Las distintas civilizaciones a lo largo de la historia han tratado de controlar el mercado de las especias, para ello, establecieron diferentes rutas que les permitieran conectarse con el oriente de donde provenían la mayoría de ellas. La búsqueda del control de las rutas provocó el establecimiento de imperios coloniales y diversos conflictos internacionales.
Las especias han sido el objeto de interés de las distintas civilizaciones a lo largo de la historia. Alrededor de ellas se creó una compleja red comercial que recorrió todo el mundo.
Especias
El término especias proviene de la palabra en latín specĭes la cual es el nombre que se le da a los aromas de origen vegetal que se usan para condimentar los alimentos, así como para uso medicinal y aromatizar. La mayoría de las especias que se usan en la actualidad son de origen asiático como la canela, la nuez moscada, el clavo y el jengibre, otras originarias del Mediterráneo como el anís o la mostaza, e incluso propias de América como la vainilla, el chile, el cacao o el achiote.
Durante miles de años, las especias fueron los recursos naturales mejor valorados en las distintas civilizaciones. Es bien sabido que hace más de 3500 a. C., la civilización egipcia utilizaba las especias con fines cosméticos, aromáticos y para condimentar los alimentos. Se sabe también, que las riquezas que poseía el rey Salomón provenían del tráfico de especias que transitaba por su reino y que seguía su ruta hacia Egipto. El relato del rey Salomón, está relatado en el Antiguo Testamento de la Biblia. También se conoce que los árabes fueron la civilización que mejor llegó a controlar el tráfico de especias y cuyo dominio fue aumentando gradualmente hasta que al llegar la Edad Media, eran prácticamente los amos de las rutas entre Oriente y Europa.
Fenicia y la hegemonía comercial del Mediterráneo
Los primeros en desarrollar una compleja red de tráfico comercial referente a las especias fueron los fenicios por ser la civilización más avanzada de la época en el campo marítimo, lo que los convirtió en grandes comerciantes. Ellos lograron convertir a su capital, Tirso, en el centro del comercio marítimo de las especias entre Oriente y Occidente, abasteciendo así a todo el Mediterráneo.
La civilización fenicia fue la primera en crear una compleja red en torno al mercado de las especias. Desde su ubicación en la costa oriental del Mediterráneo, establecieron diferentes rutas comerciales.
Existían dos rutas para el traslado de las especias con destino final en el Mediterráneo. En la primera ruta bordeaban la península arábiga por el mar Rojo, mientras que la segunda era a través de Antioquía con destino final en Babilonia, desde allí se seguía el curso de los ríos Tigris y Éufrates hasta desembocar en el Golfo Pérsico, desde donde las embarcaciones fijaban rumbo hacia la costa de Malabar en el Sur-Oeste de la Península India.
Los fenicios lograron mantener el control del flujo de especias entre el siglo XIII a. C. al IV a. C. Cuando el mundo heleno entró en decadencia, los árabes lograron mantener el control de las rutas, mientras proseguía el fortalecimiento del Imperio Romano.
Roma en el mercado de las especias
Roma acrecentaba cada vez más la demanda de especias, por lo que debieron plantearse nuevas rutas hacia la India que rompieran con el monopolio comercial de los árabes. Para establecer una nueva ruta se valieron de los vientos de los monzones, partiendo de Egipto con dirección a las Islas Molucas. Una vez allí, se surtían de distintas especias como son el comino, la cúrcuma, el jengibre o la canela, que se utilizaban tanto para los alimentos como para la medicina o para la estética. Otra ruta muy particular fue la que se estableció para el comercio de la seda, de la cual se valieron también para la recolección de especias.
Aquí se muestra la ruta que siguió el famoso mercader y navegante Marco Polo para llegar de Venecia hasta China, siguiendo la Ruta de la Seda, que también era utilizada para la recolección de las especias.
Los árabes: la civilización que dominó la ruta de las especias
La aparición del Islam, el enfrentamiento entre cristianos y musulmanes ocurrido a través de las Cruzadas en el siglo XII d. C., más la conquista de Egipto por parte del mundo islámico, provocaron que las especias en el mundo cristiano dejaran de utilizarse. Esto se debió al férreo control que tenían los musulmanes sobre la ruta comercial que implicaba a Alejandría, ésta formaba parte de la ruta comercial romana por lo que las relaciones entre Occidente y Oriente se resintieron.
