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¿SABÍAS QUÉ?
El 16 de octubre de cada año se celebra el Día Mundial de la Alimentación.
HAMBRE CERO
Con una gestión mundial bien organizada, se puede lograr la meta del “hambre cero”, es decir, que todas las personas tengan satisfecho su derecho a la alimentación.
KARL MARX
Fue un pensador cuya obra “El capital” tuvo una gran influencia en el desarrollo del pensamiento económico. En ella hace una férrea crítica al capitalismo y, entre otras cosas, lo considera responsable de las desigualdades en el mundo y, con ello, del hambre que padecen algunos sectores.
Según estadísticas del Programa Mundial de Alimentos, una de cada 8 personas se acuesta con el estómago vacío cada noche.
¿SABÍAS QUÉ?
En África subsahariana, aproximadamente una de cada cuatro personas padece hambre crónica.

Necesidad y derecho



Cada uno de los seres vivos que habitan el planeta tiene necesidades de diversos tipos y algunas de éstas son comunes y compartidas entre ellos.

Una necesidad es un impulso, algo que no se puede resistir o faltar, por ejemplo, las plantas necesitan la luz del sol; requieren del suelo y los nutrientes que reciben de él porque con ellos se alimentan; también, necesitan agua; espacio para poder crecer y desarrollarse; y por supuesto, aire.


Los animales y las plantas tienen exigencias básicas, al igual que los humanos.

Por su parte, los animales precisan de comida y agua, esto les permite tener un progreso normal y saludable; también requieren de las condiciones ambientales apropiadas para desenvolverse, como el clima, la temperatura y los espacios adecuados donde poder caminar, correr y relacionarse con la especie a la que pertenezcan.

Una especie animal necesita incluso que un médico especialista le atienda cuando se enferme, que lo conozca, y estudie en la medida de lo posible, cómo tratarlo, porque ellos no pueden expresar al igual que los humanos cómo y qué sienten, pero sí se comunican de otras formas. Todas esas son necesidades naturales.

Nosotros, los seres humanos, somos más complejos, a pesar de que contamos con ciertas capacidades que las demás especies no. Tenemos una ventaja: podemos expresar nuestras necesidades y no solamente vivir por supervivencia. Esas necesidades son múltiples y muy subjetivas, especialmente cuando no tenemos claro lo que es una necesidad. Sin embargo, hay ciertos requerimientos que son básicos, generales y comunes en todos nosotros, tales como:

• Sentirnos seguros física y psicológicamente, porque cuando estamos ante situaciones de peligro podemos desequilibrarnos.

• Ser amados y queridos, porque somos seres sociales y los sentimientos forman parte de nuestra naturaleza. Queremos saber que estamos integrados a la familia, los amigos, el trabajo, la comunidad, entre otros grupos sociales, en los que intercambiamos y compartimos muchas situaciones de todo tipo.

• Tener logros y autorrealizarnos, porque tenemos capacidades y aptitudes individuales y colectivas, y estas deben ser aprovechadas al máximo.

• Finalmente (y no por eso menos importante), tenemos necesidades fisiológicas, es decir, las que nuestro cuerpo requiere para funcionar bien. Si éstas faltan, todo lo demás se desestabiliza. Entre ellas, está la bebida y la alimentación.


Todos los seres humanos tenemos necesidades naturales, como: Comer, dormir y socializar, entre otras.

En la lista anterior, no hay un orden de prioridad, pues si se acata eso, las fisiológicas estarían en primer lugar, pero no son las únicas, y todas deben ser atendidas. La mayoría de las necesidades humanas básicas, por ser vitales, llegan a convertirse en un derecho legal que todos merecemos tener. Incluso, en los países, las leyes las incluyen como tal.

Ahora, profundizaremos en una, que desde hace mucho es un derecho para todos los seres humanos: La alimentación.


La desnutrición puede ser causa de muerte. El número de personas hambrientas es excesivamente elevado. Para el 2014 superó los 840 millones en todo el mundo.

¿Qué es la alimentación?

Seguro ya sabes esa respuesta, la cual posiblemente está relacionada con el proceso de ingerir alimentos y bebidas para la nutrición y subsistencia.

La alimentación es vital. Quizás existen procesos metabólicos que no están funcionando bien en tu organismo, y es muy probable que se deba a que algo no esté bien en tu proceso alimenticio, aunque esta no es siempre la razón principal.

