En los primeros años de la historia humana, las personas eran cazadoras, pescadoras y recolectoras; solían ir de un lugar a otro en busca de comida. Aproximadamente hace 10.000 años que nuestros ancestros comenzaron a descubrir las técnicas primarias de agricultura y cría de animales, por primera vez las personas pudieron cosechar sus alimentos, y esto condujo a la formación de pueblos.
Tierra de los Faraones
Egipto es conocido como la tierra de los faraones y las pirámides. Está ubicado al noreste del continente africano en un espacio rodeado al norte por el mar Mediterráneo, al este por desiertos, al sur por montañas, y surcado de norte a sur por el río Nilo. Los antiguos pobladores de Egipto fueron tribus de cazadores y recolectores camitas y semitas.
Los antiguos egipcios eran politeístas y el faraón era el representante de Dios en la Tierra. Su economía se basó en un sistema de agricultura hidráulica, domesticaron animales, así como la caza, la pesca fluvial, y el comercio con intercambio y venta de productos y de esclavos.
Para los egipcios, el faraón tenía el estatus más elevado y poseía el control del pueblo y todas las riquezas; le seguían los sacerdotes que realizaban los actos religiosos y los nobles, al igual que los sacerdotes, tenían privilegios y sabían leer y escribir. En el orden eran seguidos por los guerreros que eran la fuerza militar del reino, por debajo de los guerreros estaban los escribas y funcionarios que eran los administradores y redactaban las leyes, le seguían en el orden los campesinos, artesanos y comerciantes. Finalmente en el último eslabón de la cadena estaban los esclavos que servían a los nobles y al faraón.
Mesopotamia, tierra entre aguas
Mesopotamia estaba ubicada entre el río Tigris y Éufrates hasta su desembocadura en el Golfo Pérsico, fue habitada por grupos de Asia Central. Su religión se basó en la creencia de varios dioses; este sistema de creencias se le conoce como mitología mesopotámica.
La economía mesopotámica se basó en la agricultura, la ganadería, y el comercio que se realizaba mediante trueques o por el intercambio de lingotes de oro; con esto apareció la primera forma de moneda a la que se llamó talento.
La capa superior de su estructura social estaba conformada por la nobleza, la cual estaba formada por el rey o emperador, su familia y su corte. Les seguían los sacerdotes que eran los encargados de los ritos religiosos y por último estaban los funcionarios reales encargados de apoyar al rey o emperador
Los Estados del Egeo eran sociedades autónomas, sus habitantes desarrollaron una identidad en común que los acercó y los unió como nación, en donde una lengua y un alfabeto en común fueron esparcidos por todo el territorio egeo. Pero aun así, la fuerza que realmente les proporcionaría la unificación, sería la de un sistema de culto basado en dioses que vivían en el monte Olimpo y de otros dioses de menor importancia.
La tierra de la mitología
Las ciudades griegas surgen de la fusión entre indígenas e invasores, existen registros que confirman la presencia humana en Grecia desde el Paleolítico.
Las tierras que se encontraban en el mar Egeo, fue el hogar de la civilización egea, y en los siguientes años surgieron los minoicos y los micénicos, sociedades que no sobrevivieron y que poco se conoce de ellas. En el primer milenio antes de Cristo se originaron unas pequeñas ciudades-estado independientes en la región del Egeo, estas ciudades estados eran: Corinto, Argos, Tebas, Esparta y Atenas.
La polis griegas, como se denominó a las ciudades-estados, eran sociedades de granjeros y artesanos. Estaban aisladas debido a la geografía montañosa de la región, pero la habilidad como marinos de estas poblaciones les permitió comercializar con sus vecinos y en otros continentes. Muchos lograron enriquecerse con el comercio.
ESTRUCTURA DE LA POLIS GRIEGA
— Acrópolis: Llamada ciudad alta, se construía aprovechando la elevación del terreno.
— Ágora: Era la plaza pública, se construían en el centro de la polis generalmente en los puertos.
— Muralla: Rodeaba los barrios principales de la polis.
Hacia el año 500 a. C. una combinación de tratados comerciales, el sistema de gobierno y la religión, habían creado una nación claramente definida, hoy en día conocida por su nombre en latín: Grecia.
