ansia de autonomía.

El clima reinante se evidenciaría en la creación de grupos opositores -como los denominados "Hijos de la Libertad"-, y organizaciones radicales como los llamados "comités de correspondencia", fundados en Massachusetts por colonos como Samuel Adams y Thomas Jefferson, que actuaban abiertamente con el fin declarado de organizar un "movimiento de separación de Inglaterra". Con todo, la reacción del gobierno británico fue ocupar militarmente Boston, en tanto el Parlamento de Londres promulgó un conjunto de leyes -las llamadas Townshend Acts, de 1767- sobre derechos aduaneros en las importaciones de plomo, pintura, vidrio, papel y té, tras crear una junta de comisionados de aduanas para hacer cumplir la recaudación.


El creciente descontento de las colonias norteamericanas hacia la corona británica se evidenció en la creación de grupos opositores, en incidentes violentos espontáneos y, finalmente, en movilizaciones populares de protesta.

Tal como se ha dicho, al carecer las colonias de representación elegida en el Parlamento, muchos colonos consideraban ilegítimos tales impuestos y leyes, por suponer una violación de sus derechos. La respuesta de estos comités de resistencia fue, entonces, un amplio boicot a las importaciones. Así las cosas, la exportación británica a Norteamérica se perjudicó y muchos empresarios pidieron al gobierno la inmediata derogación de estas leyes. De esta manera, hacia 1770 se suprimieron todos los derechos aduaneros, salvo un pequeño tributo sobre el té.


Dibujo satírico inglés de 1774 en el que se muestra cómo, bajo el árbol de la libertad (Liberty Tree) "los bostonianos pagan al recaudador de impuestos". La violencia revolucionaria quedó justificada con una frase de Jefferson: "El árbol de la libertad debe regarse de vez en cuando con la sangre de patriotas y tiranos".

EL MOTÍN DEL TÉ

El conflicto abierto estalló en 1773, cuando el gobierno británico promulgó la Tea Act (Acta del Té). Para salvar de la ruina a la East India Company (Compañía Británica de las Indias Orientales), autorizó a la empresa a vender el té en las colonias en condiciones de monopolio en lugar de subastarlo. Resultado de ello, se produjeron protestas y manifestaciones en varias ciudades que dejarían huella en la historia estadounidense, principalmente aquella que tuvo lugar en Boston: sus pobladores sospechaban que el nuevo impuesto del té era simplemente otro intento del parlamento británico para apabullar la autonomía colonial, con lo cual exigieron a representantes y consignatarios de la compañía que abandonasen sus puestos; aquellos que dudaban eran atemorizados con ataques a sus depósitos e incluso a sus casas.


Ilustración representativa de los "Hijos de la Libertad". Este grupo estaba formado para proteger los derechos de los colonos y para manifestarse contra los abusos del gobierno británico.

El primero de muchos barcos cargados de té de la Compañía Británica de las Indias Orientales que se encontraba en el puerto de Boston era el HMS Dartmouth, que había llegado a fines de noviembre. En ese momento, se encontraron en un callejón sin salida entre las autoridades portuarias y la presión ejercida por los "Hijos de la Libertad". De hecho, Samuel Adams avivaría a la multitud exigiendo una serie de asambleas de protesta, en las que clamaban desobedecer no solo al Parlamento Británico, la Compañía de las Indias Orientales y al HMS Dartmouth, sino también al Gobernador Thomas Hutchinson, quien luchaba para que el té fuese desembarcado.


Reconocida litografía de 1846 sobre el motín del té en Boston. Esta ilustración se ha convertido en una imagen clásica de este acontecimiento.

Disfrazados de indios mohawk, los opositores abandonaron la gran asamblea de protesta y se dirigieron al muelle de Griffin, donde estaban el Dartmouth y los recién llegados Beaver y Eleanour. Rápida y eficientemente, armados con hachas y cuchillos, amedrentaron a los marineros y arrojaron el cargamento de té por la borda. Alrededor de 45 toneladas de té, de un valor estimado de 10 000 libras, fueron vertidas a las aguas del puerto de Boston.