Ningún ser vivo puede disfrutar de una salud buena y estable si no se alimenta adecuada y balanceadamente, aunque ingiera alimentos continuamente, no siempre éstos son proporcionados de acuerdo a las normas médicas para eso. En los peores y lamentables casos, existen personas que no se alimentan, por escasez de recursos, carencia, entre otras razones. Las consecuencias de esto, en incontables ocasiones, se traducen en muerte.

Por tales razones, la alimentación se convirtió en un derecho para todos los seres humanos.


Karl Marx es uno de los tantos filósofos que reflexionó sobre los derechos humanos.

¿Por qué la alimentación es un derecho?

Para aclarar esa duda, primero es necesario puntualizar lo que es un derecho, eso que muchas personas reclaman, y quizás, otros tantos, desconocen.

Para el alemán Karl Marx, filósofo, humanista y político influyente en la historia de la sociedad; un derecho es la voluntad de la clase absoluta y dominante realzada en las condiciones legales. Es decir, los derechos, son normas legales que regulan la conducta de los hombres, las cuales al incumplirse generan sanciones. Los derechos, generalmente se basan en la justicia y la igualdad.

Si nos acoplamos a lo anteriormente expuesto, la alimentación es una norma legal y justa para todos los seres humanos por igual.

Partiendo de este derecho, se pueden resolver muchos conflictos que interrumpen nuestra permanencia en la sociedad y la convivencia con otros. Pues si no nos alimentamos, o no nos alimentamos bien, nuestros procesos sociales (como los fisiológicos) también se verán afectados. Entonces, la alimentación es un derecho porque es esencial para la vida.

Abraham Maslow fue un psicólogo estadounidense que estableció la famosa “Pirámide de Maslow”. En ella jerarquiza todas las necesidades de los seres humanos para vivir íntegramente.


¿Quiénes defienden nuestro derecho a la alimentación?

Las principales entidades mundiales que trabajan para defender nuestro derecho a la alimentación son:

La Organización de Naciones Unidas
(ONU)
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Programa Mundial de Alimentos (PMA)
Es la organización de estados soberanos, los cuales patrocinan la paz mundial y el progreso social y económico de los países. Las Naciones Unidas desempeñan un papel central en la protección y promoción de los derechos humanos, entre los cuales está la producción de alimentos. Se encarga de la seguridad alimentaria para todos. Que todos posean acceso a alimentos de calidad, y como resultado, que las personas tengan una vida activa y saludable. Los propósitos principales de la FAO son:
1.- La erradicación del hambre.
2.- El exterminio de la inseguridad alimentaria.
3.- La eliminación de la malnutrición.
Es una delegación de la ONU que se encarga de distribuir alimentos para las personas necesitadas en todo el mundo, sobre todo aquellas que han sido víctimas de desastres y catástrofes. Funciona desde 1962 y su objetivo es estar en el momento más oportuno y apremiante donde se necesite.

La Ley Universal de los Derechos Humanos cita textualmente en el artículo 25.1 que “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación”.

¿Cómo asegurar la alimentación?

La seguridad alimentaria le compete principalmente a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y ésta asegura que las personas tienen esa seguridad cuando poseen acceso en cualquier momento a alimentos que los nutran y satisfagan sus necesidades alimentarias.

Se basa principalmente en las siguientes estrategias:

Conclusión

Es nuestro propio planeta el que nos abastece de alimentos. Lamentablemente, estos no son bien aprovechados siempre. Eliminar el hambre en el mundo no es una tarea sencilla, pues no se trata solo de abastecer de alimentos a los necesitados, sino de una distribución más equitativa ya que de seguir así, se corre el riesgo de agotar el recurso y volver a la carencia.

Lo ideal sería impulsar el desarrollo ambiental y social razonable como fundamento del crecimiento económico, es decir, que existan más fuentes de producción y trabajo. De esta manera, el número de emergencias alimentarias se reduciría y los seres humanos tendrían una alimentación sana, balanceada y constante cada día de su vida; lo cual daría como resultado vidas más sanas, estables e íntegras.

El hambre es el riesgo de salud más alto del mundo. Cada año mueren millones de personas por desnutrición, de los cuales (hasta el 2014) más de 2.5 millones, fueron niños menores de 5 años.