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Carlos I de España, fue el primer rey de la Casa de Habsburgo que gobernó con plenos derechos en toda España y en el Sacro Imperio Romano germánico.
En el reinado de Felipe II, el poder del reino se concentró en su persona y tanto España como Portugal, quedaron unidas dinásticamente por un periodo de tiempo.

Proceso de unificación española



La historia de lo que hoy se conoce como Reino de España, fue un largo proceso político que resultó entre guerras militares y disputas dinásticas, enmarcadas en una Europa dividida en centenares de Estados con autonomía política y con su propia estructura cultural; donde la ciudadanía no recaía ni se limitaba a un espacio geográfico sino a raíces culturales que contenían elementos semejantes.

A la historiografía española se le hace difícil determinar cuándo se conoce a España como una nación unida y soberana, aunque la mayoría de las corrientes históricas coinciden en cinco hechos coyunturales que marcan la historia de la unificación político-territorial de España.

  • Los reinos visigodos.
  • La unión dinástica de los reinos de Castilla y Aragón.
  • La existencia de un primer monarca común, Carlos I.
  • Centralismo de Felipe II.
  • Promulgación de la Constitución de Cádiz de 1812.


La España de hoy es un mosaico cultural, sus distintas comunidades autónomas aportan sus propios elementos a la idiosincrasia española.

Los reinos visigodos

La Historia de España, como un único pueblo, debidamente establecido territorialmente en Hispania, comenzaría en el siglo V d. C. tras las invasiones bárbaras que precipitarían la caída del imperio Romano, a la cual pertenecía la península hispánica y sus pobladores. En el año 411 d.C Roma pidió ayuda a los pueblos visigodos sentados en Galia (Francia), pero tras su aplastante derrota en el 507 d. C. ante los francos (bárbaros germánicos), perdieron sus posesiones al norte de los Pirineos con excepción de la región de Septimania, poniendo fin al reino visigodo de Tolosa (Galia). Se ven obligados a asentarse definitivamente en Hispania (península Ibérica) con capital en Toledo, no sin antes arrinconar a los suevos, otro pueblo de origen germánico al extremo Noreste de la península Ibérica. Durante toda la Edad Media los visigodos se enfrentaron a diferentes disputas territoriales. Entre las luchas que libraron se incluye una invasión bizantina comenzada en el 550 d.C, los cuales atravesando el estrecho de Gibraltar ocuparon parte de las provincias de Bética y cartaginense, fundado Spania al sur y Sureste de la península Ibérica.

La unión dinástica de los reinos de Castilla y Aragón

A mediados del siglo XV, superada la crisis económica y demográfica de la Europa medieval comenzaría un proceso de recuperación económica que desencadenaría en la necesidad de unificar los territorios.

En 1469, se lleva a cabo la unión entre Isabel heredera de Castilla, futura Isabel I y Fernando heredero de Aragón futuro Fernando II. En 1474, Isabel asume el trono de Castilla, no sin antes disputárselo primero con Enrique IV, y luego en la guerra de sucesión castellana con otros pretendientes al trono. Para 1479, tras una serie de guerras civiles y disputas dinásticas, sobre todo en Castilla, tanto Isabel como Fernando estaban constituidos reyes en sus respectivos reinos, y como esposos compartían poderes plenos. Los reyes católicos, ejercieron una monarquía autoritaria, concentrando poderes que antes recaían en la nobleza. Ya establecidos como reyes, emprenderían un proyecto que tenía como objetivo la unificación territorial de la península Ibérica.

Es así como empiezan una serie de batallas con los demás reinos con los cuales coexistían en la península. En el caso de Navarra, Fernando busca el apoyo y bendición del papa, con la excusa de que Navarra seguía las herejías protestantes del reino francés; culminaría esta estrategia con la dependencia absoluta de aquel reino a Aragón en 1512. El reino de Granada, tras una larga guerra y de tratados que incluían el pago de grandes impuestos establecidos por Castilla necesarios para costear las guerras de unificación que posteriormente fueron incumplidos por la corona castellana, resultaría en la rendición del rey moro Boabdil.

Esta situación provocó también el desarrollo del plan de unificación religiosa donde, apoyados por el Papa, les permitió decidir sobre altos cargos jerárquicos de la Iglesia Católica, la persecución y sometimiento de musulmanes y judíos, la conversión forzada de estos grupos que en muchos casos fueron falsas para procurar el bienestar físico de esas comunidades.

Por otro lado, en la península Ibérica existía otro reino, el de Portugal, un reino próspero constituido por una dinastía de navegantes: la Casa reinante de Avis. Tras varios intentos de unión dinástica por parte de ésta con Castilla, Isabel I Reina de Castilla se decantaría por Fernando II de Aragón. Lo que bajo el gobierno de los reyes católicos no se logró, se vería cristalizado con la unión de los reinos de la península Ibérica bajo el reinado de Felipe II de Austria perteneciente a la Casa de Habsburgo.


La unión dinástica de los Reyes Católicos fue crucial en el proceso de unificación de Estaña como Nación.

La existencia de un primer monarca común, Carlos I.