El inicio de un imperio
En la Antigüedad, Italia era una región con una gran diversidad cultural, en ella habitaban las tribus de los griegos, sabinos y latinos. Estas tribus con el tiempo se fusionaron y dieron origen a la identidad romana.
Los romanos vivían en pequeñas comunidades pertenecientes a las ciudades-estado, y eran gobernados por reyes de las familias más ricas, pero 50 años después de haber fundado la ciudad, la tribu de los etruscos conquistó a las comunidades e inició un gobierno monárquico.
Los etruscos eran gobernantes brutales; que sembraban el terror en los demás pueblos de Roma. Luego de 200 años de opresión en el año 509 a. C., un grupo de aristócratas romanos derrocaron a la monarquía etrusca, establecieron un nuevo gobierno, formaron la República de Roma y con ella el comienzo de una nueva era.
Sistema de gobierno de la nueva República romana
Los romanos ya no serían gobernados por una sola persona, el poder se les otorgó a dos cónsules, mientras que los magistrados compartían el poder de la República, haciendo las leyes y supervisando los casos legales. Cada año el comité de senadores elegía a los cónsules, y los senadores eran elegidos por sus pueblos.
CLASES SOCIALES ROMANAS
— Plebeyos
• Estaban conformados por el pueblo en general, los mercaderes, artesanos y agricultores.
• Tenían el derecho de votar pero no podían optar por cargos públicos.
— Patricios
• Era la clase elitista.
• Representaban el poder político.
• Eran los únicos con derechos a optar por cargos públicos.
En el año 471 a. C. los plebeyos crearon un tribunal formado por diez hombres, y que los representarían ante cualquier abuso de poder de los patricios o cónsules. Para el año de 450 a. C. los romanos crearon un nuevo sistema de leyes que protegían los derechos de los ciudadanos.
Roma, el Imperio
Entre los siglos V y II antes de Cristo, Roma había expandido sus fronteras más allá de los territorios de Italia. Cada cónsul formó una legión de hombres divididos en varias clases, estas legiones se convirtieron en la más poderosa fuerza militar conocida de la época.
A los pueblos conquistados se les da la figura de provincias y éstas proveían de inmensas riquezas a Roma, además se les asignó un gobernador para la administración y control. Para el siglo II se había expandido hasta la cuenca del Mediterráneo, incluyendo Grecia, parte de África del norte, España y Medio Oriente.
En las conquistas a muchos se les permitió vivir como ciudadanos romanos, pero a una gran parte de los pobladores los esclavizaron, algunos fueron vendidos para recibir educación, ser grandes filósofos, músicos y desarrollarse en otras profesiones.
Primer triunvirato de Roma
A los esclavos romanos se los maltrataba y castigaba severamente, eran obligados a realizar construcciones y trabajos que ninguna otra persona estaba dispuesta a realizar. Esto los llevaría a sentir resentimiento hasta el punto de rebelarse contra sus amos. Un grupo de estos esclavos escaparon y se convirtieron en un rebeldes, con el tiempo se les uniría más personas y llegarían a ser un gran ejército; de esas filas surge un gran líder llamado Espartaco.
Espartaco con su ejército de rebeldes logró dominar y recuperar muchos de los territorios de Roma, pero fue derrotado por Pompeyo Magno y con esto terminó la última revuelta de los esclavos en la época antigua. Con esta victoria Pompeyo Magno y Marco Licinio Craso fueron los nuevos cónsules de Roma.
Surgió en Roma un nuevo hombre con el suficiente poder para gobernar, conocido en la historia como Cayo Julio César.
Su primera conquista fue España, aunque sus brutales tácticas lo harían peligroso para el senado romano. Este último, para recompensar a César por sus logros lo eligió cocónsul, pero esto no fue suficiente para él pues deseaba tener mayor control sobre el senado.
Para el año 60 a. C. Julio César propuso a los cocónsules Pompeyo y Craso formar un triunvirato dentro de la República, obtuvo lo que deseaba y formaron un gobierno donde los tres tenían los mismos derechos.
En los años siguientes, Julio César aunaría estrategia política y militar convirtiéndose en el hombre más rico y poderoso de Roma con el control total del imperio.
