Luego de la gran depresión que estalló en 1929 el mundo no sería el mismo: las teorías económicas clásicas habían demostrado que sus postulados no eran del todo certeros. Los dorados años veinte habían pasado y ante la crisis, quien sería considerado el economista más famoso y revolucionario del siglo xx lograría destrabar una situación aparentemente sin salida: John Maynard Keynes.
JOHN MAYNARD KEYNES
Nació el 5 de Junio de 1883 en Cambridge, Inglaterra.
Se educó tanto en Eton como en Cambridge, destacándose en matemáticas, historia y los clásicos. Fue integrante del prestigioso grupo de intelectuales ingleses llamado Bloomsbury.
En 1906 trabajó en la India dedicando gran parte de su tiempo al estudio de las probabilidades. En 1911 se convirtió en coeditor del Economic Journal hasta 1945. En 1915 ingresó al departamento del Tesoro participando en el Tratado de Versalles; en 1919 atacaría las condiciones de dicho tratado pidiendo consideración para la derrotada Alemania a la vez que hacía una incisiva crítica a la sociedad norteamericana.
Para finales de 1930 hablaba acerca del importante papel que desempeñaba el ahorro y la inversión. En 1946, fue nombrado vicepresidente del Banco Mundial y contribuyó a los acuerdos para el préstamo Marshall a Gran Bretaña. Falleció a los 63 años de un ataque cardíaco.
UNA NUEVA ESCUELA
La economía keynesiana o keynesianismo es una teoría económica que se basa en las ideas que plasmó Keynes en su libro Teoría general sobre el empleo, el interés y el dinero escrito durante la Gran Depresión y publicado en 1936. En éste, el economista aportaba medidas concretas para superar la depresión económica originada tras la Primera Guerra Mundial y acentuada en 1929, cuando los índices de recesión de la actividad económica y los índices de desempleo alcanzaron cifras alarmantes.
Las ideas de Keynes se centraban principalmente en la demanda, totalmente retraída en ese entonces. Para él, el único modo de solucionar el elevado desempleo y el grave déficit de los Estados, era que éstos intervinieran directamente en la economía, fomentando las obras públicas, que crearan nuevos puestos de trabajo, y bajando los impuestos para que aumente la riqueza y se estimule, de esa manera, la demanda. Desarrollar una política de inversiones estatales en obras públicas era primordial ya que servía de impulso a la iniciativa privada a través de la demanda de elementos industriales. La mano de obra empleada en estas actividades aminoraría el desempleo, incrementaría la masa de consumidores y estimularía la actividad económica.
La Gran Depresión que asoló al mundo en la década del treinta, daría paso a la aplicación de las teorías keynesianas, pues sus consecuencias sociales demostrarían que el mercado no podía regularse a sí mismo tal como lo postulaban los economistas clásicos.
A su vez, la Escuela Económica Clásica basada en el libre funcionamiento del mercado, era inaceptable pues ésta suponía de manera implícita que el sistema económico tendía a producir ocupación plena de los recursos de manera espontánea ignorando el problema de las crisis y la posibilidad de la existencia de diferentes niveles de actividad económica con los mismos recursos. Para Keynes el equilibrio entre ahorro e inversión no era tan simple, sino que éstos estaban determinados por múltiples factores por lo que, por sí solos, no garantizaban el pleno empleo.
En otras palabras, la teoría económica predominante hasta ese entonces argumentaba que la producción creaba ingresos, y que éstos eran suficientes para comprar todo lo que se producía, es decir la oferta creaba su propia demanda , una idea creada por Jean Baptiste Say, a fines del siglo XVIII, conocida como la Ley de Say. Keynes argumentaría entonces que la oferta no crea su propia demanda, sino que la producción agregada depende de lo que las personas desean comprar, es decir, de la demanda agregada. Esto es lo que Keynes denominó demanda efectiva. Para él, era posible que las personas se rehusaran a gastar todos sus ingresos, por lo que las empresas serían incapaces de gastar en capital nuevo aquello que las personas ahorraban. En esta situación, los recursos podrían quedar desempleados y permanecer de esta manera, es decir, el sistema económico puede hallarse en equilibrio en una situación de subempleo y permanecer en ella si el Estado no interviene.
El crack de la Bolsa de New York en 1929 sería el inicio de una década de depresión económica de la que se saldría con uno de los postulados keynesianos: la intervención estatal a través del gasto público.
Por otro lado, la teoría keynesiana especifica que la conducta de los trabajadores está relacionada con el salario monetario más que con el salario real; rechazan aceptar reducciones de sus salarios monetarios pero aceptarían reducir sus salarios reales. Los trabajadores están dispuestos a aceptar los aumentos de los precios resultantes de un incremento en la demanda si se dan unas tasas de salarios estables aunque esto redujera los salarios reales, pues de esta manera se estimula el empleo.
CONCEPTOS FUNDAMENTALES DEL KEYNESIANISMO
Antes de Keynes, los economistas clásicos no le daban la importancia requerida a ciertos aspectos de la economía: esto cambiaría radicalmente una vez que sus teorías comenzaran a aplicarse en todo el mundo ante la crisis existente. Estos aspectos son los siguientes:
MACROECONOMÍA:
Es la rama de la Economía que analiza las grandes relaciones económicas tales como: la desocupación, la inflación, el crecimiento, el consumo, el ahorro, entre otras.