"Join, or Die" ("Unanse, o mueran"), ilustración aparecida en Pennsylvania Gazette el 9 de mayo de 1754, atribuida a Benjamin Franklin.

LOS PRIMEROS COMBATES

Los brotes aislados de sentimiento nacionalista prepararon el camino para la reunión del Primer Congreso Continental, celebrado en Filadelfia el 5 de septiembre de 1774. Allí mismo se aprobó una Declaración de Derechos y Agravios dirigida al pueblo de Gran Bretaña y de las colonias, y también una petición al rey. En ambos documentos se reconocía el derecho del Parlamento a regular el comercio exterior pero se defendía el derecho de las colonias a manejar sus propios asuntos internos sin intervención del gobierno imperial.


La multitud derriba una estatua ecuestre del rey Jorge III para convertirlo en balas. (Ilustración de 1776).

Los delegados británicos estaban dispuestos a negociar, pero el rey Jorge III se negó a hacerlo. De hecho, al mismo tiempo que el gobernador de Massachussets perseguía a los rebeldes John Hancock y Samuel Adams, el 19 de abril de 1775 los soldados británicos y las milicias norteamericanas se trabarían en un aparatoso combate en las proximidades de Lexington y Concord. Hubo pocas víctimas, pero este suceso supuso un punto de no retorno en la guerra entre el Reino de Gran Bretaña y las Trece Colonias en el contexto de la Norteamérica británica.

Al tiempo en que entraba en su fase militar, el conflicto había tenido alguna oportunidad de solución negociada, o al menos eso parecían buscar ambos bandos en sendos documentos de 1775: la "Resolución conciliatoria", presentada en febrero por el primer ministro Lord North, y la "Petición de la rama de olivo" (Olive Branch Petition) del recién formado Segundo Congreso Continental. No obstante, la resolución británica se entendió como una maniobra para dividir a las colonias, ignorando la existencia del Congreso, y la petición americana perdió toda eficacia al realizarse al mismo tiempo que la "Declaración de alzamiento en armas" (Declaration of Taking up Arms).


Retrato de George Washington. Fue el primer Presidente de los Estados Unidos (1789-17974) y Comandante en Jefe del Ejército Continental revolucionario en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos (1775-1783). En Estados Unidos está considerado el Padre de la Patria.

De todos modos, el Congreso se haría cargo de la dirección de la sublevación, asumiría todos los poderes y nombraría a George Washington comandante en jefe del ejército, quien en julio se dirigió hacia Boston para organizar las milicias y dotarlas de uniformes y armamento. Por su parte, Jorge III respondió con una proclama que calificaba de traidores y criminales a los dirigentes norteamericanos. Tras la batalla de Bunker Hill (17 de junio de 1775), las autoridades británicas consideraron ya imposible reconducir el conflicto con negociaciones, por lo cual se emitió una "Proclamación de rebelión".


Estatua ecuestre de G. Washington en Boston.

LA DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA


"La Declaración de la Independencia", en un óleo de John Trumbull, 1819. En este cuadro se muestra a los cinco miembros del comité encargado de redactar la Declaración, presentando su trabajo al Segundo Congreso Continental en Filadelfia, el 4 de julio de 1776.

El folleto Common Sense, publicado a principios de 1776 y escrito por Thomas Paine, un intelectual radical y revolucionario de origen inglés, ejerció una gran influencia sobre la opinión pública al presentar una argumentación contra el dominio británico en un momento en que la cuestión independentista provocaba todavía suspicacias e indecisión en gran parte de los colonos. El ensayo afirmaba que las colonias norteamericanas no obtenían ninguna compensación de su metrópoli, cuyo único propósito era explotar sus riquezas, y que cualquier análisis sensato concluiría con la necesidad de obtener la independencia del dominio británico y establecer un gobierno republicano propio.


Estatua de Thomas Jefferson en Washington d. C. con el Preámbulo de la Declaración de Independencia en segundo plano.