El nuevo imperio
Todas las rutas comerciales romanas que existían en la época pasaban por Constantinopla, era el lugar común para todo tipo de comercio desde todos los lugares. Para el cuarto siglo, el conquistar tierras no era la única forma de generar riquezas. El intercambio y comercio de mercancía con el Extremo Oriente, se convirtió en una nueva forma de generar ingresos. Los de occidente deseaban los productos del oriente y los del oriente las riquezas que habían acumulados los de occidente.
Este intercambio comercial llevó a un cambio en el poder: quienes controlaban el comercio tenían el poder, y éste se concentró en Constantinopla, ciudad que llegó a ser la capital del imperio Bizantino. Debido a su ubicación entre el mar Mediterráneo y el mar Negro, contribuyó a unir occidente con oriente.
De Constantinopla a la Nueva Roma
Para el año 330 d. C. al emperador de Roma Constantino le tocaron épocas muy difíciles, a causa de los conflictos religiosos y de que el Extremo Occidente había sido invadido por los bárbaros germanos. Un grupo de romanos cansados de la violencia encontró en la religión cristiana una nueva forma de escapar de la opresión.
Constantino tomó acciones para mediar con los conflictos y lo primero que hizo fue mudar la capital a otro lugar más seguro y la llamó la Nueva Roma; adoptó la nueva religión cristiana. Algunos romanos ortodoxos que vivían en Roma, no estaban conformes con esta decisión. Éste sería un conflicto que se mantendría por muchos años.
Inicio del Imperio Bizantino
decisión del emperador Constantino, para el año 395 a. C., el, en ese entonces, emperador Teodosio, dividió al imperio en dos partes: la de oriente con la capital en Constantinopla y la de occidente con la capital en la antigua Roma y designando a sus dos hijos para gobernar cada uno un imperio.
Para el año 476 a. C. Roma fue invadida y saqueada por el ejército de bárbaros germanos, desmembrando así la unidad del imperio de occidente.
Consolidación del imperio Bizantino
Gracias a la ubicación del imperio del oriente, año tras año fue prosperando y se convirtió en el gran imperio Bizantino que duró por más de mil años.
A principios del siglo VI Bizancio tuvo en Justiniano su primer emperador, quien gobernó por más de 38 años. Construyó la flota más grande de barcos que protegían a los barcos mercantes de la época.
Iglesia Santa Sofía, símbolo de la unión y fortalecimiento del Imperio Bizantino.
El nuevo imperio Bizantino conquistó las tierras de Italia, Grecia, Turquía, el norte de África y Egipto. Esto generó la difícil tarea de poder unir las diferentes culturas, para resolver esa situación Justiniano aprovechó la gran influencia de la religión cristiana obligando a todos a adoptar el cristianismo como única religión.
Las dos iglesias
A través de la religión, Justiniano había logrado el control, pero esto enfureció a los papas que eran la máxima autoridad en Roma. Ellos querían tener el dominio total y absoluto de la iglesia, querían decidir cómo rezar y en qué idioma debían hacerlo. Este conflicto causó la ruptura del cristianismo en dos iglesias: en Roma se consagró como la Iglesia Católica Apostólica Romana y en el Imperio Bizantino como la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa.
El fin del imperio Bizantino
Después de la muerte de Justiniano, ningún emperador logró mantener lo que éste había conseguido y, con el tiempo, las fuerzas del imperio se fueron debilitando. En el siglo VII los lombardos conquistaron Italia, los Balcanes a los eslavos y las fuerzas del islam conquistaron Palestina, Siria y Persia; todos estos territorios habían estado en manos del imperio Bizantino. De esta manera el imperio entraría en una etapa de retroceso.
Luego de tantas guerras, plagas, epidemias, se debilitó la solidez del imperio. En el siglo VI y VII los turcos ya habían tomado la ciudad de Jerusalén y amenazaban con invadir el imperio Bizantino. El emperador Alejo ante esta situación solicitó ayuda al papa que gobernaba Roma, para proteger y recuperar las Tierras Santas (Jerusalén) y evitar la invasión turca.
Mapa del antiguo Imperio Otomano.
Las guerras se prolongaron por más de dos mil años. Para el año 1453 d. C. Mohamed II, sultán de los turcos, conquistó Constantinopla y la convirtió en la capital del imperio turco Otomano, actualmente Estambul en Turquía, poniendo así fin al imperio Bizantino.