Índices como desocupación e inflación comenzarían a tenerse en cuenta a través de la macroeconomía para tomar decisiones de política económica.
CONTROL GLOBAL:
Es el control consciente del conjunto de la economía en procura de su estabilización y orientación potencial de determinados aspectos. Es decir frente a ciertas situaciones coyunturales de un país se realiza una intervención efectiva del Estado influenciando en grandes agregados macroeconómicos.
POLÍTICA MONETARIA:
Se debe mantener el valor interno o nivel de precios y externo de la moneda o tipo de cambio. La política monetaria es implementada generalmente por los bancos centrales de cada país que buscan asegurar la estabilidad del nivel de precios y se les confía la tarea de mantener la relación entre el crecimiento de la cantidad de dinero en concordancia con el crecimiento económico y la inflación. Tratan de asegurar la actividad económica interna junto con la estabilidad del nivel de precios e intervienen sobre el tipo de interés. El tipo de cambio se llega a estabilizar por sus intervenciones en el mercado de divisas. Estas intervenciones requieren que los bancos centrales dispongan de una cantidad alta de reservas de moneda extranjera, con ello, una balanza de pagos equilibrada, es decir, una economía exportadora fuerte.
POLÍTICA FISCAL:
En la teoría keynesiana, la política fiscal es significativa por las consecuencias sobre la coyuntura; el presupuesto público se ocupa de la asignación y la distribución de acuerdo a las metas establecidas a través del presupuesto. El concepto de “déficit de gastos” es especialmente importante ya que resultan favorecidos más beneficiarios de bajos ingresos. Se invierte en la construcción de calles, los trabajadores cobran un ingreso que usan para consumir, por lo que resultan estimulados más sectores. Más beneficiarios de bajos ingresos sacarán provecho, mientras aumentará la parte a ser consumida.
EL MULTIPLICADOR:
Describe cómo, un único evento económico, tiene consecuencias sobre el desarrollo. El cierre de una fábrica conduce no solo al despido de los trabajadores de esa fábrica, sino que, tras la disminución de los ingresos regionales, produce a su vez despidos en las empresas de bienes y servicios de la región. La política económica keynesiana aporta una explicación dinámica del desarrollo económico a través de este concepto pues las inversiones generan la renta nacional a partir del efecto multiplicador. La inversión adicional genera ingresos adicionales, junto a la producción de bienes de inversión, lo que puede llegar a emplearse para una distribución adicional de consumo. Esa distribución adicional de consumo conduce nuevamente a ingresos adicionales en las ramas de producción de bienes de inversión. Una parte de esos ingresos nuevamente son empleados en distribución de consumo y así sucesivamente.
PAPEL DE LA INVERSIÓN:
Keynes consideró el gasto en inversión volátil ya que la demanda de la inversión viene determinada por varios factores, incluyendo los rendimientos futuros esperados. Él consideraba que las expectativas que dependen grandemente de factores psicológicos tienen efectos directos e importantes sobre la inversión y, por lo tanto, sobre la renta.
LA LIQUIDEZ:
El economista estableció que a tipos de interés altos los individuos preferirían mantener bonos, contrariamente a lo que ocurriría si disminuyeran. Si el tipo de interés disminuye, y la gente cree que es bajo, entonces todos querrán mantener el activo más líquido, el dinero, y no invertir; la política monetaria sería ineficaz para aumentar la producción. Esto se denomina la trampa de la liquidez.
A MODO DE CONCLUSIÓN
La doctrina Keynesiana terminó aplicándose en todas las economías del mundo capitalista una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial. Las ideas de Keynes sobre finanzas dominaron la economía y siguieron influyendo en lo más alto de las políticas gubernamentales. Los asesores económicos tomaron muy en cuenta datos sobre desempleo, renta y gasto para su ejercicio político.
Recibió amplias críticas de otras doctrinas por no aportar soluciones concretas al problema de la inflación y resultan muy difíciles de poner en práctica por las repercusiones negativas que ocasionan y que afectan los programas políticos.
El análisis del empleo y, por ende, su generación, es una de las razones por las que el keynesianismo tuvo repercusión el marco de la Gran Depresión.
El keynesianismo solo desarrolla postulados en el corto plazo ya que supone salarios rígidos y una producción en función del empleo; Keynes suponía una cantidad de capital determinada y esto no era del todo real.
El keynesianismo no había demostrado ser efectivo en la solución de los problemas de falta de desarrollo económico ya que la presencia o transferencia de capitales no era suficiente para producir ese desarrollo, situación que se manifestaría dos décadas después de la Segunda Guerra Mundial y que pondría en jaque a esta doctrina.
Hoy el keynesianismo ha sido revisado por sus seguidores generando nuevas corrientes basadas en sus postulados. Estas corrientes buscan dar continuidad a la teoría de Keynes pero complementando su análisis con otros estudios a largo plazo.
Lo cierto es que la influencia de sus ideas persiste hasta nuestros días, sin ser superadas por ninguna otra teoría económica en cuanto a la fuerza de su impacto revolucionario. Los conceptos brindados por Keynes que dieron lugar al tratamiento de las variables agregadas significaron el origen de la Macroeconomía como rama de la Economía y decretaron la importancia del papel de los Estados como actores económicos dentro del mundo capitalista.
La teoría keynesiana muestra que, aunque las consecuencias fueran las mismas, el trabajador acepta reducir su salario real (suba de precios) antes que el monetario.