Los árabes eran tan recelosos de su comercio que muy pocos, que no fueran mercaderes árabes, sabían la verdadera ruta de las especias, por lo cual limitaban su contacto con los europeos para evitar que éstos las descubrieran y así impedían cualquier posibilidad de competencia. Se sabe que, en primera instancia, los chinos acarreaban el jengibre y se dirigían a las Islas Molucas (Indonesia) donde recolectaban la mayoría de las especias como, por ejemplo, la nuez moscada y la canela. Desde allí se trasladaban a las costas de India y Sri Lanka en donde se recolectaban la pimienta y el clavo, de allí el cargamento se comercializaba con los mercaderes árabes los cuales trasladaban la mercancía al Mediterráneo en donde los Italianos mantenían el monopolio de las especias al revenderlas por toda Europa.
Desde el siglo VI d. C. hasta finalizada la Edad Media alrededor del siglo XV, se tiene constancia de que los árabes mantuvieron el monopolio comercial de las especias, por encontrarse estratégicamente ubicados entre Oriente y Occidente.
En el siglo XV, el poder del Imperio Otomano estaba en auge, lo que originó la necesidad de hallar nuevas rutas comerciales desde Europa hacia las Indias. El objetivo principal eran las especias, las cuales llegaron a ser tan valoradas como el oro, e incluso se usaba como moneda de cambio en las transacciones comerciales, pero también se iba en busca de telas preciosas y perfumes.
Venecia fue el principal puerto de Europa donde desembarcaba la mercancía que llegaba de Oriente. Desde allí se revendía por todo el continente, manteniéndose durante siglos el monopolio de las especias en Europa.
La ruta de las especias en el surgimiento de Portugal y España como imperios coloniales
Durante el siglo XV, los portugueses cimentaron una gran expansión colonial y comercial, estableciendo toda una empresa en torno a las rutas comerciales que fue armada por la propia corona portuguesa. Dicha empresa perseguía dos objetivos: por un lado establecer una vía de acceso directo para llegar al oro africano, creando factorías (instalaciones comerciales dedicadas al comercio con la metrópolis, en este caso con Lisboa) que se hallaban en la costa del golfo de Guinea, y por otro lado, hallar rutas alternativas a las tradicionales que le permitieran comercializar con Oriente, ya que las típicas rutas controladas por los italianos, estaban en decadencia debido al avance turco.
La ruta de las especias fue tan codiciada, que durante el siglo XV daría origen a un nuevo imperio comercial y colonial: el Imperio Portugués.
La empresa portuguesa fue tan exitosa, que no solo logró establecer las rutas comerciales, sino también crear áreas de influencia colonial en el océano Índico y el Pacífico.
Desde África y Oriente, los portugueses traían oro, esclavos, marfil, seda, algodón, ámbar, café y, sobre todo, las preciadas especias. El comercio portugués fue tan prolífero, que fue necesario establecer en sus colonias dos compañías que permitieran mantener el centro comercial y el flujo de bienes entre las distintas rutas portuguesas. Por un lado, se estableció la Compañía de Guinea que administraba todos los territorios de ultramar de Portugal referentes al comercio entre la metrópolis (Lisboa) y sus territorios en África; por otro lado, una vez establecidas las rutas comerciales hacia la India, se creó la Casa de Indias, donde no solo incluía los territorios africanos sino también el comercio derivado de sus posesiones territoriales en Oriente, haciéndose con nuevas rutas hacia las codiciadas especias.
España muy pronto se dio cuenta de la importancia comercial que tenían sus vecinos, los portugueses, en el mercado de las especias. Por ello, una vez ejecutado el proceso de “unificación española” por parte de los Reyes Católicos, quienes lograron unir nominalmente a Castilla y Aragón y conquistar los restantes reinos hasta expulsar a los musulmanes, apoyaron a Cristóbal Colon para hallar nuevas rutas hacia Oriente recorriendo el Océano Atlántico hacia el Oeste.
Los altos precios de las especias se debían a varios factores, entre los cuales se pueden mencionar:
I. La localización específica de donde se extraía, ya que casi en su totalidad se sacaba de Asia u Oriente Medio.
II. Al ser originarias de Oriente, su traslado a Occidente era muy difícil, ya sea por el relieve irregular conformado por montañas, desiertos o mesetas que representaban grandes riesgos.
III. En tercer lugar el viaje por mar implicaba grandes distancias provocando viajes agotadores tanto física como económicamente, tifones o piratas de alta mar, también fueron causantes de los elevados precios.
IV. Al pasar por muchos puertos, cada vez que cambiaba de manos la mercancía sus precios eran más elevados, por tanto, al llegar a su consumidor final en Europa su precio era exhorbitante
Rutas comerciales
Cristóbal Colon estaba convencido de que el trayecto marítimo por el Atlántico era más cercano y seguro que las otras vías tradicionales y fue así que descubrió el Nuevo Mundo. Es así como España, buscando nuevas rutas comerciales que lo posicionaran en el mercado europeo de las especias, se topó con el continente americano, dando origen al Imperio Español.