Así las cosas, el 15 de mayo, la Convención de Virginia, reunida en Williamsburg, aprobó una moción con instrucciones para su delegación en el Congreso "para proponer a ese respetable estamento a declarar a la Colonias Unidas, estados libres e independientes, exentos de toda lealtad o dependencia hacia la Corona o el Parlamento de Gran Bretaña". De acuerdo con las instrucciones, el 7 de junio, se confió a un comité la Declaración de Independencia. Casi un mes después, el 4 de julio de 1776, los representantes de cada una de las trece colonias -con excepción de Nueva York, que se abstuvo- aprobaron la Unanimous Declaration of the Thirteen United States of America, debida fundamentalmente a Thomas Jefferson, representante de Virginia. El documento detallaba los 27 motivos de la separación, pero más importante era su evocación del derecho natural:

"Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se vuelva destructora de estos principios, el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que base sus cimientos en dichos principios, y que organice sus poderes en forma tal que a ellos les parezca más probable que genere su seguridad y felicidad."


Facsímil de la Declaración de Independencia de Estados Unidos.

LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

La Declaración de Independencia de los Estados Unidos no era ni más ni menos que una declaración de guerra a la corona británica. De hecho, desde 1774, George Washington había empezado a formar un "ejército continental americano". Las posibilidades económicas del Congreso eran muy limitadas, y los problemas logísticos y las traiciones estaban a la orden del día. Con todo, el conflicto se fue desarrollando en forma de guerra de guerrillas hasta octubre de 1777, momento en el que las tropas británicas se vieron obligadas a rendirse tras la Batalla de Saratoga, en el Estado de Nueva York. El hecho sirvió para levantar el ánimo de los colonos, que se encontraron en posición de lanzar una ofensiva contra el ejército británico, así como para despertar el interés en la contienda de las otras grandes potencias de la época: Francia y España.


Batalla de Bennington, durante la Campaña de Saratoga.

Ambas potencias estaban enfrentadas a Inglaterra, por lo que vieron en el conflicto una oportunidad para resarcirse del desastroso Tratado de París de 1763, con el que había concluido la Guerra de los Siete Años. En febrero de 1778 Francia entró formalmente en la guerra y España comenzó a colaborar con los colonos enviando dinero y armamento. Un año más tarde España declaró la guerra a Inglaterra. Con la participación de estas potencias, Inglaterra se vio obligada a desviar tropas hacia Europa, donde sus territorios se encontraban amenazados. Ante el avance contra Inglaterra, Holanda decidió asimismo tomar parte en la contienda, con la esperanza de poder sacar provecho en relación a sus posiciones de ultramar.


Retrato de Benjamin Franklin. Físico, filósofo, publicista y político, fue una de las figuras más notables de la historia estadounidense. Fue educado en el más estricto puritanismo, pero luchó contra la teocracia y por la libertad de conciencia.

Durante cinco años, la victoria pareció inclinarse hacia uno u otro bando, hasta que una flota francesa al mando del almirante François Joseph Paul de Grasse bloqueó en Yorktown al ejército británico del sur, dirigido por el general lord Charles Cornwallis, y derrotó a una flota británica que acudió en su ayuda. Entonces, las tropas de Washington, reforzadas por un cuerpo francés de 6 mil hombres al mando del Jean-Baptiste Donatien de Vimeur de Rochambeau, definieron el asedio de Yorktown, hasta la capitulación de Cornwallis, a mediados de octubre de 1781.


Capitulación de Cornwallis en Yorktown (1971).

Importantes líderes como John Adams, Benjamin Franklin, Henry Laurens y John Jay fueron designados para las conversaciones de paz. De este modo, en los tratados de París y de Versalles, el Reino Unido reconoció la independencia de Estados Unidos; además, cedió Tobago y Senegal a Francia, y Florida y Menorca a España. En general, los logros alcanzados pueden juzgarse como favorables para España y en menor medida para Francia, que no obtuvo las ventajas correspondientes a su actuación; las deudas agobiaban su presupuesto, y las ideas de libertad, autodeterminación y derechos humanos, importadas de Norteamérica por hombres como el marqués de La Fayette, respaldaban la oposición ilustrada al Antiguo Régimen.

Tras la independencia, la evolución política llevaría a consagrar a George Washington como primer presidente de los Estados Unidos. Al mismo tiempo, quedaría delineado el bipartidismo entre demócratas y republicanos, todavía vigente.