En lo que respecta íntegramente al territorio Español, la unificación Española, se lograría bajo el reinado de Carlos I de Habsburgo entre 1516 y 1556. Hijo de Juana I de Castilla y Felipe I de Habsburgo, nieto a su vez por vía paterna de Maximiliano I de Habsburgo y María de Borgoña, de la cual heredó los territorios de los Países Bajos; por vía materna era nieto de los Reyes Católicos. Heredó las posesiones territoriales de Castilla y Aragón con el rango de gobernador al encontrarse su madre Juana I de Castilla (Juana la loca) incapacitada mentalmente. Por lo cual Carlos I empezó a utilizar el título de rey desde el mismo día de las honras fúnebres de su abuelo Fernando II, a través de una proclamación, ocurrido el 23 de enero de 1516 y cuyo título de rey oficialmente entraría en vigencia desde el 13 de Abril.

Esta acción fue vista por muchos sectores como violación a los últimos deseos de su abuelo sobre los derechos sucesorios de su madre Juana, la cual utilizó el título de reina solo de forma nominal. Además, heredó de Maximiliano I de Habsburgo los territorios de del Sacro Imperio Romano Germánico con el rango de Emperador desde 1520 hasta su muerte en 1558.

Durante el comienzo de su reinado, tuvo muchos conflictos con Castilla, Navarra y Aragón, posesiones territoriales que se resistían a la autoridad de un único gobernante, aunque estos conflictos fueron superados y comenzaría a organizar política-administrativamente a la monarquía hispana, bajo la Casa reinante de los Habsburgo.

Centralismo de Felipe II

Tras la muerte de Carlos I de Habsburgo rey de España y Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, accede al trono su hijo Felipe II desde el 15 de enero de 1556, y al trono de Portugal en 1580 como Felipe I, por herencia de su madre Isabel I de Portugal. Lograría la ansiada unión dinástica por un periodo de 60 años entre España y Portugal. Estableció su corte en Madrid. Su reinado se caracterizó por un gobierno centralista y autoritario, se volvió intolerante sobre todo en los asuntos religiosos, dándole impulso a la Santa Inquisición la cual durante su gobierno, replegó toda su ofensiva en España expulsando a los protestantes de Valladolid y Sevilla, a los moriscos tras la rebelión de las Alpujarras (1568-1571) y principalmente sobre los indígenas que habitaban las posesiones coloniales de América.

En el panorama internacional Felipe II perseguía la hegemonía en Europa y la unificación religiosa de la mano de la Iglesia Católica. Enfrentó a Francia en San Quintín en 1557, ganando la batalla a los otomanos en Lepanto en 1571, con la ayuda de la santa alianza (Estados Pontificios, Venecia, Génova y el ducado de Saboya). Su mayor problema fue la rebelión calvinista en los Países Bajos, los cuales querían la autonomía enfrentándose en una larga disputa de 80 años entre 1568 hasta 1648, que culminaría con la secesión de los Países Bajos de España.

Bajo el reinado de Felipe II, se tomaron unas series de decisiones que fortalecieron el poder centralista y autoritario, tomando medidas tales como:

  • Centrar el poder real en Madrid.
  • Creación de los consejos reales (estado, territorial) y especialistas (Inquisición o Hacienda). Sistema de gobierno denominado polisinodial.
  • Incorporación de los virreyes: eran los máximos representantes del rey en territorios no castellanos, como los Países Bajos o colonias americanas.
  • Las Cortes, de Castilla, Navarra y Aragón, fueron perdiendo poder e influencia progresivamente.
  • Creación de las Audiencias: ejercían la función de Tribunales superiores de justicia administrando y aplicando la ley.

Constitución de Cádiz de 1812

A comienzo del siglo XIX el Imperio Español se empezaba a desmoronar en varios frentes, entre el proceso de liberación en contra la ocupación napoleónica y el ejército francés y las guerras de independencias de sus territorios coloniales en América. Esto se reflejaría en la corte de Cádiz con ideales políticos liberales, oponiéndose al poder absolutista del antiguo régimen monárquico y restableciendo a Fernando VII como rey legítimo de España este reinado tendría carácter de monarquía constitucional, aunque éste establecería la monarquía absoluta en 1814, dejando sin efecto lo establecido en la Constitución de Cádiz de 1812.


La Constitución de 1812, fue el primer instrumento legal que definió jurídicamente la unión Político-territorial de todo el territorio español, permitiendo a su vez administrar y aplicar la ley.

Esta constitución tenía como puntos básicos los siguientes:

  • División de Poderes entre Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
  • Aplicación del centralismo como organización político-territorial de todo el reino, creando los ayuntamientos y diputaciones.
  • El catolicismo como religión oficial del Estado.
  • El pago de impuestos y atributos se establecían para todos por igual.
  • Se decreta la enseñanza de las primeras letras en todo el territorio español.
  • Se establecen los derechos del ciudadano entre los que sobresale la igualdad y derecho de propiedad.

Conclusión

Hablar de una unión definitiva del territorio español es algo impreciso y difícil de determinar, ya que la unión del territorio se gestó en diferentes momentos de la historia española a través de guerras de disputas territoriales, uniones dinásticas, concentración de poderes absolutistas y, finalmente, la instauración de la Constitución de 1812 como instrumento para organizar y administrar todo el territorio. Al día de hoy España es una nación unida política-territorialmente hablando bajo un solo gobierno. Sin embargo, existen diferencias culturales en las distintas regiones de España que le permiten funcionar como una federación compuesta por 17 comunidades autónomas más 2 ciudades con el mismo estatus que son Ceuta y Melilla.


Actualmente España está unida política y geográficamente, lo que permite que sus distintas comunidades se complementen y convivan entre sí, respetando sus diferencias y prevaleciendo sus similitudes.